Gmail,
Google Maps, Chrome... La "googledependència" es un mal
común, pero tiene solución. Te explicamos cómo cortar con Google
sin perder información ni prestaciones.
Poco a poco
Google ha ido entrando en nuestras vidas. Primero nos sedujo con el
buscador más potente del momento. Después fue sacando servicios que
también se han hecho indispensables para el día a día de muchas
personas: consultar el Gmail de buena mañana, buscar el mejor
itinerario con Google Maps o compartir el acta de la reunión por el
Drive. ¿Qué precio pagamos por las utilidades que Google nos
facilita? ¿Cómo opera la empresa? ¿Qué alternativas a Google
tenemos?
Google:
abuso de poder y mala praxis con el uso de los datos
Google
Inc. fue fundada, en 1998 por dos estudiantes de Stanford que, un par
de años antes, habían creado un valioso buscador. El rasgo
diferencial de Google es que puede mostrar sus resultados ordenados
en función del número de visitas de cada sitio. Veinte años
después, la empresa ostenta una posición dominante en Internet, de
la cual abusa para perpetuarla. Así lo valoró la Comisión Europea,
que multó Google
por haber impuesto restricciones
ilegales a
los fabricantes de dispositivos Android y a los operadores de redes
móviles.
A
la vez, se ha ido reduciendo
la privacidad de
los usuarios de sus servicios. La empresa recoge datos personales y
saca beneficio económico a cambio de publicidad sin tener una base
legal válida para hacerlo. Estas prácticas le han costado, en enero
de este año, una multa de
cincuenta millones de euros impuesta por la Comisión Nacional de
Informática y Libertades francesa. Acusan la empresa norteamericana,
entre otras cosas, de carencia de transparencia con el usuario. Por
ejemplo, no es clara a la hora de explicar que utiliza la información
recogida para vender publicidad segmentada según el perfil del
usuario o por geolocalizar las personas.
El
precio que pagamos
Las
aplicaciones de Google dirigidas a los particulares son gratuitas. O
no. De hecho, pagamos
un precio,
pero no en dinero, sino en pérdida de privacidad. Quién somos, con
quien hablamos, por donde nos movemos, qué nos gusta y a qué
dedicamos nuestro tiempo. Google recopila una ingente cantidad de
información personal y la transforma en dinero, ofreciéndola
a terceros para
que definan productos y campañas.
Para
hacernos una idea de toda nuestra información que está en manos de
Google, podemos usar su herramienta Google
Takeout.
Nos creará un archivo con los datos vinculados a los distintos
servicios. Por ejemplo, los lugares que has buscado en Google Maps,
las búsquedas que has hecho en Google o los contactos que tienes en
su nube. Se podría decir que el peso del archivo, que con mucha
probabilidad será de unas cuantas gigas, es el valor que regalamos a
Google. Pero Takeout no está concebido con el fin de calibrar el
grado de profundidad que Google tiene de nosotros, por supuesto. Esta
herramienta, si decidimos migrar a las alternativas, será nuestra
gran aliada para hacerlo sin perder información por el camino.
Alternativas
a Google para todos los servicios
Muchas
personas viven sin Google y muchas lo han conseguido después de años
de utilizar sus servicios. El periodista Nithin Coca es una de estas
últimas y compartió el resultado de la experiencia
de la migración en
su blog. En resumen, la conclusión que ha sacado es que hay
alternativas a Google fáciles de usar para la mayoría de las
funcionalidades, si no todas. A la pregunta de si las alternativas
son suficientemente buenas, él responde que sí, que, de hecho, las
hay que son mejores. Ahora bien, hay que tener cuidado, porque no
todo el que parece alternativa lo es si lo que buscamos es proteger
nuestra privacidad y, a la vez, dejar de contribuir a la
privatización de Internet.
Sin
duda, en este sentido la mejor opción es buscar herramientas
de software libre.
Este término no es sinónimo de código abierto, aunque a menudo los
encontramos asociados. Código
abierto significa
que se hace público y accesible el código fuente del software,
pero no nos dice nada acerca del fin con el que esta persona o la
entidad que lo ha desarrollado ofrece esta información. Simplemente
indica que podemos tener acceso. En cambio, el software libre
de código abierto permite, además, la modificación y distribución
del código fuente.
Navegador
(Chrome)
Firefox.
Es un navegador de código abierto y desarrollado por una fundación
sin ánimo de lucro. Tiene varios complementos enfocados a garantizar
la privacidad de los usuarios. Por ejemplo, podemos instalarnos uno
que borra las cookies de
una página consultada una vez cerramos la pestaña del navegador.
Otro sirve para evitar que, si tenemos perfil en Facebook, esta
empresa vincule a él información sobre las páginas por donde
navegamos.
Tor
browser.
Detrás la creación del buscador Tor hay un objetivo principal:
garantizar la navegación privada. En este video,
además de justificar la necesidad de proteger la privacidad en
Internet, explican como funciona el sistema Tor: utiliza tres capas
de cifrado y dirige la conexión a través de tres servidores
situados en todo el planeta y administrados por personas voluntarias.
Otros: Brave.
Motor
de búsqueda (Google Search)
DuckDuckGo.
Este buscador se dio a conocer utilizando la denuncia de la
vulneración de la privacidad por parte de Google, con
el reclamo “Google
te rastrea, nosotros no”. Sí que registra las palabras buscadas,
pero no las cede ni vende a terceros. Tampoco ofrece la posibilidad
de publicar anuncios segmentados segun el perfil de la persona que
navega. Ahora bien, según la Wikipedia,
los servidores de este buscador, de una empresa con sede en
Pennsylvania, se ubican en Amazon. Así pues, si además de la
privacidad nuestro objetivo es romper con grandes multinacionales,
por este lado parece que no acabamos de resolverlo.
Startpage.
Es un buscador que no registra la dirección IP del usuario ni
rastrea las buscas. El año 2008 fue galardonado con el Sello Europeo
de Privacidad. Pero si lo que buscamos es no alimentar el negocio
Google, no es una buena elección. La fórmula de este buscador es
clara y lo explican ellos mismos en su web:
“No se puede ganar Google en cuanto a la búsqueda en línea… Por
eso hemos decidido establecer una relación comercial con ellos,
pagándoles a cambio de poder utilizar sus brillantes resultados,
pero con el poder de eliminar todos los registros y rastreadores”.
Framabee.
Es un metamotor de búsqueda que reagrupa los resultados de otros
motores de búsqueda, con la ventaja que no conserva información
sobre las personas usuarias y, por lo tanto, tampoco comparte los
datos con terceros. Aquí se puede bloquear el motor de búsqueda de
Google. Si no lo hacemos, habremos ganado privacidad, pero no
podremos decir que somos “googlefree”.
También
hay los llamados buscadores
verdes.
Por ejemplo, Ecosia, que hace donaciones a una ONG para plantar
árboles en función de la cantidad de búsquedas realizadas. (La
compensación de emisiones a base de plantar árboles es fuente de
controversia, en la que no entraremos ahora aquí.) Ahora bien, estas
opciones verdes utilizan los motores de búsqueda de Google o Yahoo
y, por lo tanto, no son alternativas reales.
Correo
(Gmail)
Pangea.
Es una asociación catalana sin afán de lucro comprometida con el
internet ético y solidario. Destaca por su servicio de
alojamiento web pero
ofrece otras muchas herramientas, algunas de las cuales son buenas
alternativas a Google. En cuanto al correo electrónico, el servicio
de correo web que
utilizan es Roundcube que permite, entre otras funcionalidades,
establecer filtros y activar mensajes de respuesta automática.
Además, a cada buzón de correo pueden vincularse tantas direcciones
de correo electrónico como se quiera, sin coste añadido. Los
correos de Pangea, además, también se pueden gestionar desde
cualquier programa de gestión de correo. Para poder acceder al
servicio de buzón de correo, hay que asociarse a la cooperativa y
pagar la cuota de apoyo.
ProtonMail.
Es un servicio de correo orientado a garantizar la máxima
privacidad. La sede de la empresa y los servidores están en Suiza.
En su web sostienen
que “esto significa que todos los datos de usuario están
protegidos por las estrictas leyes suizas de privacidad”. Además,
utilizan un sistema de cifrado que impide, incluso a la misma
empresa, relacionar los datos con la persona que las ha generado. Por
eso, como ellos mismos advierten, si la persona propietaria del
correo olvida la contraseña, no hay manera de recuperar la
información.
Riseup.
Este servicio lo ofrece un colectivo autónomo que desarrolla
herramientas de comunicación para las personas y grupos que trabajan
para el cambio social. Tiene la base en Seattle, pero cuenta con
personas que colaboran en todo el mundo. Su objetivo es crear
alternativas democráticas que permitan garantizar la seguridad de
las comunicaciones. Como Pangea, son alternativa a Google en más de
una aplicación. En cuanto al correo electrónico, también para
garantizar la privacidad, en caso de olvidar la contraseña tenemos
un código personal de recuperación. Si se pierde contraseña y
código, es imposible recuperar la información asociada a la cuenta
porque no hay otra manera de asociar la persona con la información.
Otros: Fast
mail, StartMail.
Agenda
(Google Calendar)
Etar.
Aplicación para el móvil, de código abierto, gratuita y sin
publicidad. Muy sencilla de usar para los que llegan desde Google
calendar. También permite gestionar varios calendarios de forma
simultánea.
aCalendar.
Aplicación para el móvil que destaca por la facilidad con que se
pasa de vista mes-semana-día y por los widgets que incluye. Pero
algunas utilitades de la versión gratuita incluye publicidad
segmentada en virtud de un acuerdo con Google.
NextCloud
Calendar.
Servicio del universo NextCloud (ver más abajo), incluido
al NextCloud
GroupWare (que
incluye también contactos y correo electrónico). No tiene
aplicación para el móvil.
Otros:
Framagenda
Almacenamiento
en la nube y documentos colaborativos (Drive y Google Docs)
Hay varios
servicios que nos permiten almacenar información y otros que
facilitan la edición de documentos en línea. Algunos lo hacen de
forma integrada, como pasa cuando se trabaja con Drive. Para editar
documentos desde el móvil, solo tenemos la opción del LibreOffice,
pero todavía está en fase de desarrollo.
Nextcloud
Files.
Es de código abierto e incluye funcionalidades de contactos,
calendario, Collabora Online –que permite la colaboración en línea
(edición de ficheros de texto, hojas de cálculo, etc.)–, galería…
Creado por una plataforma alemana de comunicaciones e intercambio de
archivos, con alojamiento propio. Tiene aplicación para el móvil,
pero no incluye el Collabora Online.
Pangea ofrece
su propio Nextcloud, instalado en sus servidores alojados en
Barcelona. Incluye los módulos de calendario, contactos, galería de
imágenes y Collabora Online.
Owncloud.
El equipo que lo ha desarrollado está vinculado a los orígenes del
Nextcloud, al cual se asemeja bastante.
Commons
Cloud.
Es una plataforma
en construcción que
acabará integrando un servicio de Oficina (NextCloud), un gestor de
proyectos (Fabricator) y un foro (Disqus). El proyecto se impulsa
desde varias entidades catalanas del sector tecnológico, como
UOC/Dimmons, Jamgo, CoopDevs, LleialTEC. Se desarrolla desde la
cooperativa de consumo y trabajo FemProcomuns.
Otros
servicios que permiten guardar archivos y/o editarlos de forma
conjunta
son: we.riseup.net, pad.riseup.net, share.riseup.net, LibreOffice
Online, Etherpad
Lite, Framadrive, Framapad (solo
texto), Framacalc (hoja
de cálculo), SpiderOak, Tresorit.
OpenStreetMap es
un proyecto colaborativo para crear mapas de contenido libre usando
datos obtenidos mediante dispositivos GPS móviles y otras fuentes de
datos. Los datos de los mapas y las imágenes obtenidas se comparten
bajo la licencia Open Database License, que significa que todo el
mundo puede hacer uso del material, con cualquier finalidad.
OsmAnd.
Aplicación para el móvil basada en los datos del OpenStreetMap. Es
de código abierto y gratuita.
Framacarte.
Permite personalizar los mapas del OpenStreetMap y después se pueden
imprimir o incrustar en el web.
Otros:
Here WeGo, Maps.me
(para el móvil).
Signal.
Aplicación de mensajería segura, de software libre.
Para el móvil, también tiene la función de llamadas.
Telegram.
Servicio de mensajería multiplataforma de código abierto que
permite intercambiar mensajes, fotos, videos y documentos encriptados
y autodestruibles.
Chatsecure.
Cliente de chat encriptado, de código abierto y libro para móvil
(solo iPhone) que admite encriptación «off-the-record»
(OTR), sistema que permite el anonimato de los participantes y el
cifrado de los mensajes.
Cryptocat.
Aplicación de código abierto, de software libre
y accesible que ofrece un chat encriptado en el navegador o en el
móvil.
Servicio
|
Herramienta
de Google
|
Alternativas
|
Encuestas
|
Formularios
de Google
|
Framaforms
Framadate
(para concretar fechas)
|
Análisis
tráfico web
|
Analytics
|
Matomo
|
Traductor
|
Google
Translator
|
Softcatalà
Deepl
Translator
|
Descarga
de aplicaciones
|
Play
Store
|
F-Droid
(solo por aplicaciones libres y de código abierto por Android)
|
Visualización
de vídeos
|
YouTube
|
Ixquick
|
Grupos
privados de correos
|
Google
Groups
|
Framalist
Maadix
Mailman
|
Videoconferencias
|
Hangout
|
Jitsi
NextCloud
Talk
Jaber
Framatalk
|
1.
Informarse de las alternativas
Para
continuar explorando qué hay más allá del mundo Google, un recurso
útil es la página No
more Google,
con un extenso listado de alternativas con ranking según la
experiencia de las personas usuarias. También podemos encontrar
alternativas a Google en los directorios Prism-break y AlternativeTo.
Por otro lado, aprovechar la experiencia de personas de nuestro
entorno puede ayudarnos. Así pues, si conocemos gente que no utiliza
las aplicaciones de Google, merece la pena interesarnos por la
valoración que hacen de las alternativas que han probado.
2.
Probar para acabar de decidir
No siempre se
acierta a la primera. A veces la que parecía la mejor opción no se
ajusta a nuestras necesidades. Hay que asumir que nos llevará tiempo
y, en algunos casos, gestiones. Porque hacer el cambio implica una
inversión de tiempo, que en algunos casos puede ser importante. Por
ejemplo, si partimos de un Gmail y lo queremos dar de baja, tendremos
que comunicar el cambio a muchas personas y entidades (como por
ejemplo al banco, a la biblioteca o a las empresas de suministro).
3.
Buscar complicidades
Muchas
de las aplicaciones que queremos sustituir implican interacción con
otras personas, por ejemplo, en el caso de documentos compartidos,
los chats o
las videoconferencias. Por lo tanto, a menudo tendremos que sumar
personas a nuestro objetivo. Hacerlo cuando ya conozcamos bien la
alternativa nos ahorrará reticencias y frustraciones.
El
proceso de cambio hacia las alternativas a Google se trata, al fin y
al cabo, de un empoderamiento
tecnológico.
Significa ganar libertad y, en muchos casos, vincularnos a proyectos
que resisten en la defensa de los valores originales de Internet.
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