¿QUIÉN NOS ALIMENTARÁ?
¿LA AGROINDUSTRIA O LA RED ALIMENTARIA CAMPESINA?
Un nuevo informe del Grupo ETC cuenta una impactante historia
de dos sistemas alimentarios
Se nos dice que es la gran agroindustria, con sus llamativas
soluciones tecnológicas y su influencia financiera, la que salvará al mundo del
hambre y la malnutrición generalizadas y ayudará a los sistemas alimentarios a
capear los impactos del cambio climático. Sin embargo, un nuevo informe del
Grupo ETC muestra que, de hecho, es una red diversa de pequeños productores,
denominada Red Alimentaria Campesina, la que alimenta al 70% del mundo,
incluyendo a las personas más hambrientas y marginadas.
Basándose en una amplia variedad de fuentes, el informe concluye que es la Red Alimentaria Campesina la que tiene la diversidad, la resiliencia y la huella ligera necesarias para adaptarse con éxito al cambio climático. La agroindustria mundial, en cambio, es una de las principales fuentes de emisiones de carbono, y es vulnerable por su uniformidad genética.
El informe ¿Quién nos alimentará?, es un informe basado en datos y
lleno de estadísticas inesperadas que revelan una historia de dos sistemas
alimentarios. Se trata de la tercera edición, y la síntesis más completa, de un
ejercicio de investigación que venimos realizando desde hace varios años. ¿Quién nos va a alimentar? da un vuelco a los
supuestos habituales sobre quién alimenta a quién en un mundo hambriento y
amenazado por el cambio climático.
Algunos puntos destacados del informe:
- Los
campesinos (no las empresas alimentarias) alimentan al mundo: el 70% de
la población mundial se alimenta de la red alimentaria campesina, y
los campesinos producen estos alimentos con menos (a menudo mucho menos)
del 25% de los recursos -incluyendo la tierra, el agua, los combustibles
fósiles- utilizados para llevar todos los alimentos del mundo a la mesa.
- La
producción industrial de alimentos no logra alimentar: Sólo el 24% de
los alimentos producidos por la cadena alimentaria industrial llega
realmente a las personas: el resto se desperdicia en las ineficiencias de
la producción de carne; se pierde en el transporte, el almacenamiento y el
hogar; y se desvía a productos no alimentarios.
- La
cadena alimentaria agroindustrial utiliza al menos el 75% de los recursos
agrícolas del mundo y es una de las principales fuentes de emisiones de
gases de efecto invernadero, pero proporciona alimentos a menos del 30% de
la población mundial. Por cada dólar que los consumidores pagan a los
minoristas de la cadena, la sociedad paga otros 2 dólares por los daños
sanitarios y medioambientales de la cadena. La factura total del
coste directo e indirecto de la cadena es 5 veces el gasto militar anual
de los gobiernos. En síntesis: La comida industrial nos cuesta más.
- La
cadena carece de agilidad para responder al cambio climático. Su I+D no
sólo está distorsionada, sino que está en declive al concentrar el mercado
alimentario mundial.
- La
Red Alimentaria Campesina fomenta entre 9 y 100 veces la biodiversidad
utilizada por la Cadena agroindustrial, entre plantas, ganado, peces y
bosques. Los campesinos tienen el conocimiento, la energía innovadora y
las redes necesarias para responder al cambio climático; tienen el alcance
y la escala operativa; y están más cerca de los hambrientos y desnutridos.
- Todavía
hay mucho sobre nuestros sistemas alimentarios que no sabemos que no
conocemos. A veces, la cadena agroindustrial lo sabe pero no lo dice.
Otras veces, los responsables políticos no están mirando. La mayoría de
las veces, no tenemos en cuenta los diversos sistemas de conocimiento de
la Cadena Alimentaria Campesina.
- La conclusión: al menos 3.900 millones
de personas pasan hambre o están malnutridas porque la cadena alimentaria
industrial está demasiado distorsionada, demasiado cara, y - después de 70
años de intentos - no se puede ampliar para alimentar al mundo.
Con las políticas, la tierra y los derechos adecuados,
las estrategias agroecológicas dirigidas por los campesinos podrían duplicar o
incluso triplicar el empleo rural, reducir sustancialmente la presión de
la migración urbana, mejorar significativamente la calidad y la disponibilidad
nutricional y eliminar el hambre, al tiempo que se reducen las emisiones de GEI
de la agricultura en más de un 90%.
El informe está disponible para su descarga en español
¿Qué sucede con los alimentos producidos por la cadena
agroindustrial?
La cadena agroindustrial produce cantidades inconmensurables
de comida. ¿Cómo es que alimenta a menos del 30% de la población mundial? Parte
de la respuesta es que la cadena cosecha calorías que no se destinan
directamente a la población.
Aquí la suma:
- 44%
de las calorías que produce la cadena agroindustrial se pierden en la
producción de carne. (Aunque la mitad de todas las calorías cosechadas por
la cadena se convierten en forrajes para el ganado, sólo 12% llegan a la
gente en la forma de carne y lácteos).
- Otro
9% de las calorías de los cultivos industriales se usan en la producción
de agrocombustibles o productos no alimentarios.
- Al
menos 15% de las calorías cosechadas por la cadena agroindustrial se
pierden en el transporte, el almacenamiento y el procesamiento.
- Aproximadamente
8% de las calorías de la cadena terminan en los botes de basura.
- Hasta aquí, 76% del total de calorías
que produce la cadena se desperdician antes de llegar al plato, de modo
que sólo 24% son consumidas directamente por la gente.
Además, se estima
que una cuarta parte de la comida que se ingiere (en peso) es consumo excesivo
que ocasiona enfermedades. Si
calculamos que al menos 2% de las calorías que vienen de la cadena
agroindustrial dañan la salud, resulta que 78% de la producción de la cadena
agroindustrial alimentaria se desperdicia y solamente 22% nutre verdaderamente
a las personas.
¿Quién está agotando nuestros recursos?
La red campesina emplea menos del 25% de las tierras
agrícolas para cultivar alimentos que nutren a más del 70% de la población
(proveyendo además apoyo primario para los 2 mil millones de personas que están
en mayor riesgo). ETC calcula que la red usa aproximadamente 10% de la energía
fósil y no más del 20% del agua que demanda la totalidad de la producción
agrícola, con prácticamente cero devastación de suelos y bosques.
La cadena agroindustrial utiliza más del 75% de la tierra
agrícola del mundo y en el proceso destruye anualmente 75 mil millones de
toneladas de capa arable y tala 7.5 millones de hectáreas de bosque. Además,
la cadena agroindustrial es responsable del consumo de al menos el 90% de
los combustibles fósiles que se usan en la agricultura (y sus
correspondientes emisiones de gases de efecto invernadero), así como al menos
80% del agua dulce, mientras nos deja con una cuenta de 12.37 billones de
dólares que debemos pagar tanto por los alimentos como por los daños. También,
la cadena agroindustrial arroja un saldo de 3900 millones de personas
subalimentadas o malnutridas.
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