EL SIGLO DE ORO
El miedo y la ignorancia; las dos muletas mentales en las que se sostienen
las personas alineadas con el credo científico que viene a ser la nueva
religión.
Aún sin saber si vino para quedarse y cuanto de lo que se
ha destruido pudiera repetirse, la conclusión más relevante de esta pandemia,
es que, además de la necesidad de generar más y nuevos recursos económicos,
medios materiales y humanos a futuro, la acción central de nuestros
gobernantes, en su vertiente humana, debiera ser, preservar la salud global de
la manera más autónoma posible. Evitar repetir colapsos, desgaste sanitario e
innecesario gasto público.
Leo en la prensa: “Osakidetza busca minimizar el impacto
de una posible oleada de virus en otoño y hace acopio de productos sanitarios”.
Buena noticia, pero solo como solución parcial dentro del abanico de soluciones
simultáneas que a mi entender deberían darse. Una solución en la línea conocida
hasta lo que hoy aplican profesionales médicos instruidos en la facultad desde
una formación dada más a tratar que a prevenir, más a curar que a no enfermar.
No sirve para lo fundamental; sí para incrementar enormemente la factura farmacéutica
y “engordar” a empresas de material sanitario.
Llegado el caso, la “solución” que anuncian desde el Gobierno
vasco, conlleva un nuevo confinamiento global, con acción gota a gota mediática
sobre el recuento diario de muertes y contagios, creando el caldo de cultivo
ideal, en particular en personas ancianas recluidas en centros residenciales y
grandes consumidoras de televisión y hábitos sedentarios, creándoles el pánico
con consecuencia inmunodepresora y pasar a ser de nuevo el sector “condenado”.
Desde una visión muy personal de los hechos, pregunto:
¿qué es lo que nos ha ocurrido? ¿cómo hemos llegado a esto?; ¿porqué y para
qué, esta reclusión global que conlleva interrupción de la actividad laboral,
de vida social, servicios escolaridad, etc? Saben que existen aplicaciones
informáticas para tener al instante el historial médico de todos los ciudadanos
¿en adelante harán uso de ellas y del teléfono, llamando a confinarse solo
personas con factor de riesgo, y atenderlas a domicilio evitando la iatrogenia
y colapso hospitalarios y el caos sociosanitario conocido?
No contestará ni la oposición; sobre su conciencia queda si
saben y pueden evitar a futuro: muertes innecesarias, quebranto
anímico-emocional, roces relacionales generados por el pánico y dependencia
económica de la UE, por incremento de la deuda con bajada del PIB....y callan.
20 siglos de soledad, nos han traído a este de hoy, en el
que en países con tecnologías avanzadas, no se crucifica a nadie como hace
2.000 años, ni se celebran juegos y luchas de humanos contra fieras en cosos y
circos de entretenimiento para la plebe, ni se quema en hogueras inquisidoras...
pero sí.
Sí, pues el “delito” de la plebe es, que somos
demasiados, usando demasiados recursos, demasiado rápido y desde hace demasiado
tiempo. Este pudiera ser el móvil que nos lleva a esta última declaración de
guerra a la humanidad, y que ya desde el final de la segunda guerra mundial,
estaría diseñada, como mínimo, la fecha para la última batalla... la batalla de
la Paz.
Honoré Balzac aseguraba que: “Todo poder es una
conspiración permanente”.
En la segunda mitad del siglo pasado, se preparó el caldo
de cultivo, y en las dos primeras décadas del presente se definió el arma
soberana y el epicentro del primer ataque... que ya lo sufrimos en esta tercera
década.
Miedo como arma dominante a través de una dictadura
mediático-científica en multisesiones monográficas
obsesivas-compulsivas-invasivas... enfermizas. La mentira como herramienta y el
pánico global como objetivo psicobiológico e inmunodepresor, va dejando el
sistema defensivo y la salud de las personas más vulnerables, a merced de
cualquier patógeno natural o inducido... y a morir
El miedo y la ignorancia; las dos muletas mentales en las
que se sostienen las personas alineadas con el credo científico que viene a ser
la nueva religión.
Nada de todo esto sería posible si el “ph” mediático, fuese
más neutro. Hoy la acidez, toxicidad y censura infinita en los medios de
comunicación, es el indicador más ilustrativo de que todo corresponde a una
estrategia deliberada.
¿Diseñada por quién?; es lo que menos importa. Importa el
¿para qué? pues la colectividad debemos anticiparnos en tomar medidas para contrarrestar
y/o contestar a lo que todo esto nos pudiera traer. También ahí nos debemos
“vacunar” de los partidos y organizarnos al margen de ellos... ¡de todos!!!
El Planeta nos dice: “No lloréis por Mí; llorad por
vosotros y por vuestros hijos”. No para salvarlo; sí para salvar nuestra
existencia, desde otro modo de vida, basada en una nueva conciencia y ética
medioambiental, más acordes con Su espiritualidad. El Planeta no es una cosa;
es un Ser de amor-calor creciente, que no nos quiere salvadores del cambio
climático y a su vez descuidar nuestro Jardín. Nos pide no contribuir en la
manipulación genética, climática y en sus criaturas.
En el siglo XXI, el gasto en I+D+I con subvención
pública, ha posibilitado ese gran salto cualitativo en desarrollo
biotecnológico para control de la plebe y la domótica para confort de las
élites. En la medida que vamos sumando causas parejas, salvando distancias y
envergaduras, se podría equiparar a los siglos “fríos”, en la consecuencia de,
pérdida de conciencia e individualidad de ser.
El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga destaca la
infantilización evolutiva de la especie humana, referida tanto a los
responsables de gestionar la crisis como a la conducta de la ciudadanía.
Entiendo, que la compara con la infantilización de aquellos animales que fueron
domesticados por los humanos, para usarlos a conveniencia, y nadie como él,
conoce... nuestra “evolución” desde la caverna.
Si en la primera década, el Calor amable de este siglo
Solar, nos llamaba a vivir desde la “inteligencia emocional”, para esta
segunda, y entre quienes no queremos volver a la “normalidad” que existía, y
reaccionamos para crear nuevos paradigmas convivenciales, llama a la
“inteligencia relacional”, ya que la emoción que surge cuando se integra lo
plural con naturalidad a favor de la igualdad de oportunidades, la sociedad se
vuelve inteligente, y por ahí debemos empezar, con la Educación por... La
salud desde la escuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario