UNO ENTRE MIL
La humanidad no se da cuenta porque ya es tarde, los que
todavía somos conscientes estamos en guerra, en una guerra que comenzó hace
decenas de miles de años y hemos perdido, ya es tarde, la mayoría morirá por
comodidad, egoísmo e indiferencia, millones ya están muertos solo parecen
deambular, pero han perdido su esencia escuchando mensajes espirituales
luminosos, esperando fechas o haciendo que meditan en este o aquel grupo mientras
los devoran, ¡si quiere meditar medite solo!
La guerra está perdida y la humanidad tal y como la conocemos desaparecerá por ser artificial pero sobre todo desaparecerá por no haber hecho nada para salir de esa artificialidad y mostrarse como una energía que quiere vivir, a pesar de todas las señales, intentos y sacrificios hechos para liberarlos.
Prefirieron quedarse con su televisor, su licuadora, su radio y su tostadora antes de tomarse el trabajo de pensar, sin comprometerse, cayendo así en una triste trampa, no dándose cuenta que esa insignificante y miserable zona de confort primero fue una distracción y una demora, luego pasó a ser un supuesto refugio, luego y para el 99,99 % de la humanidad es una cárcel y pronto será su horrible oscura y húmeda tumba.La humanidad ha sido exterminada, esto es un proceso de
extinción como movimiento estratégico final de una guerra que ya terminó,
librada desde sus comienzos contra la oscuridad, la lucha está perdida y ya no
hay vuelta atrás para nada ni para nadie salvo para aquellos.
Quizá aún quede uno entre mil, ese que comprendió que en una
guerra solo se puede sobrevivir para luego intentar vivir si se gana la
batalla, aún aquel que atravesado por cien flechas caiga sin sangre en sus
venas y no haya entregado su fe y su valor ¡habrá vencido! porque ese habrá
ganado su batalla y no será ni puede ser tocado por nada ni por nadie porque su
esencia brillará cada vez más y las valquirias vendrán por él.
Esta fue una guerra y aquel que no lo entienda, aquel que no
lo comprenda y no pueda sentirlo ya ha perdido su última batalla, aquella que
lo involucra solo a él y a su enemigo, aunque todavía respire o parezca que lo
hace, ya no es un guerrero y tal vez nunca lo fue porque nunca decidió serlo,
ahora se ha convertido en un instrumento del mal, en una cáscara vacía,
herramienta de ese mal inteligente y poderoso que aquellos que estamos vivos
debemos enfrentar cada día solo con nuestro valor y fe sin cuyos atributos
divinos no seríamos nada porque nuestro Creador habla a través de ellos y nos
transforma en seres infinitamente poderosos, a veces.
La humanidad perdida fue creada para servir como esclavos y
se hizo a las apuradas porque había que cumplir con los plazos, por ello hay
infinidad de errores, cortes, fusiones y hebras apagadas en nuestro ADN, desde
ese caos hemos venido y a pesar de ello y por ser hijos del Sol muchos de esos
errores y apuros fueron transformándose y recombinándose de maneras
insospechadas e inesperadas porque allí donde intentaron cortar también
abrieron un algoritmo desconocido que se mostraría más tarde con implicancias
inexploradas por los genetistas, no importa que tan buenos sean ellos ¡no lo
saben todo! y más aún cuando tienen un plazo que cumplir, desde allí se
abrieron posibilidades infinitas para el triste humano/esclavo de la tierra,
esa luz se proyectó fractalmente y llegó al creador quien decidió enviar a sus
hijos para usar las armas del enemigo en su contra, para transformar a su prole
sirviente en su propia amenaza y destrucción, muchos han venido y todos han
sido despreciados, por eso hemos sido exterminados, sí, ¡ya estamos extintos!
porque la creación no comete el mismo error dos veces.
La limpieza y la cacería han comenzado y no quedará piedra
sobre piedra, estoy rodeado de presas insulsas, temblorosas y temerosas, ¿dónde
están mis hermanos? al 99,99% le han quitado su capacidad de manifestarse y
actuar conforme a la creación, ¿a dónde hemos llegado? Este es el final de
todas las cosas y es difícil comprender realmente en qué tan débiles máscaras
se han convertido, solo son parásitos, zombis y sombras. ¿Dónde están mis
Hermanos?
Solo quienes comprendamos lo que significa ser uno entre mil
tendremos la opción de ser vistos y considerados, el resto es basura que será
barrida por el viento como las hojas secas de un árbol que ya murió por no
haber sabido ni querido contener la vida, por ser egoístas, por haber querido
salvarse solo a sí mismos, cuando en realidad lo único que correspondía es
compartir lo que supieran, nadie les iba a sacar el pan de sus bocas y nadie se
iba a quedar con los miserables e ilusorios bienes que poseen, serán barridos
por haber traicionado y canjeado la verdadera magia por trucos baratos, deseos
inservibles y luces fatuas, lo único que debían hacer es cuidarse a sí mismos y
cuidar su flama sagrada y fallaron por egoísmo, indiferencia y por ser
miserables que solo se divierten y se sienten atraídos ante la sangre derramada
por otros y el rédito que podrían obtener de ello.
Mi mensaje es lapidario porque así debe serlo porque hay que
incinerar a los muertos y porque solo así se demuestra respeto a la llama que
crece en mí, sino no sería justo, yo no soy como ustedes y a la vez espero a mis Hermanos, aquellos que son UNO entre MIL.
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