LAS 5 A EN LAS QUE BASAR LA VIDA
ATENCIÓN, ASOMBRO, AGRADECIMIENTO ALEGRÍA, AMOR
Aunque es cierto que las fórmulas hechas se aplican mejor a
los negocios que a la filosofía, a veces algunas personas encuentran una
especie de clave mnemónica y sintética que puede tener gran uso. Esto es
especialmente cierto, aunque raro, cuando dicha fórmula surge de la
creatividad de personas que tienen un dominio intelectual y práctico.
Este es el caso de Pablo d'Ors, sacerdote católico y escritor que
ha dedicado parte importante de su obra a escribir sobre la meditación.
Pablo d'Ors viene de una ilustre familia intelectual. Su abuelo Eugenio acuñó la genial frase que famosamente puede verse inscrita en la fachada de una casona de Madrid: "Todo lo que no es tradición, es plagio”. Pero Pablo d'Ors ciertamente no sólo está interesado en las frases bellas, sino en las experiencias de transformación.
En
una entrevista reciente, el sacerdote hizo referencia a que nuestra
época es neurótica, carece de silencio y ha perdido el dominio de su atención.
D'Ors indica una suerte de remedio para esta modernidad alienada y ansiosa, en
la que todos están preocupados por las futuras generaciones:
Callarse más. Hablar menos. Conectarse sólo
ocasionalmente a Internet. Meditar. No podemos dar a nuestros hijos nada que no
vivamos nosotros. El problema no son nuestros hijos, sino nosotros.
Y sentencia que en realidad la clave de una vida con
sentido, una vida contemplativa, es la atención:
La atención lleva al asombro. El asombro al
agradecimiento. El agradecimiento al amor. Y el amor a la alegría. Ese es el
proceso, las 5 A: atención, asombro, agradecimiento, amor y alegría. Cualquier
proceso formativo serio debería estar construido sobre estos pilares.
Y aquí tenemos esta fórmula, esta "receta", si así
se le puede llamar. Y sabemos que las recetas existenciales suelen ser vanas
simplificaciones, carnadas para hacernos creer que hay algo profundo en ellas.
Pero en verdad, si meditamos sobre estos cinco puntos, nos daremos cuenta
que es difícil encontrar un diagnóstico y una orientación más
clara para el predicamento contemporáneo.
Ya decían los budistas y los hindúes que el universo
entero nace de la letra A. Y aquí con cinco A, bien llevadas, tenemos un
sendero profundo que está en el mundo pero no es del mundo, que ama y
contempla, que se maravilla y agradece, que construye su propia mente pero que
cuida también del otro. Más aún: que puede combatir las
fuerzas enajenantes de una sociedad que no reflexiona, que no ofrenda,
que no agradece, que niega el misterio y que no se detiene a
contemplar.
Atención, asombro,
agradecimiento, amor y alegría.
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