Integrando activismo y necesidad en los barrios
Si
hay una solución común para todos los colectivos afectados por la
crisis que sea al mismo tiempo un paso hacia una alternativa de
sociedad, ésta pasa por la organización colectiva en el ámbito
vecinal y comunitario. Reforzar las relaciones comunitarias es un
medio contra la precariedad vital y al mismo tiempo una finalidad en
sí misma.
Volver a la comunidad es uno de los referentes básicos
del movimiento por el decrecimiento, ya que quien aprende a compartir
y a moverse en un entorno solidario, se da cuenta que el consumismo
ha sido una práctica sin sentido que creó adicción cuando
olvidamos que los lazos sociales no tienen precio. En cambio, la
generación de espacios y bienes compartidos ayudará a reducir el
impacto ecológico de nuestra presencia en la Tierra al mismo tiempo
que hará aumentar nuestra calidad de vida.
En
este contexto, las cooperativas me parecen el método legal idóneo
para agregar voluntades a una práctica poscapitalista que haga
abandonar la propiedad privada en bien de la colectividad. Además,
esta forma jurídica nos permite al mismo tiempo construir economías
colectivas y autogestionarias y protegernos de los embargos de los
bancos y de los estados, estos últimos cada vez más incisivos con
la práctica de las penas-multa como forma de represión.
El
reencuentro entre los vecinos en sus barrios debería servir para
potenciar, en amplias capas de población, la autogestión de sus
necesidades. Como miembros de una cooperativa en que cada cual aporte
su profesión, oficio, habilidad o simplemente su tiempo, pueden
poner en común productos y servicios entre los asociados cubriendo
comunitariamente parte de sus necesidades y al mismo tiempo venderlos
fuera para poder adquirir los ingresos que les permitan cubrir los
gastos monetarios de su día a día.
Este
espacio de socialización también puede servir para romper con las
relaciones verticales y mercantiles que han marcado en el capitalismo
actual el acceso a necesidades básicas como la educación y la
salud; y que entre todos podamos poner en común la práctica de
aprender a aprender, para así poder autogestionar nuestra vida
cotidiana.
Enric
Durán
Extracto
del libro ‘Insumisión
a la banca’ de Enric Durán
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