29/5/19

Que entre todos podamos poner en común la práctica de aprender a aprender

CONSTRUYAMOS UNA ALTERNATIVA COLECTIVA AL CAPITALISMO

Integrando activismo y necesidad en los barrios


Si hay una solución común para todos los colectivos afectados por la crisis que sea al mismo tiempo un paso hacia una alternativa de sociedad, ésta pasa por la organización colectiva en el ámbito vecinal y comunitario. Reforzar las relaciones comunitarias es un medio contra la precariedad vital y al mismo tiempo una finalidad en sí misma. 

Volver a la comunidad es uno de los referentes básicos del movimiento por el decrecimiento, ya que quien aprende a compartir y a moverse en un entorno solidario, se da cuenta que el consumismo ha sido una práctica sin sentido que creó adicción cuando olvidamos que los lazos sociales no tienen precio. En cambio, la generación de espacios y bienes compartidos ayudará a reducir el impacto ecológico de nuestra presencia en la Tierra al mismo tiempo que hará aumentar nuestra calidad de vida.


En este contexto, las cooperativas me parecen el método legal idóneo para agregar voluntades a una práctica poscapitalista que haga abandonar la propiedad privada en bien de la colectividad. Además, esta forma jurídica nos permite al mismo tiempo construir economías colectivas y autogestionarias y protegernos de los embargos de los bancos y de los estados, estos últimos cada vez más incisivos con la práctica de las penas-multa como forma de represión.

El reencuentro entre los vecinos en sus barrios debería servir para potenciar, en amplias capas de población, la autogestión de sus necesidades. Como miembros de una cooperativa en que cada cual aporte su profesión, oficio, habilidad o simplemente su tiempo, pueden poner en común productos y servicios entre los asociados cubriendo comunitariamente parte de sus necesidades y al mismo tiempo venderlos fuera para poder adquirir los ingresos que les permitan cubrir los gastos monetarios de su día a día.

Este espacio de socialización también puede servir para romper con las relaciones verticales y mercantiles que han marcado en el capitalismo actual el acceso a necesidades básicas como la educación y la salud; y que entre todos podamos poner en común la práctica de aprender a aprender, para así poder autogestionar nuestra vida cotidiana.


Enric Durán



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