RENTA BÁSICA
CREAR UN PEQUEÑO
MICROCOSMOS DE UNA RENTA BÁSICA
Al frente de la Oficina del Plan Piloto para Implementar la
Renta Básica Universal, Sergi Raventós avanza con su equipo en el diseño de un
experimento que pretende reproducir con la máxima exactitud cómo sería la vida
de una población en la que todas las personas tienen sus necesidades básicas
cubiertas.
La Oficina del Plan Piloto para Implementar la Renta Básica
Universal de la Generalitat de Catalunya da a la plaza de San Jaume, desde
allí, su director, Sergi Raventós, y el equipo que la conforma, pueden ver de
cerca qué se cuece en la calle, seguir, a través de las cristaleras, las
distintas protestas que confluyen frente al edificio. Es efectivamente hacia
fuera que se mira en esta oficina, pero más allá: desde que despegó el otoño
pasado, ha intensificado su actividad para recabar todos los datos que necesita
sobre los municipios y las poblaciones donde se implementará en pocos meses una
experiencia piloto innovadora.
Con el equipo formado y una intensa agenda de encuentros detrás, Raventós hace balance de los primeros meses de trabajo y cuál es el camino a seguir para poder poner en práctica este experimento con el que esperan obtener experiencia e información para fundamentar la propuesta política de la renta básica.
Para ello cuentan además con un comité asesor, y están conformando un comité científico, y otro ético que cuidan del contenido, la efectividad y la coherencia de una iniciativa que, esperan, sea un paso firme hacia la renta básica como realidad.¿Cómo llegáis al parón estival después de estos primeros meses de actividad?
Ahora es un momento de estos en los que quieres ir cerrando temas y te da la
sensación de que no vas a llegar al verano. Es verdad que se van moviendo
cosas: sentimos que las piezas se están encajando, algunas más rápido que
otras. Por ejemplo, ayer tuve una reunión importante sobre de qué manera el
departamento que gestiona las prestaciones, que es el de Derechos Sociales, se moja
con este tema y nos puede ayudar en todo. Se trata de una cuestión clave,
porque si podemos tirar adelante será entre otras cosas porque el
aplicativo, la gestión del plan piloto, se puede hacer. Para ello
necesitamos profesionales que se involucren y con los que podamos
coordinarnos.
Hace un par de meses tuvisteis unas jornadas con personajes claves de otros planes piloto, ¿qué aportó esta conversación?
Sí, fue a finales de marzo, abril, participaron diversos expertos de planes
piloto. Estuvo bien porque las jornadas se hicieron con el fin de comentar las
diferentes experiencias previas, y permitieron ver también los diferentes
errores que se han cometido, qué cosas también tendríamos que tener en cuenta a
nivel de comunicación, de pedagogía, de relato. De todo esto pudimos hablar con
estas personas que han estado en Canadá, en Finlandia, en Estados Unidos,
probando diferentes planes piloto.
Son experiencias que han dejado un poso del que se puede extraer enseñanzas.
Por supuesto. Sí que es verdad que aquí en Catalunya estamos haciendo un piloto
muy especial, un tipo de planteamiento bastante similar al que sería una renta
básica aplicada en un territorio: vamos a dar 800 € para adultos y 300 para
menores de 18, a 5.000 personas. De estas 5.000, 2.500 serán en dos
municipios. Son poblaciones pequeñas de mil y pico habitantes, y luego el resto
serán escogidos aleatoriamente en toda Cataluña.
Respecto a la parte aleatoria, esto es lo que más se ha
hecho previamente a nivel mundial. En cambio, que todo el mundo cobre la renta
básica en dos municipios, es bastante original. También la cantidad que vamos a
otorgar es bastante considerable. Y luego el hecho de que no vamos aquí a hacer
ningún grupo específico, que si desempleados, que si personas en situación de
pobreza…. No, no, la va a recibir todo el mundo.
En cuanto a la parte aleatoria estamos mirando si podemos
asignar la renta básica a unidades de convivencia completas, que todas las
personas integrantes del domicilio seleccionado reciban una renta básica.
Tuvimos el debate sobre si lo haríamos con una persona por domicilio o
facilitaríamos la renta básica a todos los integrantes. Al final ha ganado esta
segunda opción, pues creemos que así el impacto va a ser considerable: aquí sí
que podremos encontrar hechos como que un joven se pueda emancipar o que una
mujer decida que esta es la ocasión de largarse, de dejar a este tipo o no. De
la otra manera, con una renta básica para un domicilio de tres o cuatro
personas la renta básica quedaba un poco diluida.
Para poner esto en práctica, el Instituto de Estadística de
Cataluña en principio nos tiene que aportar los datos para ver si realmente
podemos detectar cuántas personas viven en cada uno de los 800.000 domicilios
que hay. Esa es la parte un poco más complicada.
Entiendo que gran parte de la labor ahora, además de definir cómo va a ser exactamente esta renta básica, es establecer diálogos e implicar a todas las instituciones necesarias.
Efectivamente. En este sentido es muy interesante, pero a la vez también muy
minucioso, laborioso, todo el proceso que tenemos por delante. Por un lado
tenemos la difusión del plan piloto, estamos asistiendo a diferentes
localidades, tanto de Catalunya como de fuera. Hemos hecho encuentros online,
por supuesto, pero también nos están invitando presencialmente. Yo estuve hace
unos días en Palma, hace un par de semanas en Almería y la semana que viene hay
gente de la oficina que se traslada a Friburgo. Aquí en Catalunya hemos hecho
actos en diferentes localidades y vamos a hacer más.
Por otro lado, nos estamos reuniendo con entidades más o
menos importantes de diferentes ámbitos: de la infancia, de la migración, del
tercer sector, de sindicatos alternativos y también Comisiones Obreras.
Entidades importantes en Cataluña como Òmnium o la ANC, Cáritas incluso.
También nos estamos coordinando con los diferentes departamentos de la
Generalitat, les estamos explicando el plan piloto, pero también pidiendo
datos. En función de su rama, poder saber, por ejemplo, en temas de educación,
¿qué indicadores tienen de chavales que abandonan el sistema escolar? O con el
departamento de Derechos Sociales, ¿qué indicadores hay a nivel social?
Pretendemos construir así la encuesta base que vamos a tener que elaborar
pronto para poder pasarla primero a toda la población, y luego al grupo de
tratamiento y de control, y poder ver así qué cambios se producen.
Supongo que ese mapeo es central
Es importante elaborar los indicadores que queremos tratar, temas relativos a
las deudas, a la pobreza, a la educación e incluso temas relacionados con la
autonomía de las personas. Datos que nos permitan discernir en qué van a
invertir tiempo a partir de ahora con la renta básica o si va a tener algún
planteamiento diferente al que tenían sin la renta básica, si se han pensado la
posibilidad de montar algún negocio, si van a hacer menos uso de los servicios
sociales. Pensamos que toda esta información que queremos encontrar, es la
parte que en muchos planes piloto no se ha podido conseguir, es decir, valorar
el impacto que tiene una renta básica en una comunidad en la que todo el mundo
recibe la renta básica.
Nosotros vamos a crear como un pequeño microcosmos de lo que
sería una renta básica aplicada a un territorio. Tendremos dos municipios
—entre uno y otro tendrá que haber una separación para que no se puedan
contaminar— y todas las personas que forman parte de esos municipios
recibirán la renta básica. En realidad será el 90%, pues el 10% más rico no va
a percibir la renta. Como no podemos hacer ningún tipo de simulación fiscal,
porque no tenemos los instrumentos para hacerla, lo que vamos a hacer es este
tipo de planteamiento de que a partir de un corte determinado que tendremos que
ver si es de 40.000 mil euros, o lo que sea, que los más ricos se van a quedar
fuera. Es también la forma de mostrar a la población que la gente más rica
tendría que aportar más dinero y por tanto, a nivel de suma y resta saldría
perdiendo.
Habrá cierta expectación por arrancar e ir concretando todas estas ideas, ¿en qué fechas comenzará el piloto en sí?
Inicialmente nos planteamos empezar este mismo diciembre, pues creíamos que era
un mensaje interesante, empezar el mismo año en el que arrancaba la oficina.
Pero luego, decidimos posponer, teniendo en cuenta que el tema de los años
fiscales mejor que sean enteros, y la necesidad de disponer de un poco más de
margen, curarnos en salud. Y es que empezábamos también a detectar que no
íbamos a estar sobrados de tiempo, pues una cosa es la creación de la oficina
del plan piloto como ente, pero luego el personal, los técnicos que forman
parte de la oficina, se incorporaron ya en febrero.
Ahora tenemos un buen equipo, en este sentido una maravilla.
En su momento tuve que pensar un poco qué perfiles eran los más adecuados. Al
final la componen un jurista, una especialista en bases de datos, un analista
de datos, una economista, una socióloga, un compañero de comunicación y una
técnica administrativa. Con este equipo, la verdad es que ya se pueden
gestionar cosas, se pueden avanzar procesos. En este sentido se ha notado mucho
desde que está el equipo, hemos ido avanzando en diferentes frentes a nivel
jurídico, a nivel de datos. Es verdad que ya estamos en junio y cada vez queda
menos tiempo, los nervios van aumentando. Pero también es verdad que se van
haciendo progresos.
¿Cómo se van a definir los municipios que se convertirán en este microcosmos en el que todas las personas reciben la renta básica?
Tendremos que analizar una base de datos de municipios. Más o menos hemos
calculado que por la cantidad de habitantes que queremos para el plan piloto
—unos mil y pico habitantes— hay unos 70 municipios en Catalunya que cumplen
este requisito. Pero claro, de esos 70 municipios tenemos que empezar a ver por
un lado que no sean municipios muy ricos, o municipios extremadamente pobres,
que de alguna manera distorsiona el resultado. En definitiva, que no haya
muchos sesgos.
A partir de ahí haríamos un sorteo cuando tengamos ya una
preselección de los municipios que pueden ser candidatos. Serán como 40 o 50 municipios
que además combinen un poco la parte del rural, de servicios, industrial, que
tengan escuela, que tengan si puede ser un centro de atención primaria, que
haya algún tipo de servicios, esto además nos daría datos complementarios. Con
todo eso, en algún momento tendremos que, ante notario, hacer un pequeño
sorteo.
Y mientras profundizáis en este proyecto con entusiasmo, ¿crees que acompaña la voluntad política? Recientemente hemos visto el paso de la ILP vasca por el Parlamento, y cómo los partidos han dado al traste con una propuesta que había obtenido mucha adhesión popular.
Aquí, a diferencia de la ILP vasca, nosotros ya estamos dentro del gobierno y
en este sentido tenemos por un lado al partido de gobierno que es Esquerra
impulsando el tema y por otro lado tenemos la CUP que provocó que hubiese este
acuerdo. Habrá que ir viendo el resto de partidos qué posiciones van
tomando en relación al plan piloto. De momento están a la expectativa. También
nos encontraremos con sectores hostiles, seguramente, pero el hecho de que
estemos trabajando desde el gobierno nos facilita llegar a actores y a rincones
importantes. Desde aquí estamos convocando a entidades de todo tipo, desde
entidades que trabajan con personas inmigrantes, a gabinetes jurídicos, a personas
que trabajan con gente sin techo, o en situación de pobreza. En fin, que
tenemos esa posibilidad de poder dialogar y poder debatir sobre las virtudes de
una renta básica.
En 2020, cuando hubo una interrupción brutal del trabajo, tomó fuerza el debate sobre la renta básica como forma de afrontar esta realidad. Dos años después, se nos habla de la bajada del desempleo y de la recuperación del mercado laboral. ¿Esta conversación optimista sobre el trabajo desplaza la cuestión de la renta básica?
Creo que el debate sobre la renta básica ha venido para quedarse en muchos
aspectos. El otro día, por ejemplo, también había debate sobre la prostitución
en el Parlamento y por parte de la diputada de la CUP, ya apareció el tema de
que la Renta Básica podía ser una buena propuesta para las trabajadoras
sexuales, se trata de un debate que ha ido apareciendo en diferentes momentos.
Aquí en Catalunya han tomado posición también algunas entidades del ámbito del
tercer sector o del ámbito de la juventud.
Respecto al tema del trabajo, habrá que ver también qué
contratos se hacen. Si realmente está mejorando el mercado laboral, y si
realmente esto permite a la gente salir de situaciones de precariedad y de
pobreza, pues ya sabemos que hay un porcentaje bastante considerable de
personas que aun trabajando están en situación de pobreza.
También venimos de un tiempo en el que estamos hablando mucho de salud mental, ¿crees que cuando se aborda esta cuestión, se está tomando en cuenta la situación material de la gente y cómo medidas como una renta básica podrían servir para afrontar esta crisis u otras problemáticas más amplias?
Veo que la renta básica se está abriendo paso en diferentes sectores. Ahora
tengo la posibilidad de tener una perspectiva tal vez más amplia. Desde la oficina
nos hemos encontrado, por ejemplo, con entidades que trabajan en el ámbito
ecologista y la ven con simpatía, con entidades que trabajan en el ámbito
rural, o sindicatos de campesinos, la unión de payeses, por ejemplo, que han
entendido perfectamente que esta propuesta podría dar respuesta a muchos de los
problemas que tienen: gente joven que se marcha de los pueblos,
temporeros que trabajan unos meses y luego se quedan en la estacada porque no
pueden acumular suficiente tiempo como para tramitar una prestación de
desempleo o incluso les hace la puñeta para tramitar la renta garantizada de
ciudadanía o la el ingreso mínimo vital.
En fin, ves que la renta básica interesa a la gente joven
que observa que la emancipación cada vez se aleja más, a mujeres que también
ven el factor que podría suponer para su emancipación, para evitar dependencias
tóxicas, a gente del mundo de las cooperativas, que ven cómo con esta
herramienta tendrían más fácil tirar para adelante. Creo que la renta básica
nos permite abrir más el foco y no solo centrarnos en temas de gente de pobreza
o de permitir la existencia material y punto.
En dos semanas concluye el periodo para la firma de la Iniciativa Ciudadana Europea para la renta básica universal, que tiene como finalidad llevar la propuesta a las instituciones comunitarias y de ahí a los Estados miembro. Se trata de una iniciativa que arrancó en septiembre de 2020 con cierta fuerza pero que ha quedado lejos de su objetivo. ¿Qué valoración haces de esto?
Hablando con activistas, hemos coincidido en que han faltado seguramente
personajes importantes o gente que haya visibilizado la campaña, además los
medios en general no han ayudado a darle difusión. Tengo entendido que ya
prácticamente quedan muy pocas firmas para conseguir el objetivo mínimo del
Reino de España, pero en conjunto seguimos muy lejos del millón de firmas
necesarias. Creo que este es un debate que curiosamente quizás gane fuerza a
nivel de los territorios. Habría que reflexionar también sobre qué dinámicas
provocan que en algunos países, por otro lado, haya tenido tan poco alcance la
campaña. Parece que finalmente, quizás habrá solo tres países que consigan el
mínimo: Eslovenia, Italia y el Reino de España que está a la puerta.
¿Cómo se gana fuerza en los territorios?
Hay que ver, por ejemplo, dinámicas como la Iniciativa Legislativa Popular en
el País Vasco. En este caso se consiguieron fácilmente las 22.000 firmas
necesarias para su ILP, pero es posible que las 22.000 personas que firmaron
ahí quizás no han firmado la iniciativa europea. Habría que ver si este
desajuste responde a que la gente ve la renta básica como algo más factible a
nivel territorial que a nivel europeo.
En cualquier caso, yo creo que la ILP del País Vasco, el
Plan Piloto de Catalunya y la iniciativa europea han sido tres dinámicas que
han generado cierto debate. Es importante seguir insistiendo: Ahora, por
ejemplo, en Andalucía, tengo entendido también que en Adelante Andalucía ya han
tomado la propuesta y habrá que ver si estamos en un momento en el que podamos
avanzar un poco más en el conocimiento, la difusión de esta posibilidad, porque
ya sabemos que los planes piloto están muy bien y pueden ser un buen cauce de
difusión, de debate y de análisis de los datos que nos puedan aportar. Pero
también conocemos cuáles son sus limitaciones y entonces ahí también hay que
ajustar expectativas.
Sobre todo es necesaria la movilización: los movimientos
sociales tienen que seguir insistiendo en el tema. No puede ser que aquí en
Catalunya, como ya existe la oficina del plan piloto, pues ya está, no hagamos
nada más. Al contrario, yo creo que aquí lo importante es ir avanzando en el
debate y en la difusión de la Renta Básica como una propuesta que podría dar
solución a muchos de los problemas que tenemos.
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