LA MÁS TONTA DE TODAS
La especie humana se puede ver como aquella que ha evolucionado al
servicio de la entropía, y no debe esperarse que sobreviva a las densas
acumulaciones de energía que han contribuido a definir su nicho. A los seres
humanos les gusta creer que son dueños de su destino, pero cuando la historia
de la vida sobre la Tierra se ve en perspectiva, la evolución del Homo sapiens
es un simple episodio transitorio que actúa modificando el equilibrio
energético del planeta.
David Price.[1]
La energía ha sido siempre la base de la complejidad cultural y siempre
lo será… el pasado aclara los caminos potenciales hacia el futuro. Una vía
frecuentemente discutida es la simplicidad cultural y económica y los menores
costos energéticos. Esto podría llegar con el “crash” que muchos temen, un
verdadero colapso a lo largo de un período de una o dos generaciones, con mucha
violencia, hambruna y pérdida de población. La alternativa es el “aterrizaje
suave” que mucha gente está esperando: un cambio voluntario a la energía solar
y a los combustibles verdes, a las tecnologías de conservación de la energía y
un menor consumo conjunto. Esta es una alternativa utópica que, como se sugiere
arriba, sólo se dará si un empeoramiento prolongado y severo en las naciones industriales
lo llega a hacer atractivo, y si el crecimiento económico y el consumismo se
pueden apartar de la esfera ideológica.
Joseph A. Tainter[2]
Cuando
utilizo en este documento la palabra “política” o “político”, quiero decir,
simplemente, “alguien que coarta a otro” en el sentido más amplio. “Coartar” es
obligar a alguien a actuar en una determinada dirección, bien sea mediante
recompensa o castigo.
En
1977, el miembro del “lobby” chino Johnny Chung observó: “Veo a la Casa Blanca
como un metro; uno tiene que meter monedas para abrir las puertas”.[3]Millones de americanos han hecho la misma
observación: la política estadounidense se basa en el dinero; un dólar un voto. ¿Por qué se
basa en el dinero? La sorprendente respuesta es: porque los Padres Fundadores
así lo quisieron.
Todos
hemos escuchado que los economistas recitan innumerables argumentos para la
política de laissez faire (“dejar
hacer”), que son, esencialmente argumentos de una “política basada en el
dinero”. Pero en este documento, señalaré los argumentos ocultos de la política
que se basa en el dinero, resaltaré los “límites al crecimiento” que son
inherentes al capitalismo; anticiparé el colapso social en las primeras décadas
del siglo que viene y propondré una nueva sociedad para mitigar en algo la
pesadilla que se cierne.
La sociedad de la avaricia
En los numerosos tratados sobre las pasiones que aparecieron en el
siglo XVII, no se encuentra división de opiniones a la hora de considerar a la
avaricia como “la más tonta de todas” o de tenerla como el más mortífero de los
pecados capitales que había llegado a ocupar hacia el final de la Edad Media.
Albert O. Hirschman[4]
Todos aquellos que escriben sobre asuntos cívicos muestran, como toda
la historia prueba con multitud de ejemplos, que quien quiera que organice un
Estado y establezca sus leyes tiene que asumir que todos los hombres son
malvados y actuarán perversamente siempre que tengan la oportunidad de hacerlo.
Tiene también que asumir que siempre que su maldad permanezca oculta durante un
tiempo hay una razón oculta por la cual permanece inadvertida a la espera de
una ocasión para manifestarse. Pero el tiempo, que es llamado el padre de toda
verdad, lo desvela.
Nicolás Maquiavelo. Discursos.
Nicolás
Maquiavelo (1469-1527) puede ser considerado el fundador de la política moderna
basada en el dinero. Maquiavelo escribió El príncipe cuando Italia estaba saliendo de
un estado de anarquía rampante. Su obra maestra fue diseñada como una guía para
un solo y poderoso líder que pudiera eventualmente unir el país.
Maquiavelo
abogaba por el “interés” racional (el cálculo)[5],
en vez de la “pasión” irracional (por ejemplo, el odio o la honestidad) en
asuntos relacionados con la política pública:
Ni un príncipe careció jamás de razones legítimas con las que colorear
su
mala fe. Se podría citar una pila de buenos ejemplos y listar los
muchos
tratados de paz, las muchas promesas que fueron anuladas e invalidadas
por
príncipes que traicionaron su fe, yendo la ventaja para aquellos que
mejor
sabían despistar. Pero uno debe saber cómo enmascarar hábilmente su
naturaleza y ser un gran disgregador. Los hombres son tan simples y tan
inclinados a obedecer las necesidades inmediatas, que a un impostor
jamás le
faltarán víctimas para sus fraudes.
Nicolás Maquiavelo. El Principe.
No
es sorprendente que los hombres prácticos se guíen todavía por sus ideas
durante las crisis sociales, ya que Maquiavelo creía que “el fin justifica los
medios”.
Una persona valiosa puede hablar a una multitud corrupta y desordenada
y
así llevar a ésta por el camino deseado, pero a un mal príncipe no se
le puede
decir nada, y el único remedio en este caso es el frío acero.
Nicolás Maquiavelo. Discursos.
En
el Renacimiento creció un sentimiento –que cristalizó en el siglo XVII- de que
ya no se podía confiar en la moral y la doctrina religiosa para contener las
pasiones destructivas del hombre.[6] Tenía
que buscarse un nuevo medio de control.
La solución más obvia era la
represión y la coerción. La represión había sido elegida por San Agustín ya en
el siglo V y por Calvino en el siglo XVI. Pero la solución represiva quedaba
dificultada por un problema aparentemente insuperable: ¿quis custodiet ipsos custodes? (¿quién vigilará a los vigilantes?) Supongamos que el
soberano se hizo excesivamente indulgente, cruel o tuvo cualquier otro defecto.
¿Qué pasará entonces?
Bernard
Mandeville (1670?-1733) rechazó la represión y sugirió que una sociedad basada
en el más mortífero de los siete pecados capitales[7] -la avaricia– crearía unos intereses maquiavélicos
comunes y suprimiría las pasiones irracionales. La sociedad ideal de Mandeville
era aquella en que la cooperación inconsciente de individuos, cada uno de los
cuales trabajase por su propio interés, daría como resultado el mayor de los
beneficios a una sociedad en libertad. Mandeville anticipó la teoría económica
del laissez-faire,
que promovía el interés personal, la competencia y muy poca interferencia
gubernamental en los trabajos de la economía.
Pseudo
democracia
La
democracia se define como el “gobierno del pueblo”. Pero nuestros Padres
Fundadores (N. del Editor: se refiere a los Founding Fathers:
los 55 delegados que crearon la constitución estadounidense de 1788) jamás
pretendieron que el “pueblo” se gobernase a sí mismo; el gobierno estaba
reservado para la clase adinerada. Dos politólogos tuvieron gran influencia en
el encuadre y la creación de la Constitución. John Locke (1632-1704) tuvo el
mayor impacto a través de su “Segundo
Tratado de Gobierno”. Locke fue pionero en las ideas de los derechos
naturales y la propiedad privada, así como en el concepto de la “separación de
poderes” para evitar que cualquier
sector
del gobierno obtuviese demasiado poder. El escritor francés Barón de
Montesquieu (1689-1755), el segundo intelectual más influyente de la
Constitución, desarrolló aún más el concepto de la separación de poderes y
pensaba que “la riqueza invisible que pueda ser enviada a cualquier parte”
forzaría a los gobiernos a gobernar con mayor “sabiduría”. En otras palabras,
aquí se encuentra el argumento político
del libre comercio:
… y a través de estos medios el comercio podría eludir la violencia y
mantenerse a sí mismo en cualquier sitio; el más rico comerciante tendría solo
una riqueza invisible que se podría enviar a cualquier parte sin dejar rastro…
de esta forma debemos… a la avaricia de los dirigentes el establecimiento de
una estratagema que libera, de alguna forma, al comercio de sus ataduras.
Desde entonces, los dirigentes, han sido empujados a gobernar con mayor
prudencia de la que ellos mismos hubieran deseado; por lo que, debido a esos
sucesos, los mayores y más repentinos actos del soberano (los grandes
golpes
de autoridad) han demostrado ser ineficaces y… sólo el buen gobierno
trae
prosperidad [al príncipe].[8]
Adam
Smith (1723-1790), al igual que muchos otros en su época, creía que el libre
tráfico y comercio conducían al buen gobierno y a la paz. En La riqueza de las Naciones,
Smith estableció poderosos argumentos económicos para el laissez-faire, pero el lector atento puede
encontrar también los argumentos políticos ocultos:
… el comercio y la fabricación introdujeron gradualmente orden y buen gobierno,
y con ellos, la libertad y la seguridad de los individuos, entre los habitantes
del país, que antes habían vivido en un estado de guerra casi continuo con sus
vecinos, y de servil dependencia respecto de sus superiores. [9]
James
Madison (1751-1836), el “padre de la constitución de los EE UU”[10] nació en una comunidad de “Virginianos de Locke” hechos a
sí mismos, para quienes los derechos de propiedad eran tanto naturales como civiles.
Madison estudió a Smith cuidadosamente, confiando en descubrir “los verdaderos
principios de la economía política que se necesitan por doquier… más aún en
nuestro joven país que en algunos países antiguos”.[11]
La
principal preocupación política de Madison se centró en el mantenimiento de la
estabilidad social mediante el control político y social de las facciones
rivales; el control del gobierno en sí era una consideración secundaria. Los
diseñadores esbozaron un sistema político elaborado:
·
Donde el “primer objetivo del gobierno” (su mayor prioridad) fuera “la
facultad” de adquirir propiedad.[12]
·
Donde la lucha de clases y pasiones (p.e. los conflictos religiosos) fueran
reemplazados por la lucha de intereses en el ámbito económico.
·
Donde el sistema político fuera extremadamente resistente al cambio.
·
Donde el poder político quedaba reservado a una minoría blanca, mientras se
proyectaba la ilusión de autogobierno de la mayoría. El alumno de Madison,
Richard K. Matthews explica:
Mediante la negación deliberada de cualquier papel en la estructura
gubernamental a prácticamente todos los ciudadanos, excepto a un puñado
de ellos, (estructura que) estaba diseñada para ser dirigida por una elite de
capacidades superiores (que, no obstante tendrían que estar controlándose y
vigilándose unos a otros), Madison implantó la lucha económica como la
principal búsqueda de sentido para la Humanidad.[13]
Madison
llegó incluso a resaltar que “la verdadera distinción” entre los regímenes
anteriores y el experimento de gobierno propuesto “consistía en la exclusión total de la gente de su capacidad
colectiva”[14] Matthews
continúa:
Esos pasajes anticipan también muy hábilmente la concepción de ciudadanía
de Madison: no dar ningún poder a “la gente” cuando se reúnen; permitir a
algunos hombres blancos, que actúen de forma aislada, la fugaz participación de
votar por sus representantes y restringir el derecho tanto como sea
políticamente posible a una sección del legislativo. Más allá de esta
aproximación mínima a la política, preguntar poco más a la gente, a no ser que
sea en condiciones extraordinarias[15].
Esa
es la teoría, y así es cómo funciona:
En 1884, uno de los hombres más ricos de su tiempo, Henry B. Payne,
quería llegar a ser el siguiente senador de los EE UU por Ohio. El hijo de
Payne, Oliver, tesorero de la Standard Oil hizo lo que pudo para ayudar. Justo
antes de las elecciones para el escaño de Ohio “se sentó en un despacho de un
hotel de Columbus con una pila de billetes enfrente suyo, para pagar los votos
de los legisladores del Estado” que entonces elegían a los senadores de los EE
UU.[16]
Sueños
elaborados
Los
americanos nunca han tenido una democracia, y los políticos no son otra cosa
que señuelos elaborados. Como para el gran Mago de Oz, manejando los monigotes
tras las bambalinas, el secretismo y el anonimato son esenciales para mantener
el poder. No importa el esfuerzo que Joe Six-pack (N. del Editor: denominación
cololoquial del prototipo de americano medio al que le encanta sentarse frente
al televisor con una caja de seis cervezas) haga para influenciar al gobierno
elegido, pues el gobierno en la sombra –la clase adinerada- siempre manejará
los resortes del poder: un dólar, un voto.
Nuestra
estructura social general es algo como esto (no es un “modelo”, es
“heurístico”):
La minoría rica determina la “lógica del beneficio”: Las
leyes estadounidenses y los acuerdos
comerciales
regulan los trabajos generales de la sociedad al mayor nivel de agregación
posible. (Los ricos dirigen a los pobres, en virtud de las Enmiendas Primera y
Quinta.)
Las
grandes corporaciones: Las grandes corporaciones son estructuras
técnicamente autónomas (máquinas) que siguen la
"lógica del beneficio" inherente a su diseño. Aquella que
no lo son, son eliminadas por bancarrota.
Los Medios: Las corporaciones alquilan a
los medios para programar a los "consumidores".
Consumidores:
Los consumidores hacen aquello para lo que han sido programados: consumen sus propios sistemas
vitales y eligen a los "traidores".
Traidores electos: Los traidores hacen
aquello para lo que fueron elegidos: venden el bien común a las Corporaciones para
su beneficio personal. Aquellos que no lo hacen, son eliminados
mediante campañas mediáticas.
Como
se ve, el gobierno americano fue
diseñado para ser corrupto, ¡porque se pensó que la clase
adinerada era más racional (calculadora) que los funcionarios electos o que el
público en general!. Por ello, la “Sociedad de la Avaricia” fue concebida como
un medio para mantener a los gobiernos y a los hombres “interesados en lo suyo”
(racionales). El capital fluiría hacia los gobiernos y los hombres que abrazaran
el maquiavélico “interés propio” (calculadores y racionales) y quedaría lejos
de aquellos que fuesen “apasionados” (irracionales).
¿Por
qué los Padres Fundadores no eligieron la democracia? Porque sabían que era intrínsecamente
inestable: la selección natural y el desarrollo genético crearon una tendencia
humana al dominio, a la sumisión, a la jerarquía y la obediencia, opuestas a la
igualdad y la democracia. Como dijo recientemente un politólogo:
Los científicos evolucionistas Somit y Peterson ofrecen una cuenta informativa
de las bases evolucionistas para nuestra oposición histórica (y actual) a la
democracia. Para muchos este no será un mensaje bienvenido, como cuando te
dicen que tienes la bragueta desabrochada. Aunque después del breve momento de cólera,
se tiende a agradecer al mensajero por evitarnos más vergüenza.[17]
El
señor cabeza de patata y los "Límites del crecimiento"
Su mente se deslizó hacia el laberíntico mundo del doblepensar. Saber y
no saber, ser consciente de la verdad en su plenitud, mientras se están
diciendo cuidadosamente mentiras construidas, para mantener simultáneamente dos
opiniones que se oponen entre sí, sabiendo que son contradictorias y creyendo
ambas, usar la lógica contra la lógica, repudiar la moralidad mientras se
reclama, creer que la democracia era imposible y que el partido era el guardián
de la democracia, para olvidar aquello que era necesario olvidar, y entonces
volverlo a traer a la memoria de nuevo en el momento oportuno, y de nuevo
olvidarlo de repente otra vez, y sobre todo, aplicar el mismo proceso al
proceso en sí, lo que era la sutileza final: introducir conscientemente la
inconsciencia y después quedarte inconsciente en el acto de hipnosis que uno
mismo había realizado. Incluso entender la palabra “doblepensar” implicaba el
uso del doblepensar.
George Orwell. 1984.
Una vez que uno le coge el truco, entonces aparece como algo evidente
que la teoría (económica) neoclásica del siglo XX se asemeja bastante al juego infantil
del Sr. Cabeza de Patata, en el que lo divertido está en mezclar y juntar
componentes sin mucha o sin ninguna preocupación por el resultado final.
Philip Mirowski.[18]
La
teoría económica neoclásica moderna no tiene nada que ver con la ciencia. Es
política disfrazada.[19] Los estudiantes
de economía se programan (utilizando modernas técnicas de “doblepensar”) para
que crean que no hay “límites al crecimiento”.[20] Una
vez se gradúan, los economistas sirven como dispositivos robotizados de
difusión que repiten mentiras elaboradas diseñadas para ocultar a “la gente” la
naturaleza política de la economía. Su misión es simplemente proteger a la
clase adinerada del examen público.
La
mayoría de las creencias doblepensantes de los economistas son simples estupideces.
Por ejemplo, los economistas creen que el capitalismo está movido por el
dinero. Pero los científicos ya señalaron, hace unos cien años, que el
capitalismo está movido por la energía:
El destino de hecho de todos los tipos de energía potencial (de
posición) es ser convertidos en energía cinética (de movimiento). El primero
puede compararse con el dinero o el capital en un banco y el segundo con el
dinero que se encuentra en el momento de ser gastado… Si seguimos un paso más
con esta analogía, veremos que se respeta al gran capitalista porque tiene a su
disposición una gran cantidad de energía, y que tanto si es un noble como un
soberano, o un general al mando, es poderoso sólo porque dispone de algo que le
permite hacer uso de los servicios de otros. Cuando un hombre rico paga a un trabajador
para que trabaje para él, en realidad está convirtiendo esa energía de posición
en energía real…
El mundo de los mecanismos no es una fábrica en la que se crea la
energía, sino más bien un mercado al cual se puede llevar energía de un tipo y
cambiarla o comerciar para obtener energía de otro tipo, que venga mejor. Pero
si llegamos sin nada en las manos, sin nada saldremos, muy probablemente.
[Balfour Stewart 1833, pags. 26-7;34][21]
Señores
economistas, tomen nota, por favor, de la fecha y del profundo giro metafórico
de la producción a la circulación. ¡El libro de Stewart había llegado a la
sexta edición en 1883! Pero más de cien años después, premios Nobel de Economía
como Milton Friedman todavía
creían que la energía disponible es una función del precio
del dinero. He aquí parte de una entrevista con el premio Nobel (merece la pena
citarlo en extensión, dada su colosal estupidez):
Ravaioli: Pero hay muchos
otros problemas ambientales...
Premio Nobel Friedman: Desde luego. Tome el
petróleo, por ejemplo. Todo el mundo dice que es una fuente limitada:
físicamente puede que lo sea, pero económicamente, no lo sabemos.
Económicamente hoy hay más petróleo que el que había hace cien años. Cuando
estaba todavía bajo tierra y nadie sabía que estaba allí, no era económicamente
viable. Cuando los recursos están realmente limitados, los precios suben, pero
el precio de petróleo ha ido bajando una y otra vez. Supongamos que el petróleo
escaseara: el precio subiría y la gente comenzaría a usar otras fuentes de
energía. En un sistema adecuado de precios, el mercado puede hacerse cargo del
problema.
Ravaioli: Pero ahora sabemos
que lleva millones de años que un pozo de petróleo se cree y que no se puede
reproducir. Descansar sobre el petróleo significa vivir de nuestro capital y no
de los intereses, que sería el rumbo adecuado ¿no cree?
Premio Nobel
Friedman: Si viviésemos del capital, el precio de mercado subiría. El precio de los
recursos realmente limitados aumentará con el tiempo. El precio del petróleo
no ha subido, por tanto no estamos viviendo de nuestro capital. Cuando esto
deje de ser cierto, el sistema de precios dará una señal y los precios subirán.
Como sucede siempre con un recurso realmente limitado.
Ravaioli: Claro que el
descubrimiento de nuevos pozos de petróleo ha dado
la ilusión de petróleo ilimitado…
Premio Nobel Friedman: ¿Por qué una
ilusión?
Ravaioli: Porque ahora sabemos
que es un recurso limitado.
Premio Nobel Friedman: Disculpe, pero no
está limitado, desde un punto de vista económico. Tiene usted que separar los
puntos de vista físico y económico. Muchos de los errores que tiene la gente
provienen de esto. Como las estúpidas predicciones del Club de Roma: utilizaron
una visión puramente física, sin tener en cuenta los precios. Hay muchos
diferentes tipos de energía, algunos de los cuales son demasiado caros para ser
explotados ahora. Pero el mercado, que afortunadamente es capaz de registrar y
utilizar conocimiento muy disperso y la información de la gente de todo el
mundo, tendrá en cuenta estos cambios.[22]
(¡Nota!
Ninguna de las predicciones del Club de Roma ha fallado. Sospecho que Friedman
no se preocupó de hacer su propia investigación y sencillamente confió en la
desinformación liberal)
(Nota
del Editor: para una defensa del Club de Roma y su informe "Los límites al
crecimiento", ver Revisiting The Limits to Growth:
Could The Club of Rome Have Been Correct, After All?,
fichero PDF, 522 Kb, de Matthew R. Simmons).)
Incluso
economistas, como el profesor Adelman, de renombre mundial, que dedicó su vida
a la energía, están equivocados respecto a ésta:
El petróleo es un recurso renovable con un valor intrínseco que no va
más allá de su coste marginal… No existe una reserva primigenia o almacenamiento
de riqueza que deba distribuirse con algún criterio especial… Los mercados de
capital están equipados para manejar (el agotamiento de petróleo).[23]
Las
leyes
Aunque
los textos económicos actuales ignoran las leyes de la Termodinámica [24] toda la materia y la energía del universo está
sujeta a estas leyes. La Primera Ley (la Ley de la Conservación) dice que no
puede haber creación de materia-energía, sólo transformaciones de
materia-energía de una forma a otra. La Segunda Ley (la ley de la entropía)
dice que los procesos espontáneos incrementarán el desorden (o entropía) de un
sistema; las concentraciones de materia tienden a dispersarse, la estructura
tiende a desaparecer y el orden se convierte en desorden. Es más, todos los
procesos físicos reducen la energía total disponible.
Miles
de millones de años de entradas de energía solar crearon una materia de baja
entropía (concentrada) aquí en la Tierra. La materia de baja entropía es el
prerrequisito para la vida humana. Los seres humanos utilizan la energía para
alimentarse de materia de baja energía (y excretan materia de alta entropía,
como deshecho). Cuando los seres humanos se quedan sin energía, mueren.
La
línea de la evolución humana existe desde hace unos 5.000.000 de años; los
seres humanos biológicamente modernos aparecieron hace unos 120.000 años y los
seres humanos con comportamientos modernos aparecieron en algún momento entre
los 120.000 y los 40.000 años. Durante millones de años, los seres humanos
evolucionaron para “adaptarse” a un medio ambiente con miles de millones de
años de antigüedad.
Energía
neta
La
clave para entender los asuntos de la energía es fijarse en el “precio
energético” de la energía. Por definición, una “fuente” de energía tiene que
producir más energía que la que consume; de lo contrario se denominan
“sumideros”. Esta ley termodinámica es aplicable sin importar cuán alto sea el
“precio monetario” de la energía.
Utilizamos
o “gastamos” energía en sistemas que proporcionan energía, tal como las
centrales térmicas que queman petróleo. Cuando se explora en busca de petróleo
se gasta energía, construyéndose maquinaria para perforar en busca de éste.
Cuando se perfora, se construye una central térmica o se construyen las líneas
de alta tensión para transmitir la energía, cuando se cierra una planta y así sucesivamente,
se consume energía. La diferencia entre la cantidad de energía generada y la
cantidad de energía consumida, se conoce como “energía neta”.
El
capitalismo quema “energía neta” para ganar dinero y no hay sustituto para la
energía. Aunque los economistas están entrenados para tratar a la energía como
cualquier recurso, no es como
cualquier otro recurso. La energía neta es la precondición para todos los demás
recursos.
Los
"límites al crecimiento" inherentes al capitalismo
Uno
de los aspectos más importantes de la energía es su “calidad”. Los diferentes
tipos de combustible tienen calidades diferentes. Por ejemplo, el carbón
contiene más energía por unidad de peso que la madera, lo que hace al carbón
más eficiente que la madera para el almacenamiento y el transporte. El petróleo
tiene un mayor contenido energético por unidad de peso y arde a mayor
temperatura que el carbón; es más fácil de transportar y puede utilizarse en
motores de combustión interna. Una locomotora diesel utiliza solo un quinto de
la energía de una locomotora de vapor para tirar del mismo tren. El petróleo
ofrece de 1,3 a 2,45 veces más valor económico por kilocaloría que el carbón,
entre otras muchas ventajas.[25]
El
petróleo es la energía de mayor calidad que usamos, y representa más del 38 %
del suministro energético mundial. Ninguna otra fuente de energía iguala las
cualidades intrínsecas del petróleo de capacidad de extracción,
transportabilidad, versatilidad y coste. Las cualidades que permitieron al
petróleo imponerse al carbón como principal energía en el mundo industrializado
a mitad del siglo XX, son hoy tan vigentes como lo fueron entonces.
Este
próximo siglo la energía neta (de origen) fósil (el petróleo, el gas y el
carbón) pasará a ser negativa según se vayan agotando los recursos naturales
(se espera que la producción mundial de petróleo llegue a su cenit hacia el
2005[26]) Es básicamente imposible
proporcionar una nivel constante de energía neta, mientras la calidad de la
energía agregada decae. Mantener la producción de bienes y servicios al nivel
actual requerirá más energía que la que ahora generamos. Tener más energía en
el futuro significa que la energía tiene que ser desviada de los sectores no
generadores de energía a una economía de generación energética.
Los
economistas son entrenados para creer que lo que es teóricamente posible desde
el punto de vista económico, es también físicamente posible. Pero esto se les
vuelve en contra: algo ha de ser físicamente posible antes de que sea
económicamente posible. Es físicamente imposible (y por tanto, económicamente
imposible) mantener la energía neta (por tanto el crecimiento económico no
energético) una vez que la producción global alcanza su cenit.[27]
Conclusión
lógica
¿Cuál es el resultado del exceso de la vida humana? Pues primero, la
destrucción por infanticidio, como entre los chinos y los lacedemonios;
segundo, el ahogamiento o la hambruna, como entre otras naciones cuya población
es enorme respecto de sus alimentos; tercero, se consume en guerras y en enfermedades
endémicas; y cuarto, se desborda, por emigración, a lugares en los que se puede
obtener un exceso de alimento. James Madison[28]
Hoy, las enfermedades infecciosas causan aproximadamente el 37% de
todas las muertes en el mundo. Es más, hemos calculado que aproximadamente un 40%
de las muertes mundiales se pueden atribuir a factores ambientales varios,
especialmente a los contaminantes orgánicos y químicos. Además, más de 3.000
millones de seres humanos sufren malnutrición y 4 millones de bebés y niños
mueren anualmente de diarrea, que es causada principalmente por agua y
alimentos contaminados.
David Pimentel[29]
El
capitalismo puede ser visto como un proceso organizado para ingerir sistemas
naturales vivientes (incluyendo a las personas) por un lado, y que excreta
residuos y desechos muertos no naturales (incluida la gente) por el otro. Los
mayores cambios en nuestro ambiente lo hacen inadecuado para nosotros (dejamos
de “encajar”). De esta forma, la avaricia llevada a su lógica conclusión ha hecho
buena su reputación como el más mortal de los siete pecados capitales, y miles
de millones de personas morirán de una muerte horrible este siglo:
Finalmente, la inversión no puede ir al ritmo de la depreciación (es la
inversión y la depreciación física, no la monetaria). La economía no puede dejar
de poner su capital en la agricultura y en sectores básicos; si lo hiciese, la
escasez de alimentos, materiales y combustibles restringiría aún más la producción.
Así, el capital de la planta industrial comienza a declinar, llevándose consigo
a los sectores de servicios y a la agricultura, que se han hecho dependientes
de las entradas industriales. Durante un corto espacio de tiempo, la situación
se volverá especialmente seria, porque la población seguirá creciendo debido a
la inercia de la pirámide de población y al proceso de ajuste social.
Finalmente, también la población comenzará a disminuir, a medida que la tasa de
mortalidad se dispare por la falta de alimentos y servicios de salud.[30]
El
colapso: un problema de ingeniería de sistemas
Tú ves las cosas; y dices: “¿Por qué?”. Pero yo sueño las que nunca
fueron y
digo: “¿Por qué no?”
George Bernard Shaw
El
“colapso” se define como la rápida transformación a un grado de menor
complejidad, que implica generalmente una significativa menor cantidad de
energía.[31] Las sociedades se
“colapsan” cuando se hacen demasiado complejas para la energía base (de la que
disponen). Por ello, el colapso del capitalismo es inevitable, debido a que el
capitalismo tiene que crecer para sobrevivir; tiene que hacerse más y más
complejo y consumir más y más energía.
Pero
un “colapso planificado” –una simplificación planificada- no sólo mitigaría en
gran parte el sufrimiento humano, sino que podría conducir a una nueva era
dorada de ocio, música, artes y oficios; una sociedad más simple, más humana,
más espiritual. Es más que obvio que el Sr. Cabeza de Patata no tiene
respuestas, por lo que tenemos
que ver el “colapso planificado”, como un problema de “ingeniería de sistemas”,
no como un problema económico (es decir que simplemente “ajuste los precios”).
Se
puede pensar de forma que si la única herramienta que existe es un martillo,
entonces todo parece como un clavo. ¿Qué otra solución puede recomendar un
economista al problema de un crecimiento económico desmesurado, excepto más
crecimiento económico? Así que ¡envíen a los economistas a jubilarse y llamen a
los científicos, ingenieros y gente de sistemas!
Puesto
que la verdadera democracia es intrínsicamente inestable, el significado más
obvio para “ingeniero” en nuestra nueva y sencilla sociedad es represión y
coerción. Y ¿qué hay de aquel aparentemente insuperable problema del quis custodiet ipsos custodes?
En el siglo XVII, los hombres no podrían imaginar una autoridad deus ex machina. Cuatrocientos
años después, tenemos el ordenador digital. Los ordenadores podrían vigilar a
la gente y otros ordenadores vigilar a los primeros. De hecho, se podría
diseñar un sistema deus ex machina para
proteger la integridad. De hecho, en órdenes de magnitud, este sistema sería
más íntegro que el que se puede lograr de los humanos.
¿Qué
se puede hacer para mitigar la pesadilla en ciernes? Propongo que retiremos la
“avaricia” como nuestro principio central de organización y reemplazarlo con un
pecado capital menos mortal: la “pereza”. Creo que la “Sociedad de la Pereza”
sería un reemplazo espléndido a la Sociedad de la Avaricia.
La
sociedad de la pereza
Para que el cuerpo social no quede en puro formulismo, se incluye
tácitamente la garantía que por sí misma da sentido al resto, de forma que
cualquiera que rehuse obedecer las normas generales, será obligado a hacerlo
por el conjunto del cuerpo social. Esto no quiere decir otra cosa que se le
forzará a ser libre; porque es la condición por la cual, al entregar a cada
ciudadano a su país, se le asegura contra toda dependencia personal. Esta es la
clave en la que se basa el trabajo de la maquinaria política; esto legitima por
sí solo los compromisos civiles, los cuales, sin ello, serían absurdos, tiránicos
y estarían sujetos a los más espantosos abusos.
Juan Jacobo Rousseau, 1762
Mis
definiciones clave
(Lo que sigue no
pretende ser una descripción coherente de una nueva sociedad; solo presenta
algunas ideas conceptuales a consideración)
- Problemática global: (Después del Club de
Roma, 1972) La tragedia global del bien común, debido a que las personas
están genéticamente programadas para reproducirse en exceso y hacer el
mejor uso de su ambiente.
- Bien común: El bien común es cualquier recurso que se trata como si
perteneciese a todos. Cuando alguien reclama un recurso, sobre la base de
que desea o necesita usarlo, uno dispone de un bien común. [32]
- Necesidades: Las “necesidades” humanas
tienen una base científica definida por la biología humana. Hace 35.000
años, tres millones de cazadores-recolectores “necesitaban” comunidad,
abrigo, salud, agua y aire limpio, y unas 3.000 calorías diarias de
alimentos nutritivos. Hoy, las personas siguen “necesitando” las mismas
cosas que los cazadores-recolectores “necesitaban” entonces (excepto
algunas calorías menos).
- eMergía:[33] La
eMergía (con una “M”) es la energía solar utilizada directa o
indirectamente para realizar un servicio o hacer un producto. En otras
palabras, la eMergía es el “coste” de un producto o servicio en unidades
de energía solar.
¿Por qué eMergía? En realidad, la economía no es
otra cosa que una monstruosa máquina (Rube Goldberg) de engullir energía para
entregar “necesidades” a la gente. Pero cada uno de aquellos tres millones de
cazadores-recolectores era un consumidor de energía equivalente al delfín
común, mientras que cada uno de los 280 millones de estadounidenses equivale
energéticamente a un cachalote. Obviamente, la economía es tremendamente
ineficaz, cuando trata de satisfacer las “necesidades” de las personas.
No cabe duda de que mi afirmación golpeará en la
línea de flotación de los economistas, porque, después de todo, ¿no es de
eficacia de lo que trata la economía? El problema de la “eficacia económica” es
que el “dinero” no es una medida de nada en el mundo real (como, por ejemplo
las BTU’s). El dinero es poder porque el dinero da a las personas la capacidad
de comprar y hacer las cosas que deseamos, incluyendo la compra y creación de
otras personas (política). Por tanto, la “eficacia económica” se ve, adecuadamente,
como un concepto “político” que fue diseñado para mantener el poder político de
aquellos que ya lo tienen.
Durante un siglo, los teóricos han estado buscando
formas de integrar la contabilidad económica y ambiental, utilizando
frecuentemente la energía como una medida común. Pero estos esfuerzos han
tenido un éxito limitado porque los diferentes tipos de energía disponible no
son equivalentes. La medida de “eMergía” nos permite comparar los bienes de
consumo, los servicios y el trabajo ambiental de diferentes tipos. La
“transformidad” – la eMergía por unidad de energía -, nos permite comparar los
diferentes tipos de energía disponible.
Por tanto, debemos desmantelar totalmente el sistema
económico actual y reemplazarlo por otro nuevo que intente disminuir los costes
de eMergía (no los costes monetarios) y que pueda ofrecer las necesidades
básicas (no unos Cadillacs) a todo el mundo de una forma sostenible.
- Desarrollo sostenible: El
desarrollo sostenible mejora la calidad de vida y mantiene una continuidad
con las condiciones físicas; exige que los sistemas sociales sean
equitativos y los sistemas físicos circulares (las salidas industriales se
convierten en entradas industriales).
- Autoridad: Las metas (o ideales) no se
producen por un consenso de los gobernados, sino más bien por una autoridad cualificada. Por ejemplo, las
metas físicas del desarrollo sostenible tienen que provenir de las
autoridades “científicas”, porque nadie más sabe cuáles tienen que ser. Todos
los sistemas políticos contemporáneos son “autoritarios”, con una clase
adinerada dirigiendo las pseudo democracias.
- Coerción (en política):
“Coartar” es obligar a alguien a actuar de una cierta forma, sea ésta
mediante una promesa de recompensa o la amenaza de un castigo. Dos
ejemplos obvios de coerción son nuestro sistema legislativo y los
salarios.
- La sola única solución humana: La
“coerción mutua, acordada de forma mutua”[34]. Un
sistema global de coerción (leyes, policía, castigos y recompensas). En
principio, los bienes comunes globales sólo pueden ser gestionados a un
nivel global, por
personas que entiendan los sistemas físicos que están implicados: los
científicos. La coerción global puede verse en las reacciones a nivel
mundial sobre la desaparición de la capa de ozono y el calentamiento
global. Es de resaltar que incluso los economistas
entienden que la coerción autoritaria les puede mejorar:
Un grupo de economistas se había reunido en mi casa a cenar. Mientras esperábamos
la comida que se estaba terminando de cocinar en el horno, traje un gran cuenco
de nueces garrapiñadas al cuarto de estar donde el grupo estaba tomando unas
bebidas. En pocos minutos habían vaciado la mitad del cuenco y me di cuenta de
que se nos iba a ir el apetito. Tomé rápidamente el cuenco de nueces y
lo llevé de nuevo a la cocina (comiéndome algunas nueces en el camino,
por supuesto). Cuando volví, mis colegas economistas en general, aplaudieron mi
acción, pero entonces seguimos nuestra natural inclinación que consistía en
intentar analizar la situación hasta el final. La cuestión candente
fue: ¿cómo nos
puede beneficiar la eliminación de una opción? Porque después de todo,
si
hubiésemos querido dejar de comer nueces, podríamos haberlo hecho en
cualquier
momento.[35]
Además de las leyes y los salarios, la coerción puede tomar
muchas otras formas:
No resulta necesario construir una teoría del control cultural
intencionado. En realidad, la fuerza de los procesos de control reside en su
aparente ausencia. El resultado deseado del sistema se alcanza generalmente con
un sistema institucional holgado, pero efectivo. Utiliza la educación de los
periodistas y otros profesionales de los medios, con penalizaciones implícitas
y recompensas por hacer lo que se espera de ellos, las normas que se presentan
como reglas objetivas, e intrusiones, tan directas como infrecuentes, desde el
exterior. La principal palanca es la
internacionalización de los valores.[36]
El
primer paso sería establecer un gobierno global de algún tipo con la autoridad
para proteger el bien común –nuestro sistema de soporte de la vida- así como la
protección universal de los derechos humanos. Este gobierno debería también
supervisar la fabricación “limpia” de dispositivos y sistemas de transporte
“reparables”, “reutilizables” y energéticamente eficientes. Debería también
asegurar la producción sostenible de alimentos básicos como el trigo, arroz,
avena y pescado.
¿Parece
represivo o restrictivo este nuevo tipo de gobierno global? En absoluto. Se
puede lograr un amplio grado de libertad; de hecho, mucho más del que ahora
tenemos.
Certificados
de eMergía
El
segundo paso consistiría en reemplazar el principio organizativo de la
“avaricia” por el principio de la “pereza”; hacer estallar la trampa mortal del
dinero-mercado-publicidad-consumo. La Sociedad de la Pereza no estaría basada en el
dinero porque este es intrínsicamente insostenible. A cambio se basaría en
“Certificados de eMergía.[37]
El
gobierno global determinaría las “necesidades” de lo público, fijaría la
producción industrial en línea con ellas y calcularía la cantidad de eMergía
usada para satisfacer esas necesidades. El gobierno distribuiría entonces el
poder de compra en forma de certificados de eMergía, siendo la cantidad emitida
para cada persona el equivalente al reparto prorrateado de coste de la eMergía
de los bienes de consumo y los servicios.
Los
certificados de eMergía llevarían la identificación de la persona a la que se
asignan y no serían negociables. Serían como un cheque bancario nominativo,
pero en el momento de gastarlo. Se entregarían contra la compra de bienes o
servicios en cualquier centro de distribución y se cancelarían automáticamente
en un sistema contable uniforme. Al no ser negociables no se pueden perder,
robar, jugar o entregar porque serían no válidos en las manos de cualquier otra
persona que no fuese el destinatario.
Los
certificados de eMergía perdidos podrían ser reemplazados fácilmente. Son como
un cheque bancario sin denominación, presentándose tras ser gastados. Se entregan
tras la adquisición de los bienes o servicios en cualquier centro de
distribución y son cancelados de forma permanente, convirtiéndose en entradas
en un sistema financiero uniforme. Al no ser negociables, no se pueden perder,
robarse, apostarse o regalarse porque son inválidos en las manos de una persona
distinta a aquella a la que fueron facilitados.
Si
se pierde un certificado de eMergía se reemplaza fácilmente. Los certificados
no pueden ahorrarse porque se declararían inválidos al final del período de dos
años con cuya validez se emiten. Sólo pueden ser gastados.
La
inseguridad de la vieja era quedaría abolida y, por tanto, el ahorro y los
seguros resultarían innecesarios e imposibles. Los certificados de eMergía
pondrían límites absolutos al consumo y darían a la gente un flujo garantizado
de “necesidades” para vivir.
Con
la moderna tecnología, quizá menos del 5% de la población podría producir todos
los bienes que realmente “necesitamos”. Un determinado número de “productores”
podrían ser asignados y entrenados por la sociedad para producir durante dos
años. El resto puede quedarse en casa y dormir, cantar, bailar, pintar, leer,
escribir, rezar, hacer pequeñas reparaciones, trabajar en el jardín y practicar
el control de natalidad.
Autodeterminación
Cualquier
comunidad cultural, étnica o religiosa podría establecerse por votación
popular. Las comunidades religiosas podrían tener un predicador público en sus
escuelas, prohibir el alcohol, no permitir la televisión que pueda corromper a
sus niños, llevar uniformes o lo que quisieran. Las comunidades de escritores o
pintores podrían establecer que el mal gusto fuese ilegal. Las comunidades
étnicas podrían establecerse para preservar el lenguaje y las costumbres. Si a
alguien no le gustan las reglas de una comunidad particular, podrían cambiarse
a otra comunidad religiosa, cultural o étnica de su elección.
En
resumen, la gran libertad que los individuos tendrían que sacrificar sería la
libertad de destruir el bien común (en el sentido más amplio), la libertad para
matar. Y a cambio, se les garantizaría un ingreso de por vida y libertad para
vivir prácticamente de la forma que les apeteciese.
Juzgue
por usted mismo quien tiene razón
La
parábola de Dostoyeski se sitúa en la Sevilla del siglo XVI en la época de la
Inquisición. El día posterior a una hoguera magnífica en la que cerca de un
centenar de herejes fueron quemados vivos, Jesús desciende y es inmediatamente
reconocido. El cardenal –que es el gran Inquisidor- le arresta al instante y lo
envía a prisión. Esa tarde, la celda de Jesús se abre y el asceta y viejo
Inquisidor entra a enfrentarlo. Durante unos pocos minutos hay un silencio y
después el Inquisidor arranca el más terrible y profundo ataque contra la
Cristiandad.
El
Inquisidor acusa a Jesús de traición a la Humanidad, por rechazar
deliberadamente los únicos caminos por los que los hombres podían haber sido
felices. Este singular momento ocurrió cuando “el sabio y terrible espíritu de
la autodestrucción y de la no-existencia” tentó a Jesús en el desierto,
haciéndole tres preguntas.
En
primer lugar, el espíritu pidió a Jesús que convirtiese las piedras en pan.
Jesús lo rechazó porque deseaba que la humanidad fuese libre y ¿qué valor
tendría la obediencia si pudiera ser comprada con pan?. Con ello, Él negó a los
hombres su deseo más profundo: encontrar a alguien que les pueda descargar de
la tremenda carga de la libertad.
Después,
el espíritu pidió a Jesús que se arrojase desde lo alto del Templo “porque está
escrito que los ángeles le tomarían antes de caer”. Jesús rechazó de nuevo
hacer milagros, porque Él deseaba que la fe se diera libremente. Pero el
Inquisidor explica que el hombre no puede vivir sin milagros, puesto que si se
le priva de ellos, crea inmediatamente otros. El hombre es, por naturaleza, más
débil y más elemental de lo que Jesús creía. “Al mostrarle tanto respeto,
Usted… ciertamente dejó de sentir por él…”
La
última tentación de Jesús fue dirigir el mundo para unir a toda la Humanidad
“en un hormiguero unánime y armonioso, ya que el ansia de la unidad universal
es la tercera y última angustia del hombre…”Él rechazó una vez más una de las
formas por las que los hombres podrían haber sido felices.
El
Inquisidor explica “No estamos (trabajando) con Usted, sino con él (el espíritu)…
Hemos tomado la espada del César y al tomarla, desde luego le hemos rechazado a
Usted y le seguimos a él. ¡Oh!, tienen que venir todavía tiempos de confusión
del pensamiento libre, de su ciencia y canibalismo… Pero hemos corregido tu
obra y la hemos fundado sobre el milagro, el misterio y la autoridad. Y los
hombres se alegraron de ser de nuevo conducidos como corderos y que el terrible
regalo que tanto sufrimiento les había acarreado, fuese al final, removido de
sus corazones… Y todos serán felices, todos los millones de criaturas excepto
los pocos centenares de miles que los dirigen. Sólo para los que guardamos el
misterio habrá infelicidad… Ellos morirán pacíficamente, y pacíficamente
expirarán en Su nombre, y más allá de la tumba no encontrarán otra cosa que la muerte”.
“Y
sólo nosotros los alimentaremos…” continúa el Inquisidor, “¡Oh, nunca jamás se
podrán alimentar por sí mismos sin nosotros! No habrá ciencia par darles pan,
en tanto permanezcan libres. Al final arrojarán su libertad a nuestros pies y
nos dirán: ‘hacednos vuestros esclavos, pero dadnos de comer’”
Feliz
año 2K1
Jay
REFERENCIAS
[1]ENERGY AND HUMAN EVOLUTION, by David Price, 1995; http://dieoff.com/page137.htm (ENERGÍA Y EVOLUCIÓN HUMANA)
[2] COMPLEXITY, PROBLEM SOLVING, AND SUSTAINABLE
SOCIETIES, by Joseph A. Tainter, 1996; http://dieoff.com/page134.htm(COMPLEJIDAD, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS Y SOCIEDADES
SOSTENIBLES).
[3] DONOR REPORTEDLY CONTRADICTS WHITE HOUSE, Reuters,
07/27/97. (DONANTE CONTRADICE A
LA CASA BLANCA)
[4] p. 41, THE PASSIONS AND THE INTERESTS, Albert O.
Hirschman & Amartya Sen;Princeton,1997;http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0691015988/brainfood.a (LAS PASIONES Y LOS INTERESES, pág. 41)
[5] p. 33, Hirschman, 1997.
[6] pp. 14-15, Hirschman, 1997. Ver también Huppert:
Las rebeliones campesinas no eran sucesos
excepcionales. Surgieron muy frecuentemente en el curso de aquellos cuatro
siglos que se puede decir que fueron tan comunes en las sociedades agrícolas
como las huelgas fabriles lo fueron en el mundo industrial. Sólo en el suroeste
francés hubo unas 450 rebeliones entre 1590 y 1715. No había región en toda
Europa occidental que quedase exenta de este patrón de violencia
crónica. El temor a la sedición estaba siempre
presente en las mentes de aquellos que gobernaban. Era un miedo correctivo y
saludable, pues sólo el temor a la insurreción podía actuar como un seguro
contra las exacciones ilimitadas. [ p
80 , AFTER THE BLACK DEATH, George Huppert; Indiana Univ. Pr.,1998;
http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0253211808/brainfood.a
] (DESPUÉS DE LA MUERTE NEGRA,
pág. 80)
[7] Los
siete pecados capitales eran orgullo, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y
pereza. Estos siete pecados no se escogieron por ser todos ellos pecados graves
o por su severidad, sino porque son la fuente inevitable de otros pecados.
[8] Montesquieu
citado por Hirschman, 1997 en pag. 72.
[9] Smith,
citado en pág. 100 por Hirschman, 1997.
[10]James
Madison fue el cuarto presidente de los EE UU (1809-1817). Miembro del Congreso
Continental (1780-1783) y de la Convención Constitucional (1878), apoyó
fervientemente la ratificación de la Constitución y contribuyó a los Ensayos Federalistas (1787-1788) que argumentaban la efectividad de la
constitución propuesta. Madison ha sido descrito por el historiador político
Richard K. Matthews como el “príncipe maquiavélico ideal”, el “padre de la
constitución”, el “padre de la Carta de los derechos”, el “padre de los partidos
políticos” y el “padre de las libertades privilegiadas”.
[11] Madison citó en p. 86, IF MEN WERE ANGELS:
James Madison & the Heartless Empire of Reason, Richard K. Matthews; Kansas , 1995; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0700608079/brainfood.a
(SI LOS HOMBRES FUESEN
ÁNGELES)
[12] p. 79, Matthews, 1995.
[13] p. 84, Matthews, 1995.
[14] Madison citadoen p. 67, Matthews, 1995.
[15] Ibid
[16] p. 12, THE MAXIMUM WAGE, Sam Pizzigati; Apex,
1992; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0945257457/brainfood.a
(EL SALARIO MÁXIMO)
[17] Robert E. Lane, Profesor Emérito de Ciencia Política, Universidad de
Yale, y antiguo presidente, Asociación Americana de Ciencias Políticas,
comentando sobre DARWINISM, DOMINANCE, AND DEMOCRACY: The Biological Bases of
Authoritarianism, (DARWINISMO, DOMINIO Y DEMOCRACIA: Las bases biológicas del
autoritarismo) de Albert Somit y Steven A. Peterson; revisado y a la venta en http://info.greenwood.com/books/0275958/0275958175.html
; O en http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0275958175/brainfood.a
¡Nota!Los antropólogos utilizan
los términos jerarquía, dominio, etc., de forma diferente a los psicólogos
evolucionistas, y hacen más caso al igualitarismo, a la cooperación y al
reparto. Así que uno tiene que leer el material para saber qué significan
exactamente esos términos. Esta gran página web ayudará a hacerlo: http://mitpress.mit.edu/MITECS/culture.html
[18] p. 294, MORE HEAT THAN LIGHT, Philip Mirowski; Cambridge , 1989; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0521426898/brainfood.a(MÁS CALOR QUE LUZ)
[19] Ver, por ejemplo, mi LUNATIC POLITICS en http://dieoff.com/page141.htm (POLÍITCA DE LUNÁTICOS).
Sobre la última palabra en metodología (económica)
neoclásica dice Keita:
La mayor parte de este texto se dedicó a elevar las
reclamaciones de la teoría económica neoclásica a un estadio científico. Dadas
las ideas contemporáneas sobre la naturaleza de la teoría científica, examiné
la teoría económica neoclásica tanto desde las perspectivas de sus fases
históricas como contemporáneas. Demostré que la teoría cardinal de la utilidad
que formó las bases de la primera teoría neoclásica, se hizo sobre la base de
su incapacidad para medir la utilidad en ninguna forma aceptable por el método
científico. Su sustituto, la teoría ordinal de la utilidad, se mostró
igualmente inaceptable. Las pretensiones científicas de la teoría de la
utilidad ordinal y su correlación, la teoría de la preferencia revelada, se
veían comprometidas por la estructura normativa del postulado fundacional de la
racionalidad. La naturaleza acientífica de la teoría de la utilidad ordinal
salió más adelante reforzada por el papel de aislamiento que jugó la condición ceteris paribus.
Esta crítica general se extendió no sólo a la teoría
neoclásica de la elección de agente individual, sino también a la teoría
general del equilibrio y a la teoría económica neoclásica del bienestar. Dada
la insatisfacción general con la teoría neoclásica, se han propuesto algunas
teorías alternativas, pero el problema con las últimas es que, con muy pocas
excepciones, se basan sobre la premisa de que es posible una ciencia económica
objetiva a pesar de los fallos actuales. Resalté las deficiencias de aquellas
teorías y argumenté que no se podía hacer un análisis que fuese científico sobre
la naturaleza humana del proceso humano de decisión, en la forma en que las
ciencias naturales se consideran científicas. Los estados mentales a los que
hay que invocar para explicar el comportamiento no pueden ser sujetos de
análisis empíricos. Los intentos de los teóricos de establecer teorías
explicativas apelando a conceptos heurísticos tales como la racionalidad fueron
insatisfactorios. El asunto es que la “racionalidad” juega un papel normativo
similar al de la “deidad” en la teoría ética.
Los sociólogos pueden registrar de hecho el
comportamiento de animales en forma de normas culturales, como “bondad”,
“maldad”, “desviación” y similares, pero deben reconocer que las teorías del comportamiento basadas en esos conceptos son necesariamente normativas.
Igualmente, los teóricos neoclásicos que abrazan una particular noción de
racionalidad y basando sus teorías en tales formulaciones están indudablemente
formulando una teoría normativa. Mi análisis mostró que los teóricos
neoclásicos del comportamiento económico se enfrentan al dilema de restringir
su análisis a una taxonomía caso a caso de selección individual de agentes,
dada la inaccesiblidad a los estados mentales, o basar sus teorías explicativas
en la normativa heurística de la elección racional. Ninguna alternativa produce
resultados científicos. [ pp.150 SCIENCE,RATIONALITY,AND NEOCLASSICAL ECONOMICS,LD. Keita Delaware1992.http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0874134102/brainfood.a
(CIENCIA, RACIONALIDAD Y ECONOMÍA NEOCLÁSICA)
[20] Parece que incluso (o especialmente) los economistas de mucho fuste,
como William Nordhaus, Robert Solow, Milton Friedman y M. A. Adelman no son
capaces de entender… ¡ni siquiera de lo que trata el debate! Como respaldo, he
aquí un extracto de LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO:
Nuestro Modelo* global se diseñó específicamente
para investigar las cinco mayores tendencias de la preocupación global: la
industrialización acelerada, el rápido crecimiento de población, la
generalización de la malnutrición, el agotamiento de los recursos no renovables
y el deterioro del medio ambiente. Esas tendencias están todas interconectadas
de muchas formas y su desarrollo se mide en décadas o siglos, más
que en meses o en años. Con el modelo buscamos
entender las causas de esas tendencias, sus interrelaciones y sus implicaciones
hasta con un siglo de perspectiva en el futuro.
El modelo que hemos construido es, como cualquier
otro modelo, imperfecto, muy simplificado e inacabado. Somos muy conscientes de
estas limitaciones, pero creemos que es el mejor modelo disponible hoy día para
tratar los problemas a largo plazo en el gráfico espacio-temporal. A nuestro
juicio es el único modelo formal existente que verdaderamente es de alcance
global, que tiene un horizonte mayor de 30 años y que incluye importantes
variables, tales como población, producción de alimentos y contaminación, no
como entidades independientes, sino como elementos dinámicamente interactivos,
como lo son en el mundo real.
Puesto que el nuestro es un modelo formal o
matemático, tiene también dos importantes ventajas sobre los modelos mentales.
Primero, cada supuesto que hacemos se escribe de forma precisa, de forma que
está abierto a la inspección y a la crítica para cualquiera. Segundo, después
de que los supuestos han sido supervisados, discutidos y revisados para que
concuerde con nuestro mejor conocimiento actual, sus implicaciones sobre el
comportamiento futuro del sistema mundial, pueden ser trazados sin error por un
ordenador, sin importar lo complicados que puedan
ser.
Intuimos que las ventajas señaladas anteriormente,
hacen este modelo único entre los modelos matemáticos y mentales globales de
los que hoy disponemos. Pero no hay razón para quedarnos satisfechos con su
estado actual. Intentamos alterarlo, expandirlo y mejorarlo, según nuestro
propio conocimiento y las bases de datos mundiales vayan mejorando
gradualmente.
A pesar del estado preliminar de nuestro trabajo,
creemos que es importante publicar ahora el modelo y nuestros descubrimientos.
Se toman cada día decisiones, en cada parte del mundo, que afectarán a las condiciones
físicas, económicas y sociales de sistema mundial en las próximas décadas. Esas
decisiones no pueden esperar a modelos perfectos y al conocimiento completo. Se
tomarán sobre la base de algunos modelos, escritos o mentales, en cualquier
caso. Creemos que el modelo aquí descrito está ya lo
suficientemente
desarrollado para ser de utilidad a los que toman las decisiones. Es más, los
modos básicos de comportamiento que ya hemos observado en este modelo parecen
ser tan fundamentales y generales que no esperamos que nuestras primeras
conclusiones puedan ser alteradas significativamente por revisiones posteriores.
Este libro no tiene el propósito de ofrecer una descripción completa y
científica de todos los datos y ecuaciones matemáticas que
se incluyen en el modelo mundial. Esa descripción se puede encontrar en el
informe técnico final de nuestro proyecto. Más bien, en Los Límites del Crecimiento resumimos las principales características del modelo y nuestros
descubrimientos en una forma breve, no técnica. No se pretende hacer énfasis en
las ecuaciones o en lo intrincado del modelo, sino en lo que nos dice sobre el
mundo. Hemos utilizado el ordenador como una herramienta para ayudarnos a
entender las causas y
consecuencias de las tendencias aceleradas que caracterizan
el mundo moderno, pero no es necesaria la familiaridad con los ordenadores para
comprender o discutir nuestras conclusiones. Las implicaciones de esas
aceleradas tendencias arrojan aspectos que van más allá del propio dominio de
un documento puramente científico. Tienen que ser debatidas por una comunidad
más amplia que la de los científicos. Nuestro propósito aquí es abrir ese
debate.
De nuestro trabajo han surgido las siguientes conclusiones.
No somos, desde luego, el primer grupo que las ha establecido. En las últimas
décadas, personas que han mirado el mundo desde una perspectiva global y a
largo plazo, han llegado a conclusiones similares. No obstante, la inmensa
mayoría de los políticas parecen estar persiguiendo activamente metas que son
contradictorias con esos resultados.
Nuestras conclusiones son
1. Si las tendencias de crecimiento de la población mundial,
la industrialización, la contaminación, la producción alimentaria y el agotamiento
de los recursos siguen inalterables, se llegará al límite de crecimiento en
este planeta en algún momento de los próximos cien años. El resultado más
probable será un declive repentino e incontrolable, tanto de la población como
de la capacidad industrial.
2. Es posible alterar esas tendencias de crecimiento y
establecer una condición de estabilidad ecológica y económica que se pueda
sostener hacia el futuro. El estado de equilibrio global se podría diseñar de
forma que las necesidades básicas de cada persona sobre la Tierra fuesen
satisfechas y que cada persona tuviese una oportunidad igual de realizar su
potencial humano individual.
3. Si los pueblos del mundo deciden luchar por este segundo
objetivo, antes que por el primero, cuanto antes comiencen a trabajar por
obtenerlo, mayor será la posibilidad de éxito.
Esas conclusiones están tan lejos de alcanzarse y suscitan
tantas preguntas que estamos francamente desbordados por la enormidad del
trabajo que debe hacerse. Esperamos que este libro sea de interés a otras
personas, en muchos campos de estudio y en muchos países del mundo, para crear
los horizontes de espacio y tiempo de sus preocupaciones y para que se unan a
nosotros en el entendimiento y preparación de este período de gran transición,
la transición desde el crecimiento al equilibrio global. [pp. 21-24, LIMITS TO
GROWTH, by Meadows et. al, Universe, 1972] (LOS LÍMITES DEL
CRECIMIENTO)
*El modelo del prototipo en que hemos basado nuestro trabajo
fue diseñado por el profesor Jay W. Forrester del Instituto de Tecnología de
Massachusetts. Una descripción de este modelo se ha publicado en su libro World
Dynamics (Cambridge, Mass.: Wright-Allen Press, 1971).
En MODELO LETAL 2: Los límites del crecimiento revisados,
[ECONOMIC ACTIVITY #2, Brookings, 1992]
William Nordhaus interpretó mal el objeto central de “Los
límites del crecimiento”. Aunque estos modelos proyectaban una
“industrialización acelerada, un rápido crecimiento de la población, una
generalización de la malnutrición, el agotamiento de los recursos y el
deterioro del medio ambiente” (ver arriba), Nordhaus creyó que el libro trataba
sobre el “crecimiento económico”: Hace dos décadas surgió un furioso debate
sobre lo posible y deseable del futuro crecimiento económico. La imaginación popular
fue cautivada por un estudio de la economía mundial titulado Los Límites de
Crecimiento. Este trabajo, patrocinado por el misterioso nombre de El
Club de Roma, convenció a muchos de que un crecimiento económico sin trabas
tenía que tener un fin y que el mundo estaba entrando en la “era de los
límites”.
El surgimiento de la escuela de los anti-crecimiento fue la
cúspide de un largo ciclo intelectual de pesimismo sobre el crecimiento
económico que comenzó con el reverendo T. R. Malthus a principios del siglo
XIX. Pero tales preocupaciones se disiparon de la conciencia pública en los 70
y a principios de los 80, con la inmediatez de los precios disparados del
petróleo, de una creciente crisis de deuda internacional, desequilibrios
fiscales emergentes y una desaceleración de la productividad y de los salarios
reales, que
desplazó las preocupaciones más vagas y a largo plazo sobre
los disminución de los recursos y la creciente entropía. [pag.1]
Al malinterpretar a Malthus y todo el debate sobre Los Límites de Crecimiento, Nordhaus no encuentra límites “teóricos” al crecimiento
económico, y mira hacia el crecimiento económico del pasado como una evidencia
empírica:
Finalmente, pues, el debate sobre el futuro del crecimiento
económico es empírico, y la solución del debate exigirá que los analistas
examinen los principales parámetros estructurales de la economía. Hay que
examinar algunos aspectos críticos. ¿Cuan extensos son los drenajes de los
recursos naturales y de la tierra? ¿Cuál es la relación cualitativa entre el
cambio tecnológico y el drenado de los recursos de la tierra? ¿Cómo se comporta
el crecimiento de la población según aumentan los ingresos? ¿Cuánto es posible
sustituir de trabajo y capital, por un lado, y los escasos recursos naturales,
la tierra y la reducción de la contaminación por el otro? Estas son cuestiones
empíricas que no puede resolverse únicamente con la teoría. [pag. 16]
Nordhaus cree que si existen “límites al crecimiento”,
deberíamos encontrarlos en el declive de “la productividad y los niveles de
vida”. De hecho, descubre que hay límites, y que representan una caída de “un cuarto
de punto porcentual por año” en productividad laboral.
El período desde 1973 no ha sido un tiempo feliz para la
mayoría de los países industriales avanzados. Las estimaciones de Angus
Maddison sugieren que la producción per capita ha crecido un 1,6% por año
durante la época “capitalista”, desde 1820 a la actualidad. Pero, como es bien
conocido, el crecimiento de la productividad y de los niveles de vida se ha
ralentizado de forma importante en las dos últimas décadas en
los países industrializados. La tabla 1 muestra los datos
sobre productividad laboral en la economía privada, en la economía privada no
agrícola y en la fabricación, desde el año 1870 hasta el último pico de la
crisis en los negocios en 1989. Los resultados de las dos últimas décadas han
estado muy por debajo de cualquier subperíodo, tanto de la economía privada
total como de la privada no agrícola. En fabricación, los recientes
resultados han estado cerca del crecimiento nulo, aunque los
datos de la última década están parcialmente alentados por el uso de índices
hedónicos (particularmente los ordenadores), que no eran aplicados a similares
mejoras de la calidad de los productos en años anteriores.
¿Son estas alarmas signos de una desaceleración del
crecimiento por la limitación de los recursos? Las estimaciones de la
desaceleración de la productividad en los EE UU, atribuyen parte de ello al
“agotamiento” generalizado. En estudios sobre la desaceleración de la
productividad, hay dos fuentes específicas de la desaceleración que parecen
estar relacionadas con el agotamiento de los recursos por los límites del
crecimiento. Primero está el agotamiento literal de petróleo
de alta calidad, del gas y otros recursos naturales (aunque este agotamiento
queda a veces contrarrestado por nuevos descubrimientos y por el cambio tecnológico).
A medida que los países se vean forzados a moverse hacia fuentes de energía de
mayor coste o a sustituir otros ingresos de combustibles de bajo coste, la
producción neta de la economía caerá. Una segunda fuente del declive es la
necesidad de desviar parte de la capacidad productiva de la economía a
reducir la contaminación o a limpiar los deshechos
de contaminaciones pasadas.
Junto con Edward Denison, John Kendrick, Martin Neil
Baily, Robert J. Gordon, Charles L. Schultze y otros economistas, he intentado
estimar el motivo del enfriamiento de la productividad en los EE UU. En la
actualidad, los economistas creen que hay una gran cantidad de factores
implicados. Los estudios sugieren que el “agotamiento” es responsable de
aproximadamente un cuarto de punto porcentual por año del 1,5% de caída en la
productividad laboral desde 1948-73 a 1973-1980. No existen estimaciones para
el período más reciente, pero el papel del agotamiento parece ser
considerablemente menor, dado el declive de los precios de la energía y el
menor crecimiento en gastos de control de contaminación [pags. 20-22]
…una economía gestionada de forma eficaz no debe
temer encallar en los arrecifes del agotamiento o del colapso medioambiental,
lo que deja la responsabilidad de una sabia conducción de nuestra economía en
nuestras propias manos. El peligro no reside en las estrellas, sino en nosotros
mismos. [pag. 43]
¡¡Desde luego!! Considérese la desinformación
deliberadamente publicada enPLENTY OF GLOOM, 12/02/97http://www.economist.com/editorial/freeforall/20-12-97/xm0002.html
(MUCHA TENEBROSIDAD)
Para ver lo que dice actualmente Los límites del
Crecimiento: http://www.dieoff.org/LimitsToGrowht.htm
[21] p. 132, Mirowski, 1989.
[22] Milton Friedman citadoen p. 33, ECONOMISTS AND THE
ENVIRONMENT, Carla Ravaioli; Zed, 1995; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/1856492788/brainfood.a
(ECONOMISTAS Y MEDIO
AMBIENTE)
[23] p. 34, 328, THE GENIE OUT OF THE BOTTLE: World Oil Since 1970, M. A.
Adelman; MIT, 1995; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0262011514/brainfood.a
(EL GENIO FUERA DE LA BOTELLA)
Profesor de Economía, el profesor emérito Adelman ha sido uno de los
economistas más famosos del mundo en energía y recursos y un analista
prominente de los mercados internacionales de petróleo y gas. Ha trabajado como
editor del Journal of
Industrial Economics y en el consejo
editorial de The Energy Journal, Energy
Economics, Energy Policy, y Resources and Energy. El profesor Adelman ha
trabajado también enAmerican Petroleum Institute's, en el Comité Coordinador de Estadísticas y Economía, El
Comité Ejecutivo Asesor de la Comisión Federal de Energía, elGas Research Institute's, en consejo asesor de American Economic Association's El Comité Asesor de la Oficina del Censo y en el
Panel de la National Academy of
Science's sobre estadísticas de gas
natural. Ha recibido el reconocimiento del American Institute of Mining, Metallurgical and Petroleum
Engineers y de la International Association of Energy Economists (IAEE), y ha trabajado como Presidente de la IAEE. ¡Pero está equivocado
respecto de la energía!
[24] Los físicos incorporaron la Termodinámica (se cambió de “producción” a
“circulación”) hace unos 100 años. ¡Pero los modernos textos económicos, tales
como McConnell&Brue, 1999 y Samuelson&Nordhaus, 1988 aún no discuten
sobre la Termodinámica o la entropía!
Una respuesta puede residir en el hecho de que la
economía no es más que una creencia mecanicista (aunque defendida con un vigor
fanático) que mediante el intercambio de bienes por dinero, puede hacer mejorar
a los países. Es cierto que al comprar de otro país podemos evitar el
agotamiento de los recursos y la degradación ambiental en el nuestro, pero la
degradación se transfiere al país suministrador. Si el país que nos vende esos
bienes, nos compra los materiales, evita su propio agotamiento de recursos y de
destrucción ambiental y nos transfiere el impacto de vuelta. Así, mientras
estemos todos implicados ( y utilicemos la ventaja económica de los demás), no
vamos a impedir el daño medioambiental comerciando con otros, y ello no puede ofrecer
beneficios ambientales perpetuos, como si de una máquina de movimiento perpetuo
se tratase. De hecho, si funcionase así podríamos alcanzar la integridad
ambiental absoluta simplemente vendiendo nuestros productos a los demás y
comprándolos de nuevo de ellos. Esa proposición es claramente absurda. Veremos
que no existen ventajas globales medioambientales que se puedan obtener del
comercio internacional y se pierde mucho capital medioambiental mientras muchos
activos interesantes quedan destruidos en el proceso.
Desafortunadamente, existe una ley física, que es la
ley de la entropía, que no permite que el movimiento perpetuo tenga lugar y una
ley técnica, el límite de Carnot de la eficiencia máxima, que no permite que se
utilice ninguna materia o energía sin generar alguna pérdida. Esto significa
que es imposible convertir el 100% de la energía y la materia en un producto
útil. Las máquinas de calor, en el mundo real, no pueden exceder de una
eficiencia teórica del 60%, mientras que la mayoría de los procesos de
producción tienen eficiencias de entre el 25 y el 0%. La última cifra es para
todos los medios de transporte, que son una pérdida total en términos físicos.
El transporte no añade nada al valor real de un producto. Sólo en la evaluación
económica, algo puede tener más valor en un sitio que en otro, pero lo que es
el producto, sólo puede deteriorarse en ese proceso.
Por tanto, los procesos económicos no son posibles
sin algún tipo de degradación de planeta [pgs. 59-60 TOES Proceedings 1995,
Gerhard Weissmann ]
[25] p. 87, BEYOND OIL, Gever et al., Univ. Pr of Colorado, 1991; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0870812424/brainfood.a
(MÁS ALLÁ DEL
PETRÓLEO)
[26] THE END OF CHEAP OIL, by Campbell and Jean H.
Laherrère; Scientific American, March, 1998; http://dieoff.com/page140.htm (EL FIN DEL PETRÓLEO BARATO. Investigación y Ciencia. Marzo
de 1998)
_____________________________________
Por
Jay Hanson
Versión
original en http://dieoff.org/page168.htm
1er.
Trimestre de 1999.
Permiso
para copiar expresamente garantizado
Traducido
por Pedro A. Prieto y revisado por Ricardo Jiménez Gómez
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