COOPERATIVAS, la clave de la energía sostenible
La Cooperativa de energía renovable Energética ayuda a
los consumidores a gestionar su consumo eléctrico obtenido de fuentes de
energía inagotables mientras disminuye el precio de su factura.
Un día el hermano de Silvia Temiño vio un cartel en una tienda de productos ecológicos de Burgos. Se anunciaba la presentación de una nueva cooperativa de consumo de energía renovable. “Fuimos por curiosidad“, cuenta. Es así como llegó a hacerse socia de Energética e integrante del grupo de apoyo a esta cooperativa vallisoletana desde Burgos. Contrató la luz con ellos y pronto instalará paneles fotovoltaicos en su casa con la cooperativa también. “Puedes tener la luz con Energética, pero las grandes compañías siguen teniendo la exclusividad de la distribución y eso hace que, a pesar de que la energía renovable sea más barata, en la factura siempre haya un coste fijo que cobran esas grandes compañías por el aprovisionamiento, seas o no cliente suyo”, dice.
Este canon le parece elevado, por lo que ha preferido
solicitar un crédito para invertir en la instalación de paneles fotovoltaicos
en su pequeña empresa, que le supone un consumo eléctrico de 600 euros al mes.
Según cuenta Santiago Campos, trabajador de Energética, instalar placas solares
en un hogar tiene un coste mínimo de unos 3.000 euros. “Según el Instituto
Nacional de Estadística, un hogar común consume unos 3200 kWh, mucho más de lo
que consumen de media nuestros socios. Le saldría por unos 4.000 euros si
estuviese orientada al sur”. Esta inversión garantizaría que una parte de la
electricidad consumida se obtendría directamente del sol y la factura se
reduciría porque bajaría el consumo. “Cuanto antes instalemos las placas, antes
empezaremos a ahorrar”, cuenta Temiño. En su caso la inversión para su negocio
será de unos 25.000 euros, inversión con la que disminuirá los costes en la
factura de la luz mientras utiliza para ello la energía verde. “Podremos seguir
consumiendo energía limpia a la vez que realizamos un consumo más eficiente“.
Energética nació en 2015 en Valladolid como proyecto
cooperativo. Un grupo de personas se reunieron con el objetivo de dejar atrás
la energía fósil y tratar de clarificar el precio de las tarifas de las grandes
eléctricas. Desde hace tres años ofrecen varios servicios como la
comercialización de electricidad renovable, el asesoramiento energético e
instalan placas solares para el autoconsumo fotovoltaico. ”No somos una
organización de ámbito solamente urbano, nuestra vocación es ser regional“,
cuenta Santiago Campos. Al intentar organizar un movimiento ciudadano en torno
a la transición energética con el fin de que cada uno sea el único propietario
de la energía que consume, se inspiraron en la cooperativa catalana Som
Energia, pionera en España en el ámbito de las renovables. ”Al principio
pensamos en organizar un grupo de apoyo a la cooperativa Som Energia, para
poder participar también en la toma de decisiones que, como en Energética, se
hace a través de una asamblea, pero vimos que en Castilla y León hacía falta un
proyecto propio. Por eso fundamos nuestra propia cooperativa“, explica.
”El primer año éramos 200 socios y ya hemos llegado a los
1600“. La participación en Energética se realiza a través de una única
aportación de 100 euros al hacerse socio de la empresa, lo que da derecho a un
voto en la asamblea y a contratar gratuitamente hasta cinco recibos de luz, es
decir, una familia en la que una persona sea socia podría avalar el cambio a
Energética en hasta cinco hogares más de familiares o amigos.
Es tan fácil como realizar cualquier portabilidad de
telefonía móvil. El proceso para cambiar de compañía eléctrica y comenzar a
consumir energía renovable a través de Energética se puede realizar con un
breve formulario por internet o en la propia oficina, sin cambios en la
instalación o en el contador.
También se cambian a renovables algunas instituciones
públicas, como el Ayuntamiento de Valladolid, que este mes instalará paneles
fotovoltaicos con Energética en la cubierta de su edificio consistorial. Su
concejala de medio ambiente, María Sánchez, comenta que la reducción del
consumo y el ahorro de energía fueron algunas de las medidas del pacto de
gobierno cuando tomaron posesión tras las elecciones. La utilización de
tecnología para cumplir con estos objetivos es una de las prioridades de la
concejalía que ella dirige. “Hemos estimado que podremos reducir en 21
toneladas anuales las emisiones de CO2 del ayuntamiento con la instalación de
estas placas fotovoltaicas”, afirma.
Uno de los fundadores de Energética es Iñigo Capellán-Pérez,
ingeniero e investigador en el campo de la energía. “Aunque las tarifas
eléctricas son más baratas que las de las compañías tradicionales -las bajaron
entre un 8 y un 14% a decisión de su asamblea en julio-, no le damos tanta
importancia a eso, sino a la utilización de energía verde. Para que el planeta
sea sostenible deberíamos bajar cuatro veces nuestro consumo y ello se
consigue, entre otras cosas, aislando bien las viviendas”, comenta.
Desde 2019 España cuenta, según el investigador, con una de
las leyes de autoconsumo fotovoltaico más modernas del mundo. La eliminación de
la tasa al autoconsumo y permitir el autoconsumo compartido o la posibilidad de
producción por terceros han hecho que este decreto sea un avance en el ámbito
de las renovables, ya que además producir un megavatio de energía fotovoltaica
en España cuesta 30 euros frente a los 40 de Alemania y Francia o los 60 de
Reino Unido. “Puedo instalar placas en mi edificio y dar servicio a toda mi
comunidad, pero también puedo compartir el excedente de otra persona a través
del consumo comunitario. También se permite el autoconsumo desde que esta ley
eliminó el impuesto al sol”, apunta Capellán-Pérez. Uno de los sueños de muchas
familias es poder realizar la mayoría del consumo que precisa su vivienda con
energía fotovoltaica. “Pero para ello sería necesario contar con baterías que
almacenen la energía para los días nublados, cosa que tiene un alto coste
medioambiental porque son de litio y hay que renovar las baterías cada pocos
años”, señala Campos.
Energética produce parte de la energía que sus socios
consumen pero tiene que comprar el resto en el mercado eléctrico (solo adquiere
la que procede de renovables). Es Som Energía la que les ayuda con la
comercialización -el cálculo del consumo realizado en el hogar cada mes según
diversas tarifas fijadas por el Estado y en base a la potencia contratada, lo
que luego determina el precio de la factura mensual-. Entre ambas cooperativas
compraron la central hidroeléctrica de Valteína, en Peñafiel (Valladolid). Esto
permite que también produzcan una parte de la energía que suministran a los
hogares, pero no toda.
Las seis personas que trabajan en la cooperativa ofrecen
también asesorías energéticas para hogares. “Desde el punto de vista del ahorro
es muy importante. Analizamos dónde se te va el consumo y cómo puedes bajarlo,
si decides cambiar tu caldera de gas por una aerotérmica o de biomasa lo puedes
hacer con nosotros, te hacemos un presupuesto y te buscamos instalador”, revela
Rodrigo J. Ruiz, otro de sus trabajadores.
Gracias a las charlas informativas, muchos usuarios hablan
abiertamente sobre su descontento con la tarifación de la energía., “la gente
sale de las charlas muy cabreada, porque hay mucha opacidad y no hay una
percepción colectiva de que hay continuos rescates con dinero público a las
grandes eléctricas, tampoco se hacen auditorías para ver de qué forma se gastan
ese dinero público”, recalca Ruiz.
¿Y respecto al futuro de la explotación de las renovables?
Eva Otero, trabajadora también de la cooperativa, tiene claro cómo ve esa lucha
internacional por liderar la transición energética; “nuestra apuesta es que se
puede bajar a nivel local la producción eléctrica y la demanda. Esto no es una
cosa de grandes empresas, queremos que todo se lleve a un nivel lo más local
posible y es lo que intentamos todas las cooperativas de nuestro ámbito”.
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