EL ENCAJE DE BOLILLOS
Los ciudadanos adscritos a la “Nueva normalidad” es decir, automatizados, intentan protegerse de ni siquiera saben qué, amparándose en grupos y afinidades con el ánimo de coincidir juntos en un encaje de bolillos inexistente. Siguen percibiendo influencias perniciosas que se disponen a asumir como encaje de bolillos.
Cada cual se disputa su porción de poder tanto de acatar y de hacer coincidir sus bolillos con otros bolillos con los que complacerse entre sí. Bolillos que se enredan con otros bolillos cuyo resultado es que ni hay encaje ni tapiz alguno, sino un lío de bolillos que ya ni se sabe que bolillo o puñetas enredó el proyecto.
Así que viendo el lío que han formado, no les queda otra que aceptar que alguien imponga su nuevo orden, no importa cuál sea este, les basta con salir airosos del problema en que se han metido. Empiezan entonces a acatar órdenes, leyes, y demás sistemas de control sin cuestionarse ni oponer resistencia alguna aun cuando les apliquen dichas leyes improcedentes, y controles inadecuados de forma arbitraria.
No fueron capaces de organizarse sin
tener líderes que los guiasen, sumisamente agachan la cabeza dejan el culo al
aire y gozan de sentirse libres de la responsabilidad individual que les es
propia. Los oportunistas lenguaraces del sistema, complacidos, sarcásticamente
les demostraron que sin ellos, no son capaces de valerse por sí mismos.
Este proceder se ha transmitido de generación en generación,
su influencia la seguimos transmitiendo a nuestros propios hijos y jóvenes
hasta llegar a la aniquilación total del individuo como un fin en sí mismo. (No
confundir individuo con individualismo radical, cuyo efecto es tan devastador
como el de la inducción del pensamiento único ejercido mediante ideologías, religiones
etc.).
¿Se han preguntado alguna vez, por qué unas sociedades que
se venden como único medio de convivencia pacífica, son las más belicosas y las
que más atropellos y atrocidades generan?
Claro que se dan cuenta de ello, pero no son conscientes de lo que sucede cuando se deja que presuntos mandatarios se otorguen la potestad de dirigir el destino de los ciudadanos sin conocer cuales son sus verdaderas intenciones. No se puede dejar en manos ajenas lo que nos atañe hacer cada uno de nosotros, porque luego viene el crujir de dientes y cada grupo o afinidad ideológica o religiosa impondrá su enfermizo evangelio.
Yo soy budista, yo soy
católico, yo soy musulmán, yo soy comunista, yo soy de derechas, yo soy de
izquierdas. Pero nunca jamás yo soy quien quiero ser en cada instante sin
intermediarios. Lo que implica en grado sumo responsabilidad y compromiso
evolutivo, encajando los bolillos de forma creativa, componiendo un excelente
tapiz inspirado por nuestro afán de crecer respetuosamente con nuestro entorno
vital.
Es evidente que sentirse siendo lo que se es cuando se
convive con otros seres humanos implica responsabilidad y sentido propio es
decir, conlleva organizarse. Traerse consigo los conocimientos que se precisan
para comulgar y conspirar (respirar juntos) en un proyecto común.
Puede ser al principio complicado cuando creemos ser menos
que hombres, infravalorando nuestro potencial organizativo y consustancial
según nuestros usos y costumbres con los que convivir en paz y armonía. Es
obvio que precisa compromiso e inteligencia para evitar en lo posible
enredarse con bolillos cuando ni siquiera se sabe cómo manejar su
encaje.
¿Les parece saludable este proceder inadecuado de dejar nuestras vidas en manos ajenas? La histeria al igual que la gonorrea son grandes imitadoras de las enfermedades. Enfermos que guían a otros enfermos no pueden sanarse y sanar a otros. Por lo que la enfermedad se acepta cómo medio por el que tenemos que configurar insólitos burdeles insanos dónde ejecutar la parodia de la sanación a través de una estructuración social que gira en torno a la seguridad social en base a las enfermedades.
No hay escapatoria posible, tarde o temprano, sus vehículos previamente enfermados acudirán al patíbulo. Así que, dicho tinglado se utiliza como una herramienta más que hace posible que los ciudadanos automatizados no se atrevan a vivir sus vidas sin estar cerca de este artificioso montaje insalubre del mercado de la salud. ¿Paradójico, Verdad?
Primero nos enferman y luego nos aplican sus soluciones, una forma muy sutil de mantener a los ciudadanos bajo el yugo de la enfermedad. El engaño más depurado y abyecto que nos colaron a través de nuestra negligente actitud para con la vida en todas sus manifestaciones, cuyos beneficiarios son las farmacéuticas y demás centros logísticos que tienen que ver con la alimentación. Pues ambas, alimentación y farmacopea están bajo los mismos parámetros insalubres que nos mantienen cogidos por los cataplines.
A la vez
que sirven a quienes… cierto, es lo que pensáis. Forma parte de la estrategia
de los amos del planeta.
Lo han vendido como un logro de la ciencia sin consciencia,
la mayor estafa habida y por haber. Y al haberla asumido como nuestra única
manera de estar seguros en manos de quienes tienen los medios para hacerlo. Me
refiero a nuestros amados líderes por supuesto, que velan por nuestra ejem… salud,
ahora tenemos que afrontar su solución final, sin medios para contrarrestar su
inefable resolución final. Y digo inefable por ser demasiado sobrecogedor e
impactante dicho desenlace.
Uds. yo mismo y todos los ciudadanos nos han aplicado el término de contribuyentes. Con ello se nos advierte sutilmente, que somos nosotros los que contribuimos a todo este dislate disfuncional e inhumano. Como contribuyentes ayudamos a contribuir, a sostener la parodia oficial que presumimos haber elegido para que encajen los bolillos.
Es decir, contribuimos
en todo. Sean guerras, genocidios, miseria humana, explotación, violencia,
apliquen los adjetivos que deseen, porque está absolutamente en todo. ¿Acaso
creyeron qué eran inocentes? ¿Que no va con nosotros todo esto? ¿Qué son ellos,
quiénes obran en virtud de sus ambiciones?
Nos han hecho creer que sin leyes disuasivas no podríamos
sobrevivir. Hemos sido nosotros quienes lo hemos aceptado debido a nuestra
irresponsabilidad de dejar nuestro libre albedrío en manos ajenas. Dije libre
albedrío, y este no puede darse sin saber lo que significa, lo que
implica. Al permitir ciertos procedimientos de encaje de bolillos, lo
consentimos y tal consentimiento se convierte en nuestra aceptación como
esclavos a perpetuidad.
Los sistemas actuales aparentemente encajan los bolillos
entre sí, con alianzas, acuerdos, pactos etc. Pero, ¿Realmente es así? No, no
lo es. Es un juego de apariencias con las que manipular el encaje de bolillos.
Los mismos in-dignatarios que aparentan dirigir nuestras sociedades son
juguetes de un poder piramidal mucho más sofisticado del cual lamentablemente
pocos siquiera, pueden imaginarse, aunque crean que lo saben todo sobre esto.
Nada es lo que parece, ni siquiera ese presunto poder piramidal lo es.
Es obvio que no es posible resumirlo en unas cuantas
palabras que, en vez de aclarar, sirvieran para confundir aún más de lo que ya
está el asunto.
Aún nuestros postulados, nuestra visión y percepción está
condicionada a un verbo sin vida y sin sustancia que no sirve al propósito de
la consciencia, y si no sirve para ello, entonces seguiremos con discusiones y
elucubraciones que parten de la mediocridad perceptual. Nuestras impresiones
están muy contaminadas por las imágenes que nos llegan, muchos centros
cognitivos siguen clausurados y hasta que no los abramos muy poco rendimiento
obtendremos de nuestro método razonador previamente manipulado.
Es preciso aprender a desaprender. Porque son tantas las
aberraciones, las atrocidades que se cometen en nuestras sociedades que solo se
puede aceptar siendo parte activa de ello. Es muy difícil vivir en esta
situación de incoherencia con la vida. A nivel colectivo es caótico, los
ciudadanos están enfrentados entre sí, vecinos contra vecinos, esposos, hijos,
abuelos incluso en los medios que dicen ser alternativos podemos observar dicha
lucha intestinal de egos enfrentados. Nadie está a salvo de la voracidad de sus
egos, un mundo desagradable que busca satisfacerse en la opresión y la
explotación de sus semejantes. Con estas perspectivas, ¿Hay alguna esperanza de
prosperidad en estas civilizaciones?
No es difícil predecir lo que sucederá mañana, con las dificultades que tenemos para desarrollar nuestras capacidades cognitivas al estar constantemente bajo los narcóticos sociales a los que estamos tan enganchados. Nos es harto difícil conseguir nuestro propio espacio vital, dado el panorama social y sus perspectivas evolutivas actuales.
Encaminados,
conducidos hacia nuestra propia destrucción. Nuestra inutilidad al respecto nos
hace merecedores de ello. Pero ¿Es así, de verdad nos lo merecemos?¿Merecen
pagar en propia carne quienes están sufriendo las consecuencias de nuestra
insensata postura de ojos cerrados?.
Por mucho que les digan lo que sobrevendrá de seguir
permitiendo que siga adelante este proceso destructivo del individuo, a la par
que la sociedad en la que convive con sus semejantes, que están en su inmensa
mayoría abducidos por los programas conductuales del sistema, condenados y
condenando a quienes se opongan a tal holocausto étnico que se está perpetrando. No escuchan, siguen ciegos y sordos y se amparan en
dementes que anularon cualquier signo de empatía por su patria.
Mientras esto sucede los dementes ejecutores de tal
holocausto, pueden hacer lo que les venga en gana aunque ello implique ejecutar
leyes de lesa humanidad. Los ilusos durmientes por mucho que les sacudan no
despiertan, siguen refugiándose en la ignorancia, complacidos por aquellos que
les roban y les secuestraron todos sus bienes y haciendas. Entregados en cuerpo
y alma a esos miserables estrategas del dolor ajeno para que les ayuden a
inmolarse. Terrible verdad que nos arrastra al precipicio. Ni bolillos ni
puñetas, no hay encaje que se sostenga en la estupidez.
Tienen que andarse con cuidado y deberían cuestionarse al
menos hacia dónde les conducen todos estos desarrapados personajes que han secuestrado
la soberanía del pueblo con sus ejecuciones políticas y procesos cibernéticos.
De no dejar de consumir el narcótico social que les está anulando como seres
introspectivos como hasta ahora, el desenlace no puede ser otro que el que
pueden intuir los despiertos.
Persistimos en esclavizar a nuestros propios hijos para que
sirvan a un sistema tan repugnante como el que en mayor o menor grado hemos
contribuido a construir y sostener. (Pronto reparten carnets de buenos
ciudadanos, es decir, contribuyentes). Viendo la irresponsable actitud de
ciertos progenitores que no les protegen del sistema será más pronto que tarde
un nuevo ataque a la ciudadanía, la figura del “chivato” es un indicio
inequívoco de ello. Difícil tarea para los despiertos gestionar tales
aberrantes leyes que se están desarrollando. Pero, comprensible si se observa
el grado de atontamiento generalizado que está en su faceta más
destructiva.
Tan solo modificando ciertos aspectos sobre nuestra
propiocepción podría ser en principio suficiente para encajar nuestros propios
bolillos. Empezar nuestra odisea del despertar con poderosas fuerzas que nos
ayuden a lograr nuestro empeño. Los seres humanos no nacen para ser esclavos,
somos nosotros quienes asumimos la esclavitud sin saber siquiera que lo somos,
y la perpetuamos a través de nuestra descendencia. Ese darse cuenta, es la
chispa que puede prender en los corazones de los despiertos y los que estén en
vías de su despertar.
Los personajes que están devastando el planeta han desatado
todo su poder destructivo. Controlan los pensamientos y han hundido en la más
infame negrura apocalíptica a la gran mayoría de seres humanos. La era más
oscura de la humanidad está siendo real-izada como único medio por el cual si o
si, tenemos que claudicar dejándonos sin opciones, pues las hordas de ciborgs
lo arrasarán todo, llevándose con ellos todo lo que se cruce a su paso. Una
enorme avalancha o marabunta de zombies que en su migración acabarán con todo,
sean culturas, patrias, países y continentes.
Tan solo es el principio del final de los tiempos cultivados según y tal como yo lo veo. Sin escapatoria posible, no nos han
dejado ninguna salida y no respiro aires amistosos que puedan conspirar de
manera efectiva y afectiva con la que limitar sus intenciones destructivas.
Entonces, es prudente que sepamos a lo que nos vamos a enfrentar.
Aún estamos a tiempo de recapacitar y a poco que nos lo
propongamos nuestra fuerza se multiplicaría de manera exponencial y esto haría
posible en principio que se generase una oportunidad, o al menos
intentarlo.
Tú, yo y miles, millones de seres humanos que compartimos nuestras esperanzas de libertad, tenemos una afinidad común. Entonces. ¿Qué nos falta para organizarnos? Cómo hacer para religar la comunidad de bienes compartidos que deberían estar al servicio de toda la humanidad, al servicio de la vida en todas sus manifestaciones.
La respuesta es clara y certera,
instruirnos en la ciencia con consciencia lo antes posible para asentar
definitivamente el proceso natural que nos es común a todos. Concibiendo las
palabras actualmente muertas, debidamente estructuradas para que se constituyan
como vivientes.
Encajemos pues, nuestros propios bolillos. Puede que la chispa que prendamos sea el
primer paso para constituirnos como fuerzas vivas de alta intensidad y
relevancia. Por algo hay que empezar. ¿Qué tal, encajando bolillos dejándonos
de puñetas?
Juana Natividad Baqué
de Cubas
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