LA NATURALEZA COMO NEGOCIO
EN LUGAR DE UN ESPACIO CONTEMPLATIVO
Henry David Thoreau es una especie de santo de la vida fuera del mundanal ruido. Su trabajo es una meditación sobre la vida contemplativa fuera de las distracciones pecaminosas de la civilización moderna.
Parte de un texto traducido como "Una vida sin principios" se desprende una meditación titulada La fábula del vago emprendedor. Thoreau presenta una reflexión profunda sobre la relación entre el trabajo, el dinero y la vida en sí misma, desafiando la mentalidad tradicional de que el éxito depende únicamente de la productividad económica.
El texto aboga por una vida que no esté dominada por la obsesión con el dinero, sino por la capacidad de estar presente en el mundo, de observar la naturaleza, de practicar el silencio y de disfrutar del momento sin una finalidad utilitaria.
Lúcidamente Thoreau denuncia todo lo que está mal con la
sociedad moderna:
Thoreau explica: "Si un hombre se adentra en la naturaleza con la intención de admirar el paisaje, es un soñador. Si un hombre se adentra en la naturaleza con la intención de sacar provecho de ella, se convierte en un estimado y emprendedor ciudadano”.
Esta afirmación pone de
manifiesto cómo el capitalismo ha reconfigurado nuestras prioridades, otorgando
valor solo a lo que genera ganancia, mientras que actividades esenciales como
la contemplación y el disfrute del entorno se consideran improductivas o
incluso “vagas”.
Este mundo es un lugar de negocios. ¡Qué ruido infinito! Me despierto casi todas las noches con el mecánico jadeo de la locomotora. Interrumpe mis sueños. Sería glorioso ver a la raza humana en calma por una vez. No hay nada excepto trabajo, trabajo, trabajo. No puedo comprar con facilidad un cuaderno en blanco para escribir pensamientos, porque en general están reglados para dólares y centavos.
Un irlandés, observando cómo me tomaba un segundo al cruzar el campo, dio por hecho que estaba calculando mis ganancias. Si un hombre es lanzado por una ventana cuando es niño y queda inválido de por vida, o si se vuelve loco por temor a los indios, es lamentado principalmente porque quedará incapacitado para los negocios.
Creo que no hay
nada, ni siquiera el crimen, que sea más opuesto a la poesía, a la filosofía, y
a la vida misma, que estos agotadores negocios.
La reflexión continúa al señalar que el silencio y la
presencia plena en el momento son prácticas olvidadas en nuestra sociedad
enfocada en el hacer constante. La contemplación invita a una revalorización
del tiempo como un espacio de reflexión y conexión con lo que nos rodea, no
como un recurso que debe ser monetizado o explotado. Es una llamada a recuperar
el equilibrio entre el trabajo y la vida, entre el hacer y el ser.
Este enfoque filosófico propone una ruptura con la idea de
que la vida debe girar en torno a los negocios y la productividad, sugiriendo
en cambio una vida más contemplativa y en armonía con la naturaleza y el propio
ser.
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