CAMBIO SERÁ EL NOMBRE QUE TENDRÁ
La
auto-restricción que seria necesaria para conseguir frenar el
crecimiento del capitalismo salvaje y egocéntrico no ocurrirá. Es
un simple problema lingüístico, el problema del significado
intrínseco de dos palabras "restricción y regulación".
Ambas describen un estado de deficiencia como fin del discurso.
Igual
que palabras como "limitación" o "transitoriedad"
sugieren un estado de hambre o ausencia de cosas. Es por eso que un
gran porcentaje de personas no considera cambiar su estilo de vida a
uno más simple pero más libre y autónomo. Porque piensan que lo
que sería necesario es una limitación de su calidad de vida.
Son
estas dos palabras las que impiden un cambio de discurso hacia un
decrecimiento de verdad. "Restricción y regulación"
directamente se asocian con falta de libertad individual. Y sí, es
correcto que el individuo debe ponerse en segunda fila dentro de un
conjunto social y económico que pretende funcionar de forma justa y
saludable. Pero no podemos asociar o incluso definir esta segunda
fila con términos de tan mala connotación. Los hay mejores.
Para
restricción es importante hacer notar que todo en nuestra vida esta
restringido de algún modo debido a condiciones ajenas a nuestra
persona. Solo el capitalismo pretende sugerir que estos límites no
existen. No obstante hemos de acordar otra palabra para esta
limitación natural que compartimos todos. Vamos a llamar la
restricción a partir de ahora "realidad"...
Me
gusta porque realidad implica que no podemos usar, gastar o consumir
lo que no está a nuestro alcance o simplemente no existe. Por
ejemplo tenemos 1500 euros ahorrados. Queremos una moto nueva pero
nos gusta el modelo que vale 2200.
Kant
preguntaría ahora: "¿Qué debo hacer?" El sentido común,
la moral cristiana y mi bolsillo dicen que no puede ser el modelo
deseado y me he de conformar con el modelo que vale lo que tengo.
Pero el bombardeo publicitario me da argumentos para justificar una
moto con prestaciones superiores y totalmente irrelevantes para un
uso correcto y voy al banco con el fin de que me financien la
diferencia. He entrado en una trampa moral cuya única salida hoy en
día, incluso los socialistas, llaman auto-restricción.
Resumiendo:
quiero algo cuyo valor monetario no tengo, salgo de mi realidad
económica y entro en una esfera ficticia con la ayuda del dinero
virtual prestado por los bancos.
Llega
el día que no puedo pagar las cuotas de la moto. La vendo por la
mitad de su precio de adquisición, es decir, por 1100 euros. Pero
los 700 euros prestados por el banco han acumulado intereses y casi
llegan ya al precio por el cual he conseguido venderla. En total he
perdido 1500 euros en un solo año y de nuevo no tengo moto. Esto es
lo que la mayoría de gente hoy en día considera restricción --
vender la moto-- apretarse el cinturón. Yo lo llamo volver a la
realidad.
El
otro término "regulación" es algo más complejo pero no
menos intrigante de analizar. Contiene la palabra "regular".
Regular es la media, la norma o "lo normal". Regulación
entonces se refiere a normalizar algún proceso o estado dentro de
una sociedad. Normal a su vez está asociado con la palabra "normas"
y allí vamos al grano de la regulación. Se dedica a establecer
normas válidas para un grupo o todas las personas de una sociedad,
con el fin de lograr una configuración social justa.
Norma
que regula, regla que normaliza. Somos muy justos cuando otros la
violan y muy tolerantes cuando nosotros consideramos que es mejor
ignorarla. De este modo la regulación es como un ser dinámico que
se usa cada día para posicionarnos dentro del conjunto social y
cultural. Regulación a su vez es el instrumento que enlaza los
procesos abstractos de la economía con los de la naturaleza humana.
Actualmente es entendida como el vehículo que lleva la protección
de la justicia humana a las actividades económicas y políticos.
Pero
como este término esta cargado de connotaciones ideológicas y es
sospechoso de ser un ladrón de la libertad individual, pues también
le quiero llamar de otra forma: regulación es el ejercicio práctico
de humanidad. Bien, quiero entonces una realidad humana que crezca a
medida que las personas pueden mantener autonomía
sobre su desconocimiento*
y
no una restricción regulativa o regulación restrictiva que censura
conocimiento a medida que un partido político lo impone para
mantener un estado nacional con su ideología respectiva.
Las
cooperativas (sociales, culturales, energéticas, científicas,
agrícolas, sanitarias etc.) tienen muchísima experiencia en tratar
y gestionar la realidad humana a gran escala (Avanti tiene más de
100 mil empresarios-trabajadores). En una cooperativa los miembros
son a la vez dueños y empleados, por tanto son relativamente
inmunes a entrar en realidades virtuales con los bancos, y además
no pueden permitirse tomar decisiones que son injustas para los
demás porque se perjudican a ellos mismos directamente.
Claramente
esto romperá el salvajismo financiero y también el concepto
grotesco de estado nacional y el mundo podrá finalmente organizarse
de una manera cooperativa. El sistema de ahora que tiene como único
fin el máximo beneficio, no tiene respuesta a la organización
autónoma e independiente de grandes cooperativas, España es la
prueba que existen dos realidades conceptuales en paralelo. Una en
la que políticos de partidos y empresarios del capitalismo clásico
se pelean sobre márgenes de regulaciones y restricciones y otra en
la que ya se ejerce una realidad humanista.
* “autonomía sobre desconocimiento" en este contexto se refiere a que todo lo que uno no sabe, no lo sabe porque lo ha decidido por propia voluntad y no porque hay una ideología que regula y censura el tipo y la profundidad de conocimiento que tiene una persona en su contexto cultural y social.
En el socialismo por ejemplo no
hay alternativa a saber de la importancia del bien común y su
ejercicio práctico de cada día. Por eso las sociedades socialistas
están repletas de mensajes de tendencia altruista que invaden la
autonomía del individuo sobre la decisión de cuanto se ayuda o
implica con quien y por qué. El internacionalismo, la idea
originaria del socialismo, requiere una constante lucha contra el
desconocimiento sobre relaciones inter-políticos a escala
global.
También por ejemplo en el
capitalismo es preciso que la gente pierda el desconocimiento sobre
las dinámicas de la teoría económica financiera. En consecuencia
los medios de comunicación y sistemas educativos bombardean a la
población con constante información y "educación" sobre
el sistema financiero, hasta que este conocimiento se convierte en
la única realidad lógica y pensable.
Siempre
hay un desconocimiento que se ha de regular según el tipo de
ideología que esté en el poder. En ambos casos, el sistema no
puede tolerar desconocimiento voluntario sobre campos de
conocimientos muy concretos. Solo así puede ejercer su poder.
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