LAS MENTIRAS DE ECOEMBES
A las que hay que sumar los «errores» del gobierno
Vamos a hablar (otra vez) sobre reciclaje. Es un tema
importante, aunque esté pervertido por la superficialidad de los medios y
políticos de masas, amén de otras gentes sin interés real por la
sostenibilidad. No queremos caer en el error de quedarnos en lo insustancial
y comodón.
Debiera ser conocido que, para el
medioambiente, es mejor reducir el
consumo de carne que reciclar. Sin embargo, hay muchos intereses en
que sigamos confundidos con el ranking, sin importar siquiera
que el reciclaje no se haga bien.
Aclarado este punto, vamos a meter el dedo en el ojo de Ecoembes.
En 2024, se evaluó oficialmente la recogida de botellas de
plástico de bebidas para su reciclaje. Solo se estudió eso: «botellas de
plástico de bebidas». No se evaluaron cuántos tetrabriks se reciclan (son cero
a nivel español y mundial) ni las bandejas blancas (de polietileno) ni los espráis
(de insecticidas, por ejemplo) ni las latas (de bebidas o de
conservas) ni tampoco los envases de plástico para otros fines, como yogures,
detergentes, suavizantes, champú, jabón líquido, repostería o las bolsas
para todo tipo de usos.
La conclusión de tan necesario y parcial estudio fue
que se recicla solo el 41% de las
botellas de plástico de bebidas. Ecoembes dice que es un 73%. Ecoembes miente (está muy
demostrado). Le interesa mentir. Entre los accionistas de Ecoembes están las
empresas que más contaminan el planeta: Coca-Cola, Pepsi, Nestlé, Danone,
Pascual… Esas corporaciones están ganando una cantidad inmensa de millones
porque contaminar con plástico es barato. Y también apoyados por millones de
ciudadanos ultra-azucarados y necios ante el desastre.
¿De dónde sale la cifra del 41 % que indica el gobierno
de España?
Según explica muy bien la revista Ballena Blanca,
esa cifra sale de estas tres cantidades:
- Cantidad
total de botellas de plástico de un solo uso vendidas en España: 214.039 ton.
- Botellas
recogidas en el contenedor amarillo: 74.482 toneladas.
- Botellas
recogidas en cárceles, estadios deportivos, estaciones: 14.017 toneladas.
Con esos datos, calcular el porcentaje de botellas recuperadas es simple.
Basta con multiplicar por 100 esta operación: (74.482+14.017) / 214.039 ⇒ 41
%.
Casualidades de la vida, la cifra de Ecoembes supera por muy
poco el 70 %, que es el objetivo mínimo que dicta la Ley 7/2022. Para
desgracia de Ecoembes, el gobierno no le da la razón y, como establece dicha
ley, hay que implantar un SDDR en todo el territorio
nacional en un plazo de dos años.
La cifra que dice el gobierno no es fiable
Aparte de que —como hemos dicho— no se tienen en cuenta
todos los tipos de envases, ni siquiera todos los de plástico, se han cometido dos graves errores que
invalidan ese dato:
- Por
una parte, los cientos de incendios que ocurren anualmente en centros
de reciclaje. Es decir, las cifras anteriores del dividendo (2 + 3) están
infladas. Una cosa es «lo que se recoge para reciclar» y otra «lo que de
verdad se recicla». Lo que se quema en un incendio, no se recicla, pero no
se resta. Ni siquiera tenemos datos oficiales y transparentes sobre estos
recurrentes incendios.
- El
segundo error está en el divisor (cifra 1). Resulta que es imposible
conocer cuántos envases se venden, como explica el experto Alberto Vizcaíno.
Por tanto, esa cantidad parte de una estimación dada por las empresas
interesadas que, como puede sospecharse, la reducen al máximo. Es fácil
oler que las compañías indican que venden menos de lo que realmente
venden.
Una solución tan simple que ni se contempla
Como es sabido, el problema del plástico es enorme. Algunos
no quieren verlo aunque se lo estén tragando con su agua mineral. Y la
solución no es difícil. Consiste en dos simples medidas:
- SDDR (Sistema de Depósito,
Devolución y Retorno) para envases
retornables y exigir que los envases de vidrio sean siempre reutilizables (salvo
que se justifique por qué no). El vidrio debe reutilizarse porque
reciclarlo tiene un enorme impacto ambiental y además también hacen
trampas, como también explica Vizcaíno.
- Impuestos crecientes —año a
año— para las empresas que vendan productos en envases no retornables.
Los envases de usar y tirar (no reutilizables) pueden (y
deben) tener también su SDDR,
pero cuando la tasa que paguen las empresas sea elevada, este tipo de envases
desaparecerán. Este impuesto puede ser pequeño durante unos pocos años y subir
progresivamente. Así, las empresas tendrán tiempo para hacer que sus
envases sean retornables y
adherirse al SDDR para envases
reutilizables. Por cierto, lo mejor sería implantar un sistema SDDR como
hace cincuenta años, pagando una parte a los comercios que recojan los envases
vacíos y sin caras y contaminantes máquinas electrónicas.
La Ley de Residuos 7/2022 no contempla nada de
eso. Solo se habla de un SDDR para reciclar (no para reutilizar) y,
encima, exclusivo para botellas de plástico de hasta 3 litros:
no se recogería nada de vidrio ni otro tipo de envases que son una clara
mayoría (bidones de 5 o más litros, envases de yogures, detergentes,
suavizantes, tetrabriks, latas, etc.). Está claro que la ley solo pretende
maquillar el reciclaje.
Es curioso: la
ley condena el greenwashing y es una ley de puro greenwashing.
Más detalles sobre la nefasta Ley de Residuos 7/2022
Esta ley está pensada para las multinacionales; no para
la ciudadanía. Es evidente la malsana intención de que apenas sirva para
resolver ningún problema. Es como una carta a los Reyes Magos con cosas que
podrían hacerse, pero que no se exige que se hagan y que nadie piensa controlar
si se hacen o no. Algunos puntos que la ley trata y que es bueno saberlos para
exigir que se cumplan.
- Los
ayuntamientos, las confederaciones hidrográficas o la Dirección General de
Carreteras no deben pagar nada por la recogida de residuos. La ley deja
claro que los costes tendrán que ser sufragados por las empresas. Los
organismos públicos deben hacer que se limpien calles, ríos y arcenes; y
pasar la factura a las empresas del plástico, a las tabaqueras, etc.
Por la misma razón, los costes y daños ocasionados por las toallitas
húmedas, deben ser asumidos por las empresas responsables.
- La
ley exige programas de prevención sin materializar nada concreto.
- Bares
y restaurantes deben «ofrecer» agua gratuita y «no envasada».
- Los
comercios de alimentación cuya superficie sea igual o mayor a 400 metros
cuadrados destinarán al menos el 20% de su área de ventas a productos
presentados sin embalaje primario.
- Seguimos
esperando que se haga algo contra la obsolescencia programada, como manda
la ley.
Que haya otras cosas más importantes que reciclar no nos
exime de nuestra obligación de atender con urgencia el problema de los residuos
(denunciado hasta en dibujos
animados). El plástico está matando a millones de animales. Las aves se
atragantan en islas alejadas de las ciudades donde se despilfarra ese recurso.
Los humanos también enfermamos por esta causa.
Aparte de un completo análisis de la Ley
de Residuos, en Blogsostenible hemos tratado estos temas, desde los incendios
en centros de reciclaje, hasta las mentiras
de Ecoembes, pasando por nuestra
propuesta para resolver el problema, o el greenwashing de
empresas envasadoras y también los lemas
más empleados para engañar al consumidor.
Como sociedad, nos queda mucho por hacer. Y sería fácil, si
los ciudadanos votáramos a partidos que no se vendan a las grandes
corporaciones. El gobierno actual de España (PSOE), no está atendiendo la
crisis climática ni la crisis ambiental. Y si piensas que el PP lo haría mejor,
es porque los conoces muy poco.
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