LA ESTRATEGIA DEL CARACOL: DECRECER O PERECER
“El
caracol construye la delicada arquitectura de su concha añadiendo
una tras otra las espirales cada vez más amplias; después cesa
bruscamente y comienza a enroscarse cada vez en decrecimiento, ya que
una sola espiral más daría a la concha una dimensión dieciséis
veces más grande, lo que en lugar de contribuir al bienestar del
animal, lo sobrecargaría. Y desde entonces cualquier aumento de su
productividad serviría solo para paliar las dificultades creadas por
esta ampliación de la concha, fuera de los límites fijados por su
finalidad. Pasado el punto límite de la ampliación de las
espirales, los problemas del sobre crecimiento se multiplicarían en
progresión geométrica, mientras que la capacidad biológica del
caracol solo puede, en el mejor de los casos, seguir una progresión
aritmética. ”
Ivan Illich
El
equilibrio biológico del caracol lo ha convertido en el símbolo del
movimiento decrecentista. Este movimiento nace como respuesta a la
sobre-explotación de los recursos naturales y el consumismo extremo.
Propone básicamente supeditar
el mercado a la sociedad, sustituir la competencia por la
cooperación, acomodar la economía a la economía de la naturaleza y
del sustento,
para poder retomar el control de nuestras vidas.
Repesando
el modelo económico social del crecimiento y el desarrollismo que
impera en nuestro tiempo, nos encontramos con un paisaje desolador:
degradación de nuestros ecosistemas, pérdida de relaciones humanas
y tejido social, monopolio de grandes corporaciones que dictan las
normas, un sistema financiero basado en la especulación, una crisis
alimentaria basada, no en la escasez de alimentos, sino en la
especulación con alimentos o con tierras, etc.