Comprar
sin que se nos llene la casa de residuos no es fácil, pero cada día
tenemos más aliados para conseguirlo, como los comercios verdes.
En
las últimas décadas el uso del plástico ha experimentado un
aumento exponencial y lo mismo podemos afirmar de otros
elementos de un
solo uso. Llenamos, o
nos llenan, la casa de residuos sin que nos demos cuenta. Una entrada
y salida constante de envases, film,
envoltorios, pajitas, tampones, toallitas y muchos más. Objetos
convertidos en residuos después de una vida útil muy corta.
El plástico es
el elemento más utilizado para estos usos. En consecuencia,
actualmente podemos hablar de usa sobrefabricación i sobresaturación
de plástico a escala mundial. Los plásticos se fabrican a partir
del petróleo –un recurso no renovable– y tienen, por desgracia,
en estos casos, una vida demasiado corta y contaminante.
Actualmente,
la inmensa mayoría de las grandes
superficies y supermercados,
por razones puramente económicas y de marketing,
priorizan la oferta de producto envasado y, además, de calidad
cuestionable. Los fabricantes y los distribuidores imponen el estilo
de vida de las personas consumidoras: ¡Están decidiendo por
nosotros! Ponen en un envase la cantidad de unidades que ellos
quieren y, muy a menudo, las personas –que quizá viven solas o en
pareja– compran la única opción existente –un pack– y al
final desperdician la mitad, favoreciendo así el derroche
alimentario.
Pero
evaden cualquier responsabilidad arguyendo que son sistemas
reciclables y que cumplen la normativa vigente. Aquí tenemos el
comentario dirigido a una cadena comercial muy conocida y la
respuesta que dieron:
“Magdalenas
envasadas de una en una? #FueraElEnvase. Si las colocas en una cajita
metálica se almacenan perfectamente! No más envoltorios
innecesarios! @Mercadona”.
Respuesta
de Mercadona:
“Todos
nuestros envases cumplen con las normativas sanitarias y ambientales:
son reciclables y deben depositarse en el contenedor amarillo para
que sean correctamente reciclados. Gracias.”
La
excusa que son reciclables ya
no les sirve a muchas personas. Ya se sabe a ciencia cierta que la
gran mayoría de estos “plastiquitos” no acaban reciclándose a
pesar de serlo y no por culpa del ciudadano que separa o del que no
separa, sino del diseñador, del fabricante y de quien lo permite.
El
único camino es:
-
Evitar la fabricación de envases efímeros y contaminantes
-
Ofrecer el producto a granel
-
Sustituir aquello que sí que es “necesario” por otros reutilizables o biocompostables (colocamos necesario entre comillas ya que el concepto de necesidad es muy subjetivo)
Pero
¿quién tiene la solución?
Las cadenas
comerciales habitualmente
tienen una amplia gama de productos de marca blanca y, en
consecuencia, tienen poder de decisión. Otros supermercados o
comercios dicen que ellos se limitan a ofrecer lo que les pide la
clientela y que ello no es un problema ya que al final los envases se
reciclan.
Los clientes dicen
que no tienen alternativa, que no hay oferta o que ellos ya reciclan.
La administración o
los legisladores conviven con una urgencia medioambiental pero
aplican medidas muy poco eficaces en el campo de la prevención de
residuos.
Para
no atascarnos en quién es el principal responsable de la
problemática –lo somos todos– expondremos diversas iniciativas
de distintos sectores que con sus acciones ya están transformando la
sociedad y adelantan hacia el objetivo de residuo cero.
Actualmente
en comunicación está de moda anunciar que “eres el primero en…”
o “los 10 mejores en…”. Un ejemplo que nos ha sorprendido
agradablemente es la noticia del “Primer
supermercado libre de plásticos en Barcelona”.
Realmente,
en Cataluña, con altibajos, siempre se ha vendido a granel,
especialmente en el pequeño comercio. En los últimos años e
incluso en los últimos meses, afortunadamente, se han añadido
diversos establecimientos que han contribuido a la ampliación del
abanico de la venta a granel y de los alimentos frescos. Ahora
podemos encontrar tiendas que ofrecen a granel legumbre, pasta,
arroces, frutos secos, galletas, cereales, jabones, detergentes,
miel, crema de cacao, champú, etc. O productos elaborados con
material compostable o que son reutilizables (copas menstruales,
compresas, pañales, cantimploras, bolsas para el bocadillo, etc.).
Precisamente esta tienda-supermercado ofrece este tipo de productos y
se une a otros que ya contribuyen a una sociedad sin tantos residuos.
Si todas las tiendas y supermercados apostaran por fabricantes y/o
proveedores de productos respetuosos con el medio ambiente, sería un
gran avance.
El
objetivo del proyecto Comerç Verd (‘comercio verde’), impulsado
por Rezero,
es poner en valor el comercio que ofrece producto de calidad, de
proximidad, sin envases de un solo uso, con productos ecológicos y
justos y/o con productos reutilizables. La iniciativa está
pensada para favorecer el consumo de productos respetuosos con el
medio ambiente, reflexionar sobre los hábitos de compra y promover
los comercios de proximidad. El requisito básico del cual se parte
para distinguir un establecimiento como Comercio Verde es que ofrezca
productos ecológicos, a granel, de proximidad, reutilizables o de
comercio justo. El hecho de ser un pequeño comercio también es uno
de los criterios que se considera. La filosofía del proyecto tiene
como objetivo favorecer los comercios de barrio ya que son
dinamizadores del territorio y favorecen las relaciones de comunidad.
Actualmente
en Barcelona casi 500 establecimientos lucen el distintivo de
Comercio Verde y en Girona son casi 90. Las buenas prácticas
que se distinguen con el sello de calidad Comercio Verde son, en
definitiva, las que permiten al consumidor comprar de manera
responsable, minimizando los envases, facilitando capazos, no
presentando el producto en bandejas de porexpan, evitando el abuso de
plástico, cartón o bolsas innecesarias facilitando envases
reutilizables y estableciendo un sistema que fomente su uso.
También se promueve la venta de ropa de diseño y producción
propia, de objetos de segunda mano y, en definitiva, de todo aquello
que reduzca la generación de residuos. En resumen, si te
preguntas dónde encontrar a granel la pasta ecológica que tanto te
gusta o si existe en tu barrio una bodega que venda a granel,
consulta el web www.comercverd.cat
Hacer
la compra no es únicamente llenar la nevera o resolver una
necesidad; comprar es, también, decidir e incidir sobre el
territorio y el impacto de la producción sobre él y por ello se
convierte en un elemento transformador y de mejora del entorno.
Hace
unos años hicimos la última acción
de compra colectiva,
que consiste en reunirnos decenas de personas con el objetivo de ir a
comprar a un supermercado y llenar nuestras fiambreras, capazos,
carros y envases reutilizables con aquellos productos que compramos,
dejando los envases y envoltorios de plástico que nos obligan a
comprar, en el propio supermercado o mostrándolos en la calle.
Es una acción muy visual con la que los consumidores y consumidoras
piden “el derecho a consumir sin residuos”.
VISUALIZAR VIDEO |
Recientemente
se ha compartido un video en el canal de comunicación BBC Radio
Bristol en el cual precisamente un conjunto de personas hacen la
compra habitual en el supermercado Tesco pero con la diferencia
que, antes de salir del establecimiento dejan allí todos los envases
que no necesitan.
¡Queremos
organizar otra compra colectiva!
El
consumidor con retos
¿Te
has preguntado alguna vez si podrías pasar todo un mes sin que
entraran residuos en tu casa? Cinco familias catalanas han aceptado
el reto Objectiu #Rezero en 30 dies, una experiencia pionera
impulsada por Rezero que puede verse en forma de webserie.
Durante los 30 días
del reto, las familias se han concienciado sobre la necesidad de
reducir los residuos, han evitado productos, envoltorios y envases de
un solo uso, han planificado la compra semanal en comercios a granel,
etc.
La
eliminación de productos y envases de un solo uso y su substitución
por productos y envases reutilizables en campos tan diversos como la
alimentación, la higiene y la limpieza doméstica, son acciones que
han tenido efectos positivos a nivel económico, social,
medioambiental y en la salud de las cinco familias.
Para
acabar con el abandono de residuos, especialmente plásticos, en el
medio natural, en el mar y en el litoral, el gobierno
balear ha
propuesto una nueva ley de residuos pionera que establece una serie
de acciones: la desaparición de las bolsas de plástico de los
comercios el 2019, la substitución de las vajillas de plástico de
usar y tirar por otras que sean compostables, evitar la venda de
productos que contengan microplásticos o nanoplásticos y las
versiones no recargables de mecheros, maquinillas de afeitar,
cartuchos y tóners de impresora o fotocopiadora. Entre otras
medidas, en el 2020, las cápsulas de café de un solo uso fabricadas
con materiales no fácilmente reciclables, deberán ser reemplazadas
por las compostables y sólo podrán ser comercializadas las pajitas
para refrescos, los bastoncillos para las orejas y los palitos para
caramelos que estén fabricados con materiales compostables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario