JUGAR CON LOS DESEOS
El
Poder Supranacional, Los Mercados, El Neoliberalismo Global, Las
Corporaciones, El poder Mediático, el Poder Militar, Los Grandes
Grupos de Presión Global, El G-20, El Club Bilderbeg, La Reserva
Federal Americana, La Troica Global (Fondo Monetario Internacional,
Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio), La Troica
Europea (FMI, Banco Central Europeo y La Comisión Europea), Los
BRICS, etc., etc.
Es
decir, El Capitalismo, no se limita a jugar creando el consumismo en
las mentes que previamente ha lavado a base del mantenimiento de la
ignorancia, del Pensamiento Único, de los tertulianos, del futbol,
etc. No, también juega con los deseos
de las gentes,
y lo hace creando
seudo-deseos y seudo-satisfactores que
luego les vende.
Artefactos
como un Play
Station, una entrada de futbol, un decimo de lotería, una Coca-cola,
un vibrador sexual, una joya mejor que la de otros, un arma de
autodefensa etc. Artefactos, que te venden como objetos de libertad,
de liberación. Pero no veo yo que esto tenga mucho que ver con la
libertad. Más bien, desearlos, necesitarlos, comprarlos, es el
resultado de una falta de comunicación humana, de seguridad y
protección, de imaginación, etc. que existe en este sistema. No es
libertad, no es liberación, es una desgracia.
Pero
al capitalismo no le importa que sea una desgracia, el caso es que lo
venden como acto de libertad y de liberación. El caso es que lo
venden. Por que para el capitalismo lo único y exclusivamente
importante es vender. Y no le importa, para nada, la problemática
humana con tal de vender para lograr hacer crecer en PIB*. Le da
igual que la venta sea de leche, que vibradores, decimos de lotería,
de metralletas, de drogas asesinas, etc., lo único exclusivamente
importante es vender. Así es, el capitalismo es una auténtica
enfermedad obsesiva centrada totalmente en el nefasto crecimiento del
PIB.
Y
lo que el capitalismo siempre te vende
son seudo-satisfactores o seudo-deseos
que
previamente te impone en mente. Un caso digno de especial mención es
la lotería, que no te vende que vayas a ser rico, te vende el deseo
de ser rico, de ser propietario; algo indispensable e inherente al
capitalismo. Así, por ejemplo Margaret
Hilda Thatcher
predicaba el capitalismo
popular de
la propiedad individual, con la posesión de tu propia casa, de tu
propio coche, etc. Pero es que el capitalismo no sólo juega con
los solventes
que tienen capacidad de caer en el consumismo,
si no que también juega con el deseo de los insolventes,
les convence de que sí pueden llegar a ser solventes y consumistas,
haciéndose solventes
artificiales.
Un
caso muy representativo de lo que acabo de señalar es el de
los créditos
sub-prime,
con los que los bancos trataban de hacer creer a los insolventes que
podían ser solventes gracias
a un préstamo usurero, aunque el banco sabía que era imposible que
lo pudieran pagar. El caso era el beneficio a corto plazo (a partir
de los bienes de cambio), aunque fuera a costa de una crisis
económica mundial. La sorpresa fue cuando estalló la burbuja y los
solventes artificiales se
encontraron de golpe con los desalojos.
Y
este juego con los deseos de las gentes es el gran éxito de los
partidos PP de Europa, los cuales están basados en este juego de
azar, de engaño que es como una lotería “de lo posible” (es
posible que te toque…), pero que condena a muchos a una vida
azarosa, la del paro, la de la precariedad, la de los desahucios y de
la más bestial explotación humana, cuya única finalidad es la de
conseguir el crecimiento del PIB.
Todo
esto resulta ser un gran escollo para el avance del movimiento
del decrecimiento,
pues las gentes quieren alimentarse de deseos coloreados, más que de
realidades. Y terminan comprando impulsadas por seudo-deseos.
Este es el motivo de que a la gente le haga mucha ilusión llegar a
ser como un Bárcenas, como una Pantoja, como un Mario Conde, etc.
Por eso vota, como vota, en su ignorancia plena, al PP.
Y
por eso, lo más urgente que tiene que hacer el movimiento
del decrecimiento es
denunciar la imposición de los seudo-deseos,
denunciar las seudo-necesidades que
nos meten en la mente, que nos imponen a través del poder mediático.
Y no sólo denunciar, sino también hacer ver que la felicidad no
se encuentra en todos estos seudo-deseos
o seudo-satisfactores,
y que sólo conseguiremos alcanzar la felicidad
si
logramos librarnos de estos engaños que nos venden como felicidad.
¡No debemos conformarnos con que nos engañen!
Y una vez más debemos recordar el gran escollo que tiene que superar el movimiento del decrecimiento, que también nos lo describe Mark Twain: “El problema es que es mas fácil engañar a las personas que hacerles ver que han sido engañadas”
(*) Dada la escasez de recursos planetarios que ya quedan y dado que el
capitalismo está basado en la desigualdad social y en la explotación
del hombre por el hombre, el PIB (Producto
Interior Bruto) solo puede ser oligárquico.
Julio García
Camarero
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