PÀGINES MONOGRÀFIQUES

17/11/16

Sólo alcanzaremos la felicidad si logramos librarnos de estos engaños

JUGAR CON LOS DESEOS


El Poder Supranacional, Los Mercados, El Neoliberalismo Global, Las Corporaciones, El poder Mediático, el Poder Militar, Los Grandes Grupos de Presión Global, El G-20, El Club Bilderbeg, La Reserva Federal Americana, La Troica Global (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio), La Troica Europea (FMI, Banco Central Europeo y La Comisión Europea), Los BRICS, etc., etc.

Es decir, El Capitalismo, no se limita a jugar creando el consumismo en las mentes que previamente ha lavado a base del mantenimiento de la ignorancia, del Pensamiento Único, de los tertulianos, del futbol, etc. No, también juega con los deseos de las gentes, y lo hace creando seudo-deseos seudo-satisfactores que luego les vende.

Artefactos como un Play Station, una entrada de futbol, un decimo de lotería, una Coca-cola, un vibrador sexual, una joya mejor que la de otros, un arma de autodefensa etc. Artefactos, que te venden como objetos de libertad, de liberación. Pero no veo yo que esto tenga mucho que ver con la libertad. Más bien, desearlos, necesitarlos, comprarlos, es el resultado de una falta de comunicación humana, de seguridad y protección, de imaginación, etc. que existe en este sistema. No es libertad, no es liberación, es una desgracia.


Pero al capitalismo no le importa que sea una desgracia, el caso es que lo venden como acto de libertad y de liberación. El caso es que lo venden. Por que para el capitalismo lo único y exclusivamente importante es vender. Y no le importa, para nada, la problemática humana con tal de vender para lograr hacer crecer en PIB*. Le da igual que la venta sea de leche, que vibradores, decimos de lotería, de metralletas, de drogas asesinas, etc., lo único exclusivamente importante es vender. Así es, el capitalismo es una auténtica enfermedad obsesiva centrada totalmente en el nefasto crecimiento del PIB.

Y lo que el capitalismo siempre te vende son seudo-satisfactores o seudo-deseos que previamente te impone en mente. Un caso digno de especial mención es la lotería, que no te vende que vayas a ser rico, te vende el deseo de ser rico, de ser propietario; algo indispensable e inherente al capitalismo. Así, por ejemplo Margaret Hilda Thatcher  predicaba el capitalismo popular de la propiedad individual, con la posesión de tu propia casa, de tu propio coche, etc. Pero es que el capitalismo no sólo juega con los solventes  que tienen capacidad de caer en el consumismo, si no que también juega con el deseo de los insolventes, les convence de que sí pueden llegar a ser solventes y consumistas, haciéndose solventes artificiales.

Un caso muy representativo de lo que acabo de señalar es el de los créditos sub-prime,  con los que los bancos trataban de hacer creer a los insolventes que podían ser  solventes gracias a un préstamo usurero, aunque el banco sabía que era imposible que lo pudieran pagar. El caso era el beneficio a corto plazo (a partir de los bienes de cambio), aunque fuera a costa de una crisis económica mundial. La sorpresa fue cuando estalló la burbuja y los solventes artificiales se encontraron de golpe con los desalojos.

Y este juego con los deseos de las gentes es el gran éxito de los partidos PP de Europa, los cuales están basados en este juego de azar, de engaño que es como una lotería “de lo posible” (es posible que te toque…), pero que condena a muchos a una vida azarosa, la del paro, la de la precariedad, la de los desahucios y de la más bestial explotación humana, cuya única finalidad es la de conseguir el crecimiento del PIB.

Todo esto resulta ser un gran escollo para el avance del movimiento del decrecimiento, pues las gentes quieren alimentarse de deseos coloreados, más que de realidades. Y terminan comprando impulsadas por seudo-deseos. Este es el motivo de que a la gente le haga mucha ilusión llegar a ser como un Bárcenas, como una Pantoja, como un Mario Conde, etc. Por eso vota, como vota, en su ignorancia plena, al PP.

Y por eso, lo más urgente que tiene que hacer el movimiento del decrecimiento es denunciar la imposición de los seudo-deseos, denunciar las seudo-necesidades que nos meten en la mente, que nos imponen a través del poder mediático. Y no sólo denunciar, sino también hacer ver que la felicidad no se encuentra en todos estos seudo-deseos  o  seudo-satisfactores, y que sólo conseguiremos alcanzar la felicidad si logramos librarnos de estos engaños que nos venden como felicidad. ¡No debemos conformarnos con que nos engañen!

Y una vez más debemos recordar el gran escollo que tiene que superar el movimiento del decrecimiento, que también nos lo describe Mark Twain: El problema es que es mas fácil engañar a las personas que hacerles ver que han sido engañadas” 

(*) Dada la escasez de recursos planetarios que ya quedan y dado que el capitalismo está basado en la desigualdad social y en la explotación del hombre por el hombre, el PIB (Producto Interior Bruto) solo puede ser oligárquico.

Julio García Camarero

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