PÀGINES MONOGRÀFIQUES

17/10/16

Priorizar la producción agrícola local para alimentar a la población

SOBERANÍA ALIMENTARIA. La voz de los pequeños productores

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Necesitamos consumidores conscientes y comprometidos

Desde IDEAS y la CLAC hacemos un llamamiento a la sociedad civil para que tomen medidas concretas para defender la soberanía alimentaria de los pueblos y promuevan la agroecología, una agricultura diversificada y sostenible, y sus vinculaciones con todas las experiencias de economía solidaria, como el Comercio Justo.

Hoy queremos compartir con vosotros este documento en el que se exponen algunas  experiencias puestas en marcha por varios grupos de Comercio Justo ubicados en América Latina para garantizar su Seguridad y Soberanía Alimentaria. 

La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas.

Introducción

Vivimos en un mundo con una economía cada vez más globalizada, donde las sociedades y poblaciones humanas están muy conectadas a través de sus relaciones comerciales, sociales y políticas; ello ha hecho que sean más interdependientes y vulnerables a las decisiones que se toman en el contexto internacional, especialmente si tenemos en cuenta que no todos los países ni agentes económicos tienen la misma capacidad de influencia en los organismos que regulan y definen las reglas comerciales.


Podemos observar cómo progresivamente todas las cadenas comerciales (de productos básicos y manufacturados) están siendo controladas por grandes grupos corporativos y compañías transnacionales, situación que les permite imponer sus intereses sobre los de otros agentes de la cadena; algunos criterios como la búsqueda de bajos precios, soportados en la mayoría de ocasiones por situaciones de explotación laboral o degradación ambiental, han perjudicado a muchas comunidades productoras condenándolas a la exclusión y la pobreza, imposibilitando su desarrollo.

Además la sobredependencia de muchos países a la exportación ha hecho que aumente su vulnerabilidad; por ejemplo la demanda internacional de alimentos de moda, como la soja o la quinua, ha hecho que algunos productores apuesten por su producción de forma masiva a través de la agricultura industrial olvidando las necesidades alimenticias de sus propias poblaciones y desplazando o reduciendo la producción de alimentos básicos, con la consiguiente merma y desabastecimiento de los mercados locales. Esta lógica ha hecho que muchos países produzcan alimentos demandados por los mercados internacionales pero tengan que importar alimentos básicos para satisfacer las necesidades de su población, en algunos casos con altas tasas de desnutrición. Desde nuestro punto de vista es una situación anómala que vulnera claramente el Derecho Humano a la alimentación que deben garantizar los Estados y los organismos internacionales.(1)

Ante esta situación, ya en 1996 Vía Campesina presentó la Declaración “Soberanía Alimentaria. Un futuro sin Hambre” durante la Cumbre Mundial de los Alimentos celebrada en Roma; en ella se estipulan siete principios fundamentales para el logro de un nuevo modelo alimentario cuyas líneas de acción estaban enfocadas a contrarrestar la expansión de la agricultura capitalista que ha impactado directa e indirectamente en el pequeño campesinado de todo el mundo privándolo, poco a poco, del acceso a medios de vida digna y sostenible.

Para Vía Campesina la Soberanía Alimentaria es:
  1. Priorizar la producción agrícola local para alimentar a la población,
  2. El derecho del campesinado a producir alimentos y el derecho de las personas consumidoras a poder decidir lo que quieren consumir,
  3. El derecho de los Pueblos y países a decidir y planificar su producción agraria a través de una política pública participada por la ciudadanía,
  4. El establecimiento de mecanismos para fijar unos precios justos.

Las organizaciones de Comercio Justo vienen poniendo en marcha iniciativas que aseguran la seguridad y soberanía alimentaria de las comunidades productoras; han diversificado sus producciones, han facilitado el acceso a la tierra de pequeños productores, han dedicado parte de su producción a los mercados locales, han apostado por el cultivo de variedades autóctonas para conservar la biodiversidad y basan su toma de decisiones en mecanismos democráticos. Ello ha posibilitado un mayor empoderamiento de las comunidades productoras que han visto reducida su vulnerabilidad en relación a las exigencias e imposiciones de las compañías transnacionales.

Además, la apuesta por las redes de Comercio Justo les han permitido conseguir mejores precios por sus producciones y basar sus relaciones comerciales en principios éticos y solidarios, poniendo los derechos y las necesidades de las comunidades campesinas en la base de la negociación con los compradores internacionales.

A continuación se exponen algunas experiencias puestas en marcha por varios grupos de Comercio Justo ubicados en América Latina para garantizar su Seguridad y Soberanía Alimentaria. Las mismas han sido extraídas del concurso “Buenas prácticas agrícolas de diversificación de los cultivos y huertas familiares para la seguridad y soberanía alimentaria y nutricional” organizado por la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo (CLAC) en noviembre de 2014, con el fin de conocer más sobre las experiencias de sus organizaciones miembros y poderlas compartir en todo el continente y el movimiento en su conjunto.

(1). Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Actualmente recogido explícitamente en los textos constitucionales de 30 países

Información facilitada por IDEAS y la CLAC





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