PLANTAD, PLANTAD MARIHUANA, BENDITOS
Me he inspirado al hacer este artículo
en “Danzad, danzad,
malditos”, gran película sobre la crueldad de la sociedad
americana de hace unas décadas y que ahora se ha extendido por todo el mundo
como una plaga. Plaga de crueldad que logra que veamos como diversión el
sufrimiento de los demás, como si de asistentes a un circo romano se
tratara.
Solo hace falta sentarse delante de un
televisor o abrir un periódico para darse cuenta de que estamos enfermos y
sedientos de observar violencia y sufrimiento.
Acaso no ocurren a diario miles de hechos
positivos, creativos, hermosos, compasivos que son dignos de ser noticia.
Hagamos que estos hechos sean noticia, al menos en nuestras vidas y en la de
quien nos rodea.
Dejemos de lamentarnos y de seguir viendo
la barbarie televisada. Hagamos
de Gandhi cada día con pequeños actos y Plantemos, plantemos Marihuana,
benditos. Enlace al
último acto esperpéntico de persecución de la Marihuana.
Todas las molestias por cultivar
marihuana se soportan al vivir el agradecimiento de una persona que se ha podido curar una
Esclerosis múltiple con el uso de Marihuana que le has podido dar. O el de los
padres de una niña que ven como su tumor cerebral se va disolviendo a pesar de
los malos pronósticos de sus entrañables médicos y cuidadores. O el de una
abuelita que no podía caminar por sus dolores artríticos y ahora lo puede hacer
sin calmantes y anti-inflamatorios. O el de un niño que logra que cesen sus 200
convulsiones diarias por padecer una Epilepsia refractaria. Y así estaríamos
llenando paginas de testimonios que a buen seguro estarán en mi juicio por
plantar marihuana, si así al final lo decide el Juez. Enlace a otros artículos sobre
el tema.
Seamos miles de Gandhis para que se
puedan saturar las cárceles de personas de buena voluntad y amor al prójimo y acabar
con la oposición ilógica de unos gobiernos que han perdido el norte y solo
saben provocar dolor en vez de aliviarlo. Gandhi lo consiguió desobedeciendo
al invasor inglés, que obligaba además a los hindúes a comprar
la sal al imperio. Hacerse su propia sal le costo 5 meses de cárcel. Al día siguiente de la condena, 50.000
hindúes mas hicieron lo mismo, las cárceles se llenaron de personas honradas y con lo que
se denomino la Marcha de la Sal, los colonizadores ingleses tuvieron que irse
de la India con el rabo entre las piernas.
Actualmente tenemos motivos a decenas
para iniciar otras desobediencias. No nos domina el imperio inglés, pero nos dominan las
multinacionales a través de nuestros gobiernos títeres.
Sus intereses solo saben provocar
pobreza, dolor y muerte, precisamente
en un momento de la humanidad, en que gracias a la técnica y la ciencia se
puede producir riqueza incluso sin la colaboración de miles de humanos.
Esta circunstancia está provocando que
millones de humanos sobremos como mano de obra y la única salida que le ven estos
descerebrados en vez de repartir mínimamente esta riqueza, es eliminarnos, con
guerras, hambrunas y enfermedades.
La desobediencia firme pero pacífica es
un buen camino y más cuando practicándola, aprendemos a ser auto suficientes y
disfrutamos compartiendo los beneficios de ella.
–Plantemos plantas prohibidas como
Marihuana (en este correo buenas semillas) , Stevia,
Perilla, Kalanchoe, etc., para poder curarnos decenas de
enfermedades a costos ínfimos. Testimonios de
curación con este tipo de plantas.
–Plantemos jardines públicos y campos de
golf de patatas con dignidad, en vez de pedir caridad a Bancos de alimentos y Cáritas.
–Plantemos placas solares en nuestro
tejado para producirnos nuestra propia electricidad, negándonos a pagar
el impuesto recientemente aprobado.
–Ocupemos viviendas deshabitadas que se
están deteriorando por su abandono y cuando nos desalojen, que podamos sentirnos
orgullosos de la mejora que hayamos podido imprimir con nuestro uso y
presencia.
–Pongamos células e hidrógeno en nuestros coches con
las que consumir menos y nada contaminar.
–Caminemos hacia el vegetarianismo,
evitando sufrimiento animal y permitiendo que millones de seres humanos puedan
evitar la muerte por hambre,
consumiendo los cereales que comen millones de animales criados para ser
sacrificados innecesariamente.
–Hagamos nuestra propia sal No refinada , prohibida de
comercializar por gobiernos ignorantes y malintencionados,
con la que evitaremos hipertensión y otras enfermedades, volviendo a disfrutar
de la Sal de la Vida .
Estas y otras desobediencias es lo que os
planteamos desde la Dulce Revolución.
No hace falta que nadie nos organice,
simplemente actuemos individualmente o en pequeños grupos, SIN MIEDOS y
con mucho AMOR, bajo una misma idea: DESOBEDIENCIA !!!
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