DISTORSIONES COGNITIVAS
Fake news y disidencia
Los verificadores de noticias hacen mofa de distintos
mensajes que rulan por la disidencia. Parte de las tareas encomendadas a estos
mercenarios de la manipulación social, es detectar mensajes mal construidos y
arremeter contra ellos.
Resulta extremadamente fácil en un mundo histérico, detectar mensajes descabellados o absurdos sobre los que poder reírse a carcajadas. La verdad es que del poco cuidado que se tiene al comunicar, salen perlas más trágicas que cómicas, porque en definitiva, la conclusión es que una inmensa mayoría de la población piensa que la disidencia covid está manejada por charlatanes.
La disidencia se convierte en un mundo marginal porque está
tan entregada a las elucubraciones y a la mala redacción que es incapaz de
llegar a un debate normalizado, de tal manera que cualquier persona relacionada
con la disidencia, es tachada de alocada e irracional en el menos malo de los
casos.
La disidencia tiene una población natural que no llega a las
200.000 personas en un país de 47 millones y la falta de expansión se debe
entre otras razones, a la mala redacción. Hay 9 millones de personas conscientes de que lo que está pasando está
muy mal, pero no pueden entrar en sintonía con los mensajes irracionales de la
disidencia.
En el Sermón de la Montaña hace más de 2.000 años un
"intelectual de la época" dijo: Bienaventurados los "pobres de
espíritu", porque de ellos es el "reino de los cielos". Quizás
se refería a aquellos de pensamiento simple, aquellos que no se complican la
vida con discusiones internas y conflictos estériles. O puede que no.
Pensamientos distorsionados
Creo que sería muy interesante que fuésemos críticos con las
malas formas de comunicación. La mala comunicación, como la comida podrida no
solo no es buena sino que hace mucho daño.
Al igual que la sangre, nuestros pensamientos están fluyendo
continuamente, y se deslizan sin que la mayor parte de las veces, seamos
conscientes de su presencia. Algunos llaman a esta corriente «diálogo interno»,
porque es una conversación que mantenemos con nosotros mismos.
A menudo, se trata de pensamientos automáticos, breves e
incontrolables si no somos conscientes de ellos. El estilo de nuestro
pensamiento se podría denominar telegráfico, una simple palabra, o incluso un
fragmento de una palabra son parte de él. Surgen de pronto, y cruzan nuestra
mente como un relámpago, sin que nos sea muy fácil detectarlos ni comprobar su
adecuación a la realidad o su carácter exagerado.
Tipos más frecuentes
1 - Filtraje. Se toman los detalles negativos y se
magnifican mientras que no se filtran todos los aspectos positivos de la
situación. Palabras clave: terrible, tremendo, horroroso, no puedo resistirlo…
Muchas son las comunicaciones de la disidencia basadas en el
filtraje. Solo se ve lo negativo y nada más que lo negativo. Una persona
"embozalada" ya es estúpida y no tiene nada que aportar. Un militante
de Podemos o de Vox, es igual de corrupto que sus jefes. Esto es incomprensible
para mucha gente que estando harta de lo que está ocurriendo, no puede
compartir esta comunicación violenta y sesgada. Este pensamiento filtrado nos
lleva a la desesperación y a posiciones rígidas donde no hay margen para la
esperanza. Todo es tan malo que
habría que construir un mundo nuevo desde cero y eso además de irracional es
imposible, por lo que no podremos salir de la desesperación.
2 - Pensamiento polarizado. Las cosas no son blancas
o negras, buenas o malas. La persona ha de ser perfecta o es una fracasada. O
estás conmigo o estás contra mí. No existe término medio.
Con demasiada frecuencia se pretende hacer pandilla dentro
de la disidencia. Cada uno con sus ideas, nadie debe discrepar y hay que marcar
una línea muy gruesa entre la disidencia y la complacencia. Todo el que no
encaje en la disidencia, es disidencia controlada, está pagada, o son idiotas
solitarios. Para entrar en la disidencia, debes aceptar a los capos de la
disidencia y sus postulados. Este pensamiento propio de régimenes totalitarios es
causa de enfrentamientos entre grupos y sobretodo, causa carcajadas en la
prensa maistream, porque tienen un inmenso catálogo de insultos que espetar:
Antivacunas, magufos, terraplanistas, conspiranoicos, charlatanes, etc. El insulto
es fácil porque se lo ponen a huevo. Dentro de la estrategia de manipulación
social está conseguir esta polarización y que cada uno asuma su etiqueta: O eres carcelero o eres preso. El problema
está en que 9 millones de personas, no quiere hacer el papel de preso sin que
eso les lleve a hacer el papel de carceleros.
3 - Sobregeneralización: Se extrae una conclusión
general de un simple incidente o parte de la evidencia. Si ocurre algo malo en
una ocasión esperará que ocurra una y otra vez. Palabras clave: todo, nunca, nadie, siempre, todos y ninguno.
Son múltiples las generalizaciones exageradas en el entorno de la disidencia
que rechinan a cualquier persona con criterio. Cualquier persona que lea una
noticia con las preposiciones que hemos dicho, dejará brotar una emoción negativa
de rabia y falta de esperanza. La sobregeneralización nos lleva a oscurecer el
mundo y la realidad y eso nos hace más irracionales y violentos.
Sobregeneralizar puede ser un recurso mental que nos ahorra mucho tiempo pero
de cara a ofrecer un mensaje, podemos hacer mucho daño a los demás. Seamos flexibles y razonables en los mensajes:
parece, creo, posiblemente, a veces, muchas veces o casi siempre, son comodines
que nos ayudan a flexibilizar.
4 - Interpretación del pensamiento: Sin mediar
palabra, la persona sabe qué sienten los demás y por qué se comportan de la
forma en que lo hacen. En concreto, es capaz de adivinar qué sienten los demás
respecto a ella. Este defecto moral se ha detectado incluso en el ámbito
forense. Sabemos lo que piensa el contrario sin que nos lo diga y eso nos
coloca en una posición de descrédito a la que solo son inmunes los adictos al
canal. Tal juez o tal funcionario han dicho o han hecho tal cosa porque piensan
de tal manera, es la forma más rápida de caer en la charlatanería. Ante una
conducta concreta, podremos plantear distintas hipótesis que la expliquen, pero
nunca hablar de certeza o de conexión. Pensar que sabemos lo que piensa Sánchez
o cuáles son sus metas más íntimas es una forma de tomarse a chunga todo lo que
está ocurriendo. Interpretar que alguien no ha presentado una querella porque
se sabe culpable o porque tiene conexiones extrañas es igual. Nadie puede conocer lo que piensa otra
persona y aunque podemos especular, lo debemos hacer con mucho cuidado y
educación.
5 - Visión catastrófica: Se espera el desastre. La
persona se entera o escucha un problema y empieza a decirse: “Y si”: “¿Y si
estallara la tragedia?” ¿Y si me sucede a mí? Fruto de esta histeria tan
frecuente, salen los post sobre la Ley Auswitchz, la Ley de Seguridad Nacional,
el Tratado de Pandemias, la vacunación obligatoria, etc. El catastrofismo no es
más que síntoma de un histerismo paralizante. La vida es muy dura y cruel, pero
en nada mejora si añadimos previsiones futuribles catastróficas. Anticiparse a
lo malo que podría ocurrir solo nos lleva a la parálisis y la desesperación que
por otra parte, nos aleja de poner el foco en problemas reales.
No. La ley Auswitchz no ha hecho que se construyan campos de
concentración en España.
No. La vacuna no ha causado las decenas de miles de muertos
en España que se anunciaron.
No. No se ha aprobado la Ley de Seguridad Nacional que
permitía quitarnos nuestros bienes.
No. No. Y no.
La cosa está muy mal pero tener esta visión catastrófica
exagerada, no te va a hacer la vida más fácil sino todo lo contrario. No puedes prever el futuro. Puedes hacerte
mucho daño si piensas así y puedes hacer mucho daños a otras personas a las que
puedes contagiar con el catastrofismo. La cuestión no es que dejes de ver la
realidad, pero al menos no te anticipes a un futuro catastrófico.
6 - Personalización: La persona que lo sufre cree que
todo lo que la gente hace o dice es alguna forma de reacción hacia ella.
También se compara con los demás, intentando determinar quién es más elegante,
tiene mejor aspecto, quién es más listo o quién tiene más razón….
La mayor parte de la histeria que hay por internet está
basada en esta distorsión racional. Se parte de la base de que todo nos afecta
personalmente y esto puede suponer un nivel de estrés inasumible porque obliga
a estar reactivo constantemente frente a miles de noticias simultáneas. Vemos
por ejemplo que ante la Ley Trans, gente que no tiene hijos y que nunca pensó
cambiarse de sexo, se siente ofendida. Lo cierto es que no es una noticia buena,
pero de ahí a creer que nos afecta todo personalmente es como pensar que una
norma que obliga a los pilotos de aviones a pasar un examen médico obligatorio
cada año, es una amenaza personal.
Si personalizamos
demasiado corremos el riesgo de perder el enfoque de las cosas importantes de
la propia vida, viviendo una vida que no nos corresponde. Vive y deja vivir. No
eres el centro de los ataques de todos ni eres más ni menos que los demás. No
te compares con los demás.
7 - Falacias de control: Si se siente externamente
controlado (impotente), se ve así mismo desamparado, como una víctima del
destino. La falacia de control interno convierte a la persona en responsable
del sufrimiento o de la felicidad de aquellos que le rodean (omnipotente). A
través de este sesgo de control, la persona cree que tiene el control absoluto
de todo lo que le ocurre; o por lo contrario, cree que es completamente
incompetente para resolver sus problemas. En el segundo caso, la persona cree
que las circunstancias (u otras personas) le controlan a ella. Como vemos, en
la falacia de control, el concepto de control, válgase la redundancia, está
alterado. O bien por exceso (“todo depende de mí, tengo el control sobre todo
lo que me ocurre”) o bien por defecto (“soy incapaz de controlar nada de mi
entorno”).
Todo el mundo tiene
la capacidad de tomar sus propias decisiones y de romper los vínculos que lo
atan a los demás. Es difícil, por supuesto, pero se puede hacer. Solo somos
responsables de nuestra propia vida. No ates a nadie y no te ates a nadie hasta
el punto de perder el control de tu vida. Y si lo haces, no culpes a los demás.
8 - Falacia de la justicia: La persona está resentida
porque piensa que conoce qué es la justicia, pero los demás no están de acuerdo
con ella.
La justicia es un ideal y es muy relativa, a veces no
ganamos nada quejándonos de que las cosas no son justas, es mejor observar las
cosas buenas en nuestra vida y avanzar.
Podemos creer en una justicia subjetiva e incluso
matemática, pero la verdad es que la justicia es algo tan complejo que no
siempre es aparente.
En definitiva, creemos saber lo que es justo y lo que es
injusto y en base a ello sufrimos porque el mundo no es como debería ser y nos
embarcamos en luchas sin fin.
Lo que hace el Gobierno en la actualidad, no es justo ni es
injusto sino expresión de una voluntad que nada tiene que ver con la justicia.
Buscar justicia en lo que hace el gobierno es una pérdida de tiempo que no va a
servir de nada.
¿Hay una situación
injusta? Cámbiala. Busca la mejor manera de conseguir ese cambio, pero no
busques justicia sino cambio. Ni la verdadera justicia está en nuestra mano, ni
la justicia legal tampoco, pero la posibilidad de cambiar las cosas, siempre
estará allí.
9 - Culpabilidad: La persona mantiene que los demás
son los responsables de su sufrimiento, o toma el punto de vista opuesto y se
culpa a sí mismo de todos los problemas ajenos.
Podemos analizar fríamente qué grado de culpabilidad tiene
el gobierno y la oposición, el presidente o el juez, el bloguero o el pesado de
turno. Qué grado de culpabilidad tiene el criminal y la víctima. Ninguno de
esos cálculos va a cambiar el pasado y sus consecuencias. No se trata de mirar
a otro lado ni mucho menos sino de centrarse en lo importante y no en lo
accesorio. Cuando alguien hace algo malo no hay muchas alternativas. Evita que
te afecte su maldad. Protégete. Y si has hecho algo mal, sentirte culpable es
una de las formas más eficaces de perder el tiempo: cambia. No lo vuelvas a
hacer, pero culparte no va a cambiar nada. "Vaya... me he comido seis
croquetas de más y me hacen daño". Ya no lo puedes evitar.
¿Quieres hacer algo
útil? no te centres en buscar culpables ni en buscar justicia, sino en cambiar
las cosas o al menos reparar el daño causado. ¿Quieres ser mejor persona y no
hacer nada de lo que sentirte culpable? Esfuérzate por mejorar (No intentes
cambiar todo de golpe. Las malas costumbres son como las visitas molestas: no
se las echa de golpe de casa, sino que se les acompaña poco a poco hasta la
calle. Hasta que estamos seguros de que se han ido.
10 - Debería. La persona posee una lista de normas
rígidas sobre cómo deberían actuar tanto ella como los demás. Las personas que
transgreden estas normas le enojan y también se siente culpable si las viola
ella misma. Puedes tener normas más o menor rígidas para todo. En los grupos de
disidencia, en los defensores del Gobierno y en quienes sostienen a la
oposición, el principal tema de fricción es por el incumplimiento de estándares
sociales. Los fachas deberían, los
zurdos deberían, los ecologistas deberían, los Jueces deberían.
Puedes agotarte hasta la extenuación fabricando tus propias
normas para el mundo y la vida, y puedes crear un grupo social con quien
compartir tus normas sociales: al mundo no le importa nada tus normas. Nadie te
ha dado las llaves de ninguna ciudad ni de ningún gobierno.
¿Por qué no te
impones tus propias normas? Al fin y al cabo, tú eres el único que puede
cumplirlas con placer y en eso puedes tener éxito. Depende de ti solo. Pero si
te impones normas, intenta no ser demasiado rígido porque entonces parecerás
siempre amargado y antisocial, y tu vida en el planeta pasará como la de una
cucaracha en el amazonas. ¿Quieres que la gente se comporte de una determinada
forma? Da ejemplo. Sé una inspiración para otros.
11 - Razonamiento emocional: Cree que lo que siente
tendría que ser verdadero, automáticamente. Si siente como estúpida y aburrida
una cosa, debe ser estúpida y aburrida.
Este vicio aparece cuando creemos que lo que sentimos es
parte de nuestra esencia más profunda, es nuestro verdadero yo. Y nuestro
"yo" no se puede equivocar. Esa siempre es una idea equivocada. Lo
que sentimos siempre viene precedido por una sucesión de pensamientos veraces o
profundamente deformados. Confiar en nuestra "intuición" o en
nuestros sentimientos y sensaciones es una forma rápida de volverse loco. No se
trata de dudar de uno mismo, pero sí de controlar las emociones y sensaciones
recordando que siempre antes de una emoción o sensación hay un pensamiento.
Controla los pensamientos y no necesitarás "creer" en tus emociones
como verdaderas.
Piensa en qué
estabas haciendo cuando surgió esa emoción, cuáles eran tus expectativas, tus
deseos. Quizás si piensas un poco, verás que esa emoción o esa sensación la has
ido cocinando para darte la razón a ti mismo. "siento que no me quiere de
verdad" no es nada más que una forma de trasladar tu mundo oculto de ideas
al mundo de las emociones para restarte responsabilidad. "Sé que el
gobierno nos quiere matar a todos", no es nada más que una forma rápida de
volverse loco. El gobierno nos querrá o nos matará independientemente de tus
sensaciones y emociones.
12 - La falacia de cambio: Una persona espera que los
demás cambiaran para seguirla si los influye o camela lo suficiente. Necesita
cambiar a la gente porque sus esperanzas de felicidad parecen depender
enteramente de ello.
Esta es otra de las grandes aficiones de mucha gente.
Necesitan que las cosas cambien, que la gente cambie, que nos traten distinto o
nos reconozcan, que nos admiren y que nos sigan. Necesitamos que se convenzan
de que tenemos razón. Este es el origen de muchos problemas. Necesitamos tanto
que las cosas cambien que terminamos cayendo en vicios mayores como es la
mentira, el engaño o la difamación. Todo por el cambio a cualquier precio. Es
el eterno espíritu revolucionario persiguiendo el cambio de las cosas y de las
personas. Pero ese futuro que espera el revolucionario nunca llega y nunca
llegará. La vida en este planeta tiene su complejidad y probablemente ese mundo
perfecto no tenga sentido. Y quien dice ese mundo perfecto dice, la familia
perfecta, la pareja, los hijos o el trabajo... ese ideal de perfección no
llegará... ni es necesario que llegue. El mundo ya es perfecto!
Solo hay una cosa
que puedes cambiar: tus propios pensamientos y las percepciones que obtienes de
ellos. Puedes sentarte un rato y pensar ¿para qué quieres que cambien las cosas
o las personas, para hacer un mundo donde vivas mejor? Empieza por tener unos
pensamientos mejores para cambiar tu realidad y como la percibes. Cambia tú y
lo cambiarás todo. Intenta cambiarlo todo y terminarás en un psiquiátrico.
13 - Las etiquetas globales: Se generalizan una o dos
cualidades de un juicio negativo global.
Hace poco alguien me dijo en un chat ¿qué pasará cuando solo
voten los que no comen jamón? Me pareció una forma muy ingeniosa de mostrar su
realidad donde los que no comen jamón son los enemigos. ¿Quiénes son los que no
comen jamón?... los musulmanes. También los pobres; los que pertenecen a otra
cultura y sociedad donde no existe el jamón; los vegetarianos y veganos; los
judíos, los hindúes, los budistas, los que siguen dietas... la gente con
dentadura postiza probablemente y los bebés.
Pero esa persona sabía muy bien a quién de todos ellos se
refería, igual que cuando se habla de negacionistas, magufos, fachas o
zurdos... todos sabemos de qué hablamos.
Las etiquetas globales es una forma eficaz y segura
(cobarde) de insultar sin que nos pase nada pero es una forma muy ineficiente
de expresarse, porque cada etiqueta plantea muchas dudas y la ofensa se
transmite en un plano irracional. No quieres ganar el debate. Lo que quieres es
humillar al adversario y que despliegue respuestas emocionales.
Si lo que quieres es
no razonar y que el otro se enfade ¿por qué no decir las cosas a la cara? Las
etiquetas globales son una forma de cobardía para no hacerse responsable de lo
que uno dice. Igual que en el caso de dicotomizar y generalizar o polarizar,
esta herramienta puede ser muy útil para chistes o para ahorrar energía mental
en cuestiones banales, pero no sirve para vivir honestamente. Quita etiquetas y
concreta tu discurso. Eres una persona madura e intelectual y no necesitas
argumentar en ese tono tan infantil.
14 - Tener razón: Continuamente está en un proceso
para probar que sus opiniones y acciones son correctas. Es imposible
equivocarse y hará cualquier cosa para demostrar que tiene razón.
La mayoría de los debates que nos encontramos no tienen como
objetivo descubrir la verdad mediante el intercambio de ideas sino el de tener
razón. Derrotar al contrario. Es tan grande la necesidad de sentirse superior
que a veces conseguimos que nos den la razón en contra de nuestros propios
postulados. Discutimos y discutimos y perdemos energías día tras día por tener
razón y esconder nuestra inseguridad y la soledad de nuestros pensamientos, por
lo que es vital tener razón.
El tener razón es la puerta de entrada de innumerables
vicios y violencias en la comunicación. ¿No convencemos? Inventamos. Simulamos.
Falseamos. Imaginamos. Mentimos. Cuando uno tiene el parásito (mental) del
tener razón en la cabeza, el parásito toma el control, la razón se pierde y
cualquier cosa vale para alcanzar el objetivo.
Hay pocas maneras de
perder el tiempo tan inútilmente como demostrar que tenemos razón. Y también
hay pocas formas peores de arriesgar nuestra dignidad y honor, porque cuando se
descubre que hemos maquinado para alcanzar la victoria, nuestra credibilidad se
desmorona. Piensa si realmente es importante en la vida tener razón o es más
valioso mantener la credibilidad. De alguna manera quien tiene crédito social,
no necesita esforzarse en demostrar que tiene razón, porque quien tiene ese
crédito social es una "autoridad" que no necesita dar explicaciones.
15 - La falacia de recompensa divina. Espera cobrar
algún día todo el sacrificio y abnegación, como si hubiera alguien que llevara
las cuentas. Se resiente cuando se comprueba que la recompensa no llega.
Hay que hacer el bien. Debes hacer el bien. Todo tiene su recompensa
y su "Karma". Muchas veces, las personas se sacrifican y se entregan
por completo a otras personas o a causas, como si alguien fuese anotando todo,
o como si estuviese ganando puntos por soportar la situación. Por
desgracia, lo siguiente, al ver que la recompensa no llega, es el resentimiento. Pero, ¿cómo alguien
puede incorporar este tipo de falacia? Esta falacia no solo aparece en personas
creyentes sino también en el pensamiento más materialista como un deber
revolucionario. Da igual. Es igual de erróneo.
Evalúa tu sistema de
valores, retribuciones y recompensas. ¿De verdad que lo que importa es que la
recompensa venga de otro lugar del universo? ¿Quién te inyectó ese parásito en
la mente? ¿A quién tratas de imitar? Verás que no se trata de una imitación
sincera ni mucho menos una imitación práctica sino una forma de protegerte de
tu propia responsabilidad como ser humano con un "lo hice porque era mi
deber moral". No importa la meta que te hayas planteado en la vida (ser un
pianista de éxito) Si no te compensa en el momento (no te gusta ni disfrutas
con lo que haces) probablemente el premio del futuro sea más un castigo que
otra cosa.
En un mundo donde se suceden las crisis, la vida cotidiana
es frenética y los elementos que la forman son tremendamente líquidos, el
estoicismo se presenta para empresarios de éxito, entrenadores personales o
escritores como la mejor filosofía para ayudar a tener una vida plena, basada
en el valor de la razón y en no intentar dominar aquello que escapa a nuestro
control.
El estoicismo es una escuela filosófica fundada a principios
del siglo III a.C por Zenón de Citio.
Este filósofo, nacido en Chipre, sobrevivió a un naufragio, pero perdió en él
todo lo que poseía. Llegó a Atenas, donde ofrecía sus lecciones en público, pero donde, como extranjero, no
podía participar en la política de la ciudad. Precisamente, el nombre de su
filosofía proviene del lugar en el que difundía su pensamiento; una ‘stoa’ o
galería cubierta que se encontraba junto al Ágora de la ciudad.
¿Qué es ser estoico y cuáles son sus características?
La palabra estoico, en su uso moderno se refiere a aquella
persona que es indiferente al placer, a la alegría, así como a la pena o el
dolor. No en vano, el diccionario de la RAE define estoico en su primera
acepción como “Fuerte, ecuánime ante la desgracia” y lo mismo sucede con el
diccionario de Oxford que lo viene a definir como una persona que sufre dolor o
problemas sin quejarse o sin mostrar lo que siente. Sin embargo, la doctrina
estoica se basa más bien en guiarse por
la razón y, debido a que no se puede controlar lo que sucede a nuestro
alrededor, controlar lo que se piensa
al respecto de lo que sucede.
Por ello, el estoicismo se fija especialmente en las emociones, a las que se refiere como pasiones, y que divide
en buenas, malas e indiferentes.
Las buenas hay que potenciarlas, las indiferentes obviarlas y hay que lidiar
con las malas. La reflexión que hace el estoicismo al respecto es que a las
personas no las perturban las cosas que pasan sino las opiniones que tienen
sobre esas cosas que pasan. Por ello, se trata de enfrentar esas opiniones y
antes de asumirlas, cuestionarlas como si se trataran de hipótesis y no de hechos firmes. De
esta forma, se pueden refutar buscando una perspectiva más productiva y
obteniendo una respuesta racional a esas pasiones para convertirlas en
emociones saludables.
https://www.scabelum.com/post/distorsiones-cognitivas-y-control-social
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