LA SOSTENIBILIDAD YA NO ES SUFICIENTE
NECESITAMOS CULTURAS REGENERATIVAS
Ver en este blog: DISEÑANDO
CULTURAS REGENERATIVAS
La sostenibilidad por sí sola no es un objetivo adecuado. La
palabra sostenibilidad en sí misma es inadecuada, porque no nos dice que es lo
que realmente estamos intentando sostener. En 2005, después de pasar dos años
trabajando en mi tesis
doctoral sobre diseño para la sostenibilidad, empecé a darme cuenta de
que lo que realmente estamos intentando sostener es el patrón subyacente de
salud, resiliencia y adaptabilidad que mantienen a este planeta en una
condición en la que la vida en su totalidad pueda florecer. El diseño para la
sostenibilidad es, en última instancia, el diseño para la salud humana y
planetaria (Wahl, 2006b)
Una cultura humana regenerativa es saludable, resistente, y adaptable; se preocupa por el planeta y le importa la vida, consciente de que esta es la manera más efectiva de crear un futuro próspero para toda la humanidad. El concepto de resiliencia está estrechamente relacionado con la salud, en el sentido en el que describe la habilidad de recuperar funciones básicas vitales y reponerse de cualquier clase de desajuste o crisis.
Cuando buscamos la sostenibilidad desde una perspectiva sistémica, estamos intentando sostener el patrón que conecta y fortalece al sistema en su conjunto. La sostenibilidad se refiere principalmente a la salud sistémica y a la resiliencia en diferentes dimensiones, desde la local, a la regional y global.Los sistemas complejos pueden enseñarnos que, como
participantes de un sistema eco-psicosocial complejo que está sujeto a ciertos
límites biofísicos, nuestro objetivo debe ser la participación apropiada, no la
predicción y el control (Goodwin, 1999a). La mejor manera de aprender a
como participar de manera apropiada es poner más atención en las relaciones e
interacciones sistémicas, aspirar a mantener la resiliencia y la salud del
sistema en su totalidad, fomentar la diversidad y las redundancias en múltiples
dimensiones, y facilitar la emergencia positiva, atendiendo a la calidad de las
conexiones y a los flujos de información en el sistema. Este libro explora como
se puede hacer esto. [Este es un extracto de un subcapítulo de Diseñando
Culturas Regenerativas, publicado en 2016]
Usar el principio de precaución
Una propuesta para guiar una acción inteligente ante una
complejidad dinámica y “no saber”, es aplicar el Principio de Precaución como
marco que pretende evitar, en la medida de lo posible, acciones que tendrán un
efecto negativo en la salud humana y medioambiental en el futuro. Desde la
Carta Mundial para la Naturaleza de 1982 de las Naciones Unidas, al Protocolo
de Montreal sobre Salud de 1987, la Declaración de Rio de 1992, el Protocolo de
Kyoto y Rio+20 de 2012, nos hemos comprometido a aplicar el Principio de
Precaución una y otra vez.
La Declaración de Compromiso de Wingspread sobre el
Principio de Precaución afirma: “Cuando una actividad amenaza dañar la salud
humana o al medioambiente, se deben tomar medidas de precaución incluso si
algunas de las relaciones causa-efecto no estén totalmente establecidas
científicamente” (Declaración Wingspread, 1998). El principio pone la carga de
prueba de que cierta acción no es dañina en aquellos que proponen y ejecutan la
acción, sin embargo la práctica general continúa permitiendo que sigan sin
control todas las acciones que (¡todavía!) no se ha probado que tengan efectos
dañinos potenciales. En pocas palabras, el Principio de Precaución se
puede resumir de esta manera: sé precavido ante la incertidumbre. Esto es lo
que no estamos haciendo.
Aunque grupos de alto nivel de la ONU y muchos gobiernos
nacionales han considerado reiteradamente que el Principio de Precaución es una
manera sensata de orientar las acciones, el día a día muestra que es muy
difícil de implementar, ya que siempre existirá cierto grado de incertidumbre.
El Principio de Precaución podría detener potencialmente la innovación
sostenible y bloquear nuevas tecnologías que puedan ser beneficiosas en base a
que no se puede probar con certeza que estas tecnologías no producirán efectos
secundarios inesperados en el futuro, que puedan ser perjudiciales para la
salud humana y medioambiental.
¿Por qué no animar a
diseñadores, técnicos, políticos y profesionales de la planificación a que
evalúen sus propuestas en base a su potencial regenerativo, restaurativo y de
soporte vital?
¿Por qué no limitar la escala de implementación de
cualquier innovación a nivel local y regional hasta que su impacto positivo se
demuestre inequívocamente?
Pretender diseñar para una salud sistémica puede que no nos
salve de efectos secundarios inesperados y de la incertidumbre, pero ofrece un
camino de prueba y error hacia una cultura regenerativa. Necesitamos
urgentemente un Juramento Hipocrático para el diseño, la tecnología y la
planificación: ¡No hagas ningún daño! Para hacer este imperativo ético
operativo necesitamos una intención salutogénica (generadora de salud) detrás
de todo diseño, tecnología y planificación: Necesitamos diseñar para la salud
humana, de los ecosistemas y del planeta. De esta manera podremos transitar más
rápidamente del insostenible “más de lo mismo” hacia innovaciones restauradoras
y regenerativas que apoyen la transición hacia una cultura regenerativa.
Hagámonos la siguiente pregunta:
¿Cómo creamos diseño, tecnología, planificación y
decisiones políticas que permitan la salud humana, comunitaria y
medioambiental?
Necesitamos responder al hecho de que la actividad humana
durante los últimos siglos y milenios ha dañado el funcionamiento sano de los
ecosistemas. La disponibilidad de recursos está disminuyendo por todo el mundo,
mientras que la demanda aumenta a la vez que la población humana continua expandiéndose
y continuamos erosionando el funcionamiento de ecosistemas debido a diseños
irresponsables y estilos de vida de consumo desenfrenado.
Si afrontamos el reto de disminuir la demanda y el consumo a
nivel mundial mientras reponemos recursos a través del diseño y la tecnología
regenerativas, tendremos una oportunidad de salir del ojo del huracán y crear
una civilización humana regenerativa. Este cambio implicará una transformación
de los recursos naturales base de nuestra civilización, alejándonos de los
combustibles fósiles y dirigiéndonos hacia recursos biológicos regenerados de
manera renovable, junto a un aumento radical de reciclado y productividad de
recursos. Bill Reed ha planeado algunos de los cambios que serán necesarios
para crear una cultura verdaderamente regenerativa.
“En lugar de dañar
menos al medioambiente, es necesario aprender cómo podemos participar de ese
medioambiente –usar la salud de los sistemas ecológicos como base para el
diseño. El salto significativo que tiene que dar nuestra cultura es cambiar de
una visión del mundo fragmentada a un modelo mental de sistemas en su totalidad
–encuadrar y entender las interrelaciones de los sistemas vivos de una manera
integrada. Un enfoque local es una manera de alcanzar este entendimiento. Nuestro
papel, como diseñadores y depositarios es cambiar nuestra relación actual a una
que cree un sistema completo de relaciones mutuamente beneficiosas.” –Bill
Reed (2007)
Reed nombró al “pensamiento de sistemas completos” y al
“pensamiento de sistemas vivos” como la base de un cambio hacía el modelo
mental que necesitamos para crear una cultura regenerativa. En los capítulos 3,
4 y 5, exploraremos más detalladamente estos cambios de perspectiva necesarios.
Van de la mano con una reformulación radical de lo que entendemos por
sostenibilidad. Cómo explica Bill Reed:
“La sostenibilidad es
una progresión hacia la consciencia funcional de que todas las cosas están
conectadas; que los sistemas comerciales, de construcción, sociales, geológicos
y naturales son realmente un solo sistema integrado de relaciones; que esos
sistemas son co-participantes en la evolución de la vida.” -Bill Reed, 2007
Una vez realicemos este cambio de perspectiva entenderemos
la vida como “un proceso completo de continua evolución hacia unas relaciones
más ricas, más diversas y mutualmente beneficiosas”. Crear sistemas
regenerativos no es simplemente un cambio técnico, económico ecológico o
social: tiene que ir de la mano con un cambio subyacente en la manera de pensar
sobre nosotros mismos, nuestras relaciones con los otros y con la vida en su
conjunto.
Transitar desde el “más de lo mismo” hacía la creación de
cultura regenerativa. El objetivo de crear culturas regenerativas trasciende e
incluye a la sostenibilidad. El diseño restaurador pretende restaurar la
autorregulación sana de los ecosistemas locales, y el diseño reconciliador va
más allá haciendo explicita la intervención anticipatoria de la humanidad en
los procesos de la vida y en la unión de la naturaleza y la cultura.
El diseño regenerativo crea culturas regenerativas capaces
de aprender y transformarse continuamente en respuesta, y anticipándose, a
cambios inevitables. Las culturas regenerativas salvaguardan y cultivan la
abundancia biocultural para las generaciones humanas futuras y para la vida en
su totalidad.
La “historia de separación” está alcanzando los límites de
su utilidad y los efectos negativos de su visión del mundo y el comportamiento
resultante asociado, están comenzando a afectar la vida en su totalidad. Al
habernos convertido en una amenaza para la salud planetaria estamos aprendiendo
a redescubrir nuestra relación íntima con toda forma de vida. La visión del
Bill Reed de los sistemas regenerativos para una salud sistémica está en la
misma línea que el trabajo pionero de muchos otros que han explorado el diseño
en el contexto de la salud para el sistema en su conjunto.
Está surgiendo una nueva narrativa cultural, capaz de
concebir y conformar una verdadera cultura regenerativa humana. Todavía no
sabemos todos los detalles sobre como exactamente se manifestará esta cultura,
y tampoco conocemos como podremos pasar de la actual situación del “mundo en
crisis” a ese futuro próspero de una cultura regenerativa. Sin embargo,
aspectos de este futuro ya están con nosotros.
Corremos el peligro de pensar en esta transformación
cultural como la sustitución de la vieja historia por una historia nueva. Esa
separación entre contrarios es en sí misma parte de la “narrativa de
separación” de la “vieja historia”. La “nueva historia” no es una negación
completa de la visión del mundo dominante actual. Incluye esta perspectiva pero
deja de considerarla la única perspectiva, abriéndose a la validez y necesidad de
múltiples maneras de conocimiento.
Aceptar la incertidumbre y la ambigüedad nos hace valorar
múltiples perspectivas sobre nuestra participación adecuada en la complejidad.
Estas son perspectivas que dan valor y validez no solo a la “vieja historia” de
la separación, pero también a la “historia antigua” de unidad con la Tierra y
el cosmos. Estas son perspectivas que pueden ayudarnos a encontrar un camino
regenerativo para ser seres humanos en profunda relación, reciprocidad y
comunión con la vida en su conjunto, adquiriendo la conciencia de ser
co-creadores de la “nueva historia” de la humanidad.
Nuestra impaciencia y urgencia en obtener respuestas,
soluciones y conclusiones demasiado rápido es comprensible viendo el creciente
sufrimiento individual, colectivo, social, cultural y ecológico, pero esta
tendencia de favorecer respuestas en lugar de profundizar en las preguntas es
en sí misma parte de la vieja historia de separación.
El arte de la innovación cultural transformativa se trata,
en gran medida, de hacer las paces con “no saber” y profundizar más en las
cuestiones, asegurándonos que estamos haciendo las preguntas correctas,
poniendo atención en nuestras relaciones y como todos podemos sacar adelante un
mundo no solo por lo que hacemos sino por la calidad de nuestro ser. Una
cultura regenerativa surgirá de encontrar y vivir nuevas maneras de
relacionarse con uno mismo, con la comunidad y con la vida en su conjunto. La
base para la creación de culturas regenerativas es una invitación a vivir las
cuestiones juntos.
[Extracto de un subcapítulo de Diseñando culturas
regenerativas, Designing Regenerative Cultures publicado
en 2016, Triarchy Press y 2020 EcoHabitar.]
Diseñando Culturas Regenerativas | EcoHabitar (ecohabitar.org)
De
la sostenibilidad a la nueva era regenerativa (www.elmundo.es)
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