PÀGINES MONOGRÀFIQUES

30/6/21

¿Qué pasaría si eligiéramos prosperar juntos, en lugar de competir entre nosotros?

DISEÑANDO CULTURAS REGENERATIVAS

Ante múltiples crisis convergentes la humanidad se enfrenta al desafío de rediseñar esencialmente la presencia humana en la Tierra durante la vida de las generaciones vivas hoy. Daniel Wahl analiza cómo podemos empezar a transformar nuestro impacto humano desde la degeneración a la regeneración. Si queremos, somos capaces de diseñar culturas regenerativas diversas adaptadas con elegancia a la singularidad bio-cultural del lugar.

¿Cómo mantenemos las luces encendidas, evitamos revoluciones y agitaciones, mantenemos a los niños en la escuela y a la gente trabajando, y aun así nos las arreglamos para transformar esencialmente la presencia humana en el planeta Tierra antes de que “lo mismo de siempre” nos conduzca a un cambio climático descontrolado, una biosfera drásticamente empobrecida, y un final temprano de nuestra especie?

Plantear preguntas más profundas

En lugar de apresurarnos a encontrar soluciones es mejor asegurarnos que planteamos las preguntas adecuadas. Supuestamente, Albert Einstein dijo: “Si tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución, pasaría los primeros 55 minutos buscando la pregunta adecuada, porque una vez que conozca la pregunta adecuada, podría resolver el problema en menos de cinco minutos”.

Es hora de que dejemos de lado nuestra predisposición cultural a querer soluciones y respuestas tan rápido como sea posible. Las soluciones sintomáticas rápidas, en lugar de la transformación sistémica, ¿sirven realmente para el necesario cambio cultural? ¿O son simplemente respuestas prematuras a planteamientos de problemas equivocados creados dentro de una manera de pensar caduca, basada en una narrativa cultural que ya no sirve a la humanidad?

Al atrevernos a plantear preguntas más profundas empezamos a ver el mundo de manera diferente. A medida que participamos en conversaciones sobre dichas cuestiones, empezamos a contribuir al surgimiento de una cultura nueva de manera colectiva. Las preguntas, y el diálogo que provocan, son culturalmente creativas. Necesitamos asegurarnos que planteamos las preguntas correctas si esperamos crear las culturas y las comunidades prósperas, resilientes y regenerativas en las que la mayoría de nosotros deseamos vivir.

La palabra sostenibilidad nos invita a preguntar qué es lo que realmente estamos intentando sostener: ¿una narrativa cultural caduca, una concepción malsana de la relación entre la humanidad y la naturaleza, lo mismo de siempre en un mundo profundamente desigual? En lugar de simplemente sostener un sistema y una cosmovisión estructuralmente disfuncionales, nuestras preguntas tienen que ser más profundas.

Necesitamos buscar nuevas maneras de restaurar ecosistemas, de celebrar la diversidad cultural, de iniciar un cambio en la cosmovisión y de facilitar la transición hacia culturas diversas que regeneren no solo recursos vitales y resiliencia comunitaria, sino que también contribuyan a la salud y a la vitalidad de los sistemas de soporte vital de la naturaleza. Tales culturas asegurarán el futuro de la vida en su integridad y no solamente sostendrán una humanidad separada de sus raíces y aislada del fundamento de su propio ser.

¿Qué preguntas podrían servir para encontrar sendas potenciales hacia una presencia humana regenerativa en la Tierra? ¿Podríamos definir un conjunto de preguntas para ofrecer una brújula cultural efectiva que nos ayude a dirigir nuestro camino hacia un futuro incierto e impredecible? Las preguntas pueden ayudarnos a hacernos camino a través de la complejidad abrumadora con humildad y con pleno reconocimiento de los límites de nuestro conocimiento. Diseñando Culturas Regenerativas explora una amplia gama de estas preguntas junto con muchas soluciones y respuestas como camino transitorio para plantear incluso mejores preguntas.

Cada vez más gente es consciente de que todas nuestras acciones e inacciones, individuales y colectivas, son de hecho intervenciones y dan forma a nuestro futuro colectivo. Esta idea puede motivar a las personas a asumir una responsabilidad consciente de su papel como agentes de cambio en la transición hacia culturas regenerativas diversas. Si no somos nosotros, entonces ¿quién? Si no es ahora, entonces ¿cuándo?

Innovación y diseño transformadores

Enfrentados a múltiples crisis convergentes, la sostenibilidad solo ya no es suficiente. Ya se ha ocasionado demasiado daño. Necesitamos restaurar ecosistemas y la salud comunitaria, y crear sistemas regenerativos que nos permitan enfrentarnos a la incertidumbre con creatividad.

Para hacerlo necesitamos ir más allá de la “innovación sostenible” y la “innovación disruptiva”, como las describió Clayton Chirstenesen (1997), e implicarnos efectivamente en la innovación transformadora. Cualquier innovación propuesta debería evaluarse en base a su capacidad potencial de servir como un primer paso hacia culturas regenerativas.

La innovación transformadora requiere un pensamiento integral de sistemas vivos. Podemos innovar soluciones de triple beneficio y diseñar para la sinergia sistémica. Para hacerlo, necesitamos entender la naturaleza interconectada de las crisis convergentes y responder a esta complejidad con una estrategia integradora y participativa. Si prestamos atención a la escala apropiada, podemos crear soluciones en las que el individuo, la comunidad y el ecosistema se beneficien.

Para hacerlo, necesitamos valorar la diversidad, la adaptabilidad, la redundancia a escalas múltiples, y prestar atención a las cualidades de las relaciones y al flujo de información. La resiliencia transformadora es nuestra capacidad individual y colectiva para anticipar futuros posibles y para mantener nuestra salud e integridad mientras nos adaptamos y transformamos en respuesta a los sistemas socio-ecológicos siempre cambiantes en los que participamos.

Durante los últimos 20 años, nuestra comprensión del papel del diseño en la transición futura se ha extendido drásticamente. El diseño es la manera en la que nuestra cosmovisión y nuestros sistemas de valores se expresan en nuestra cultura material, a través de los artefactos, los sistemas y los procesos que creamos. El diseño es una conversación por medio de la cual se integran distintas perspectivas en una actuación culturalmente creativa.

Claramente, existen límites al grado hasta el que podemos diseñar culturas regenerativas. Todos los sistemas dinámicos complejos, nuestras comunidades y culturas incluidas, son fundamentalmente impredecibles y controlables. Tenemos que aprender a ver el diseño y la emergencia de la novedad impredecible como dos caras de una misma moneda. Esto nos ayudará a diseñar con humildad y con especial atención a la retroalimentación sistémica.

¡Diseñar como naturaleza!

La falsa dicotomía entre naturaleza y cultura es la causa original de muchas de las crisis convergentes a las que nos enfrentamos. Aplicar las lecciones de la eco-alfabetización e implicarnos en innovación y diseño inspirado en la naturaleza (biomímesis) mejora radicalmente nuestra capacidad de cubrir las necesidades humanas mientras rediseñamos la presencia humana en la Tierra.

Podemos hacer más que solo aprender de la naturaleza: ¡somos capaces de diseñar como naturaleza: manteniendo la integridad de los ecosistemas, cuidando de la salud sistémica, y reforzando los sistemas de soporte vital plantarios de los que dependemos! Ya estamos diseñando como naturaleza. Existen ejemplos inspiradores a distintas escalas que van desde la química verde, el diseño de productos, la arquitectura sostenible, el diseño de comunidades, la ecología industrial a la planificación urbana y regional.

Basándose en el trabajo de pioneros como John Lyle y William McDonough, el arquitecto Bill Reed y sus colegas en el Grupo Regenesis han creado un marco para el diseño regenerativo que transciende e incluye las estrategias verdes, sostenibles y restauradoras como primer paso de nuestro camino de aprendizaje hacia un impacto humano regenerativo en la Tierra. En un  vídeo corto (90 segundos) se explica este marco para transformar nuestros modelos mentales.

Estos son unos pocos ejemplos de cómo ya estamos aplicando la biomimesis sistémica y una comprensión de los ciclos de nutrientes, energía y materiales en ecosistemas maduros para rediseñar nuestro impacto en el resto de la naturaleza: El World Future Council y Herbert Girardet apelaron a la transición desde la “petropolis” a la “ecopolis” por medio de la creación de  ciudades regenerativas. El trabajo de Allan Savory en la gestión holística de la tierra y en el pastoreo holístico planificado ofrece metodologías probadas para regenerar pastos y praderas degradadas. Estas técnicas forman parte de la caja de herramientas de la agricultura ecológica regenerativa. Esta estrategia para la producción de alimentos y recursos clave para bio-economías regionales también ofrece una manera efectiva de ralentizar el cambio climático y con el tiempo volver a los niveles preindustriales de dióxido de carbono en la atmosfera. Las mismas técnicas también regeneran la fertilidad del suelo y los acuíferos almacenando el  carbono bajo tierra en forma de materia orgánica y masa radicular.

En uno de los documentales inspiradores de John Liu sobre regeneración de ecosistemas a gran escala, se muestra como China regeneró 350 mil hectáreas de tierra muy degradada en la Meseta de Loess en solo 10 años.

Diseñando culturas regenerativas

Como activistas evolutivos y agentes de cambio cultural somos capaces de alinearnos con los principios regenerativas que han llevado a la evolución de la vida hacia un aumento de diversidad, integración y cooperación. “¡La vida crea las condiciones que favorecen la Vida!” (Janine Benyus).

Al final se trata de preguntarnos: ¿continuaremos luchando para competir el uno con el otro y en el proceso deshacer el hilo del que depende toda la vida? ¿O aprenderemos a colaborar para salvaguardar los sistemas de soporte vital de la Tierra por medio de la innovación transformadora y del diseño regenerativo? ¿Cocrearemos culturas regenerativas vibrantes y comunidades prósperas para todos?

Si queremos, podemos generar abundancia colaborativa para todos. El primer paso es parar y preguntar: ¿Qué pasaría si eligiéramos la colaboración y la regeneración en lugar de la explotación y la degeneración? ¿Qué pasaría si eligiéramos prosperar juntos, en lugar de competir entre nosotros?

(Resumen preparado por Eva Calleja, traductora del libro de Daniel Wahl)

https://www.15-15-15.org/webzine/2021/06/28/disenando-culturas-regenerativas-una-presentacion/  

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