PÀGINES MONOGRÀFIQUES

15/2/19

Todo está estudiado y obedece a un plan para extender y perpetuar su poder

LA TRANSMISIÓN DEL PENSAMIENTO DOMINANTE (I)
"Una persona se educa, socializa y construye su visión del mundo inmersa en un contexto socio-cultural determinado. Del mismo modo que una ranita que vive en un pozo podría pensar que todo el mundo se reduce a ese entorno, las personas asumimos las leyes que rigen nuestra cultura, economía y política como leyes naturales o, según el caso, leyes divinas. Asimilamos y reproducimos en nuestro interior el sistema cultural e ideológico en el que nos criamos y desarrollamos, y la clave de esta interiorización no es tanto la coherencia o solidez del discurso aprendido como, sencillamente, la asusencia de cuestionamiento" (Pablo Batto)

Comenzamos aquí una nueva serie de artículos, dedicada como indica su título a los mecanismos psicológicos y sociales que tienen que ver con el modo y la forma en que la clase dominante nos trasmite su pensamiento, y cómo quedamos sujetos a él, si no somos capaces de desarrollar cierta capacidad crítica. Y partimos tanto del engaño como de la propia desidia del ciudadano, que ambas tienen que ver con el éxito de dicha transmisión.

Podemos comenzar poniendo ejemplos, que es quizá como mejor se comprenden las cosas. Bueno, pues por ejemplo, véase con qué "naturalidad" se ha dedicado recientemente el nombre de una madrileña plaza a Margaret Thatcher, la que fuera Primer Ministro británica durante muchos años, responsable de la puesta en marcha en el Reino Unido de toda la oleada de medidas neoliberales que desmantelaron los servicios públicos, redujeron los salarios, hicieron disminuir el poder y la influencia de los sindicatos, y empobrecieron a la clase trabajadora británica durante décadas.
Pues bien, para el PP, la señora Thatcher constituye un buen referente político, un espejo donde mirarse, y la población lo tiene tan asumido que la dedicación de dicha plaza madrileña a la ex premier británica se ha visto como algo normal...Nadie se ha manifestado, no ha sido recogida como noticia destacada, y los grandes medios de comunicación convencionales no le han dado mayor importancia...
Si en cambio dedicáramos el nombre de una calle o plaza para el también desaparecido Comandante Hugo Chávez, forjador de la revolución socialista bolivariana, responsable de la buena evolución de los indicadores sociales de la población venezolana de los últimos años, con reducción de la pobreza, aumento del nivel de alfabetización de la población, universalización de la sanidad, de la educación, y liberador para su pueblo de la opresión norteamericana...¿la población hubiera reaccionado igual? ¿Los medios de comunicación hubieran destacado la noticia? ¿Hubieran hecho campaña contra ella? Dejo las respuestas a los lectores.

Aquí tenemos una brillante muestra del poder del pensamiento dominante. Y es que durante años, mediante campañas mediáticas, engañosos mensajes y acciones propagandísticas, se ha difundido una imagen positiva del legado de Margaret Thatcher (y por tanto se ve lógica la dedicación de una plaza con su nombre), mientras se ha demonizado y vertido una manipulada y monstruosa imagen del dirigente venezolano,  razón por la cual las reacciones no serían las mismas.

Expresémoslo en palabras de Manuel Cañada: "La historia dominante, como la ideología dominante en su conjunto, se impone como paisaje, como atmósfera que envuelve nuestra vida cotidiana. El nombre de las calles, las esculturas urbanas, los calendarios, las celebraciones y conmemoraciones...la historia del poder cristaliza como tradición de todos, como naturaleza social. A aquél camino senderista lo bautizan como Ruta del Emperador; este otro museo de arte contemporáneo como Reina Sofía; la parada del metro, Núñez de Balboa; el paraninfo universitario, Ramón Areces... Son sólo algunos signos externos de hasta qué punto el santoral de las clases dominantes impregna los espacios cotidianos, adquiriendo además el marchamo de patrimonio común y de "historia objetiva".

Junto a los medios de comunicación, los sistemas educativos tienen un papel crucial en la conformación de ese "sentido común histórico". A modo de ejemplo, invito a la lectura de los libros de la asignatura de Historia que se utilizan en el Bachillerato para explicar el final del franquismo y la transición española. En ninguno de los textos que he podido ver se habla de los cinco fusilamientos de noviembre de 1975 o de las decenas de asesinatos a cargo de la policía en manifestaciones durante esa década".
O bien, tomando las palabras de Juan Pedro Viñuela: "El poder nos engaña y utiliza los medios de comunicación de masas, o de manipulación de las conciencias, para deformar nuestra visión del mundo. Utiliza la distracción. De lo que se trata es de mantenernos entretenidos, el antiguo pan y circo de los romanos. Fútbol, mucho fútbol, telenovelas y series que transmiten falsos valores y recrean una falsa realidad del pasado. Todo este entretenimiento evita que pensemos y dediquemos el tiempo a los problemas importantes.

El poder también inventa problemas para despistar al ciudadano. Amplifica la violencia terrorista, por ejemplo, o se regodea en la crisis, para conseguir que el pueblo acepte las medidas que el propio poder le ofrece, que es, en definitiva, lo que el poder quiere. También los poderosos, utilizan las medidas graduales. No realizan una reforma radical, en tal caso la ciudadanía se le echaría encima. Van haciendo pequeñas reformas que el ciudadano, aunque un poco a regañadientes, va aceptando".
Todo ello está perfectamente estudiado por los psicólogos sociales, como una de las estretegias de manipulación social que se ponen en marcha en casi todas las sociedades actuales, para que la clase dominante pueda encaminar y dirigir sus objetivos con mayores posibilidades y garantías de éxito. De esta forma, y bajo un clima previo de predisposición y alienación social, las medidas se van tomando poco a poco, con cuentagotas, para no levantar demasiada protesta social. Y también se van tomando en diferido, para paliar el efecto de las medidas inmediatas.

Por ejemplo, se reforman las pensiones, se privatiza parte de los servicios sanitarios, se potencia a los centros privados concertados, y así, se van poniendo piedrecitas en el camino para alcanzar poco a poco el modelo de sociedad que ellos quieren. Todo ello bombardeado con una serie de frases rimbombantes, que ponen en cuestión la "sostenibilidad" del sistema, para que la aceptación social de dichas medidas se vaya legitimando. Con ello se consigue una especie de "narcotización social", un adormecimiento de nuestras mentes, de nuestras conciencias y de nuestras actitudes, que nos lleva a un estado más proclive para la aceptación social de las medidas que se ponen en marcha.

Todo está estudiado y definido. Todo obedece a un plan prediseñado por la clase dominante, para controlar, extender y perpetuar su poder sobre las clases dominadas.


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