PÀGINES MONOGRÀFIQUES

15/5/18

Llamar la atención sobre temas relacionados con la Vía de la Simplicidad

EMPEZAR LA TRANSICIÓN ALLÍ DONDE VIVIMOS
Ideas para unos primeros pasos

Que se consiga la transición a una sociedad post-consumista-capitalista dependerá esencialmente del grado en que podamos provocar un gran cambio en las perspectivas y valores de la gente corriente. Los gobiernos, las empresas y las élites no nos ayudarán en esto; la visión del mundo convencional los condena a intentar mantener en marcha la avaricia y la sociedad del crecimiento. En cualquier caso, los cambios necesarios no se pueden hacer desde arriba. La Vía de la Simplicidad solo puede funcionar en comunidades en las que haya una ciudadanía consciente, con energía, y socialmente responsable, que esté dispuesta a unirse para gestionar cooperativamente dichas comunidades, centrándose en el objetivo de que todo el mundo cubra sus necesidades y disfrute de una buena calidad de vida.
Esto significa que debemos ayudar a la gente a ver que hay que desechar la sociedad consumista-capitalista competitiva, que los estilos de vida pudientes y el crecimiento económico es imposible que lleguen a todos y son una receta para una catástrofe global… y que, de todas formas, ni siquiera son deseables. Necesitamos gente que comprenda que las claves para una buena sociedad y una buena vida para todos residen en vivir en economías locales cooperativas y autosuficientes, centradas en objetivos y satisfacciones no materiales. Por tanto, el cambio de valores debe ser enorme, alejándose de la codicia competitiva y del conseguir que ha dirigido la cultura occidental durante cientos de años para descubrir la realización en la contribución al bien público y la satisfacción de los otros y en las artes, en hacer cosas, cultivar y en el desarrollo personal y social… en una cultura de dar y apoyar.

Esto no es solo una lista de deseos. Estos elementos tienen que darse en abundancia; si no, las nuevas comunidades necesarias en la era que está por llegar, de irremediable escasez, no funcionarán. Estas comunidades deben implicar a todo el mundo en la tarea de pensar sobre las necesidades de cada localidad, en participar en la discusión, planificación y toma de decisiones y puesta en marcha, mediante conversaciones informales, comités, reuniones ciudadanas y grupos de voluntarios. A menos que exista un fuerte deseo de contribuir y pensar sobre qué es mejor para la ciudad, no se tomarán las decisiones correctas y no se hará el trabajo necesario. Si existe el deseo de hacerse rico y poseer más propiedades que otros, etc., los procesos cooperativos y de apoyo no tendrán lugar. Obviamente, la motivación necesaria solo se puede basar en el compromiso general con ideas y valores claros y poderosos, que contradigan los dominantes en la sociedad consumista-capitalista.
Uno de los ejemplos ilustrativos más impresionantes de este tipo de organización social lo dieron los logros de los anarquistas españoles de los años 30. Cerca de ocho millones de personas se implicaron en el autogobierno cooperativo de grandes áreas, sin estados ni burócratas, sino mediante comités de gente corriente, en los que todos participaban en la toma de decisiones. Crearon incluso hospitales y universidades. Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible si no hubiera habido décadas de educación previa y de pensamiento desde el punto de vista anarquista, construido sobre las tradiciones cooperativas de la aldea campesina. Eran sin duda conscientes de la importancia crucial de las ideas y valores que debían existir en las mentes y corazones de la gente en general.
Por tanto, la clave para la transición reside en el desarrollo de estas perspectivas y deseos en la gente corriente… gente que, hasta ahora, no ha oído hablar nunca de ellos y que es probable que los vea en contradicción con todo aquello en lo que creen.
No es solamente imposible que los gobiernos dirijan nuestras nuevas comunidades por nosotros, sino que no podrían desarrollar las ideas, habilidades y deseos necesarios. Estos solo pueden ser desarrollados por la gente creando a trompicones su manera de gestionar la economía local, porque ve la necesidad y porque quiere tomar el control de su destino y organizar sus recursos locales para cubrir las necesidades locales. (Esta es la razón por la cual la teoría estándar marxista sobre la transición nos resulta, probablemente, de poca ayuda en esta revolución; podía tener sentido cuando la tarea era que una vanguardia arrebatase el control a la clase dirigente y después dirigiese la misma sociedad industrializada para proporcionar abundancia para todos, mientras las masas llegaban a ver lentamente la deseabilidad de las nuevas vías.)
Por tanto, en esta primerísima etapa el problema central para la gente que quiere ver la transición a algún tipo de Vía de la Simplicidad se resume en la siguiente cuestión: ¿qué podemos hacer para iniciar el proceso de cambio de conciencia, aquí y ahora, en las ciudades y suburbios en los que vivimos?
Los dos últimos capítulos de La vía de la simplicidad: hacia un mundo sostenible y justo esbozan una estrategia que seguir, incluyendo la formación de una Cooperativa de Desarrollo Comunitario que intente crear huertos y talleres cooperativos, etc. como en el movimiento de Transition Towns [N. del E.: o en experiencias como la Cooperativa Integral Catalana, Can Batlló, etc.]. Pero muchos de nosotros no estamos aún en disposición de intentar algo como este proceso, bastante elaborado. Las siguientes ideas tratan de cosas mucho menos complicadas que podemos hacer como individuos y familias, más bien aislados, con tiempo y recursos limitados. Son básicamente pequeñas iniciativas que podrían empezar a familiarizar a alguna gente a nuestro alrededor con las ideas radicalmente diferentes que queremos que finalmente adopten.
El objetivo es introducir estas ideas, un poco, de vez en cuando, reafirmarlas de tanto en tanto, darles vueltas… para añadir lentamente nuestras ideas al nivel de comprensión y aceptación de la gente de nuestra área. Estaríamos plantando semillas que podrían llegar a algo cuando los tiempos se pongan difíciles. La esperanza es que finalmente habremos suscitado suficiente interés en nuestra área para permitir que gente con ideas semejantes se unan para empezar a actuar. Obviamente, esto no puede pasar a menos —y hasta que— se haya creado la suficiente conciencia e interés, y las siguientes ideas sugieren algunas cosas que podríamos hacer para acercanos a ese día.
Algunas de estas ideas pueden ser llevadas a la práctica individualmente, pero obviamente sería mejor trabajar con unos cuantos amigos/as.
Obsérvese que el objetivo último es que la ciudad, pueblo o suburbio tome el control de su propio destino mediante la discusión ciudadana colectiva, su planificación, toma de decisiones y actividades, para construir y gestionar una economía local cooperativa que básicamente sea tan autosuficiente como sea posible.
Cosas que podríamos intentar hacer
1. Dejar caer las ideas clave en conversaciones casuales siempre que sea posible
Deberíamos suscitar, provocar y llamar la atención sobre temas relacionados con la Vía de la Simplicidad tanto como sea posible. Unas cuantas palabras al vuelo pueden ser suficientes para presentar una idea. Por ejemplo, que el problema que estamos discutiendo no se puede solucionar en una sociedad dirigida por el crecimiento y la avaricia, que hay caminos mejores… Buscar oportunidades para explicar brevemente nuestros temas, plantar y reforzar ideas, especialmente en conversaciones casuales. Que la gente sepa que no estamos expresando simplemente nuestras propias ideas, sino que grandes campañas como los movimientos de las Localidades en Transición y las Ecoaldeas a nivel mundial han estado trabajando por estos objetivos durante muchos años: “Echa un vistazo a tal web y a tal otro…”.
Tener preparados materiales que puedan reforzar algún punto si la gente muestra interés, o decirles que les pasarás un enlace al día siguiente. Insistir en que no son solo tus ideas, sino que hoy hay ya mucha gente que piensa de esta manera. Crear un repositorio de buenos resúmenes y argumentos que poder dar o enviar a gente que muestre interés, o con los que entres en discusión. (El web de la Vía de la Simplicidad en inglés tiene como objetivo proporcionar estos materiales con diverso detalle; por ejemplo, informes de 1 a 20 páginas [N. del E.: en castellano existen otros webs con materiales similares, e incluso nuestra revista 15/15\15 puede servir de referencia; también libros muy en esta línea como Por qué esta crisis no terminará nunca.]). Tener unas cuantas buenas frases cortas para sacar a relucir en situaciones en las que solo tienes unos segundos para decir algo.
La mejor línea general de discusión/argumentación es probablemente aquella que recoge el descontento y los problemas personales y familiares que tiene la gente en nuestra loca carrera consumista y no en temas sociales/globales más distantes como el efecto invernadero, la escasez de recursos, la pobreza, las carencias del Tercer Mundo, la paz y los conflictos internacionales o el funcionamiento de nuestro imperio.
Por ejemplo…
  • El hecho de que tenemos que trabajar quizá tres veces más duro. La gente se queja de que no tiene suficiente tiempo.
  • Inseguridad; miedo al desempleo, hundimiento de los pequeños negocios, vejez, violencia en la calle, el futuro de las pensiones… Ahora se habla de “el precariado”.
  • El hecho de que el ritmo de vida sea demasiado rápido y gran cantidad de gente está estresada y deprimida. Buena parte de esto se evitaría en una sociedad que nos permitiese producir solo aquello que necesitamos para una vida cómoda y que llegase a todos.
  • El coste de la vivienda y el hecho de que mucha gente no pueda esperar tener una casa en propiedad.
  • Adolescentes; las preocupaciones evidentes que tienen.
  • Los niños y los ordenadores; pasan tanto tiempo delante de una pantalla.
  • Los niños y el currículum académico; el problema de machacarse durante los estudios para tener una buena carrera.
  • La reestructuración y decadencia urbanas… ¿Qué le pasa a nuestra ciudad? Sobredesarrollo, muerte de los núcleos céntricos y de las pequeñas ciudades… porque la doctrina neoliberal dice que debe haber libertad de empresa, queriendo decir en realidad que las corporaciones gigantes se llevan todos los negocios mientras destruyen pequeñas tiendas y comunidades enteras y dirigen la dispersión urbana.
  • La existencia del desempleo. Esto es evitable e inexcusable.
  • La jubilación, llevada a la irrelevancia.
  • El descontento con el gobierno. Pero los gobiernos no pueden resolver los problemas que la sociedad consumista-capitalista está generando… tan solo los gestionan.
  • La ruptura social: drogadicción, gente sin hogar, suicidio, depresión, desórdenes alimentarios, inseguridad en las calles, violencia en los bares… son consecuencias, en gran parte, de una sociedad competitiva que abandona a muchos que no pueden tener éxito ante los más aptos. Una sociedad buena se aseguraría de que todos tuviesen lo suficiente. Por ejemplo, aseguraría que todos tuviesen una forma de ganarse la vida.
La preocupación debería ser siempre vincular estos temas al problema general de los límites, si es posible. Lo que está causando estos problemas que siente la gente es un sistema socioeconómico y cultural que está equivocado en lo más básico, y tendremos finalmente que reemplazarlo, o no se podrán resolver estos problemas. Si es posible, también podemos intentar señalar que este sistema es la causa básica de problemas más distantes como la destrucción ecológica y la pobreza de la mayor parte de la gente en el planeta… porque todo lo que se está produciendo y consumiendo está agotando los recursos, destruyendo el medio ambiente y privando a la mayor parte de la población mundial de su parte justa. No podemos resolver ninguno de estos problemas a menos que desarrollemos una sociedad que no esté basada en el crecimiento y en la avaricia.
2. Organizar pequeños eventos
  • Organizar un evento, por ejemplo una barbacoa, una comida o un pícnic, en el que se invite a la gente a discutir sobre alguno de estos temas.
  • Un buzoneo para anunciar una reunión pública sobre, por ejemplo, la mejora de nuestro barrio, o qué podemos hacer por la juventud de la zona, cómo hacer que nuestra ciudad sea más atractiva…
Instalar una mesa y carteles en el centro comercial un sábado por la mañana. Detrás de la mesa colocar un gran mapa del suburbio/barrio/pueblo completamente rediseñado para que sea sostenible, con la mayor parte de las calles excavadas y reemplazadas por huertos… con grandes señales. Este mapa podría ser una pieza central para muchas actividades, por ejemplo, visitas a escuelas. Aun mejor sería un diorama con muchas piezas representando al suburbio/barrio/pueblo como es ahora y cómo podríamos rehacer su geografía.
El mapa podría tener capas indicando cómo la nueva geografía incluiría fuentes energéticas, animales, industrias, fuentes de materiales, etc. Una de estas podría representar las relaciones sociales con mucha gente que ahora mismo está separada y aislada, jóvenes sin ninguna contribución que hacer, etc., y otro tablón podría indicar cómo se podría crear comunidad, por ejemplo, mediante grupos de voluntarios. Otro tablón podría señalar la enorme cantidad de recursos que tenemos en nuestro pueblo/suburbio/barrio que están siendo desechados, de manera muy obvia la gran cantidad de tiempo que se pasa viendo televisión para distraerse… y cómo podría cambiarse esto creando grupos de voluntarios. Un tema central que mostrar podría ser todas las cosas interesantes que la gente corriente podría estar haciendo para desarrollar y gestionar una gran comunidad.
Sería esencial también alguna indicación de por qué abogamos por estas alternativas; esto es, alguna referencia a la era de grandes problemas que se presenta. Un tablón junto al gran mapa podría tener por título… “Pero ¿por qué tenemos que rehacer nuestro suburbio?”
  • Investigación puerta a puerta. Anunciar que formas parte de un grupo que investiga el progreso del suburbio, etc. Preguntar a la gente cómo ven ellos estos temas, con la perspectiva de tener una visión más clara sobre cómo piensan, informar de nuestro proyecto, conseguir nombres a los que enviar mensajes de correo electrónico y a los que invitar… Más tarde este enfoque puede llevar a desenterrar recursos que podemos empezar a usar: alguien tiene un cobertizo que le sobra, un utilitario o herramientas que prestaría, tiempo libre. Es especialmente importante usar este enfoque para hacer listas de capacidades que se pueden utilizar: gente que quiera enseñar a tejer, recetas, artesanía, jardinería, injertos de frutales… Podemos probar ideas: por ejemplo, ¿qué pensaría la gente de la idea de organizar grupos de voluntarios para mejorar el barrio?
    Puede ser importante distinguir entre lo que piensa la gente sobre temas sociales
    ahí fuera, y sobre su propia situación. Hay una tendencia a que la gente exprese una preocupación considerable sobre su sociedad —por ejemplo, drogas, niños, gente sin hogar— pero que digan que a ellos les va bastante bien. Admitir tener problemas o una vida insatisfactoria puede parecer admitir su fracaso, así que el mejor formato podría ser “Qué piensas que diría la gente sobre…”.
Organizar un tour de alternativas. Trabajar para crear varias cosas que ilustren vías alternativas, dentro de nuestras casas o en nuestros patios traseros. En casa de Fred podríamos hacer una caseta para el perro a base de ladrillos de barro y un horno de arcilla, y crear un álbum de imágenes impresionantes de construcción con tierra. En casa de Mary podríamos construir una jaula para gallinas y conejos, una compostera y huertos, y elaborar carteles explicando el alcance de la producción alimentaria urbana y el reciclado de nutrientes y la reducción de la huella ecológica. Alice podría tener espacio para el diorama de la nueva geografía del pueblo. El taller del garaje de Tom podría ilustrar la satisfacción de crear cosas con herramientas manuales, con muebles robustos y juguetes por todas partes. Pat tiene una despensa llena de conservas de su huerto y los de sus vecinos y amigos, lo que le permite explicar los ahorros monetarios y en huella ecológica.
No necesitamos gran cosa sobre el terreno para organizar una ronda de visitas muy interesante e informativa. Esa caseta para el perro y las imágenes nos permiten hacer entender los enormes beneficios de la construcción con tierra: no necesitamos toda una casa para hacerlo. Así que estas cosas son los pretextos, las ilustraciones que usamos para explicar en detalle mucho más allá de ellas mismas. Llenamos cada sitio con montones de tablones explicativos y elaboramos una secuencia que presente mejor nuestra visión del mundo de manera convincente.
Organizamos visitas a pie por todos estos sitios seguidas de un picnic. Hacemos que los profesores locales traigan a su alumnado. Desarrollamos y mejoramos nuestra presentación continuamente y en poco tiempo estaremos recibiendo visitas de otros barrios o pueblos y publicando versiones electrónicas de este tour.
Vamos puerta por puerta buscando gente que pueda ayudar a elaborar las visitas, especialmente gente mayor con habilidades como hacer una cena en el horno de arcilla, tejer, cultivar la huerta, injertar los frutales, criar peces y trabajar diversas artesanías y que puedan tener herramientas, un poco de maquinaria, casetas, antigüedades que podamos añadir a las visitas. Quizá alguien tiene un limonero o un melocotonero que produce demasiado para ellos y podamos usar para ilustrar el poder de espigar… pues los invitamos a unirse a la aventura.
  • Aprovechar temas públicos. Cuando un tema apropiado llega a centrar la atención en la prensa local, por ejemplo, podemos ofrecer un comentario desde nuestra perspectiva. Cuando el ayuntamiento proponga construir un aparcamiento en un solar vacío, podemos escribir una carta al periódico local preguntando qué piensan hacer con él cuando no haya petróleo y sugerir que un huerto comunitario tendría más sentido. Cuando el tema está en el candelero en la agenda pública es más probable que una carta sobre el mismo desde nuestro ángulo sea publicada. Busca perchas en las que colgar nuestro caso.
  • Hacer de francotiradores, buscando posibles conversos. Si ves a alguien con una posición influyente, un columnista o una personalidad de la radio que pudiese ser persuadida de nuestra visión, trabájalo con tiempo. Forma un subgrupo para organizar un acercamiento, organiza cartas o llamadas de teléfono y ocúpate de las respuestas.
  • Contactar con escuelas y profesores. Mira el currículum para encontrar puntos en los que puedas sugerir materiales desde nuestra perspectiva. Ofrece conferenciantes (por ejemplo gente mayor que pueda llevar tejidos de punto, pasteles horneados, juguetes y tazas hechos a mano…). Invita a los docentes a llevar a su clase a nuestro tour.
Algunos puntos importantes que tener en cuenta
Todo suma, aunque puede que no te des cuenta. Cada vez que se transmite un mensaje de la Vía de la Simplicidad se refuerza esta idea en la mente de alguien, o alguien lo escucha por primera vez. Los cambios extremos y sorprendentes son normalmente el resultado de un largo proceso de repensar algo acumulado lentamente y del deseo de cambio, que puede ser invisible hasta el último minuto, pero cuando alcanza un nivel crítico todo da la vuelta. ¡Así es como cayó el Muro de Berlín!
Por tanto tenemos que ser pacientes y no esperar ver demasiado resultado por nuestros esfuerzos, si es que hay alguno, sino consolarse con la probabilidad de que la discusión que hemos tenido con el carnicero esta mañana se añada a un clima de opinión en aumento. Nuestra intención debe ser simplemente avanzar lentamente, viendo poco resultado de nuestros esfuerzos pero sabiendo que estamos contribuyendo al nivel crucial de comprensión y opinión sin el que nada se puede conseguir.
Idealmente, el pequeño grupo que formamos para empezar a hacer estas cosas crecerá al final hasta convertirse en una Cooperativa de Desarrollo Comunitario, que construya y gestione la nueva Economía B de nuestro pueblo, suburbio o barrio.
Necesitamos con urgencia —y probablemente tendremos pronto— alguna forma de coordinar y mantenernos en contacto mientras avanzamos lentamente en la tarea. Necesitamos compartir ideas sobre lo que parezca funcionar, identificar a qué no conviene dedicar nuestro tiempo, así como hacer pública nueva información entre nosotros. Necesitamos tener un sentido de equipo.
Ted Trainer (Traducido por Carlos Valmaseda y revisado por Manuel Casal Lodeiro.)

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