LAS
TITULACIONES HIPOTECARIAS
Palabra maldita en los medios de comunicación
Palabra maldita en los medios de comunicación
No hay que pensar mucho para deducir que la población está
en un callejón sin salida. Por mucha propaganda política la realidad se impone
¿Qué pasa con el paro? Ya no se habla ni se hablará en la campaña electoral por
poner una predicción. El tu más se
impondrá, la corrupción se ha institucionalizado y la bola pasa de mano en
mano. La tremenda deuda, el desequilibrio entre ricos y pobres, los ricos casi
no pagan impuestos, las multinacionales no pagan nada y es el populacho quien
tiene que soportar sobre sus espaldas un lujoso Estado.
Esto tiene que acabar mal por cojones, tiempo al tiempo. Los medios de comunicación se dedican a difundir aquello que
interesa a la oligarquía, sin embargo cuando se trata de informar de lo que
realmente ocurre se silencia o se transforma. Sin ir más lejos, el Consejo de
Ministros del pasado viernes 27 de abril recurrió las leyes y normativas
aprobadas solemnemente por unanimidad por el Parlament de Catalunya conocida
como la ley 24/2015 de medidas urgentes para afrontar la emergencia en el
ámbito de la vivienda y la pobreza energética. Esta ley ha sido recurrida al Tribunal
Constitucional.
La ley catalana, aprobada por todos los partidos incluido
el PP, lo que hace es: “si tú no pagas la luz este mes,
lo pagas dentro de tres meses… con los intereses, te estoy acumulando una
deuda… o bien el Gobierno paga a través de un fondo social que hay que crear“. ¿Qué
esperaba esta tropa al mando después de subir la factura de la luz a las más
caras de Europa con los salarios más bajos? Las eléctricas han robado todo lo que
han querido y más con el agravante de aparecer las cuentas en paraísos fiscales
del ministro del ramo.
La ley catalana en su intento de evitar la foto de la
familia desalojada exige a los bancos que ofrezca un alquiler social. Lo que
parecía bueno y bonito a la hora de la verdad es un caramelo envenenado. En el contrato de alquiler el ejecutado debe aceptar pacíficamente
la pérdida definitiva de la posesión de la vivienda. Los bancos resuelven así por la vía
pacífica con la ley en la mano el desalojo violento que tanta ampolla levantó
estos años. En cierto sentido, la moratoria de Guindos es más beneficiosa pues
desde que se aprobó en el 2012, no ha permitido desalojos “a la fuerza” y las
familias no pierden la posesión de la vivienda.
Esa es la razón por la que ahora los Fondos de
Titulización y todos los bancos están usando
masivamente la ley catalana por medio de requerimientos de alquiler social de 3
años. Es un poco
perverso porqué precisamente la posesión de la vivienda es la última arma para
negociar la deuda pendiente. En poco menos de tres años la banca y los Fondos
inmobiliarios habrán limpiado sus balances y tienen a tiro echar a los
inquilinos con la dictadura de la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos). La
banca, los trileros de siempre, han convertido el alquiler social en una trampa
ya que tres años pasan volando y en lugar de firmar un contrato de arrendamiento se esconde lo que
realmente le interesa al banco: que
renuncies a la posesión y te marches sin alboroto.
Las cédulas hipotecarias, el último bastión de
la banca
La verdad de lo que ocurre en el negocio bancario no se
refleja en los balances de los bancos, si así fuera no quedaba en pie ningún
banco. Esta situación extrema lleva a tomar decisiones extremas y entre ellas
están los créditos refinanciados. La bolsa de hipotecas minoristas en esta
situación es enorme. La supuesta recuperación económica es un espejismo electoral y por
mucho que se diga no se venden inmuebles ni se otorgan nuevos préstamos
hipotecarios.
Consecuentemente, no hay subyacente (hipotecas) que
alimenten las emisiones de bonos. Con esta carencia se pone en peligro la
principal vía de financiación de la banca española. Donde no hay no se puede
sacar, pero la banca siempre tiene un as en la manga ¿Qué puede hacer si no hay
materia prima con que colocar en el mercado participaciones hipotecarias? Pues tirar mano de las cédulas hipotecarias, puesto que ésta
opción no necesita, en el momento de constituir el Fondo ante notario, una
relación de los préstamos con garantía hipotecaria que se transforman en
cédulas hipotecarias.
Por esta vía los bancos tienen la puerta abierta a una
supuesta financiación ya que los inversores le han tomado el pulso a la banca
española. El inversor tiene garantizado el buen fin de las cédulas hipotecarias
con todas las hipotecas (no titulizadas anteriormente) de la cartera del banco. Tal
como está la supervisión bancaria la garantía se deviene en un acto de fe. ¿Quién puede asegurar que una emisión
de cédulas hipotecarias está respaldada por una cifra igual a los préstamos que
no se han titulizado?
Vamos a aclarar este punto ya que forma
parte del agujero escondido de la banca teniendo en cuenta que hay unos 500.000
millones emitidos en estos instrumentos. Las cédulas hipotecarias son unos
instrumentos con doble garantía: por un lado, la del banco en cuestión
(responde con todos sus bienes); y por otro, la de los préstamos hipotecarios
que tiene en su balance. Esta es la garantía que tiene el comprador de estos
títulos si el banco no le devuelve su dinero. Además, la
garantía no es paritaria: si una entidad emite 100 millones, debe aportar 120
en hipotecas de la mayor calidad.
Esta doble garantía es lo que hace de las cédulas el
instrumento más seguro que pueden emitir las entidades, y que incluso sea
posible colocarlas en tiempos de turbulencias en los mercados como los
actuales. Quien lea este tipo de titulares: “BBVA se encomienda a Soraya Sáenz de Santamaría para reactivar la
venta de hipotecas por 1.500 millones” lo mismo que el Banco Santander o
CaixaBank echan mano de hipotecas ya titulizadas para reconvertirlas en
cédulas hipotecario, colocarlas en el mercado financiero con el aval del
Estado, cobrarlas y volver a la ruleta.
Así cualquiera. Por ejemplo tan solo hay que ver que
ocurre en el mercado de titulizaciones del BBVA, como mínimo, anda seco desde
hace un año. Europea de Titulizaciones SGFT, la titulizadora del BBVA, no saca
un fondo hipotecario (de los de verdad) desde el RMBS15 BBVA del 11/05/2015. Un año entero
cuando lo normal ha sido incluso dos emisiones por año en medio de la crisis
financiera.
Los medios callan
Hay más de 200.000 millones de euros refinanciados y las
emisiones de cédulas hipotecarias han empezado a transmitirse al 95%, es decir
el bonista se las saca de encima con perdidas. De hecho, preservar las cédulas es el principal motivo que ha
llevado a la banca a oponerse a medidas que relajen los desahucios en los
procedimientos ejecutivos hipotecarios. La emisión de cédulas
hipotecarias es el último bastión que le queda a la banca y es ahí que la
necesidad le aprieta y ha convertido en tabú la sola mención de la palabra
“titulización”.
Otros mientras tanto le bailan el agua con la
dación en pago. Se veía venir, no es necesario ser una
bruja pitonisa para percatarse que las hipotecas minoristas son la bomba de relojería de la banca
española. El
paro, que se ha cebado especialmente entre aquellos jóvenes que entre el 2000 y
el 2006 adquirieron una vivienda a través de un préstamo con garantía
hipotecaria. Estos jóvenes están pasando la agonía de nunca acabar. Más del 50%
de esta franja de edad esta en desempleo y agotada la prestación de dos años que
les permitía ir tirando. Algunos aguantan por el aval de los padres.
El silencio en los medios de comunicación se
hace absoluto, no obstante la falta de legitimidad
activa de los bancos en los ejecutivos hipotecarios está siendo apreciada por
los jueces, los ayuntamientos hacen mociones alertando de la suplantación de
los bancos al hacerse pasar como los legítimos acreedores, los Colegios de
Abogados entran en la polémica y las redes sociales lo expanden hasta el último
rincón de España.
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