FUERO DEL FUTURO PROFUNDO:
Suficiente, para todos, para siempre
Suficiente, para todos, para siempre
Durante la Gran Disrupción nuestra comunidad se enfrentó a
cuestiones muy duras acerca de cómo íbamos a vivir. En particular, tuvimos que
tomar decisiones democráticas sobre el modo en que íbamos a estructurar nuestra
economía, cómo íbamos a gobernar las relaciones sociales, y qué valores iban a
conformar y definir estos esfuerzos.
Se decidió que trabajaríamos con el horizonte de crear un
documento constitucional que definiría, en los términos más claros posibles, el
tipo de sociedad en el que queríamos vivir. Este documento no pretendía marcar
el final de nuestros debates políticos, sino proporcionar un punto de partida,
un marco dentro del cual podríamos debatir y avanzar.
En la primera reunión que tuvimos con el objeto de discutir
este asunto hubo un acuerdo inmediato y unánime: todos queríamos una sociedad
libre, justa y sostenible; no obstante, nos llevó casi un año de sucesivas
reuniones desarrollar por escrito estos sentimos nobles pero imprecisos.
Al final, se elaboró un breve documento constitucional por
parte del Consejo Asesor, y se sometió a referéndum en el Consejo del Pueblo,
donde recibió el 94% de apoyos. Lo reproducimos a continuación en su
integridad, ya que sirve como el mejor resumen de nuestra visión social,
económica y política.
FUERO DEL FUTURO PROFUNDO
Suficiente, para todos, para siempre
Afirmamos que proporcionar “suficiente, para todos, para
siempre” constituye el objetivo que define nuestra economía, el cual intentamos
alcanzar trabajando juntos en libre asociación.
Afirmamos que todo el mundo es libre de crear, como un
proyecto estético, el sentido de su propia vida, al tiempo que reconoce que
dicha libertad se extiende legítimamente sólo hasta donde permita que los demás
tengan la misma libertad. La libertad, por tanto, implica autocontención.
Afirmamos que nuestra democracia inclusiva no discrimina por
razones de raza, etnia, sexo, edad, orientación sexual, política o religión.
Afirmamos que las generaciones venideras, hasta un lejano
futuro, tienen derecho a las mismas libertades que las generaciones actuales.
Afirmamos que el respeto a ese futuro profundo requiere que
mantengamos sano el medioambiente.
Afirmamos que la tecnología puede ayudarnos a proteger
nuestro medioambiente sólo si es gobernada por una ética de la suficiencia y no
por una ética del crecimiento. La eficiencia sin suficiencia es inútil.
Afirmamos que el mantenimiento de un medioambiente sano
requiere crear una economía de estado estacionario que opere dentro de los
límites ambientales y energéticos.
Afirmamos que un estado estacionario implica la
estabilización del consumo y de la población, la transición a fuentes de
energía renovable y adaptarnos a un suministro reducido de energía.
Afirmamos que se requiere poner límites estrictos a la
acumulación material si pretendemos que un estado estacionario mantenga una
distribución justa de los recursos y evite desigualdades corrosivas.
Afirmamos que los derechos de propiedad sólo están
justificados hasta el punto en que sirvan al bien común, lo cual incluye el
interés supremo de la justicia humanitaria y ecológica.
Afirmamos que una economía de estado estacionario depende de
una cultura que abrace estilos de vida de suficiencia material y rechace los
estilos de vida de riqueza material.
Afirmamos que la suficiencia material en una sociedad libre
proporciona las condiciones para una infinita variedad de vidas plenas, llenas
de sentido y felices.
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(Extracto del libro Entropia: Life Beyond Industrial Civilisation, de Samuel Alexander, traducido por Manuel Casal Lodeiro y publicado con permiso del autor.)
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