LA
FAGEDA:
Un cuento de hadas del siglo XXI
Cristóbal Colón es un pionero en el campo de la
salud mental. Conozco a Cristóbal hace una década, desde que a través de la
Fundación Schwab para el Emprendimiento Social se le otorgó el reconocimiento
de Emprendedor Social del Año en España. Ahora que desempeño cargos académicos en las
escuelas de administración de empresas de algunas de las universidades más
reconocidas mundialmente, no me canso de exponer el ejemplo de La Fageda como
entidad que se ha dedicado a transformar las actitudes y prácticas que han
caracterizado el trato a las personas que sufren de enfermedades psiquiátricas. Cristóbal se merece este reconocimiento que se le
otorga ahora, y muchos más.
Pamela Hartigan, directora ejecutiva
Centro Skoll, Saïd Business School, Universidad de Oxford
La sabiduría de
los cuentos de hadas
Los cuentos de hadas
cuentan siempre con unos elementos arquetípicos. Entre ellos, un final feliz
está asegurado. ¡Qué bien!
El problema (los muchos
problemas) se encuentran, precisamente, en el trayecto que sus protagonistas
deben recorrer antes de llegar a ese feliz desenlace…
El héroe o heroína de
la historia es, frecuentemente, el más pequeño y débil de tres hermanos, o el
personaje más humilde y despreciado de su ambiente, aquel del que nadie
esperaría que se fuera a casar con el hijo o la hija del rey, por ejemplo. O
que fuera a ser quien – contra todo pronóstico- lograra sacar la espada
Excalibur de la piedra en la que se encuentra atrapada. O aquel que derrotara a
la bruja malvada o al terrible ogro que aterrorizan a los habitantes del
condado.
Pero resulta que en
estos relatos quien finalmentes resulta ser el/la vencedor/a de la historia
tiene una cualidad que los demás no tienen en cuenta, algo en lo que nadie
repara.
Allí donde todos los
otros buscan mostrar su fuerza, su valor o su inteligencia, sin importar con
qué métodos, lo que estos personajes sencillos tienen a su favor – por encima
incluso de su gran determinación – es una limpieza de espíritu que les permite
avanzar con resolución hacia su objetivo, pero respetando siempre, y ayudando
cuando hace falta, a todos aquellos otros seres (animales o personas) con
quienes se van encontrando a lo largo de su recorrido.
Y es, precisamente,
esta actitud la que marca la diferencia de su éxito en las pruebas que tiene
que afrontar en su aventura. Si la heroína o el héroe de la historia consiguen
su objetivo, lo hacen gracias a que cuentan con el apoyo de todos aquellos a
quienes han ido ayudando en su trayecto. Se diría que todos quieren su éxito. O
se podría decir también que el suyo es el éxito de todos.
Por el contrario, la
fortaleza de los contrincantes es más aparente que real. Sus malas formas, el
exceso de confianza en sus propias fuerzas, que les lleva a despreciar a los
demás, los hace extremadamente débiles a la larga. Están solos.
La Fageda:
Un cuento de hadas en la densa realidad del siglo XXI
La Fageda, la empresa rentable, hermosa y exitosa, a la que dedico este post, parece reunir todos los ingredientes para convertirse en la versión actualizada de un cuento de hadas.
Una “aventura de
locos”, que nació de la vocación de un sastre de nombre Cristóbal Colón (los
sastres suelen ser un elemento importante de muchos cuentos de hadas),
reconvertido en mozo de manicomio y más tarde en psicólogo y empresario.
Después de 10 años de
conocer, desde dentro, el horror de un manicomio – un lugar más parecido
a un campo de concentración que a un hospital – donde la locura no solo no se
cura sino que se contagia, en 1982 Cristóbal
Colón, junto con 14 enfermos
mentales, inicia la aventura de abandonar el mundo de la psiquiatría
convencional para emprender un proyecto empresarial.
Tiene claras dos
cosas: una, que el trabajo es algo fundamental para cualquier persona, y
todavía más para un enfermo psiquiátrico. Dos, que bajo ningún concepto quieren
volver al infierno… perdón, al manicomio.
Aquel sastre exitoso,
tenía, sin embargo, cierto tipo de dudas, de esas que no dejan dormir tranquilo:
Yo tenía inquietudes de tipo filosófico, me hacía preguntas: ¿qué es la
vida?, ¿quién soy yo?, ¿qué es la conciencia? ¿qué es la locura?, ¿por qué nos
volvemos locos?…
de ahí que en el
centro de su proyecto no estaba el conseguir ser una empresa rentable,
sino lo que de verdad le movía a abandonar la comodidad de una profesión
con la que se ganaba muy bien la vida, era la preocupación por las
personas que había visto en el psiquiátrico, en estado lamentable y sin
esperanza alguna de mejora, teniendo en cuenta la falta de alternativas reales
existentes para ellos.
Comprender que
tampoco los talleres ocupacionales iban a poder dotar de sentido la vida de
aquellas personas fue lo que le puso en marcha. Entendió que toda persona
necesita realizar un trabajo real.
El paso siguiente de
su aventura consistía en tratar de conseguir un crédito de medio millón de
pesetas con el objetivo de montar una empresa. Y lo consiguió.
Y así, en un contexto
social de una crisis económica brutal, con índices de paro tremendos, sin
dinero, sin proyecto empresarial (daba igual fabricar cualquier cosa mientras
fuera algo real) y sin ninguna idea de cómo gestionar una empresa, nace, en el
año 1982, La Fageda.
La Fageda:
Un proyecto social enfocado en las personas
La Fageda es actualmente una organización privada, sin ánimo de
lucro, cuyo objetivo es el de mejorar la calidad de vida de las personas
con discapacidad intelectual y/o trastorno mental severo de la comarca de La
Garrotxa.
Su misión es que cada
persona pueda desarrollar sus capacidades, aceptando sus limitaciones, para
poder lograr el máximo nivel de autonomía en los aspectos individual, familiar,
laboral y social.
La Fageda se describe así en su web:
Desde hace 32 años La Fageda ha creado un
proyecto empresarial que mira de sacar las personas con enfermedad mental o
discapacitado intelectual del inevitable aislamiento social que sufren.
A base de años y con la ayuda de muchos, se
ha consolidado un proyecto económicamente viable, respetuoso con las personas,
con los animales y con el medio ambiente, con una marca propia que llena de
orgullo y supone una aportación de autoestima a los 280 trabajadores y socios
de la cooperativa, 60% de los cuales presentan discapacidad intelectual o
enfermedad mental severa.
No estamos hablando de un proyecto
económico, ni siquiera puramente empresarial. El objetivo es social. Ahora
bien, cuanto más éxito tenga la empresa, mejor se cumplen sus propósitos
asistenciales.
Ha puesto en marcha un proceso de
rehabilitación o reconstrucción de personas con una estructura psicológica
deteriorada, dependientes, no valorados, no reconocidos… que mediante su
trabajo recuperan la autoestima, se sienten útiles, importantes, reconocidos
por la mirada del otro.
Se trata las personas con toda su dignidad.
No se habla de “discapacitados” o “disminuidos”, sino de personas con
capacidades diferentes, porque, como gusta decir a Colón (creador), todos
tenemos diferentes capacidades.
Estas personas que no tenían iniciativa,
motivación, que se sentían una carga para la familia y la sociedad, que se
veían ellos mismos como un estorbo, ahora se sienten rehabilitados socialmente,
porque trabajan en una empresa que hace los mejores yogures de los mundo.
Actualmente, no hay nadie en la Garrotxa que
sufra discapacidad psíquica o enfermedad mental y no pueda conseguir trabajo.
Es un hecho único, como mínimo en España, puesto que el colectivo de enfermos
mentales se topa con un rechazo casi general de los agentes económicos y
sociales y sufre un paro que bordea el 90%
La Fageda
Un cuento de hadas con final feliz
En un tiempo tan
caótico como el actual, en el que las empresas más poderosas del mundo cierran
sus plantas y destruyen empleo, La
Fageda no solo aguanta el tipo, compartiendo el mercado con
contrincantes poderosos, como: Danone, Nestlé y las marcas del distribuidor,
sino que mientras los demás se ven obligados a bajar los precios y a
hacer ofertas 2 x 1, los lácteos de La
Fageda se venden un 40% más caros que la marca más cara. Y
la empresa crece entre un 8 y un 15% cada año.
De ahí el interés que
despierta en las mejores escuelas de negocios. Su modelo empresarial se estudia en Harvard, en IESE, en ESADE, en la
British School…
Son, sin duda,
el interés por la conciencia y la honestidad de su creador – sus valores
– lo que hace que La Fageda –
toda entera – refulja como una piedra preciosa en el corazón del materialismo
feroz que impregna el actual modelo económico y psiquiátrico, para los que las
personas, los animales y la naturaleza se convierten en meros recursos.
Pero solo hay que ver las vacas de La Fageda –
los otros grandes protagonistas de este cuento de hadas – en los videos que
incluyo en este post, para entender que esta empresa, que se ha convertido en
un rentable modelo empresarial, no gaste ni un euro en marketing.
Y es que, solo ver
esas hermosas vacas, acostumbradas a escuchar buena música, a comer buenos
pastos y a relacionarse con buena gente, uno no tiene ninguna duda de que el
yogur fabricado con su leche tiene que ser “el
mejor yogur del mundo”.
Así es como, con el
transcurrir del tiempo, La Fageda se
ha convertido en un éxito empresarial y humano.
Pero también en un
símbolo. Un milagro.
La Fageda en el contexto del actual modelo psiquiátrico
Tal como afirman cada
vez más psiquiatras en todo el mundo, el actual paradigma psiquiátrico es un
modelo que se hunde.
Algo de ello ha ido
poniéndose de manifiesto en un serie de posts que he estado dedicando a
intentar mostrar el descontento que actualmente bulle dentro del propio campo
de la Psiquiatría:
En la web de Nueva Psiquiatría, el
movimiento impulsado por el psiquiatra Javier
Álvarez para poner en marcha
un nuevo paradigma psiquiátrico, podemos leer que, con el actual enfoque de la
enfermedad mental el 50% de los americanos tendrá al menos un diagnóstico en su
vida. ¡No está mal!…
Pero
eso supondrá que los demás no andaremos muy lejos, teniendo en cuenta
que la globalización extiende patrones idénticos por todo el planeta.
A la vista de esta
situación, es por lo que quiero situar a La
Fageda precisamente en este contexto. Esta “aventura de
locos” es la demostración clara de que las cosas – siempre – pueden ser de otra
manera.
La crisis
generalizada que vivimos es un recordatorio de que tenemos que revisar las
ideas que están detrás de los modelos fallidos con los que estamos funcionando.
Y a mí, en este
ámbito me surgen muchas preguntas, pero hay una que, de alguna forma, es la
síntesis de todas las demás:
¿Por
qué las “escuelas de psiquiatras” no parecen demostrar tanto interés en
estudiar el éxito de La Fageda como el que demuestran las escuelas de negocios?
Creo que la
existencia de La Fageda demuestra
muchas cosas. En primer lugar, que otro modelo de psiquiatría es posible. Que
otro enfoque de las cosas nos conduce en otra dirección.
Sin embargo, hay un
problema, ya que no existe ninguna escuela, ni de negocios, ni de psiquiatría,
capaz de enseñar las cualidades que hacen victoriosos a los sencillos
personajes de los cuentos de hadas.
La humildad, por
ejemplo, es una cualidad muy poco valorada actualmente, que, sin embargo, suele
acompañar a los protagonistas de los cuentos. Según el diccionario de la Real
Academia de la Lengua (ese ente que ahora también se ha privatizado),
“Humildad es la virtud que consiste en el conocimiento de las propias
limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo en este conocimiento.
Pero vamos a
necesitar cultivar la humildad, antes que nada, para reconocer que hemos
perdido el rumbo. Que los modelos con los que estamos queriendo hacer frente a
los problemas ya no sirven.
Y a partir de ahí,
más humildad para aprender de los que están demostrando hacer las cosas bien, y
determinación, valor y perseverancia para cambiar de rumbo todas las veces que
sea necesario.
La
Fageda, cuando negocio y ética van de la mano
La Fageda, IV premio Integra BBVA
Cristóbal Colón
en Leadership Fórum Galicia 2015
Entrevista
a Cristóbal Colón, fundador de La Fageda
“Creatividad sería espabilarse”
Psicólogo y fundador de la cooperativa La Fageda. Sus
años como trabajador en varios hospitales e instituciones psiquiátricas le
hacen consciente de las dificultades que las personas que padecen alguna
enfermedad mental tienen a la hora de encontrar un empleo.
Así surge en 1982 la idea de crear La Fageda, una
empresa ubicada en una comarca de la provincia de Gerona que fabrica productos
lácteos.
Además, posee una granja de vacas lecheras y una
brigada que ofrece servicios de jardinería a los ayuntamientos de la zona.
La compañía, sin ánimo de lucro, es rentable a pesar
de la crisis actual. Recibe en 2005 el premio de la Fundación Empresa y
Sociedad a la mejor iniciativa de inserción laboral.
El alma de la empresa de Colón son las
personas con las que trabaja. Con el objetivo de mejorar su situación, una gran
parte de la plantilla está formada por personas que sufren alguna enfermedad
mental.
Pregunta.- La
primera pregunta es casi obligada… ¿Cuántas veces le han preguntado por “su
descubrimiento”?
Respuesta.- No me considero un “descubridor”. Lo único que he hecho ha sido aplicar el sentido común a un problema social acuciante.
P.- Pero lo
cierto, aunque menos “histórico”, sí que podría decirse que ha “descubierto”
algo… O al menos, se ha dado cuenta de una necesidad y ha puesto de su parte
para contribuir a que deje de serlo… Háblenos de “La Fageda”…
R.- Corría el año 1982 y me fui a ver al alcalde de Olot acompañado del psiquiatra con el que había coincidido años antes en el hospital psiquiátrico de Girona. Fuimos para explicar a los políticos, a las personas significadas de la comarca, que queríamos crear una empresa con los enfermos mentales de la Garrotxa. Me imagino ahora aquellas personas distinguidas recibiendo a alguien que apenas hablaba catalán, que decía llamarse Cristóbal Colón y que pretendía construir una empresa para los locos de la comarca… Recuerdo más de una mirada, más de una expresión de la gente que pensaba si los auténticos enfermos mentales no éramos nosotros.
P.- ¿Cuál es la
labor que desarrollan en la “La Fageda”?
R.- Desarrollamos actividades empresariales y asistenciales. Entre las primeras, contamos con una fábrica de lácteos que elabora 1,3 millones de yogures a la semana, una granja con 500 vacas, una brigada de jardinería, una sección de mermeladas y una fábrica de helados.
Las actividades
asistenciales son terapéuticas y de acompañamiento individual y laboral, dentro
del Centro Especial de Empleo. También disponemos de un servicio de terapia
ocupacional para atender a aquellas personas que carecen de capacidad
productiva o incluso que están jubiladas, y de servicios de hogar residencia.
En total La Fageda da trabajo u ocupación a unas 300 personas.
P.- Si en
España la falta de empleo es un gran problema para todos los ciudadanos,
digamos, sin dificultades o problemas mentales, las personas que sí los tienen,
¿cómo pueden salir adelante? ¿Hay algún tipo de ayuda o protección por parte
del Gobierno para este colectivo?
R.- Según datos recientes del INE, casi el 85% de los enfermos mentales crónicos carecen de empleo en España. Es una situación dramática. Las medidas, muy avanzadas para la época, que aprobó el Gobierno el año 1982 (LISMI) han quedado congeladas durante treinta años y actualmente las ayudas específicas a la creación de empleo para este colectivo han desaparecido como consecuencia de la crisis…
P.- ¿Qué
beneficios tiene para estas personas trabajar en un lugar como “La Fageda”?
R.- Lo importante es desarrollar un trabajo digno y lleno de sentido. El hecho de que nuestros trabajadores puedan ser protagonistas de un proyecto de éxito, les llena de orgullo, al igual que se sienten orgullosos de ver que “sus” yogures se encuentran en los supermercados al lado de las grandes marcas. A esto hay que añadir que trabajan en un lugar precioso, en plena reserva natural del Parque de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
P.- Seguro que en
tantos años de experiencia habrá un montón de anécdotas. Le pedimos una, la que
recuerde con más cariño o la más sorprendente.
R.- Conté una hace años en La Vanguardia: un pintor se acercó a la Fageda d’en Jordà, el hayedo idílico donde tenemos la granja, a tomar apuntes del natural. Entonces salieron los enfermos mentales a darse un paseíto después del trabajo y rodearon al artista y su caballete. Se inquietó un poco. Así que yo, al verlo, me acerqué en tono tranquilizador y tendiéndole la mano le dije: “No se preocupe, son buena gente. Yo soy el director del centro, Cristóbal Colón…”. El pintor puso una cara rara y desapareció en un minuto.
P.- ¿Existe en
España un cierto “rechazo” o reticencia a la hora de contratar a personas con
problemas mentales que, aún teniéndolos, puedan trabajar?
R.- Lógicamente existe un miedo hacia lo desconocido y la esquizofrenia, entre otros trastornos mentales, es un misterio. Los centros especiales de empleo o los “insertores” laborales deberían acompañar a los empresarios en la contratación de estas personas, mostrándoles que su integración en el trabajo representa un beneficio para el interesado pero también para la organización, que se enriquece en la diversidad y aporta sentido social.
P.- ¿Qué papel
juega aquí la educación? ¿Habría que cambiar el modelo educativo contemplando
un mayor peso, del que ahora tienen, de los valores?
R.- Por supuesto, si únicamente te preocupas por los beneficios y por el corto plazo, estos planteamientos sociales no entran, mientras que si contemplas a la empresa con una organización compuesta de personas e integrada en la comunidad, entonces la escala de valores cambio radicalmente.
P.- ¿Deberíamos
educar, también, a nuestros líderes? ¿Qué características tendría que tener
para usted un líder para ser bueno?
R.- Para ser un buen líder previamente uno tiene
que ser un buen líder de sí mismo. Si cambiáramos el concepto de liderazgo por
el de autodominio y autosuperación, a esos líderes los antiguos les llamarían
“santos”.
P.- En el IV
Leadership Forum Galicia hablaremos de líderes sí, pero también de creatividad.
¿Cómo se distingue algo creativo de otro algo?
R.- Creatividad sería espabilarse…
P.- ¿Cómo está
presente la creatividad en su empresa? Recientemente han puesto en marcha una
renovación, ¿no es así?
R.- A nosotros no nos queda más remedio que espabilarnos, ante la consciencia de que nosotros tenemos que sacarnos las castañas de fuego… la necesidad obliga. Podríamos quejarnos y decir que la Administración no ayuda o bien asumir nuestra situación y buscar soluciones “creativas”.
P.- ¿Cuál será su
contribución a este IV Leadership Forum Galicia?
R.- Voy a hablar del modelo de gestión de La Fageda, mostrando cómo una empresa puede convertirse en una organización sana, capaz de aportar salud a sus componentes y en última instancia, a la sociedad.
P.- ¿Por qué
deberíamos asistir?
R.- ¿No les interesa saber lo que tienen en común locura y empresa?
Música,
Vacas y Helados
Canto
a las vacas de La Fageda
És La Nostra Història
Pas a pas…
Hem crescut, hem apres,
hem viscut al fracas,
pero hem cregut en nosaltres.
Pas a pas…
Te sents fet costat
hem lluitat pel que creiem
I hem promes no cambia.
Aixequem els nostres mans I cridem fort,
junts podem cambiar-ho tot,
quan unim las forces.
Som un foc que portem dins,
som el motor de aquesta
revolta,
es la nostra historia.
I pas a pas,
cançó a cançó,
hem trencat les barreres
que no duien al lloc .
I no pararem ,
fins podem fer la nostra,
fins se aparte la historia,
deixant rastre en el cami.
Aixequem els nostres mans i cridem fort
junts podem cambiar-ho tot
quan unim las forces.
Som un foc que portem dins,
som el motor de aquesta
revolta,
es la nostra historia.
Si anem a lluitar,
armes de flors.
Mai no, no ens poden fallar,
junts veurem i lluitar que res
a la veritat.
Aixequem els nostres mans i cridem fort,
junts podem cambiar-ho tot,
quan unim las forces.
Som un foc que portem dins,
som el motor de aquesta
revolta,
es la nostra historia.
Aixequem els nostres mans i
cridem fort,
junts podem cambiar-ho tot,
quan unim las forces.
Som un foc que portem dins,
som el motor de aquesta
revolta,
es la nostra historia.
|
Es nuestra historia
Paso a paso…
Hemos crecido, hemos aprendido
hemos vivido el fracaso,
pero hemos creído en nosotros.
Paso a paso…
Te sientes
hemos luchado por lo que
creemos
y hemos prometido no cambiar.
Levantemos nuestras manos y
gritemos fuerte,
Juntos podemos cambiarlo todo,
cuando unimos nuestras
fuerzas.
Somos un fuego que llevamos
dentro
somos el motor de esta
revuelta
es nuestra historia.
Y paso a paso,
canción tras canción,
hemos roto las barreras
que no nos llevaban a ningún
lugar
Y no paremos,
Hasta que hagamos la nuestra,
Hasta que se aparte la
historia
Dejando rastro en el camino.
Levantemos nuestras manos y
gritemos fuerte
Juntos podemos cambiarlo todo
Cuando unimos nuestras
fuerzas.
Somos un fuego que llevamos
dentro
Somos el motor de esta
revuelta
Es nuestra historia
Si vamos a luchar
Armas de flores
Nunca no, nos pueden fallar
Juntos veremos y lucharemos
que nada a la verdad
Levantemos nuestras manos y
gritemos fuerte
Juntos podemos cambiarlo todo,
Cuando unimos nuestras fuerzas
Somos un fuego que llevamos
dentro
Somos el motor de esta revuelta
Es nuestra historia
Levantemos nuestras manos y
gritemos fuerte
Juntos podemos cambiarlo todo
Cuando unimos nuestras fuerzas
Somos un fuego que llevamos
dentro
Somos el motor de esta
revuelta
Es nuestra historia.
|
Comida de emprendedores con Cristóbal Colón,
el fundador de La Fageda
(…) Nosotros comprobamos una evidencia – no
hace falta ser muy listo – de que el trabajo forma parte importante de la vida
de las personas. Nosotros entendemos que estas personas que están en el
hospital si tuviesen un trabajo podrían recuperar, en buena parte, su salud, y
de aquí nace la idea de montar la empresa en Olot.
(…) Pregunta: ¿No resulta un
problema la discapacidad de sus trabajadores?
Respuesta: Al revés, es una gran maravilla poder trabajar
con esta gente. Lo que pasa es que para eso tienes que saber. Nosotros venimos
del mundo de la psiquiatría. Tú no podrías hacer lo mismo que nosotros,
tendrías que contactar con profesionales del mundo de la psiquiatría.
Pregunta: ¿Sus trabajadores viven en el manicomio?
Respuesta: Que va, que va… hay muchos de ellos que ahora
son el soporte económico de su familia (…) Tengo que decir que al cien por cien
de las personas con discapacidad intelectual y al cien por cien de las personas
con enfermedad mental de la Garrotxa nosotros les damos trabajo. Nosotros no
somos un fabricante de yogures que contrata personas disminuidas. No. Nosotros
somos un proyecto social que tiene como objetivo resolver el problema de las
personas con discapacidad y enfermedad mental de La Garrotxa, y hemos montado
una empresa como herramienta para conseguir este objetivo. A mí hacer
yogures me importa tres pepinos, literalmente. Yo hago yogures como podía hacer
rabillos de boina (…) Para mí fabricar yogures es un medio para crear riqueza y
puestos de trabajo para esta gente.
La Fageda, un proyecto empresarial lleno de sentido
(…) La enfermedad mental, de alguna manera
tiende a anular al individuo. Y el dolor psíquico es un dolor horroroso. Si tú
te rompes una pierna, duele, pero cuando te rompes el alma duele muchísimo más
¿no? Entonces, lo que nosotros intentamos es que, a través del trabajo, la
gente pueda reconstruir el daño que le ha hecho la enfermedad.
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