PÀGINES MONOGRÀFIQUES

4/3/15

El peligro no reside en las estrellas, sino en nosotros mismos.

¿QUÉ ES EL COLAPSO?

El “colapso” se define como la rápida transformación a un grado de menor complejidad, que implica generalmente una significativa menor cantidad de energía. Las sociedades se “colapsan” cuando se hacen demasiado complejas para la energía base (de la que disponen). Por ello, el colapso del capitalismo es inevitable, debido a que el capitalismo tiene que crecer para sobrevivir; tiene que hacerse más y más complejo y consumir más y más energía.

Pero un “colapso planificado” –una simplificación planificada- no sólo mitigaría en gran parte el sufrimiento humano, sino que podría conducir a una nueva era dorada de ocio, música, artes y oficios; una sociedad más simple, más humana, más espiritual. Es más que obvio que el Sr. Cabeza de Patata no tiene respuestas, por lo que tenemos que ver el “colapso planificado”, como un problema de “ingeniería de sistemas”, no como un problema económico (es decir que simplemente “ajuste los precios”).

Durante un siglo, los teóricos han estado buscando formas de integrar la contabilidad económica y ambiental, utilizando frecuentemente la energía como una medida común. Pero estos esfuerzos han tenido un éxito limitado porque los diferentes tipos de energía disponible no son equivalentes. La medida de “eMergía” nos permite comparar los bienes de consumo, los servicios y el trabajo ambiental de diferentes tipos. La “transformidad” – la eMergía por unidad de energía -, nos permite comparar los diferentes tipos de energía disponible.

Por tanto, debemos desmantelar totalmente el sistema económico actual y reemplazarlo por otro nuevo que intente disminuir los costes de eMergía (no los costes monetarios) y que pueda ofrecer las necesidades básicas (no unos Cadillacs) a todo el mundo de una forma sostenible.


Tú ves las cosas; y dices: “¿Por qué?”.
Pero yo sueño las que nunca fueron y digo: “¿Por qué no?”
George Bernard Shaw

Una economía gestionada de forma eficaz no debe temer encallar en los arrecifes del agotamiento o del colapso medioambiental, lo que deja la responsabilidad de una sabia conducción de nuestra economía en nuestras propias manos.
El peligro no reside en las estrellas, sino en nosotros mismos.

Para saber más: La más tonta de todas. Jay Hanson. 1999.


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