SELBA
Boletín Mayo 2014
Durante mucho tiempo he defendido mi ser allá donde
he ido, he reafirmado mi identidad una y otra vez, dejando claros mis
principios, mis ideas, mi manera de hacer las cosas o de ver el mundo. He
levantado mi voz en reuniones, asambleas, encuentros de todo tipo, muchas veces
con fuerza, algunas con arrogancia. Y me he enfrentado a quien quiso llevarme
la contraria, a quien planteaba otra forma de ver o de hacer. No me ha
importando hablar duro cuando ha sido necesario, ni me he preocupado por las
consecuencias de ello. Siempre me pareció que estaba defendiendo una causa,
aportando luz a una verdad que a muchos se les escapaba, exigiendo justicia por
los errores de otros…
Sin darme cuenta que sobre todo me estaba agotando,
perdiendo energía vital en convencer, imponer o conseguir algo a toda costa. Me
siento cansado de tanta lucha, tanta resistencia, tanto esfuerzo por modelar el
mundo según una idea que no debí haber hecho mía. Aunque no siempre lo consigo,
ahora quiero escuchar, comprender, conectar, saber quién es el otro, más allá
de lo que dice o hace, refrenando esa parte de mi que querría contestar rápido
y corregir a quien ’se equivoca'.
Ahora me gustaría hablar desde donde no sé,
desde aquello que se despierta al escuchar la voz temblorosa del otro,
construyendo sobre las aportaciones de todos, dando forma a algo que emerge
lentamente de un diálogo ininterrumpido en el que todas las voces tienen
cabida, alumbrando un mundo que cocreamos entre todos.
Y me gustaría encontrar
personas que estén dispuestas a hacer lo mismo, a dejar a un lado saberes
fosilizados en una memoria traicionera, a arriesgarse a descubrir un camino
compartido que no sabemos dónde nos lleva, a convivir con la posibilidad de
equivocarse y con la frustración que ello genera, y a seguir adelante, sin
dejar de mostrar por ello una sonrisa, sin olvidar una caricia, sin perder la
confianza en ese futuro en el que cabemos todos, absolutamente todos los seres
de este mundo. Bueno, algunas de estas personas ya hace tiempo forman parte de
mi vida. Y me siento muy feliz por ello!
Un cordial saludo, Ulises
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BOLETÍN SELBA