Laia Manté y Ernest Garcia-Col.Ronda |
COL·LECTIU RONDA: Una cooperativa nacida para defender los
derechos de los trabajadores
La entidad agrupa a un centenar de
profesionales que trabajan pluridisciplinariamente a favor de las clases
populares. Desde hace años Ronda cuenta con un área
especializada en asesorar y acompañar a empresas de economía social. El despacho ha sido pionero en casos de contaminación medioambiental,
la electro-radiación y la fibromialgia
Si la causa
de los trabajadores se pudiera explicar en términos bélicos, el Col·lectiu Ronda
sería una unidad de élite especializada en la defensa jurídica. Hace 41 años
que ocupa ese lugar en la batalla para mejorar las condiciones de vida de la
clase obrera. Y la gente lo ha premiado haciendo que este despacho jurídico sea
uno de los más numerosos y pujantes de su especialidad. Pero si a esto se añade
que la forma empresarial elegida por Ronda es la cooperativa, su caso es aún
más insólito, por coherente.
La sede del
Col·lectiu Ronda yo no está en Ronda de Sant Pere, ahora se encuentra en la
calle Trafalgar de Barcelona. El Col·lectiu es una cooperativa de trabajo
asociado que hace 41 años que funciona y, quizás por desgracia, trabajo no le
falta. Pero es mucho más, tanto por sus orígenes como por la voluntad de sus
componentes. Y esto se ve sólo entrar: carteles convocando a manifestaciones
conviven con naturalidad con revistas generalistas y también publicaciones
sindicales en un local amplio y ordenado.
"El
nacimiento del Col·lectiu Ronda se remonta a finales de los años 70 del siglo
pasado", explica Laia Manté, miembro del consejo rector de la cooperativa.
Los impulsores fueron un grupo de abogados laboralistas que se propusieron
abrir un despacho desde el que defender los derechos de los trabajadores y de
los represaliados del franquismo. " Los fundadores, los pioneros, fueron
ocho abogados y otras ocho personas como personal de secretaría" dice
Laia.
En los
inicios, la tarea fundamental del Col·lectiu era la de despacho laboralista,
"luego con el tiempo se dieron cuenta que los clientes que acuden por
temas laborales tienen también otras necesidades jurídicas, y se pasa poco a
poco a hacer un asesoramiento más integral". También en estos momentos
iniciales, Ronda asesora algunos cierres de empresas "y en esos procesos
trata de que los trabajadores se queden con los medios de producción y se
organicen como cooperativa". Esto originó la creación del área de economía
social del Col·lectiu.
Hacia el año
1983 el Col·lectiu Ronda se transforma él mismo en una cooperativa de trabajo
asociado. La respuesta de los trabajadores a la oferta ha hecho que el despacho
no pare de crecer, hasta sus dimensiones actuales. "En Ronda trabajamos
prácticamente cien personas, de las que la mayoría son socios", explica
Ernest Garcia, del área de economía social de la cooperativa.
"Durante
un tiempo pasaron por Ronda muchos abogados que se iniciaban en el ejercicio
profesional. Se les formaba y acostumbraban a ir a otros despachos, porque se
consideraba que éste era un proyecto muy de sus fundadores" indica Laia.
Pero, más tarde se pensó en el relevo generacional y el crecimiento del
proyecto, lo que también ayudó a la continuidad y el crecimiento.
Actualmente,
el mecanismo de integración sigue un proceso: "la voluntad de la
cooperativa es que todos los puestos de trabajo estables sean ocupados por
socios", afirma Laia Manté. Por lo tanto, el primer paso de las personas
que trabajan en Ronda es entrar como asalariados, pero en cuánto hay un
conocimiento mutuo intenta integrar a esas personas en la estructura colectiva.
La expansión
del Col·lectiu Ronda ha superado la ciudad de Barcelona. Aprovechando que uno
de los socios fundadores es de Mataró (Barcelona) se creó en esta ciudad un
segundo despacho que va creciendo de forma paralela. "Son los dos núcleos
iniciales, donde ninguno de ellos se subordina a otro, ya partir de ahí sí que
se crean más despachos" aclara Ernest Garcia. Estas nuevas aperturas se
hacen donde hay demanda, o donde se ve una oportunidad o existe algún vínculo
especial. Estos nuevos despachos están en Granollers Cerdanyola, Rubí y Tarragona.
Economia
Social
En Ronda sus
clientes son personas físicas. No asesoran empresas ni se dedican a otras ramas
del derecho. Sólo en el área de economía social cuidan tanto de la defensa
jurídica de entidades como cooperativas, fundaciones sin ánimo de lucro o del
denominado tercer sector. Sin embargo, los despachos han creado varios ámbitos
de trabajo y cada uno de ellos desarrolla una serie de temas. Así, está el área
laboral, el área de salud y trabajo. La de Seguridad Social. También hay un
área jurídica, que se ocupa de accidentes y familia y, finalmente, se ha creado
una que opera en malas prácticas bancarias. De hecho, el Col·lectiu está
presente en casi todos los campos de práctica del derecho, eso sí, a partir de
la visión que siempre ha tenido este macro despacho: el servicio a las clases
trabajadoras.
En concreto
el área de economía social da servicio a cooperativas a partir de la idea de
que quienes las conforman son personas físicas y que éstas crean dichas
empresas con la aportación de su trabajo, asegura Ernest Garcia. Además, este
servicio proporciona asesoramiento también a asociaciones, fundaciones e
incluso a autónomos.
Una de las
características diferenciales de esta área es que aporta servicios de acompañamiento,
no sólo a la creación, sino también a la consolidación e implantación del
proyecto: "hacemos contabilidad, gestión laboral, ayuda en la
constitución, etcétera", aseguran. De hecho, una de las empresas que
asesoraron, hace ya muchos años es la
cooperativa Mol Matric, que ahora es ejemplo de autogestión de una
empresa tecnológicamente muy avanzada.
Ernest Garcia
constata que las cooperativas ofrecen más resistencia ante la crisis que las
empresas capitalistas. "Despedir para las cooperativas es el último
recurso, al contrario de lo que ocurre con las empresas de capital, que con la
reforma, lo primero que hacen es echar a la gente", indica. Paralelamente
la situación hace que se creen más cooperativas que antes de la crisis. En
Cataluña, las nuevas cooperativas de trabajo, según la estadística oficial,
tienen los componentes mínimos que pide la ley, aproximadamente tres por
entidad. Por el contrario, en el País Vasco, se crean menos cooperativas pero
con más trabajadores, con una media de 80, asegura Garcia. Otra categoría diferencial
es que en Euskadi las cooperativas nuevas suelen ser industriales mientras que
en Cataluña son más bien de servicios.
Francia,
ejemplo
La creación
de cooperativas, según explica Laia Manté, no es actualmente fácil. "No es
la primera alternativa que se plantea desde la administración a gente que
quiera plantarse por su cuenta". Por lo tanto, cuando grupos de
trabajadores optan por esta forma de empresa es porque están convencidos de
ello. Ahora bien, aclara, crear cualquier tipo de sociedad en España no es
sencillo. Además, "si vas a los servicios de asesoramiento o información
de nueva empresa, los ayuntamientos, u otras entidades públicas, crear una
cooperativa no es lo primero que te proponen". En este sentido, Ernest
Garcia cree que sería bueno que las entidades públicas plantearan con
normalidad la creación de cooperativas como mecanismo de emprendimiento.
Precisamente,
Francia, un país que no es bolchevique, "tiene programas muy potentes para
convertir empresas en crisis en cooperativas. Si una firma presenta concurso de
acreedores, esta es una de las primeras opciones. Aquí una lucha muy importante
es conseguir que los administradores concursales planteen esta salida en un
caso de crisis", aseguran. Además, en el país vecino se suele facilitar la
conversión en cooperativas a las empresas cuyos propietarios se jubilan y el
negocio podría cerrar.
Por el
contrario, la legislación de la UE, de España y de Cataluña no favorecen la
filosofía cooperativista, a pesar de ver que la solidez de estas empresas es
superior a la de las de capital. "Incluso la reforma de la ley de
cooperativas catalana no se puede decir que favorezca la filosofía
cooperativista", puntualiza Laia Manté. Curiosamente, Manté remarca que
"Jordi Pujol creía mucho, en las cooperativas".
Los dos
responsables del Col·lectiu Ronda opinan que las visiones sobre las
cooperativas están polarizadas. Por un lado se resalta el hecho ideológico y
por el otro se intenta hacer ver estas entidades como una respuesta de defensa
a la crisis. Sin embargo, hay una tercera visión que habría que reforzar,
opinan". Ver las cooperativas como empresas viables, empresas que
aprovechan las sinergias, que no remuneran el capital, que han creado una
fuente de financiación alternativa al cierre del crédito bancario"
aseguran.
De cara al
futuro el Col·lectiu Ronda pretende mantener la línea que ha permitido su
consolidación. Y ya miran hacia nuevos aspectos, como la lucha contra los
fraudes bancarios. "Desde este despacho se ha desarrollado una labor
pionera y muy innovadora en muchos campos", afirman. Por ejemplo, cuando
empezamos a plantear los aspectos legales de las enfermedades medioambientales,
como la sensibilidad química, de las electro-radiaciones o de la fibromialgia
era muy raro. Ahora todo esto es muy conocido, " pero alguien lo empezó
".
En el actual
giro de la legislación laboral, los miembros de Ronda consideran muy importante
el papel de los abogados. Cuanto más cerrado es el panorama, más se ha de
buscar la rendija aquella que abre la luz. Hace falta, creen, que los jueces se
encuentren sobre la mesa la argumentación que les permita adoptar sentencias
innovadoras.
Durante los
años de funcionamiento del Col·lectiu Ronda, sus abogados y abogadas se han
ganado un nombre. Y sea por afinidad o por discrepancia, el resto de la
profesión les tiene un respeto, en parte fruto de su especialización. "A
veces, el hecho de salir con posicionamiento ideológico concreto hace que
tengas que hacer un sobreesfuerzo para hacer evidente la profesionalidad "
indican.
El centenar
de personas que trabajan en Ronda aplican también, de puertas adentro, su
filosofía igualitaria. Por ejemplo, con los salarios. La diferencia entre los
que más cobran y los que menos perciben va del 1 en la banda baja al 2,5 en la
más alta. Esto entre socios, mientras que los no socios pueden estar
ligeramente por debajo del 1, indican.
Col·lectiu
Ronda, como cooperativa se toma muy en serio su papel respecto al resto de
entidades de este mundo. Hay vinculación con la Federación de Cooperativas de Trabajo
de Cataluña. También son socios la cooperativa l'Aposta, que es una escuela de
cooperativismo. Participan en Coop57, la cooperativa de servicios financieros
especializada en la economía social. Forman parte también de la Xarxa
d'Economia Solidària. Sin embargo, puntualizan: "nuestra presencia no es
nunca con ganas de protagonismo, lo que intentamos es que estas cooperativas u
organismos crezcan y que hagan su camino", asegura Laia Manté, miembro del
Consejo Rector.
El ámbito de trabajo del
Col·lectiu Ronda se circunscribe a Cataluña. Sin embargo, cuando tienen que
llevar algún caso que supera los límites territoriales tienen acuerdos con
otros despachos con una filosofía similar y hacen colaboraciones puntuales.
Así, recientemente han recibido una visita de un colectivo similar, de Granada,
que conocieron al ser citado Ronda en una entrevista a la prensa andaluza.
Igualmente, los abogados se vieron sorprendidos de ser nombrados elogiosamente
en un mitin de la coalición de izquierdas griega Siryza, como ejemplo de
autoorganización al servicio de los trabajadores.
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