EXPOLIO SILENCIOSO
Los medios de comunicación nos mantienen informados de buena
parte de lo que sucede en Grecia, fundamental si tenemos en cuenta que este
país funciona como laboratorio de unas políticas de rescate más que preocupantes.
Sabemos que desde el inicio de
la crisis, cada trabajador o trabajadora de Grecia ha perdido, como media, el
40% de su salario mientras que el aumento del precio de productos básicos como
la leche y el aumento de los impuestos lleva a un debe y haber familiar
ciertamente imposible e insoportable. Igual que en nuestro país, los índices de
desempleo crecen, desaparecen subsidios, se recortan servicios básicos como la
sanidad y se regulan políticas laborales que nos convierten en países low cost. Pero hay otra realidad menos conocida -o más bien
silenciada- de estos experimentos de rescate que debemos conocer y analizar,
porque los resultados de ensayos parecidos en el Estado español se van haciendo
progresivamente más visibles.
ME REFIERO A otra de las imposiciones de la troika para
paliar la deuda griega: poner en venta todos los recursos naturales o
explotarlos sin mesura. En Grecia los mecanismos utilizados conllevan modificar
disposiciones legales que, como dice Roxanne Mitralias, militante
en temas agrícolas y ecológicos, «mal que bien, cerraban el paso a la
sobrexplotación de los recursos naturales». Con las nuevas normativas llegan a
cuestionar la Constitución, que impedía la explotación privada del litoral y de
los espacios forestales, explica Roxanne.
Por ejemplo, a finales de
enero del 2013, el lago de Casiopea, en Corfú, fue vendido a NCH Capital y
desde la primavera del 2012 las playas se pueden ceder por 50 años, lo que
previsiblemente desencadenará una ola de privatizaciones que acabará en
complejos turísticos irreverentes con el medio natural y exclusivos para las
personas más adineradas.
Por otra parte, la explotación de los recursos mineros está
dejando el mapa griego señalado de puntos conflictivos. Se habla de bolsas de
petróleo en el mar que -si se encuentran- no generarían beneficios más que a
las empresas extranjeras, explotadoras de los yacimientos. En el norte del
país, en Skouires, desde hace más de un año hay una gran movilización social,
reprimida constantemente por cuerpos especiales de la policía, para defender
sus bosques de un proyecto de dos empresas, una griega y otra canadiense, de
minas para la extracción de oro. Y así una larga lista que, demasiado parecida,
encontramos en nuestro país, donde se repiten las mismas quimeras: petróleo en
Canarias, minas de cielo abierto para extraer oro en Galicia, uranio en
Catalunya o fracking en muchos puntos del norte peninsular. Como en
Grecia, hay que denunciar las leyes (dos) que el Gobierno central dispone para
servir el territorio en bandeja de plata y abierto en canal, para permitir el
saqueo de nuestros bienes comunes.
Por un lado, tenemos la ley de protección y uso sostenible
del litoral que sustituye a la ley de costas de 1988 y que vulnera principios
constitucionales básicos. De cumplirse la ley, bienes de dominio público
pasarían a manos de inversores privados, quedarían desprotegidas zonas de alto
valor como humedales o esteros marinos y sangraría las playas -que pertenecen
al mar- para entregarlas a proyectos urbanísticos. Y por otro, la ley de racionalización
y sostenibilidad de la administración local, la ley Montoro, que mintiendo respecto al logro de una supuesta
eficiencia quiere desmantelar los sistemas de gobernanza de los pequeños
municipios y pedanías, para poder poner a la venta los montes y suelos públicos
que estos ayuntamientos o concejos de vecinos han gestionado colectivamente
durante cientos de años. De nuevo una ley que olvida que hablamos de bienes de
dominio público que, según la Constitución, son inalienables, imprescriptibles
e inembargables.
¿PODEMOS permitir la venta de la naturaleza para pagar
rescates bancarios o facilitar el lucro de un puñado de inversores? Si pensamos
en el planeta como el sistema del que somos parte, con bosques y suelos como
pulmones y montes y ríos como arterias, donde convivimos con una fantástica
diversidad de seres vivos y que es la única garantía para la vida de nuestros
descendientes, poner el interés privado por encima del público es de una
tremenda miopía y mediocridad. Una agresión que quizá a nuestros gobernantes
les puede parecer menor, con la que está cayendo a nadie le importará que
vendamos o quememos unos cuantos bosques o arenales, piensan los que están al
mando de este expolio silencioso. Pero ahí también su mirada es antigua. La
sociedad ha tomado conciencia del significado del más humilde de los árboles,
como hemos visto en la plaza Taksim, en Estambul, o en otros mil lugares.
La tierra no se vende, se cuida y
se defiende.
Gustavo Duch - El Periódico de Catalunya. 19.07.2013. http://altermon.wordpress.com/2013/07/23/expolio-silencioso/
calvin klein underwear
ResponderEliminaroff white nike
kd 12 shoes
russell westbrook shoes
nike epic react
kyrie 4 shoes
longchamp
yeezy
lebron 18
hermes