COL·LECTIU WILSON
El
Col·lectiu Wilson está formado por seis académicos catalanes de los ámbitos de
la economía y la ciencia política que, preocupados por la deriva que ha
adoptado el debate en curso sobre la posible autodeterminación de Catalunya,
hemos decidido unir esfuerzos para contribuir a que los ciudadanos de Catalunya
tengan la oportunidad de decidir su futuro libremente, sin miedo ni amenazas, y
con la mejor información posible.
El Col·lectiu Wilson es políticamente plural: sus
miembros tenemos opiniones diferentes con respecto al funcionamiento de la
economía o sobre los criterios que tienen que estructurar las normas de
convivencia política y social. Sin embargo, hemos alcanzado un consenso en
torno a los siguientes catorce puntos.
Los Catorce Puntos del Col·lectiu
Wilson
1- El
derecho a la autodeterminación es un derecho fundamental de cualquier nación y,
por lo tanto, también de Catalunya. Este derecho incluye la potestad de escoger
democráticamente su forma de organización política.
2 -
El Estado español ha sido hasta ahora incapaz de satisfacer las demandas de
Catalunya de tener un nivel de autogobierno pleno y un sistema de financiación
que le permita alcanzar sus objetivos nacionales. Hoy en día, Catalunya no
tiene libertad plena para elegir en cuestiones tan importantes como el modelo
educativo, el sistema de justicia o el mapa de infraestructuras. De hecho,
entendemos que el Estado español trata injustamente a los ciudadanos de
Catalunya al ofrecerles unos servicios y unas inversiones que están muy por
debajo de lo que corresponde a sus contribuciones fiscales. El sistema
autonómico español, basado en una solidaridad interregional arbitraria e
ilimitada, no sólo ha sido incapaz de dar a Catalunya los medios que le
permitan alcanzar niveles óptimos de crecimiento y prosperidad, sino que ha
acabado por llevar a la Generalitat a la ruina financiera.
3
- Estamos ante una encrucijada histórica. El debate actual sobre un nuevo modelo
de estado para Catalunya es fundamental para el futuro de nuestro país. El
nuevo estado que salga de este proceso de reflexión colectiva determinará el
bienestar de las generaciones presentes y futuras de catalanes. Hay que elegir
bien y sin miedo.
4 -
Para elegir bien y sin miedo hace falta que los ciudadanos estén bien informados
sobre los riesgos y las oportunidades, los costes y los beneficios, las
certezas y las incertidumbres que comportarán cada una de las alternativas de
futuro. Por eso, los miembros del colectivo vemos con preocupación el rumbo que
ha cogido este proceso de deliberación. Algunos medios de comunicación,
partidos políticos, economistas, fundaciones próximas a partidos políticos y
analistas han decidido poner en marcha campañas de desinformación e
intoxicación sobre las verdaderas consecuencias de un hipotético estado
catalán. A menudo estas campañas se hacen presentando estudios supuestamente
académicos, datos supuestamente científicos y análisis supuestamente
imparciales. Creemos que la mayor parte de estas predicciones y argumentos no
resisten un escrutinio sistemático.
5 -
El futuro de Catalunya pasa por tres opciones bien distintas: (a) mantenerse
dentro de una España recentralizada donde las autonomías de régimen común como
Catalunya pierden poder económico y político; (b) mantenerse dentro de un
Estado español reformado que dé más libertad política y financiera a las
instituciones y a los ciudadanos de Catalunya; y (c) salir del Estado español y
pasar a ser un estado más de la Comunidad Europea.
6 -
Cualquier reforma del Estado español (tanto si va en la dirección de la
recentralización como en la de dar más libertad a Catalunya) no depende sólo de
la voluntad de los catalanes, sino que exige encontrar un consenso con el resto
de los ciudadanos del Estado español.
7 -
Mediante sus representantes políticos, y a través de encuestas, el resto de los
ciudadanos del Estado español han indicado repetidamente que no tienen ninguna
intención de cambiar el Estado español para adaptarlo a las necesidades de
Catalunya de tener más autogobierno y mejor financiación. Incluso niegan el
principio básico de que Catalunya es una nación con derecho a la
autodeterminación. Además, una parte creciente de la ciudadanía, fuera del País
Vasco y Catalunya, se muestra partidaria de un proceso recentralizador. Ante
esta realidad, no parece posible conseguir una reforma del Estado español.
8 -
No negamos que el resto de los ciudadanos del Estado español puedan cambiar de
opinión en un futuro próximo, aceptando que Catalunya tiene derecho a la
autodeterminación y/o proponiendo un Estado español reformado aceptable por
parte de Catalunya. Sin embargo, los antecedentes sugieren que la probabilidad
de que eso pase es muy baja.
9 -
De acuerdo con la jurisprudencia internacional, el ejercicio del derecho a la
autodeterminación es factible. Difícilmente la comunidad internacional
permitirá que se ignore la voluntad del pueblo de Catalunya si esta se expresa
mediante un proceso pacífico y democrático.
10 -
Las consecuencias económicas de tener un estado propio son inciertas. También
lo son las consecuencias de seguir formando parte de España. Sin embargo, es
incuestionable que una Catalunya independiente sería económicamente viable. A
día de hoy, sería el décimo país de la Unión Europea en términos de PIB por
cápita, justo detrás de Finlandia y por delante del Reino Unido, y el
decimoquinto en términos de población, por delante de Dinamarca o Irlanda.
Igualmente, es indiscutible que un estado propio tendría más recursos para
financiar los diferentes servicios e inversiones que los ciudadanos y ciudadanas
pedimos, porque todos los recursos que ahora se marchan hacia los fondos de
solidaridad se podrían utilizar en Catalunya y en beneficio de sus ciudadanos.
11 -
Dicho esto, las perspectivas económicas de una Catalunya independiente
dependerán, lógicamente, de las instituciones que adopte como país, de las
leyes y regulaciones que se aprueben y de las políticas económicas, las
inversiones y las prioridades que tengan sus gobiernos. En este sentido, los
miembros del Col·lectiu Wilson también intentaremos hacer propuestas de futuro
para que, en caso de que los ciudadanos escojan mayoritariamente el camino del
estado propio, podamos aprovechar la oportunidad que otorga el empezar desde
cero para crear unas instituciones y un marco legal y regulador modernos, innovadores
y que permitan a los ciudadanos de Catalunya mejorar sus niveles de
prosperidad.
12 -
Una de las incertidumbres asociadas a una posible independencia de Catalunya es
su relación con Europa. Esta incertidumbre ha sido creada por el gobierno español
que, a diferencia del gobierno británico, ha amenazado con vetar la pertenencia
de Catalunya a la Unión Europea. Al Col·lectiu Wilson se nos hace difícil
pensar que la actual Europa democrática se avenga a castigar a los ciudadanos
de Catalunya (que, recordémoslo, llevan casi 27 años siendo ciudadanos de la
Comunidad Europea) quitándoles la libertad que ahora tienen de circular,
comerciar y hacer negocios en Europa.
13 -
La hipotética decisión del gobierno español de impedir la participación de
Catalunya en las instituciones europeas no impediría a Catalunya integrarse
plenamente en el orden económico internacional. A modo de ejemplo, los mismos
tratados de la Unión prevén que, como en los casos de Suiza y Noruega, se
puedan establecer acuerdos bilaterales que garantizan la libre circulación de
mercancías y trabajadores, la prestación de servicios y la circulación de
capitales. Estos acuerdos sólo requieren el apoyo de una mayoría cualificada en
el Consejo Europeo e impiden el ejercicio del poder de veto de un solo estado.
Igualmente, es obvio que una Catalunya independiente podría seguir utilizando
el euro si así lo desea, como lo hacen actualmente otros países que no
pertenecen a la Unión Europea.
14 -
Más allá de las eventuales dificultades políticas para asegurar su pertenencia
a la Unión Europea, no hay nada que pueda impedir que, tarde o temprano,
Catalunya sea un miembro de pleno derecho y que los catalanes podamos
contribuir activamente, y sin intermediarios, en la construcción de una Europa
más unida y próspera.
El
Col·lectiu Wilson toma el nombre y se inspira en el presidente
norteamericano y premio Nobel de la Paz Woodrow Wilson (1856-1924), quien
proclamó: "[…] Conviene respetar las aspiraciones nacionales; hoy en día
los pueblos sólo pueden ser dominados y gobernados con su consentimiento. La
autodeterminación no es una expresión cualquiera. Es un principio imperativo de
la acción política que, a partir de ahora, ningún estadista puede arriesgarse a
ignorar. […]" El respeto al ejercicio de la autodeterminación fue recogido
en la Carta Fundacional de las Naciones Unidas y ha sido reafirmado en varias
ocasiones por el Tribunal Internacional de Justicia. Entendemos que contribuir
a su defensa y a su articulación pacífica y racional es una tarea irrenunciable
en estos momentos.
Los miembros del Col·lectiu Wilson hemos decidido poner nuestros conocimientos al servicio de los ciudadanos de Catalunya para analizar y contrastar los trabajos, los estudios y las afirmaciones que se presenten a partir de ahora, y a difundir nuestra opinión en nuestra página web (www.wilson.cat) y en nuestra cuenta de Twitter (@col_wilson). El Col·lectiu Wilson no acepta ayudas, subvenciones ni patrocinios de ninguna institución, pública o privada.
Los miembros del Col·lectiu Wilson hemos decidido poner nuestros conocimientos al servicio de los ciudadanos de Catalunya para analizar y contrastar los trabajos, los estudios y las afirmaciones que se presenten a partir de ahora, y a difundir nuestra opinión en nuestra página web (www.wilson.cat) y en nuestra cuenta de Twitter (@col_wilson). El Col·lectiu Wilson no acepta ayudas, subvenciones ni patrocinios de ninguna institución, pública o privada.
Pol Antràs, Doctor por el
MIT y catedrático de Harvard University
Carles Boix, Doctor por Harvard University i catedrático de Princeton University
Jordi Galí, Doctor por el MIT y Director del Centro de Investigación en Economía Internacional
Gerard Padró i Miquel, Doctor por el MIT y catedrático de la London School of Economics
Xavier Sala i Martín, Doctor por Harvard University i catedrático de Columbia University
Jaume Ventura, Doctor por Harvard University i catedrático de la Universitat Pompeu Fabra
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Carles Boix, Doctor por Harvard University i catedrático de Princeton University
Jordi Galí, Doctor por el MIT y Director del Centro de Investigación en Economía Internacional
Gerard Padró i Miquel, Doctor por el MIT y catedrático de la London School of Economics
Xavier Sala i Martín, Doctor por Harvard University i catedrático de Columbia University
Jaume Ventura, Doctor por Harvard University i catedrático de la Universitat Pompeu Fabra
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Sitio Web: www.wilson.cat
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