Su objetivo (por encima de la victoria o de la derrota) es que nunca abandones su tablero de juego.
Dices que tus protestas están justificadas; dices que tus demandas son sobradamente razonables; dices que la revolución es necesaria, pero, una y otra vez, te empeñas en solucionar tus problemas sobre su tablero de juego. ¿No te das cuenta que es precisamente, jugando sobre ese tablero como surgieron tus problemas; que en él tuvieron su origen? ¿Y no crees que para solucionarlos sería mejor salirse del tablero de una vez?Lo importante en su juego no es quien lo gane, sino que no deje de jugarse nunca, y que se haga siempre sobre su tablero y con sus reglas. Esa es la razón por la que, usando mil fórmulas diferentes, te han hecho concebir la falsa esperanza, la infantil ilusión, de que ganando el juego se acabarían tus problemas, todo para que no lo abandones; para que no dejes de jugarlo; para que continúes sobre el tablero; para que no busques otra salida.