QUE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL SE COMA AL MUNDO
LUEGO YA SE VERÁ SI ES BUENA
Antes de entender los
efectos que tiene la inteligencia artificial en la mente humana y en la
industria, las grandes compañías de tecnología ya han decidido poner todas sus
esperanzas en la IA. Los daños luego serán sopesados
La inteligencia artificial es la nueva cosa caliente en la economía global. El tren del hype ha llegado a una masa crítica, y aunque queda por verse que realmente sea tan "inteligente" y maravillosa como se vende, las grandes compañías de tecnología están metiendo todos sus huevos en esta única canasta. Los efectos que esto tiene serán luego analizados, Primero, lo importante es tener una buena parte del pastel. Es la nueve fiebre del oro. La máxima presea es el dominio del Internet, convirtiéndose en el nuevo Google.
La rápida implementación y adopción de la inteligencia
artificial (IA) está creando un torbellino de disrupciones en diversas
industrias, y, la prisa con la que se está desplegando, a menudo sin pruebas
exhaustivas o consideración de sus impactos más amplios, podría resultar
desastrosa. Esta carrera hacia el mercado recuerda la visión de Marshall
McLuhan: "Los medios son agentes que 'hacen suceder' pero no 'hacen
consciente'. Podemos, si lo elegimos, pensar las cosas antes de ponerlas en
práctica.” Es una advertencia preclara, dicha en los sesenta, pero ha sido y
será en vano. Antes de pensar en los efectos, la ley de Big Tech es maximizar
ganancias, pedir disculpas después.
Esta primavera, varios gigantes tecnológicos han subrayado
que la IA será una característica definitoria del paisaje digital,
independientemente de la disposición o consentimiento del público. Por ejemplo,
Meta introdujo un chatbot de IA en la barra de búsqueda de Instagram y Facebook,
mientras que OpenAI lanzó GPT-4, una versión más potente de su modelo de
lenguaje. Estos desarrollos han ido acompañados de revelaciones de que se están
utilizando datos de los usuarios para entrenar la IA, a menudo con mínima
transparencia.
La prisa por desplegar IA no se limita al software. Empresas
como Nvidia, que fabrica microchips para aplicaciones de IA, han visto su
capitalización de mercado dispararse, reflejando las inmensas apuestas
financieras involucradas. Sin embargo, esta prisa está causando errores
significativos. El lanzamiento apresurado de Google de "AI Overviews"
en su motor de búsqueda produjo resultados defectuosos y potencialmente
peligrosos, ilustrando las trampas de priorizar la velocidad sobre la
sustancia.
La integración omnipresente de la IA se extiende a los
medios y el periodismo. Organizaciones como OpenAI han formado asociaciones con
numerosos medios, incluyendo The Atlantic, sugiriendo que el contenido generado
por IA pronto dominará la información en línea. Este cambio genera preocupación
sobre la sostenibilidad del trabajo creativo y el potencial de la IA para
socavar la autoría y originalidad humana. A medida que la IA invade roles
tradicionales de los medios, corre el riesgo de reducir narrativas humanas
complejas a resúmenes generados algorítmicamente, lo que podría disminuir la
riqueza de la información y la expresión cultural.
En la prisa por abrazar la IA, existe el riesgo de pasar por
alto su potencial disruptivo en las relaciones humanas, percepciones y formas
de conocimiento. La capacidad de la IA para remodelar la comunicación y la
difusión del conocimiento podría llevar a una sociedad más fragmentada y menos
empática. La velocidad de adopción de la IA ha superado el desarrollo de marcos
éticos y medidas regulatorias, llevando a un escenario de "lejano
oeste" donde el objetivo principal es la dominación del mercado en lugar
de una integración reflexiva.
El panorama de la IA actual, caracterizado por un despliegue
rápido e insuficiente supervisión, presenta un recordatorio claro de la
necesidad de precaución. Sin una supervisión adecuada y reflexión, la
integración de la IA podría exacerbar desigualdades, afianzar sesgos y crear
nuevas formas de división digital. La trayectoria actual refleja el ethos de
"moverse rápido y romper cosas" que ha caracterizado gran parte de la
historia de Silicon Valley, pero con consecuencias potencialmente de gran
alcance.
Como señala un artículo en The Atlantic:
Cuando la IA dirige su mirada hambrienta hacia tu pequeño
rincón de una industria, ¿cómo se siente cuando la IA devora el mundo? Se
siente como estar atrapado. Hay un elemento en estas asociaciones con los
medios que se siente como una extorsión. Las empresas tecnológicas han
entrenado sus grandes modelos de lenguaje con impunidad, alegando que
recolectar el contenido de Internet para desarrollar sus programas es un uso
justo. Este es el punto final lógico de la clásica estrategia de crecimiento de
Silicon Valley de "pedir perdón, no permiso".
Así las cosas en el nuevo paisaje digital, donde lo
importante es perturbar el entorno y capitalizar: a río revuelto ganancia de
pescador. Ya estamos viendo efectos desastrosos en la salud mental de los
jóvenes debido justamente a los algoritmos de inteligencia artificial que
empujan la información en redes como TikTok, los efectos que puede tener la
inteligencia artificial en los hábitos cognitivos y en las relaciones humanas
son desconocidos, aunque se puede anticipar un incremento de alienación y una
pérdida de capacidades como la escritura y la lectura. Pero esto, tan esencial,
no importa ante las deslumbrantes pantomimas de los chat-bots y la promesa de
riqueza inconmensurable.
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