¿GENERACIÓN DE CRISTAL?
No. Generación que se queja y eso nos molesta
Los llaman la generación de cristal haciendo alusión a su flaqueza,
a su debilidad. Los observamos con mirada adulta y dejamos de escuchar. «Yo, a
tu edad, no lloraba tanto». Y se nos olvida que nosotros, a su edad, también
nos quejábamos de lo mismo, aunque lo llamábamos de otra manera.
Quizá por eso el escritor y dramaturgo Nando López ha
escrito Cuál es tu lucha. 15 vidas reales tejidas, una
novela coral que recoge los testimonios de chicos y chicas (y chiques, porque
para ellos debe existir un tercer género) de entre 14 y 18 años que nos hablan
de sus batallas y de sus preocupaciones. Porque una voz sola puede perderse
entre tanto ruido, pero 15 suenan más fuerte, más alto, más rotundas.
Cómo se gestó el proyecto
La idea de la novela, cuenta el escritor, fue un trabajo en equipo en el que participaron sus editoras, Berta Márquez y Xoana Bastida, y él mismo. «Surge, por un lado, porque es coherente con mi trabajo, ya había escrito teatro-documento en obras como Malditos 16 y Nunca pasa nada
; por otro lado, de una inquietud de la editorial SM de dar voz a esta generación; y por otro, de las ganas que teníamos todas las personas involucradas en el libro de escuchar realmente a la adolescencia, de que hablaran en el libro de una manera muy protagonista y sin filtros».Así que lanzaron una propuesta en redes, un guante que
debían recoger los miembros de la generación
Z. Se les pedía que contaran en un audio o en un mensaje cuál era su lucha
y se les advertía que su historia podría servir para componer la siguiente
novela de López.
La respuesta fue abrumadora. En una primera fase, la
editorial hizo una primera criba para seleccionar los testimonios que fueran
más completos y más detallados. Después fue el propio Nando López el que tuvo
que hacer una segunda selección, «buscar aquellos que tenían el mayor número de
temas diversos, por un lado; la mayor cantidad de situaciones diferentes con
las que pudiera identificarse mucha gente; y también, algo que para mí era muy
importante es que fueran temas que dieran voz a cuestiones de las que no
siempre se habla», aclara el autor.
«En cualquier caso, fue difícil. Como anécdota, te diré que
iban a ser solo 10 y yo no pude contenerme y fueron 15. Porque me parecía muy
importante que hubiera mucha diversidad y, sobre todo, que se reflejaran luchas
muy distintas».
Sin embargo, a pesar de la variedad, Nando López sí observó
dos puntos en común con todas las historias que habían llegado: la solidaridad
expresada en el deseo de que ojalá lo que contaban sirviera de ayuda para otros
que pudieran estar pasando por lo mismo; y el optimismo, el mostrar una luz al
final del túnel con afirmaciones como «esta lucha se puede vencer».
El libro, explica López, ha sido todo un reto narrativo y
uno de los más difíciles a los que se ha enfrentado en su vida como escritor.
Había que buscar un universo narrativo en el que cupieran esas 15 historias y
hacerlo sin inventar nada de lo que le ocurría, «porque lo esencial era que la
novela no perdiera su naturaleza documental», explica. «Esa rigidez hace que
sea un libro muy difícil de escribir, que tuviera que estudiar muchísimo la
estructura, sobre todo también para que las historias se entiendan».
Todo el proceso, desde que se recibieron los testimonios
hasta la publicación de la novela, ha llevado casi dos años de trabajo. Una vez
elegidos los 15 testimonios, López se entrevistó con todos sus protagonistas.
«El proceso de documentación —por eso es una novela-documento— es tan intenso
como el proceso de creación. De alguna manera, es algo que une lo periodístico
y lo literario, en cierto modo. Los detalles que hay en el libro son reales, no
hay nada que traicione lo que contaban (aunque haya algún elemento ficcional
para poder unir sus historias); no hay elementos ficcionales en sus dramas
vitales».
Viejos problemas nuevos
En Cuál es tu lucha se habla del bullying,
de los TAC (trastornos de la conducta alimenticia), de los problemas de
identidad sexual, del maltrato, de la incomunicación… No son problemas nuevos,
en realidad.
Para López, esto tiene una parte negativa y otra positiva.
La negativa es que muchos de esos problemas ahora se ven agravados por el
alcance que obtienen en redes sociales. «Es un tema que todavía no hemos
aprendido a usar, no hemos aprendido a educar en ello», reconoce.
Pero la parte positiva es que es una generación más
consciente con respecto a estos problemas y los identifica antes. «Es una
generación muy consciente de la salud mental, muy consciente de la importancia
de la inclusión… Es decir, lo que vemos en este libro es su consciencia del
problema y su voluntad de cambiarlo y de cambiar los parámetros sociales», aclara
López.
«Creo que nuestra generación lo veía más como un problema
puntual que te pasaba a ti o en tu entorno y luego me olvido porque ya no soy
adolescente; y esta generación lo que siente es que es un problema estructural,
que viene de un problema de machismo sistémico, de racismo sistémico, de
lgtbifobia sistémica… y quieren ir a la raíz del problema».
Y en esos nuevos problemas está el tema de las nuevas
masculinidades. Algo que se retrata en el testimonio de Alejandro, que vive una
discriminación por su físico, pero también porque la suya es una masculinidad
no normativa que se agrava dentro del ecosistema del fútbol en el que él se
mueve.
«Ahí hay también situaciones que están rompiendo esos
clichés sociales que también requieren que se les dé voz. Y me parece que sí,
que son problemas atemporales, pero algo que dice este libro es que no nos
tenemos que resignar a que lo sean. A lo mejor el problema es que hemos tirado
la toalla y pensamos que esto va a ser siempre así, pero es que no puede ser siempre
así porque ese dolor es muy real», opina el autor.
La sordera de los adultos
Otra de las quejas de los jóvenes retratados en la novela es
la incomunicación con el adulto, la falta de entendimiento entre una y otra
generación.
«Una de las percepciones que yo tenía cuando hablaba con
estas 15 personas es que hay algo que les pesa mucho, y es la sensación de que,
muchas veces, el mundo adulto no escucha con atención y con la seriedad que se
merecen. Eso sí que lo reclaman», explica Nando López. «Y, en parte, el que se
lanzaran a colaborar en este libro, es porque sentían que se les estaba
escuchando de verdad, y eso ha sido también clave. Por eso no poder traicionar
nunca ni lo que te decían ni la profundidad que te contaban ni la verdad de lo
que te contaban, porque para mí era esencial que sintieran que de verdad nos
importa».
El libro quiere servir de puente entre ambas generaciones.
Es, por un lado, una mano tendida para que los jóvenes se atrevan a hablar más
de sus preocupaciones con los adultos: «Habladnos porque nos importa». Y por
otra parte, es necesario que el mundo adulto se dé cuenta de que para que esos
jóvenes les hablen, deben escuchar antes un «estamos aquí y queremos saber».
«Queremos que sirva para romper silencios», concluye López.
Generación de cristal pero no frágil
Y no solo silencios, también clichés. En especial, ese de
que son la generación de cristal. Cómo va a ser blandita y frágil una
generación que ha tenido que enfrentarse a una pandemia que, de algún modo, les
ha roto la adolescencia; que tiene que vivir en un mundo digital para el que
nadie les ha dado herramientas que les ayuden a manejarlo y a sobrevivir en él.
Es una generación que se enfrenta, además, a una serie de retos en una sociedad
con una crisis climática, energética y económica que están viendo llegar y que
les exige una lucidez enorme.
«Yo creo que este libro rompe ese cliché y que cuando
decimos que es una generación blandita es porque es una generación que se
queja», opina Nando López.
«Y el libro demuestra que se quejan con razón. En ese
sentido, es una generación que, de alguna manera, nos está iluminando aquellas
zonas que todavía están oscuras en nuestra sociedad. Lo que es, es una
generación inconformista, y eso es maravilloso. A lo mejor, otras generaciones
hemos sido más aburguesadas. Yo siempre digo que cuando les llaman la
generación de cristal no es porque se rompan antes, es porque transparentan
todos los defectos de nuestra sociedad, y esto nos molesta muchísimo al mundo
adulto.
Pero ojalá lo sigan transparentando y denunciando como hacen
en este libro».
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