PÀGINES MONOGRÀFIQUES

30/9/22

Generación que nos ilumina aquellas zonas que todavía están oscuras en la sociedad

¿GENERACIÓN DE CRISTAL?                     

No. Generación que se queja y eso nos molesta

Los llaman la generación de cristal haciendo alusión a su flaqueza, a su debilidad. Los observamos con mirada adulta y dejamos de escuchar. «Yo, a tu edad, no lloraba tanto». Y se nos olvida que nosotros, a su edad, también nos quejábamos de lo mismo, aunque lo llamábamos de otra manera.

Quizá por eso el escritor y dramaturgo Nando López ha escrito Cuál es tu lucha. 15 vidas reales tejidas, una novela coral que recoge los testimonios de chicos y chicas (y chiques, porque para ellos debe existir un tercer género) de entre 14 y 18 años que nos hablan de sus batallas y de sus preocupaciones. Porque una voz sola puede perderse entre tanto ruido, pero 15 suenan más fuerte, más alto, más rotundas.

Cómo se gestó el proyecto

La idea de la novela, cuenta el escritor, fue un trabajo en equipo en el que participaron sus editoras, Berta Márquez y Xoana Bastida, y él mismo. «Surge, por un lado, porque es coherente con mi trabajo, ya había escrito teatro-documento en obras como Malditos 16 y Nunca pasa nada

; por otro lado, de una inquietud de la editorial SM de dar voz a esta generación; y por otro, de las ganas que teníamos todas las personas involucradas en el libro de escuchar realmente a la adolescencia, de que hablaran en el libro de una manera muy protagonista y sin filtros».

Así que lanzaron una propuesta en redes, un guante que debían recoger los miembros de la generación Z. Se les pedía que contaran en un audio o en un mensaje cuál era su lucha y se les advertía que su historia podría servir para componer la siguiente novela de López.

La respuesta fue abrumadora. En una primera fase, la editorial hizo una primera criba para seleccionar los testimonios que fueran más completos y más detallados. Después fue el propio Nando López el que tuvo que hacer una segunda selección, «buscar aquellos que tenían el mayor número de temas diversos, por un lado; la mayor cantidad de situaciones diferentes con las que pudiera identificarse mucha gente; y también, algo que para mí era muy importante es que fueran temas que dieran voz a cuestiones de las que no siempre se habla», aclara el autor.

«En cualquier caso, fue difícil. Como anécdota, te diré que iban a ser solo 10 y yo no pude contenerme y fueron 15. Porque me parecía muy importante que hubiera mucha diversidad y, sobre todo, que se reflejaran luchas muy distintas».

Sin embargo, a pesar de la variedad, Nando López sí observó dos puntos en común con todas las historias que habían llegado: la solidaridad expresada en el deseo de que ojalá lo que contaban sirviera de ayuda para otros que pudieran estar pasando por lo mismo; y el optimismo, el mostrar una luz al final del túnel con afirmaciones como «esta lucha se puede vencer».

El libro, explica López, ha sido todo un reto narrativo y uno de los más difíciles a los que se ha enfrentado en su vida como escritor. Había que buscar un universo narrativo en el que cupieran esas 15 historias y hacerlo sin inventar nada de lo que le ocurría, «porque lo esencial era que la novela no perdiera su naturaleza documental», explica. «Esa rigidez hace que sea un libro muy difícil de escribir, que tuviera que estudiar muchísimo la estructura, sobre todo también para que las historias se entiendan».

Todo el proceso, desde que se recibieron los testimonios hasta la publicación de la novela, ha llevado casi dos años de trabajo. Una vez elegidos los 15 testimonios, López se entrevistó con todos sus protagonistas. «El proceso de documentación —por eso es una novela-documento— es tan intenso como el proceso de creación. De alguna manera, es algo que une lo periodístico y lo literario, en cierto modo. Los detalles que hay en el libro son reales, no hay nada que traicione lo que contaban (aunque haya algún elemento ficcional para poder unir sus historias); no hay elementos ficcionales en sus dramas vitales».

Viejos problemas nuevos

En Cuál es tu lucha se habla del bullying, de los TAC (trastornos de la conducta alimenticia), de los problemas de identidad sexual, del maltrato, de la incomunicación… No son problemas nuevos, en realidad.

Para López, esto tiene una parte negativa y otra positiva. La negativa es que muchos de esos problemas ahora se ven agravados por el alcance que obtienen en redes sociales. «Es un tema que todavía no hemos aprendido a usar, no hemos aprendido a educar en ello», reconoce.

Pero la parte positiva es que es una generación más consciente con respecto a estos problemas y los identifica antes. «Es una generación muy consciente de la salud mental, muy consciente de la importancia de la inclusión… Es decir, lo que vemos en este libro es su consciencia del problema y su voluntad de cambiarlo y de cambiar los parámetros sociales», aclara López.

«Creo que nuestra generación lo veía más como un problema puntual que te pasaba a ti o en tu entorno y luego me olvido porque ya no soy adolescente; y esta generación lo que siente es que es un problema estructural, que viene de un problema de machismo sistémico, de racismo sistémico, de lgtbifobia sistémica… y quieren ir a la raíz del problema».

Y en esos nuevos problemas está el tema de las nuevas masculinidades. Algo que se retrata en el testimonio de Alejandro, que vive una discriminación por su físico, pero también porque la suya es una masculinidad no normativa que se agrava dentro del ecosistema del fútbol en el que él se mueve.

«Ahí hay también situaciones que están rompiendo esos clichés sociales que también requieren que se les dé voz. Y me parece que sí, que son problemas atemporales, pero algo que dice este libro es que no nos tenemos que resignar a que lo sean. A lo mejor el problema es que hemos tirado la toalla y pensamos que esto va a ser siempre así, pero es que no puede ser siempre así porque ese dolor es muy real», opina el autor.

La sordera de los adultos

Otra de las quejas de los jóvenes retratados en la novela es la incomunicación con el adulto, la falta de entendimiento entre una y otra generación.

«Una de las percepciones que yo tenía cuando hablaba con estas 15 personas es que hay algo que les pesa mucho, y es la sensación de que, muchas veces, el mundo adulto no escucha con atención y con la seriedad que se merecen. Eso sí que lo reclaman», explica Nando López. «Y, en parte, el que se lanzaran a colaborar en este libro, es porque sentían que se les estaba escuchando de verdad, y eso ha sido también clave. Por eso no poder traicionar nunca ni lo que te decían ni la profundidad que te contaban ni la verdad de lo que te contaban, porque para mí era esencial que sintieran que de verdad nos importa».

El libro quiere servir de puente entre ambas generaciones. Es, por un lado, una mano tendida para que los jóvenes se atrevan a hablar más de sus preocupaciones con los adultos: «Habladnos porque nos importa». Y por otra parte, es necesario que el mundo adulto se dé cuenta de que para que esos jóvenes les hablen, deben escuchar antes un «estamos aquí y queremos saber». «Queremos que sirva para romper silencios», concluye López.

Generación de cristal pero no frágil

Y no solo silencios, también clichés. En especial, ese de que son la generación de cristal. Cómo va a ser blandita y frágil una generación que ha tenido que enfrentarse a una pandemia que, de algún modo, les ha roto la adolescencia; que tiene que vivir en un mundo digital para el que nadie les ha dado herramientas que les ayuden a manejarlo y a sobrevivir en él. Es una generación que se enfrenta, además, a una serie de retos en una sociedad con una crisis climática, energética y económica que están viendo llegar y que les exige una lucidez enorme.

«Yo creo que este libro rompe ese cliché y que cuando decimos que es una generación blandita es porque es una generación que se queja», opina Nando López.

«Y el libro demuestra que se quejan con razón. En ese sentido, es una generación que, de alguna manera, nos está iluminando aquellas zonas que todavía están oscuras en nuestra sociedad. Lo que es, es una generación inconformista, y eso es maravilloso. A lo mejor, otras generaciones hemos sido más aburguesadas. Yo siempre digo que cuando les llaman la generación de cristal no es porque se rompan antes, es porque transparentan todos los defectos de nuestra sociedad, y esto nos molesta muchísimo al mundo adulto.

Pero ojalá lo sigan transparentando y denunciando como hacen en este libro».

https://www.yorokobu.es/generacion-de-cristal/  

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