PÀGINES MONOGRÀFIQUES

15/2/22

Establecer una visión diferente del progreso, holística y, sobretodo, localizada

POLÍTICAS DE ECONOMÍA DEL BIENESTAR

Una Economía del Bienestar debe ser impulsada por personas, de acuerdo con su contexto y prioridades, por lo que debemos desconfiar de quienes exigen un modelo de adopción plenamente articulado. —Robert Pollock, miembro de WEAll

Esta guía ha sido producida por la Wellbeing Economy Alliance, WEAll. Se trata de una colaboración global compuesta por casi 200 miembros: organizaciones, gobiernos, académicos, comunidades, individuos y empresas cuya meta es colaborar para cambiar el propósito del sistema económico. Como aclaran en su web (en inglés) se trata de ir del «nosotros vs. ellos» al «todos nosotros» (we all), y su visión incluye hacerse a sí misma innecesaria en un futuro. Se quiere «crear una cooperación sin precedentes entre los diferentes actores que trabajan en sus propias áreas y niveles del sistema económico»

Es resaltable que, partiendo de las premisas de WEAll, los gobiernos de Nueva Zelanda, Finlandia, Gales, Islandia y Escocia han formado la asociación de Wellbeing Economy Governments WEGO (Gobiernos de la Economía del Bienestar) para apoyarse mutuamente a la hora de construir economías que prioricen el bienestar de su gente y del planeta.

WEAll reconoce que muchas iniciativas para la elaboración de políticas de bienestar se originan en el Sur Global, y de hecho muchos de sus miembros provienen de allí. Sin embargo, el Norte Global tiene preponderancia en la organización, como se ve en los estados adheridos al WEGO (que además son en su mayoría de la órbita de la Commonwealth inglesa). También los hubs, o sea las sedes físicas que se han formado desde donde trabajar por las metas, muestran preponderancia del Norte Global. La misma organización reconoce que tendrían que trabajar más con «los amigos» del Sur Global.

VALORES Y SENTIDO

Lo primero que salta a la vista al leer la guía es que esta no se cree poseedora de una verdad absoluta: se define como un primer esbozo. No da instrucciones para construir una Economía del Bienestar (EB) sino consejos y herramientas para desarrollar políticas que lleven a una. Tampoco definen qué es la EB, como tal vez esperaríamos. Pues «cada sociedad tiene estructuras, valores y objetivos únicos». En todo caso, si bien la definición del «bienestar» se deja abierta, sí se proponen dimensiones centrales de necesidades humanas que serían: dignidad, naturaleza, conexión, equidad y participación.

Se trata, entonces, de un proyecto a contracorriente de lo que han sido todas las versiones del desarrollo que han plagado durante decenios a la humanidad y que pretendían tener una verdad aplicable y generalizable a todos. Aquí por lo contrario, todo lo que se haga es contingente al lugar que lo requiere y a las necesidades de las personas. Uno de los fundamentos, que se repite en cada paso expuesto, es la participación significativa: «todos los resultados deben ser co-producidos con las comunidades y los grupos de interés que poseen los conocimientos necesarios para diseñar una economía que se alinee con sus valores y objetivos».

En la introducción de la guía, se parte de la necesidad de dejar atrás el PIB como indicador económico incuestionable. Se resalta el desequilibrio que vivimos en el presente, resultante de buscar solo el crecimiento, y cómo este desequilibrio se ha exacerbado durante la presente pandemia de COVID-19. También se trata de enfrentar el cambio climático y la aniquilación de la biodiversidad.

De nuevo, no se ofrece una medición alternativa al PIB, sino muchas posibles. Se quiere replantear la finalidad de la economía, reconducirla hacia el bienestar colectivo. Con esto indirectamente se hace una crítica al crecimiento, tan naturalizado ya como fundamento de nuestra economía: pues, ¿cual era su finalidad? La que se propone ahora es «promover el bienestar de nuestras personas y del planeta al tiempo que reduce aquellas áreas de la economía que lo dañan.»

Otra gran verdad de nuestros tiempos que enfrenta la guía es la de «la economía», abstracción que hemos reificado (convertido en cuasi objeto). La redefine así: «es solo una palabra que usamos para describir la forma en que producimos y nos proveemos unos a otros… nosotros somos la economía, y tenemos el poder de producir y proveernos cosas unos a otros de una manera que sane las injusticias históricas». Este des-sacralizar la solidez de «la economía» y cómo nos relacionamos con ella, constituye nuevamente una apertura refrescante y altamente democratizante. Y así llegamos a otro de los fundamentos: el del «pensamiento holístico» con el cual se quiere retomar la economía como parte de la sociedad y del medio ambiente, sin distinguirse de estos.

Las necesidades de la EB demandan de los Estados que salgan de su papel de «correctores» de los fallos del mercado, y se encaucen a fomentar actividades y comportamientos importantes para el bienestar, según se definan las prioridades, pero además enfocándose en la fortalezas de cada pueblo. Se requiere también que se identifiquen actores que estén alineados con las metas de bienestar, lo que implica considerar áreas de la sociedad que no estaban previamente incluidas en «la economía».

En resumen, los principios importantes para elaborar las políticas que defienden serían: que sea un proceso participativo, contextual, experimental y holístico, basado en evidencias y fortalezas, y también, orientado a objetivos.

La guía se divide en 5 secciones con consejos sobre el proceso de la elaboración de políticas. Se aclara que las secciones están interconectadas y el proceso siempre incluye retroalimentación, una y otra vez. Es muy útil que en cada sección se incluya un cuadro que compare el acceso a cada tema desde el punto de vista de las políticas económicas tradicionales y lo que sería desde la economía del bienestar, para entender la diferencia. También se definen palabras o frases claves, y se cita a algún miembro de la WEAll sobre el tema. Se incluye un estudio de caso en cada sección, que ayuda a entender lo que puede ser el proceso en la práctica. Hay también links a muchos más casos en todo el mundo que pueden servir como ejemplos.

LAS SECCIONES

1. Desarrollar una visión, un marco y unas medidas de bienestar

Se trata de establecer una visión diferente del progreso, holística y a largo plazo y, sobretodo, localizada. Esta visión tiene que surgir de las comunidades, desde donde cristalizaría un marco de bienestar a partir de las dimensiones social, económica, ambiental, política y espiritual de la vida. La guía distingue la importancia no solo de comprender qué factores importan sino también de poder comunicar esta visión y medirla.

Se resalta que es importante involucrar a todas las instituciones gubernamentales en el proceso de recogida de información. Se deberá llegar a las comunidades con ayuda de líderes comunitarios y organizaciones de base. Para idear formas de facilitar la comunicación, hay ejemplos y links a técnicas varias. Se dan consejos sobre cómo fomentar la reflexión para alcanzar mayor profundidad y cómo identificar los valores tras las prioridades de las comunidades. Se pone el énfasis en respetar la diversidad cultural y en dar más peso a las visiones de comunidades marginadas.

También para desarrollar modos de medir el bienestar se realza la necesidad de implicar a la comunidad. Da ejemplos de los múltiples modos de mediciones de bienestar ya existentes, pero advirtiendo que éstos tienen que ajustarse a las características del propio territorio y de sus gentes.

2. Diseñar una estrategia de Economía del Bienestar

La tarea aquí es poder alinear las áreas de la vida económica que se identifiquen como importantes para el bienestar con los factores clave de bienestar que hayan cristalizado anteriormente. Todos los resultados deben ser co-producidos por amplias variedades de actores, hay que tener en cuenta el rol que cada sector de la sociedad puede tener, sin dejar a nadie fuera. En este capítulo también se dan variados ejemplos y se ofrecen links de los múltiples modos de lograr esta participación y diálogo, informadas desde perspectivas teóricas varias.

Es destacable que se insista en la guía en que hay que «abandonar gran parte de nuestro antiguo pensamiento económico». Así, por ejemplo, al redefinir la economía, actividades y áreas que no habíamos considerado como parte de esta, como el trabajo alrededor de los cuidados o la naturaleza, entran a formar parte del imaginario de una nueva economía. También se considera necesario encontrar las fortalezas en las sociedades; así se evita el miedo al cambio que se pueda generar.

En los ejemplos que se dan (Envision Utah) se puede apreciar la importancia del debate público, con miras a una concienciación ciudadana sobre la necesidad de cambio. También será necesaria una capacitación para las entidades gubernamentales y reformas institucionales, así como identificar el poder de grupos de interés. Se tiene en cuenta que habrá sectores de la sociedad que se verán afectados negativamente por los cambios propuestos, y estos tendrán que ser apoyados especialmente, posibilitando una transición justa.

3. Evaluación y selección de políticas de Economía del Bienestar

Partiendo de la amplia gama de herramientas de las que disponen los gobiernos para influir en la economía, se trata de, por un lado, evaluar las políticas existentes, de acuerdo a su alineación con los objetivos de bienestar, y, por otro lado, de la co-creación de nuevas políticas. Para ello se ofrecen nuevamente opciones estudiadas, con múltiples links.

Para la evaluación se ha de comprender qué ha funcionado bien y por qué, y cómo las políticas se interrelacionan entre sí. Habría que identificar así mismo las políticas que van en detrimento de las metas de bienestar y también elaborar algunas de corto plazo que amortigüen los efectos adversos de la transición.

El seleccionar nuevas políticas implica la co-creación con diversos actores sociales, y se ofrecen links con técnicas e ideas para ello. Se hace nuevamente hincapié en explorar especialmente cómo fomentar comportamientos que han sido invisibles en la economía convencional, como la generosidad o la cooperación. Entre varios puntos, se aconseja estar atentos al punto de vista de la comunidad acerca del rol del Estado, y también a considerar cuáles de las posibilidades de intervención estatal tendrán mejor acogida. En este capítulo se ofrecen ejemplos de políticas de bienestar ya existentes, con sus respectivos links.

4. Implementar con éxito las políticas de Economía del Bienestar

Sectores locales de distintos niveles serán los que implementen las políticas de la EB. Es importante desarrollar narrativas que expliquen lo que se quiere a largo plazo (hay interesantes links e información al respecto en su sitio web). Se necesita que la población llegue a un compromiso profundo en todas las fases, que esté empoderada para poder tomar la iniciativa y así lograr que los cambios se acepten como legítimos, que se puedan también adaptar y logren continuidad. En este capítulo se ofrecen nuevamente modos estudiados, con links, para lograr la participación.

Es necesario identificar instituciones locales que sirvan como agentes claves para la implementación. Se tendrán que introducir modos de retroalimentación continua entre autoridades locales, la comunidad y las instituciones externas.

La misma comunidad local también tiene que ser parte del seguimiento y verificación de resultados, como parte de su implicación. Se deben proporcionar herramientas y mecanismos para que esto sea posible, también redes de apoyo y reflexiones regulares sobre las metas por las que se está trabajando. En este capítulo se da un ejemplo de un proceso exitoso en Porto Alegre (Brasil) en el que se logró el compromiso, con múltiples métodos, de muy diferentes sectores de la población.

5. Evaluar los impactos de las políticas sobre el bienestar

Esto será importante no solo por ser un proceso de prueba y error, sino para identificar relaciones antes no vistas entre las políticas. También, al comunicar los resultados se está ayudando a cambiar la narrativa respecto a la economía y nuestro rol en ella.

El proceso de evaluación tendría que tener cierta periodicidad. Se deben identificar las mejores prácticas en comunidades, áreas o individuos, y también lo que se puede mejorar, identificando barreras inesperadas. La guía provee varias posibilidades que dan una idea de cómo evaluar los cambios. Se debe ser especialmente sensible al evaluar cambios en el bienestar de grupos vulnerables y en el medio ambiente. Es importante también comunicar lo aprendido, a la comunidad y al mundo.

EN PERSPECTIVA

Hay varios aspectos que hacen muy interesante esta guía. Se trata de un modelo transgresor, que intenta profundizar en la democracia. Hay que resaltar su apertura a ser apropiada por lo local. Y ¡qué maravillosa labor la de deconstruir la economía, y nuestro posicionamiento ante ella! La magnitud de la tarea que propone puede ser abrumadora, y teniendo esto en cuenta, la guía resulta un muy buen resumen de cambios que muchos consideramos necesarios.

Sí llama la atención que en la mayoría de casos que se presentan, el Norte global tiene preponderancia. A pesar de esto, como vimos, se dan factores de la economía que se consideran universales, y también la palabra progreso se repite, con lo cual surge la pregunta: ¿Pueden ser universales estos conceptos?

Y bien, solo podemos pensar desde lo que somos. Pero, justamente, aquí el valor es el estar abiertos a aglutinar esfuerzos con otros proyectos similares en todo el globo, presentar herramientas como posibilidades para trabajar por «economías del bienestar», que tal vez estarían mejor así en plural.

Remito a las personas lectoras que estén interesadas, a su sitio web (ojalá pronto en más idiomas), toda una mina de información enlazada con proyectos interesantes por todo el mundo.

https://www.15-15-15.org/webzine/2022/02/15/resena-de-la-guia-para-la-elaboracion-de-politicas-de-economia-del-bienestar/  

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