VAMOS A ECHAR CUENTAS
¡Llamen a las
doctoras en matemáticas!
¡Convoquen a los expertos en álgebra infinitesimal!
¡Hay que hacer una regla de tres
para salvar el mundo!
Multiplíquese
entonces
el número total de coches, motos y camiones
que recorren las cicatrices de asfalto de la Tierra,
por la cantidad de petróleo que se debe quemar
para invocar su reencarnación eléctrica.
Divídase el conjunto
de todos los átomos de nitrógeno
que crea la Naturaleza cada año
por el número de átomos que forman cada ser humano
nacido después de Haber y Bosch.
Cójase todo el
cobalto y el litio y el níquel
escondidos en la corteza del planeta
y divídase entre los gramos precisos
para construir una batería.
Multiplíquense las
hectáreas fértiles,
las aguas potables, el fósforo preciso,
y súmense las bocas hambrientas
y los kilómetros que llevan en sus mochilas
los alimentos que recolectamos a diario
en las ramas metálicas de los supermercados.
Réstense los
subsidios, rescates y ayudas
de los impuestos e ingresos del tesoro de todas.
Divídase el dinero que sale del aire
entre la riqueza que sale de la tierra,
y multiplíquese por el poder que nace del sol.
Multiplíquese el
carbono emitido al descargar una película
por el cociente entre las ventosidades anuales de nuestra civilización
y las muertes directamente atribuibles
a la perturbación climática antropogénica.
Adiciónese cada
newton de viento, olas y luz solar
que podamos capturar con nuestras redes gigantes
hechas de carbón, metano y petróleo,
a la adicción energética de nuestro metabolismo
y valórese el efecto en su cociente de grasa corporal.
Divídase el sumatorio
de los ciento cincuenta terawatios-hora
en manos de los hombres
por cada mujer, cada niño, cada niña y cada anciano,
y multiplíquese por la huella ecológica
que dejó Armstrong en la Luna.
Hágase la integral de
la superficie
de la curva de Hubbert
mientras se estira por arriba con el fracking
para seguir en nuestra fiesta vestidos de frac
un poquito más.
Analícese la tasa
resultante
de dividir la energía que nos dan nuestros sueños
por la energía necesaria para alimentarlos.
Búsquese la primera
derivada de los retornos marginales,
para descubrir si vuelven o se nos van,
y cuál es el margen que aún nos queda.
Introdúzcase aquí y
allá
bucles de realimentación negativa
para calcular el posible efecto positivo.
Calcúlese el producto
que sea más interior
dentro de los productos brutos,
y el producto menos bruto
dentro de los exteriores.
Échese la cuenta de
cómo componer el interés
en interés de todas
en esta cuenta atrás.
Hállese la tasa
exacta de reposición
de todo lo que no tenga remedio.
Calcúlese la vida
útil
de cada elemento inútil de nuestra vida,
y elévese a una potencia igual
a su grado de obsolescencia.
Descuéntese del
futuro
aquello que no salga a cuenta,
comenzando por la eternidad de los isótopos.
Divídase el apetito
de los insaciables
por los watios que genera
un centímetro cuadrado de hierba fresca
sombreado por un panel fotovoltaico.
Multiplíquense las
toneladas de petróleo
equivalentes a salvar una vida humana o un bosque,
por el número total de desempleados
de las industrias electrointensivas.
Calcúlese el retorno
del esfuerzo humano invertido
por N generaciones de antepasados
y multiplíquese por la destrucción neta
de los saberes tradicionales en aras del progreso.
Hágase sumatorio y
velatorio
de cada muerta y cada muerto
en las guerras por los restos
de dividir el último petróleo
entre las enésimas potencias
que queden en pie.
Y con todos estos
números,
señores que nos gobiernan,
resuelvan la ecuación planteada
y hágannos un plan decente por una vez
cuyo resultado sea siempre
mayor que cero.
https://www.15-15-15.org/webzine/2020/11/16/vamos-a-echar-cuentas/
No hay comentarios:
Publicar un comentario