PÀGINES MONOGRÀFIQUES

5/11/19

Las aplicaciones de Google no son gratuitas: Pagamos en pérdida de privacidad

ADIÓS A GOOGLE: Las mejores alternativas al gigante de Internet

Gmail, Google Maps, Chrome... La "googledependència" es un mal común, pero tiene solución. Te explicamos cómo cortar con Google sin perder información ni prestaciones.

Poco a poco Google ha ido entrando en nuestras vidas. Primero nos sedujo con el buscador más potente del momento. Después fue sacando servicios que también se han hecho indispensables para el día a día de muchas personas: consultar el Gmail de buena mañana, buscar el mejor itinerario con Google Maps o compartir el acta de la reunión por el Drive. ¿Qué precio pagamos por las utilidades que Google nos facilita? ¿Cómo opera la empresa? ¿Qué alternativas a Google tenemos?

Google: abuso de poder y mala praxis con el uso de los datos


Google Inc. fue fundada, en 1998 por dos estudiantes de Stanford que, un par de años antes, habían creado un valioso buscador. El rasgo diferencial de Google es que puede mostrar sus resultados ordenados en función del número de visitas de cada sitio. Veinte años después, la empresa ostenta una posición dominante en Internet, de la cual abusa para perpetuarla. Así lo valoró la Comisión Europea, que multó Google por haber impuesto restricciones ilegales a los fabricantes de dispositivos Android y a los operadores de redes móviles.

A la vez, se ha ido reduciendo la privacidad de los usuarios de sus servicios. La empresa recoge datos personales y saca beneficio económico a cambio de publicidad sin tener una base legal válida para hacerlo. Estas prácticas le han costado, en enero de este año, una multa de cincuenta millones de euros impuesta por la Comisión Nacional de Informática y Libertades francesa. Acusan la empresa norteamericana, entre otras cosas, de carencia de transparencia con el usuario. Por ejemplo, no es clara a la hora de explicar que utiliza la información recogida para vender publicidad segmentada según el perfil del usuario o por geolocalizar las personas.

El precio que pagamos

Las aplicaciones de Google dirigidas a los particulares son gratuitas. O no. De hecho,  pagamos un precio, pero no en dinero, sino en pérdida de privacidad. Quién somos, con quien hablamos, por donde nos movemos, qué nos gusta y a qué dedicamos nuestro tiempo. Google recopila una ingente cantidad de información personal y la transforma en dinero, ofreciéndola a terceros para que definan productos y campañas.

Para hacernos una idea de toda nuestra información que está en manos de Google, podemos usar su herramienta Google Takeout. Nos creará un archivo con los datos vinculados a los distintos servicios. Por ejemplo, los lugares que has buscado en Google Maps, las búsquedas que has hecho en Google o los contactos que tienes en su nube. Se podría decir que el peso del archivo, que con mucha probabilidad será de unas cuantas gigas, es el valor que regalamos a Google. Pero Takeout no está concebido con el fin de calibrar el grado de profundidad que Google tiene de nosotros, por supuesto. Esta herramienta, si decidimos migrar a las alternativas, será nuestra gran aliada para hacerlo sin perder información por el camino.

Alternativas a Google para todos los servicios

Muchas personas viven sin Google y muchas lo han conseguido después de años de utilizar sus servicios. El periodista Nithin Coca es una de estas últimas y compartió el resultado de la experiencia de la migración en su blog. En resumen, la conclusión que ha sacado es que hay alternativas a Google fáciles de usar para la mayoría de las funcionalidades, si no todas. A la pregunta de si las alternativas son suficientemente buenas, él responde que sí, que, de hecho, las hay que son mejores. Ahora bien, hay que tener cuidado, porque no todo el que parece alternativa lo es si lo que buscamos es proteger nuestra privacidad y, a la vez, dejar de contribuir a la privatización de Internet.

Sin duda, en este sentido la mejor opción es buscar herramientas de software libre. Este término no es sinónimo de código abierto, aunque a menudo los encontramos asociados. Código abierto significa que se hace público y accesible el código fuente del software, pero no nos dice nada acerca del fin con el que esta persona o la entidad que lo ha desarrollado ofrece esta información. Simplemente indica que podemos tener acceso. En cambio, el software libre de código abierto permite, además, la modificación y distribución del código fuente.

Navegador (Chrome)

Firefox. Es un navegador de código abierto y desarrollado por una fundación sin ánimo de lucro. Tiene varios complementos enfocados a garantizar la privacidad de los usuarios. Por ejemplo, podemos instalarnos uno que borra las cookies de una página consultada una vez cerramos la pestaña del navegador. Otro sirve para evitar que, si tenemos perfil en Facebook, esta empresa vincule a él información sobre las páginas por donde navegamos.

Tor browser. Detrás la creación del buscador Tor hay un objetivo principal: garantizar la navegación privada. En este video, además de justificar la necesidad de proteger la privacidad en Internet, explican como funciona el sistema Tor: utiliza tres capas de cifrado y dirige la conexión a través de tres servidores situados en todo el planeta y administrados por personas voluntarias.

Otros: Brave.

Motor de búsqueda (Google Search)

DuckDuckGo. Este buscador se dio a conocer utilizando la denuncia de la vulneración de la privacidad por parte de Google, con el reclamo “Google te rastrea, nosotros no”. Sí que registra las palabras buscadas, pero no las cede ni vende a terceros. Tampoco ofrece la posibilidad de publicar anuncios segmentados segun el perfil de la persona que navega. Ahora bien, según la Wikipedia, los servidores de este buscador, de una empresa con sede en Pennsylvania, se ubican en Amazon. Así pues, si además de la privacidad nuestro objetivo es romper con grandes multinacionales, por este lado parece que no acabamos de resolverlo.

Startpage. Es un buscador que no registra la dirección IP del usuario ni rastrea las buscas. El año 2008 fue galardonado con el Sello Europeo de Privacidad. Pero si lo que buscamos es no alimentar el negocio Google, no es una buena elección. La fórmula de este buscador es clara y lo explican ellos mismos en su web: “No se puede ganar Google en cuanto a la búsqueda en línea… Por eso hemos decidido establecer una relación comercial con ellos, pagándoles a cambio de poder utilizar sus brillantes resultados, pero con el poder de eliminar todos los registros y rastreadores”.

Framabee. Es un metamotor de búsqueda que reagrupa los resultados de otros motores de búsqueda, con la ventaja que no conserva información sobre las personas usuarias y, por lo tanto, tampoco comparte los datos con terceros. Aquí se puede bloquear el motor de búsqueda de Google. Si no lo hacemos, habremos ganado privacidad, pero no podremos decir que somos “googlefree”.

También hay los llamados buscadores verdes. Por ejemplo, Ecosia, que hace donaciones a una ONG para plantar árboles en función de la cantidad de búsquedas realizadas. (La compensación de emisiones a base de plantar árboles es fuente de controversia, en la que no entraremos ahora aquí.) Ahora bien, estas opciones verdes utilizan los motores de búsqueda de Google o Yahoo y, por lo tanto, no son alternativas reales.

Correo (Gmail)

Pangea. Es una asociación catalana sin afán de lucro comprometida con el internet ético y solidario. Destaca por su servicio de alojamiento web pero ofrece otras muchas herramientas, algunas de las cuales son buenas alternativas a Google. En cuanto al correo electrónico, el servicio de correo web que utilizan es Roundcube que permite, entre otras funcionalidades, establecer filtros y activar mensajes de respuesta automática. Además, a cada buzón de correo pueden vincularse tantas direcciones de correo electrónico como se quiera, sin coste añadido. Los correos de Pangea, además, también se pueden gestionar desde cualquier programa de gestión de correo. Para poder acceder al servicio de buzón de correo, hay que asociarse a la cooperativa y pagar la cuota de apoyo.

ProtonMail. Es un servicio de correo orientado a garantizar la máxima privacidad. La sede de la empresa y los servidores están en Suiza. En su web sostienen que “esto significa que todos los datos de usuario están protegidos por las estrictas leyes suizas de privacidad”. Además, utilizan un sistema de cifrado que impide, incluso a la misma empresa, relacionar los datos con la persona que las ha generado. Por eso, como ellos mismos advierten, si la persona propietaria del correo olvida la contraseña, no hay manera de recuperar la información.

Riseup. Este servicio lo ofrece un colectivo autónomo que desarrolla herramientas de comunicación para las personas y grupos que trabajan para el cambio social. Tiene la base en Seattle, pero cuenta con personas que colaboran en todo el mundo. Su objetivo es crear alternativas democráticas que permitan garantizar la seguridad de las comunicaciones. Como Pangea, son alternativa a Google en más de una aplicación. En cuanto al correo electrónico, también para garantizar la privacidad, en caso de olvidar la contraseña tenemos un código personal de recuperación. Si se pierde contraseña y código, es imposible recuperar la información asociada a la cuenta porque no hay otra manera de asociar la persona con la información.

Otros: Fast mail, StartMail.

Agenda (Google Calendar)

Etar. Aplicación para el móvil, de código abierto, gratuita y sin publicidad. Muy sencilla de usar para los que llegan desde Google calendar. También permite gestionar varios calendarios de forma simultánea.

aCalendar. Aplicación para el móvil que destaca por la facilidad con que se pasa de vista mes-semana-día y por los widgets que incluye. Pero algunas utilitades de la versión gratuita incluye publicidad segmentada en virtud de un acuerdo con Google.

NextCloud Calendar. Servicio del universo NextCloud (ver más abajo), incluido al NextCloud GroupWare (que incluye también contactos y correo electrónico). No tiene aplicación para el móvil.

Otros: Framagenda

Almacenamiento en la nube y documentos colaborativos (Drive y Google Docs)

Hay varios servicios que nos permiten almacenar información y otros que facilitan la edición de documentos en línea. Algunos lo hacen de forma integrada, como pasa cuando se trabaja con Drive. Para editar documentos desde el móvil, solo tenemos la opción del LibreOffice, pero todavía está en fase de desarrollo.

Nextcloud Files. Es de código abierto e incluye funcionalidades de contactos, calendario, Collabora Online –que permite la colaboración en línea (edición de ficheros de texto, hojas de cálculo, etc.)–, galería… Creado por una plataforma alemana de comunicaciones e intercambio de archivos, con alojamiento propio. Tiene aplicación para el móvil, pero no incluye el Collabora Online.

Pangea ofrece su propio Nextcloud, instalado en sus servidores alojados en Barcelona. Incluye los módulos de calendario, contactos, galería de imágenes y Collabora Online.

Owncloud. El equipo que lo ha desarrollado está vinculado a los orígenes del Nextcloud, al cual se asemeja bastante.

Commons Cloud. Es una plataforma en construcción que acabará integrando un servicio de Oficina (NextCloud), un gestor de proyectos (Fabricator) y un foro (Disqus). El proyecto se impulsa desde varias entidades catalanas del sector tecnológico, como UOC/Dimmons, Jamgo, CoopDevs, LleialTEC. Se desarrolla desde la cooperativa de consumo y trabajo FemProcomuns.

Otros servicios que permiten guardar archivos y/o editarlos de forma conjunta son: we.riseup.netpad.riseup.netshare.riseup.netLibreOffice OnlineEtherpad LiteFramadriveFramapad (solo texto), Framacalc (hoja de cálculo), SpiderOakTresorit.

Mapas (Google Maps)

OpenStreetMap es un proyecto colaborativo para crear mapas de contenido libre usando datos obtenidos mediante dispositivos GPS móviles y otras fuentes de datos. Los datos de los mapas y las imágenes obtenidas se comparten bajo la licencia Open Database License, que significa que todo el mundo puede hacer uso del material, con cualquier finalidad.

OsmAnd. Aplicación para el móvil basada en los datos del OpenStreetMap. Es de código abierto y gratuita.

Framacarte. Permite personalizar los mapas del OpenStreetMap y después se pueden imprimir o incrustar en el web.

Otros: Here WeGo, Maps.me (para el móvil).
Mensajería instantánea (Hangout)

Signal. Aplicación de mensajería segura, de software libre. Para el móvil, también tiene la función de llamadas.

Telegram. Servicio de mensajería multiplataforma de código abierto que permite intercambiar mensajes, fotos, videos y documentos encriptados y autodestruibles.

Chatsecure. Cliente de chat encriptado, de código abierto y libro para móvil (solo iPhone) que admite encriptación «off-the-record» (OTR), sistema que permite el anonimato de los participantes y el cifrado de los mensajes.

Cryptocat. Aplicación de código abierto, de software libre y accesible que ofrece un chat encriptado en el navegador o en el móvil.
Otros servicios
Servicio
Herramienta de Google
Alternativas
Encuestas
Formularios de Google
Framaforms
Framadate (para concretar fechas) 
Análisis tráfico web
Analytics
Matomo
Traductor
Google Translator
Softcatalà
Deepl Translator
Descarga de aplicaciones
Play Store
F-Droid (solo por aplicaciones libres y de código abierto por Android)
Visualización de vídeos
YouTube
Ixquick
Grupos privados de correos
Google  Groups
Framalist
Maadix
Mailman
Videoconferencias
Hangout
Jitsi
NextCloud Talk
Jaber
Framatalk
Recomendaciones para hacer el cambio
1. Informarse de las alternativas
Para continuar explorando qué hay más allá del mundo Google, un recurso útil es la página No more Google, con un extenso listado de alternativas con ranking según la experiencia de las personas usuarias. También podemos encontrar alternativas a Google en los directorios Prism-break y AlternativeTo. Por otro lado, aprovechar la experiencia de personas de nuestro entorno puede ayudarnos. Así pues, si conocemos gente que no utiliza las aplicaciones de Google, merece la pena interesarnos por la valoración que hacen de las alternativas que han probado.

2. Probar para acabar de decidir
No siempre se acierta a la primera. A veces la que parecía la mejor opción no se ajusta a nuestras necesidades. Hay que asumir que nos llevará tiempo y, en algunos casos, gestiones. Porque hacer el cambio implica una inversión de tiempo, que en algunos casos puede ser importante. Por ejemplo, si partimos de un Gmail y lo queremos dar de baja, tendremos que comunicar el cambio a muchas personas y entidades (como por ejemplo al banco, a la biblioteca o a las empresas de suministro).

3. Buscar complicidades

Muchas de las aplicaciones que queremos sustituir implican interacción con otras personas, por ejemplo, en el caso de documentos compartidos, los chats o las videoconferencias. Por lo tanto, a menudo tendremos que sumar personas a nuestro objetivo. Hacerlo cuando ya conozcamos bien la alternativa nos ahorrará reticencias y frustraciones.
El proceso de cambio hacia las alternativas a Google se trata, al fin y al cabo, de un empoderamiento tecnológico. Significa ganar libertad y, en muchos casos, vincularnos a proyectos que resisten en la defensa de los valores originales de Internet.



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