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ALTERNATIVAS
SISTÉMICAS
BUEN
VIVIR
La
búsqueda del equilibrio
Para
el Vivir Bien el objetivo es la búsqueda del equilibrio entre los
diferentes elementos que componen el “todo”. Una armonía no sólo
entre seres humanos, sino también entre los humanos y la naturaleza,
entre lo material y lo espiritual, entre el conocimiento y la
sabiduría, entre diversas culturas y entre diferentes identidades y
realidades.
El
Vivir Bien no es una versión de desarrollo que es simplemente más
democrática, no antropocéntrica, holística o humanizante. Ésta
cosmovisión no abrazó la noción de progreso de las civilizaciones
occidentales. En oposición al crecimiento permanente, persigue el
equilibrio. Este equilibrio no es eterno ni permanente, por lo que
engendra nuevas contradicciones y desencuentros que requieren de
nuevas acciones para re-equilibrarse. Esa es la fuente principal del
movimiento, del cambio cíclico en el espacio-tiempo. La búsqueda de
la armonía entre los seres humanos y con la Madre Tierra no es la
búsqueda de un estado idílico sino la razón de ser del “todo”.
Este
equilibrio no se asemeja a la estabilidad que el capitalismo promete
alcanzar a través del crecimiento continuo. La estabilidad, al igual
que el crecimiento permanente, son quimeras. Tarde o temprano todo
crecimiento sin límites genera trastornos severos en la Pacha
como
lo estamos viendo actualmente en el planeta.
El equilibrio siempre es dinámico. El objetivo no es llegar a un equilibrio perfecto sin contradicciones, aquello no existe. Todo se mueve en ciclos, es un punto de llegada y salida para los nuevos desequilibrios, para nuevas y más complejas contradicciones y complementariedades.
El equilibrio siempre es dinámico. El objetivo no es llegar a un equilibrio perfecto sin contradicciones, aquello no existe. Todo se mueve en ciclos, es un punto de llegada y salida para los nuevos desequilibrios, para nuevas y más complejas contradicciones y complementariedades.
Vivir
Bien no es alcanzar un paraíso, sino buscar el bienestar y
equilibrio dinámico y cambiante del “todo”. Sólo entendiendo el
“todo” en sus múltiples componentes y en su devenir es posible
contribuir a la búsqueda de nuevos equilibrios y vivir acorde con el
Vivir Bien.
Para
Josef Estermann, en la visión andina, los seres humanos no son
propietarios o productores, sino más bien, “cuidadores”
(Arariwa),
“cultivadores” y “facilitadores”. La única fuerza
estrictamente productiva es la Madre Tierra, la Pachamama,
y sus diversos aspectos, tales como el agua, los minerales, los
hidrocarburos y la energía en general. Los seres humanos no
“producen” o “crean”, sino que cultivan o crían lo que la
Pachamama
les
da (Estermann, 2012b). Los seres humanos son los que ayudan a “dar
a luz”(1) a la Madre Tierra (Medina, 2011). El rol de los humanos
es ser un puente (chakana),
un mediador que contribuye a la búsqueda del equilibrio cultivando
con sabiduría lo que nos da la naturaleza. El reto no es ser más o
tener más, sino buscar siempre el equilibrio entre las diferentes
partes de la comunidad de la Tierra.
Este
componente esencial del Vivir Bien tiene grandes implicaciones porque
no solamente cuestiona al paradigma dominante del crecimiento sino
que promueve una alternativa concreta con la búsqueda del
equilibrio. Una sociedad es vigorosa no por su crecimiento sino
porque contribuye al equilibrio tanto entre los seres humanos como
con la naturaleza. En este proceso, es fundamental superar el
concepto de los seres humanos como “productores”,
“conquistadores” y “transformadores” de la naturaleza y
sustituirlo por el de “cuidadores”, “cultivadores” y
“mediadores” de la naturaleza.
(1)
Entiéndase
en el sentido de alumbramiento de una nueva vida.
La
complementariedad de diversos
El
equilibrio entre contrarios que habitan un todo sólo se puede dar a
través de la complementariedad. No anulando al otro, sino
complementándose con él. La complementariedad significa ver la
diferencia como parte de un todo. El objetivo es cómo entre estas
diferentes partes, algunas de las cuales son antagónicas, podemos
complementar y completar el “todo”. La diferencia y la
particularidad son parte de la naturaleza y la vida. Nunca seremos
todos iguales. Lo que debemos hacer es respetar la diversidad y
encontrar maneras de articular experiencias, conocimientos y
ecosistemas.
El
capitalismo opera bajo una dinámica muy diferente. Según la lógica
del capital, lo fundamental es la competencia para aumentar la
eficiencia. Todo lo que restrinja o limite la competencia es
negativo. La competencia hará que cada sector o país se especialice
en aquello en lo que es mejor. Al final, cada uno se volverá más
eficiente en algo y se incentivará la innovación e incrementará la
productividad.
Desde
la perspectiva de la complementariedad, la competencia es negativa
porque unos vencen y otros pierden desequilibrando el “todo”. La
complementariedad busca la optimización mediante la combinación de
fuerzas. Cuanto más se articula el uno con el otro, mayor es la
resiliencia de cada uno y del “todo”. La complementariedad no es
la neutralidad entre opuestos sino el reconocimiento de las
posibilidades que brinda la diversidad para equilibrar el todo.
En
términos concretos esto significa que en vez de buscar la eficiencia
a través de reglas iguales para grupos, sectores o países
desiguales, debemos promover reglas asimétricas que favorezcan a los
más desaventajados para que surjan todos. El Vivir Bien es el
encuentro de la diversidad. “Saber vivir” es practicar
pluriculturalidad, es reconocer y aprender de la diferencia sin
arrogancia o prejuicio.
Aceptar
la diversidad significa que en nuestro mundo hay otras formas de
“Buen Vivir”, además de la versión andina, que perviven en la
sabiduría, el conocimiento y las prácticas de pueblos que buscan su
propia identidad. El Vivir Bien es un concepto plural, tanto por el
reconocimiento de la pluriculturalidad humana como por la existencia
de la diversidad de ecosistemas en la naturaleza (Gudynas y Acosta,
2014). El Vivir Bien propone un encuentro intercultural entre
diferentes culturas. No hay una sola alternativa. Hay múltiples
alternativas que se complementan para formar alternativas sistémicas.
El
Vivir Bien no es un regreso utópico al pasado, sino el
reconocimiento de que en la historia de la humanidad ha habido,
existen y habrá otras formas de organización cultural, económica y
social que pueden contribuir a superar la actual crisis sistémica en
la medida en que se complementen.
Extracto
del capítulo VIVIR BIEN del libro ALTERNATIVAS SISTEMICAS
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Alternativas Sistémicas
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