(Homo
Cooperans 2.0)
“hay que reflexionar sobre la mejor reglamentación para la sociedad en su conjunto, teniendo en cuenta su ecosistema a largo plazo.”
"Las
mejores colaboraciones crean algo más grande que la suma de lo que
cada persona puede crear por su cuenta." – Anónimo
"Para
cambiar un paradigma existente, no luches por intentar cambiar el
modelo problemático. Crea un nuevo modelo y así haces obsoleto al
antiguo. Esto es en esencia, el servicio más elevado al que todos
hemos sido llamados" – Buckminster Fuller
1) Introducción
2) El
retorno del Homo Cooperans (Pasado-Presente)
3)
Un sistema que se queda sin aliento (Presente-Presente)
3.1)
Factor 1: Exceso de consumo
3.2)
Factor 2: Exceso de publicidad
3.3)
Factor 3: Exceso de individualismo
3.4)
Factor 4: Exceso de crecimiento económico
4) La
batalla por los bienes comunes (Presente-Futuro)
5) Conclusión
personal y posibles caminos de cambio
6) Epílogo
Apéndice:
Listado de diferentes iniciativas para explorar e inspirarse
1) Introducción
Ya
encaminados hacia el final de este año 2017 para hacer una
recopilación de ciertos libros para ir entendiendo y co-creando el
posible paradigma
del bienvivir,
tal como hice en el 2015 y
2016,
me he encontrado con un libro sobre economía que merece una reseña
especial. Se trata de “Homo
Cooperans 2.0. Por una economía colaborativa desde el
cooperativismo”de Matthieu
Lietaert. (Se
pueden leer las primeras 20 páginas aquí)
La
economía colaborativa está de moda para bien o para mal,
principalmente por los debates sobre dos de las grandes empresas que
resuenan en todos los medios, Uber y Airbnb. El libro no quiere
poner sólo el foco o el marco en esa polémica y sus consecuencias,
sino que además proporciona una perspectiva tanto de tiempo, de
toda la historia humana, como de espacio, lugares no tan
trillados en los principales medios de comunicación. Esa
perspectiva, más sistémica, puenteando la triada de los grandes
medios de comunicación, el
establecimiento de la agenda, el encuadre (framing) y el primado
(priming), permite
aumentar nuestro pensamiento crítico ante cualquier debate,
serio o de cuñados, sobre economía colaborativa. Es más, a mi
parecer, el libro integra implícitamente otra triada,
la del corazón, cabeza y manos. El propósito de corazón de
Matthieu para escribir ese libro es:
“la
urgencia de crear un mundo mejor para las generaciones futuras y
para aquellos que hoy ya están excluidos de los beneficios de la
globalización de la economía de mercado.”
Para
ello, se vale de toda su experiencia, tanto académica como de
investigación que en el pasado dio fruto a los documentales “Los
negocios de Bruselas”, sobre
los lobbies de las empresas multinacionales o a “Nos
chers paradis” (en
francés) sobre el cambio climático. Finalmente, se ha puesto manos
a la obra co-creando “La
fábrica de la transición”, proyecto
real y en marcha donde teoría y práctica se encuentran, donde se
crean soluciones a los problemas y dónde estos pueden ser
replicados en otros lugares. Este y otros proyectos, ya funcionando,
serán expuestos en un apéndice que he realizado al final de este
artículo para que nuevos pioneros se inspiren y den rienda a su
corazón, intentando
ser los mejores para el mundo, y no tanto los mejores del mundo.
El
libro cuenta con un prefacio de Michael Bauwens, iniciador de la
fundación para las Alternativas
Peer-to-peer,
y un epílogo con una entrevista a Jordi Estivill, sociólogo,
cooperativista y miembro de XES.
Básicamente, esta obra se divide en tres partes con dinámicos
y sugestivos títulos que enmarcaré y comentaré personalmente en
una línea temporal, pasado, presente y futuro y con un encuadre
visual sobre la sombra, la luz y lo invisible.
2) El
retorno del Homo Cooperans (Pasado-Presente)
Un
foco en un espacio concreto de la línea del tiempo, por ejemplo,
los últimos 300 años, es como el chiste del borracho que busca
unas llaves que ha perdido al pie de una farola porque allí hay
mucha luz. Quizás por azar las encontremos, pero lo normal es que
no estén allí, hay zonas oscuras más extensas por donde hemos
estado que deberíamos inspeccionar, por ejemplo, con una linterna.
Matthieu, con una especie de linterna del tiempo, busca la esencia
humana remontando la historia de la humanidad (homo rudolfensis,
homo ergaster, homo erectus, homo nearderthaliensis, homo sapiens) y
no sólo en este periodo moderno. Su conclusión es simple:
“Estoy totalmente convencido de que esas grandes familias del género Homo, todas forman parte del meta género Homo cooperans. Sin ninguna excepción. Nuestra sociedad y nuestros libros de historia nos enseñaron a poner el acento, como lo he hecho antes, en las proezas de nuestros diferentes antepasados, el tallado de la piedra, el dominio del fuego, el del lenguaje, el caminar, en incluso las capacidades cognitivas. No obstante, a fuerza de mostrar las diferencias, nos hemos olvidado los rasgos comunes: el género Homo siempre cooperó con sus semejantes, desde hace millones de años.”
Siguiendo
con la metáfora de la luz de la farola, buscar en este periodo
moderno de los últimos 300 años es, mayormente, encontrarnos con
las ideas de la gran revolución Darwiniana amplificadas en nuestros
días con ese afán por la competición, la lucha y el
individualismo en una jungla urbana. Al contrario y como muestra con
datos en el libro, el
ser humano ha vivido en comunidades, más bien pequeñas, la mayor
parte de su historia.
Sólo con la explosión urbana de los siglos XX y XXI vivimos en
comunidades (ciudades) más grandes, aunque aún en Europa el 50% de
la población vive en el campo y en pequeños pueblos. Sin embargo,
la paradoja es que cuanto más grande son las ciudades, tanto más
viven sus ciudadanos aislados. En Europa el 35% de los habitantes
adultos viven solos.
A
grandes males, grandes remedios. Como si fuese un mecanismo que
contrarrestase la inercia incomunicativa anterior ha surgido también
una explosión en los medios de comunicación (del telégrafo a
internet). Quizás nuestra naturaleza innata comunitaria, de
contacto, de comunicarnos, de informarnos que se atrofia con la
individualidad se intenta satisfacer buena o malamente a través de
lo que disponemos en cada época, en este caso, gracias a la
tecnología, tenemos internet. Se ha pasado en poco más de 20 años
de una utilización del 0,4% a más de la mitad de la población con
cifras mayores en el continente europeo. Esta revolución de la
información tiene un carácter diferente con respecto a otras
revoluciones como la industrial que se basa en las materias primas
entre ellas el carbón y el petróleo.
El
conocimiento no se pierde al utilizarlo, al contrario, se puede
compartir y mejorar.
Aunque desde un punto de vista sistémico más abierto, es verdad
que sí tiene un cierto costo de materiales y de energía. De todos
modos, visto desde ese punto sistémico, también es verdad como
comenta Matthieu que esta
revolución de internet está erosionando dos sistemas que desde una
mirada corta en el tiempo parecen realidades eternas: la propiedad
privada y el sistema de separación territorial entre
naciones. Estos
dos conceptos son realidades momentáneas, que se han construido y
del mismo modo que se han construido se pueden de-construir. Como
decía Harari en su libro “Homo Deus”:
”La mejor razón para aprender historia no es para predecir el futuro, sino para que podamos desprendernos del pasado e imaginemos posibles alternativas.”
Así
mismo, como sugería en el artículo del “efecto
perspectiva” de
los astronautas, retirar
ese foco fijo de luz sobre los pequeños territorios donde vivimos,
nos amplía la mirada sobre todo el planeta Tierra donde todo está
interconectado y
no se ven barreras. Irónicamente, esta última afirmación sobre
las barreras, no tendrá valor si cuando leas este artículo ya se
ha construido el muro EEUU-México.
3)
Un sistema que se queda sin aliento (Presente-Presente)
Paradójicamente,
hay un efecto
curioso al buscar sólo en la luz, ésta podría cegarnos si la
miramos fijamente.
Con ironía humorística el autor afirma que es muy difícil
publicar en la mayoría de las grandes publicaciones sobre ciencias
sociales, principalmente anglosajonas, si no se utilizan fórmulas o
ecuaciones matemáticas. Voilà, Mattieu crea esta fórmula para
resumir esta parte.
Crecimiento
ilimitado = (consumismo x híper-individualismo) publicidad
Afirma
que este es el capítulo sombrío, el deprimo-constructivista donde
busca las causas profundas del malestar de nuestra sociedad.
Contrariamente y desde el punto de vista metafórico que utilicé
anteriormente,
para mí, este es el capítulo luminoso que nos ciega y en el que
cree vivir nuestra sociedad actual, aquella que sólo busca las
llaves al pie de la farola y que posiblemente no encontrará. Más
allá de estos juegos lingüísticos, el capítulo se centra
principalmente en los últimos 300 años, una nimiedad con respecto
a toda nuestra historia humana, por ello digo que sigue siendo el
presente. De modo sistémico, esta línea de tiempo mucho más corto
es abarcada en su totalidad histórica por el autor y no se enfoca
solamente en algún hecho histórico concreto de cada uno de los
cuatro factores. Dentro de este micro-escenario temporal también es
necesario abarcarlo todo para encontrar las causas y ese malestar de
nuestra sociedad. Como ya hemos comentado en este blog, estas se
manifiestan en
una triple crisis sistémica,
ambiental, social e individual.
3.1) Factor
1: Exceso de consumo
La
dependencia del sistema económico actual es tan alta que como
afirma Matthieu no sólo una huelga de trabajadores podría
tambalearlo sino también una huelga de consumidores. Con
interesantes relatos y curiosidades, el texto nos lleva a través de
una línea del tiempo para entender el consumo desde el homo habilis
hasta nuestros días. Ya en estos últimos 300 años destaco
los siguientes tres párrafos o citas reflejados en el
libro para reflexionar sobre varios factores implícitos que
nos ha llevado a evolucionar hacia un homo consumens:
“De
una manera general, con el siglo XVII llega un cambio en nuestra
historia al abrirse la era del consumo de masas. De todas maneras,
es un hecho que, sin colonias, sin trata de esclavos sin explotación
obrera, habría sido imposible para las familias europeas acceder al
“gozo del consumo de masas”.
“Puede
ser que antes de la crisis (1929), la gente era demasiado
extravagante; pero está claro que ahora se comportan en el extremo
opuesto y se volvieron terriblemente avaros. Desobedecen a la ley de
la obsolescencia al utilizar su coche, sus neumáticos, sus radios y
su ropa mucho más tiempo del que los ingenieros habían previsto.
(…) Mi propuesta, para poner de nuevo el país en la vía de la
recuperación económica, es planificar la obsolescencia del capital
y de los bienes de consumo desde el momento de su producción.”
“Entre
1947 y 1951, los miles de millones de dólares del Plan Marshall no
solo tienen por objetivo la recuperación económica. Sobre los
95.000 millones de euros (en valor actual), 5000 millones fueron
destinados a la producción masiva de películas, de emisiones de
radio, de carteles e incluso de espectáculos de marionetas. Como lo
explica Victoria de Grazia, profesora de la Universidad, cada uno de
esas producciones formaba parte de una propaganda cuyo fin era
eliminar los obstáculos culturales presentes en Europa. Según esa
investigadora, desde 1945, se desató una verdadera guerra cultural
para que el consumo europeo y sus frugales hábitos de consumo se
convirtieran al American way of life…”
3.2) Factor
2: Exceso de publicidad
De
modo parecido, el autor nos da un paseo con historias, anécdotas y
datos sobre la historia de la publicidad. Acertadamente, creo que es
necesario ver el todo para entender sus partes. Como ejemplo para
reflexionar:
“Algunos
pueden pensar que el porcentaje de PNB invertido en publicidad (1%
en UE) es claramente inferior al 5% invertido en educación
(pública). Pero es un error. Si se toma toda la vida de un
ciudadano, se constata que la publicidad afecta a todas las personas
desde la cuna hasta el féretro (cerca de 75 años), mientras que la
educación pública no dura de media más de 15 años. El impacto es
grande y, según los últimos estudios, un individuo de los países
desarrollados consume, atentamente, contenido publicitario 37
minutos por día… Resumiendo. ¡todo van bien!”
3.3 Factor
3: Exceso de individualismo
Otra
vez se recorre la historia de estos últimos 300 años para entender
cómo se ha llegado desde la proclama por la libertad y la
individualidad de John Stuart Mill en un contexto social monárquico
y de una autoridad asfixiante por parte de los Estados al extremo
opuesto. En este nos encontramos con un individualismo extremo o
demasiados individualismos, invirtiendo la anterior pirámide, y
planteando otra vez, como hace 300 años, un problema de tipo de
sociedad y supervivencia. El autor no está en contra del
individualismo per se, sino
“por
el exceso de individualismo que crea una cultura narcisista, sin
otro fin que la contemplación de uno mismo y la superficialidad de
las relaciones.”
3.4 Factor
4: Exceso de crecimiento económico
Finalmente,
el último factor, el crecimiento económico, resultado de las
operaciones de los otros tres según la ecuación del exceso, trae a
colación el PIB (Producto Interior Bruto) tal como se mide la salud
económica de un país. Desgraciadamente y tomando la metáfora de
Maslow,
esta
herramienta se ha convertido en prácticamente la única para medir
el bienestar de nuestras sociedades. Sin embargo, como buscar sólo
bajo la farola porque es donde hay luz, utilizar sólo esa
herramienta es un grave error de apreciación. Me remito al discurso
magistral de Robert Kennedy sobre el PIB que no deberíamos olvidar
cuando debatimos sobre economía-política. Esta cita es también
resaltada en el libro y además de su sapiencia tiene en mí un
cierto componente emocional porque fue aquella con la que
encabecé mi
primer artículo escrito en internet hace
unos pocos años.
“Nuestro PIB tiene en cuenta, en sus cálculos, la contaminación atmosférica, la publicidad del tabaco y las ambulancias que van a recoger los heridos en nuestras autopistas. Registra los costes de los sistemas de seguridad que instalamos para proteger nuestros hogares y las cárceles en las que encerramos a los que logran irrumpir en ellos. Conlleva la destrucción de nuestros bosques de secuoyas y su sustitución por urbanizaciones caóticas y descontroladas. Incluye la producción de napalm, armas nucleares y vehículos blindados que utiliza nuestra policía antidisturbios para reprimir los estallidos de descontento urbano. Recoge (…) los programas de televisión que ensalzan la violencia con el fin de vender juguetes a los niños. En cambio, el PIB no refleja la salud de nuestros hijos, la calidad de nuestra educación, ni el grado de diversión de nuestros juegos. No mide la belleza de nuestra poesía, ni la solidez de nuestros matrimonios. No se preocupa de evaluar la calidad de nuestros debates políticos, ni la integridad de nuestros representantes. No toma en consideración nuestro valor, sabiduría o cultura. Nada dice de nuestra compasión ni de la dedicación a nuestro país. En una palabra: el PIB lo mide todo excepto lo que hace que valga la pena vivir la vida”
Como
decía el autor, esta es la parte deprimo-constructivista y no
sirve de nada ser ingenuo sobre el potencial de la economía
colaborativa sino se atacan las raíces del problema que están
ocultadas tras la luz que nos ciega a través de esos cuatro
factores: Crecimiento
ilimitado = (consumismo x híper-individualismo) publicidad
En
plan irónico-humorístico para dar fe de la validez de su fórmula,
le remito a su parecido con los cuatro
jinetes del apocalipsis que
se pueden intercambiar con los elementos de la fórmula anterior,
quedando de esta forma: Muerte
= (Victoria x Guerra) Hambre
Como
decía el gran economista y pensador sistémico Kenneth
Boulding; “Aquel
que crea que un crecimiento exponencial puede continuar
hasta el infinito en un mundo finito es un loco, o bien un
economista”, así
que el exceso de crecimiento nos lleva en dirección a la muerte.
Todo esto lo estamos viendo con la victoria del
homo consumens, del homo economicus, sobre el homo socialis y el
homo cooperans en una guerra
individualizada,
darwiniana, en el que cada palo aguanta su vela. Finalmente, la
guinda la pone el exceso de comunicación publicitaria, que enmarca
nuestros deseos en una cultura insaciable, con un
hambre exponencial de
querer más y más.
4) La
batalla por los bienes comunes (Presente-Futuro)
Si
anteriormente se ha visto el juego y contra-juego de luces y sombras
con las que he enmarcado el pasado y el presente moderno de la
humanidad, ahora toca encontrarnos con el futuro, lo que se ignora y
es invisible a nuestros ojos. Evidentemente no es una ignorancia
totalmente ciega,
el pasado tiene una inercia por la que existe una cierta dependencia
a lo andado y el presente es muy sensible a los distintos contextos
locales del gran ecosistema Tierra.
Matthieu nos trae a colación diferentes batallas con sus
impredecibles resultados. Primeramente, nos trae la batalla de dos
de las empresas de la economía colaborativa más mediáticas Uber y
Airbnb contra cierto status quo económico actual. Este es un tema
muy complejo, por un lado, su llegada parece traer ciertos
beneficios globales como por ejemplo una mayor eficiencia de los
recursos, posibles soluciones a algunos elementos de la ecuación
del exceso o quizás menos intermediarios. Por el lado contrario, al
ser un elemento nuevo en el sistema, la regularización no se ha
estabilizado creando problemas en el tema de impuestos, paraísos
fiscales, relaciones contractuales y numerosos problemas que se
resaltan en los medios, taxis, alquileres de pisos…etc. Roma no se
construyó en un día y la economía colaborativa lleva cierta
novedad por lo que se necesita cierto tiempo para ver cómo y hacia
donde evoluciona. La respuesta del autor es que no
todo es blanco o negro. No
se puede ir a los extremos, permitir todo o prohibir todo. Comenta
que volviendo al pasado la historia está llena de estos conflictos.
La llegada del algodón indio en el s. XVII contra la lana y el lino
europeos. La llegada del automóvil contra los cocheros de caballos,
o la industria contra el artesanado. La cuestión ahora es:
“hay que reflexionar sobre la mejor reglamentación para la sociedad en su conjunto, teniendo en cuenta su ecosistema a largo plazo.”
Como
se indicaba anteriormente, esta nueva
revolución está basada en la información, una materia prima
inmaterial, abundante y a la que una multitud puede acceder
simultáneamente. Además,
aumenta y mejora cuanto más es utilizada e intercambiada por los
diferentes partícipes.
En este punto Matthieu analiza dos visiones, la de Jeromy Rifkin muy
personalizada en su libro “La
sociedad de coste marginal cero”
y la de Michel Bauwens con su obra en francés “Sauver
le monde: vers une economie post-capitaliste avec le peer-to-peer”
(Salvar
al mundo: hacia una economía post-capitalista con el peer-to-peer).
Para él la aproximación de Bauwens es más real, ya que ofrece una
mirada más participativa, más constructivista mientras que la de
Rifkin, el cambio de paradigma parece ser más automático. Sin
embargo, para saltar de un paradigma a otro se necesita energía y
no es simplemente un proceso automático que ocurrirá finalmente.
Esta energía en términos económico/políticos humanos viene dado
por el poder. De ahí la intuición en el título de esta tercera
parte del libro, la batalla por los bienes comunes. Esta
es una batalla que nos podemos prever como acabará, existen
diferentes fuerzas y poderes, el horizonte es invisible y no es algo
que se desarrollará automáticamente.
Aquí,
hago un inciso para resaltar pedagógica y visualmente, uno de los
diagramas sistémicos más importantes que puede ayudar para
entender el tema del poder (energía) y el tema del cambio en
nuestra sociedad. Está compuesto por la suma de dos tipos
de realimentación.
Uno positivo y otro negativo.
Si
sólo existiera el de realimentación positiva, su funcionamiento
sería aquel que por cada ciclo recorrido en el elemento de
referencia (p.ej. dinero, poder, población, consumo,
inteligencia..) se incrementa hasta un nivel de saturación o de
colapso. Sin embargo, si le añadimos un sistema de
retroalimentación negativa, este invierte la dirección del
elemento referenciado pudiendo llegar a un cierto equilibrio.
Pongamos
por caso un tema de biología en el crecimiento de población, por
ejemplo, de conejos, en un cierto territorio o ecosistema. Este no
puede ser infinito, sólo de realimentación positiva, a más
conejos, más reproducción por lo tanto nacen más conejos y estos
vuelven a reproducirse incrementando la población y así
incrementándose en cada ciclo. En un periodo de tiempo este sistema
o bien colapsa por falta de comida o bien una retroalimentación
negativa aparece a través de un incremento de depredadores. Un
sistema de calefacción también funciona parecido. En una
habitación a 18º, poner el termostato a 20º hace que se ponga en
funcionamiento y este no pare hasta los 20º más un pequeño
margen. Si la temperatura vuelve a bajar de cierto umbral, la
calefacción se vuelve a poner en marcha. Sin embargo, si pudiésemos
poner el termostato por ejemplo a 90º (algo que no es posible en
los termostatos convencionales), el sistema con las consiguientes
pérdidas debido a que nuestra habitación no está totalmente
aislada, no pararía. Es decir, estaríamos calentando la calle y
esta nunca llegaría a los 90º por lo que el sistema seguiría
funcionando hasta su colapso (avería).
En
la segunda parte del libro que se comenta, con la ecuación del
exceso, se puede ver la realimentación positiva que da el consumo,
el individualismo y la publicidad. No hay que ser muy ingenuo, loco
o economista como decía Boulding para prever que de algún modo eso
puede llevarse al infinito. En algún momento el sistema se
saturará. De un modo simplista y con sus matices, más o menos,
siempre he barajado tres
grandes escenarios futuros. Primeramente, un colapso matizable
pero que, en su vertiente más extrema, dadas las armas nucleares,
pueda llevar a la extinción de la especie humana en su totalidad.
Segundo, un escenario típico orwelliano 1984 (que ya estamos
experimentando). Finalmente, un cambio de paradigma que nos lleve
hacia un cierto nuevo equilibrio, al que aquí hemos
llamado bienvivir.
Matthieu
aboga por desarrollar una estructura cohesionada y autónoma con la
colaboración de todos los grupos que componen la alta
heterogeneidad de movimientos alternativos que se resisten a esas
fuerzas de retroalimentación positiva.
Como
decía Korzybski, “el
mapa no es el territorio”, y
ese gráfico es una simplificación ya que la realidad es más
compleja. No existe, por ejemplo, en términos lingüísticos de
guerra de las galaxias, una fuerza oscura pura contra una fuerza
rebelde pura. Dentro de cada subsistema, existen diferentes
alter-egos. Nosotros mismos
no estamos en uno u otro lado de ese sistema, sino que consciente
o inconscientemente pertenecemos a los dos.
Quizás, a mi parecer, este gráfico sistémico del taoísmo,
enmarca mejor las ambigüedades del gráfico de arriba donde los
sistemas no están aisladamente enfrentados, sino que internamente
cada uno de ellos contiene la semilla más pequeña o grande de su
propio cambio o evolución.
En
este momento clímax del libro, sobre la pregunta de cómo
cambiar de paradigma o cómo transformar la sociedad global, Mattieu
recurre a Gramsci para analizar la teoría del poder y del
contrapoder, de la hegemonía y la contrahegemonía que a mi parecer
se asemeja al símbolo anterior:
“cualquier
sociedad es dominada, en un momento de la historia, por una
determinada ideología. Eso se llama hegemonía dominante. Eso, nos
recuerda Gramsci, no es el fruto de una ineluctable normalidad caída
del cielo, sino que se fundamenta, por el contrario, en una base
material muy concreta en la que los actores y sus motivaciones
pueden ser identificados. Gramsci no se interesa solamente en la
hegemonía sino, sobre todo, en la contrahegemonía, como cuando un
sistema político, económico y social es reemplazado por otro:”
Los
matices de negro y blanco no están totalmente separados, al
contrario, como en el ying y el yang en cada lado existe facciones
opuestas. Matthieu nos ilustra con ejemplos de diferentes
facciones dentro de una hegemonía,
por ejemplo, en la iglesia católica con un Ratzinger que criticó
mucho la teología de la liberación y al contrario Francisco
(Bergoglio) mucho más abierto tanto en ese tema como en temas
de ecología y economía.
También da ejemplos de disidencias en
el Banco Mundial y el FMI como las de Stiglitz (anti-austeridad)
o Simon
Johnson del
FMI, ahora uno de los más fervientes opositores del secuestro del
mundo político por los lobbies de finanzas internacionales.
La
cuestión es, cómo hemos hablado en este blog, mover
la ventana de Overton hacia
esas nuevas ideas, en el caso de nuestra asociación hacia la
autonomía y el bienvivir. Todo ello en el menor tiempo posible
dando los efectos colaterales presentes que se vienen produciendo
tanto a nivel personal, social como medioambiental. Sin embargo,
esto a veces toma tiempo y ni siquiera sabemos sí sólo nos falta
un sólo paso para cruzar el umbral. Esto se puede ilustrar con la
cantidad de años que las ideas de Hayek estuvieron a la sombra de
las de Keynes. Es decir, desde la constitución del Mont Pelerin
hasta el desembarco efectivo con las políticas de Thatcher y Reagan
pasaron más de 40 años para que esas ideas entraran en acción. La
teoría de Gramsci como cualquier herramienta sobre el papel es
neutra. La
cuestión está en los valores o desde qué puntos de vista de
aplican.
Quizás el concepto e ideas de Gramsci están detrás de la cita del
economista neoliberal Milton Friedman, que en un artículo anterior
de este blog “El
difícil camino hacia una sociedad alternativa”,
han creado cierto debate:
“...sólo una crisis –real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelve políticamente inevitable.”
Desde
una perspectiva taoísta, Uber y Airbnb forman parte de ambos
sistemas, por una parte, están ayudando al desarrollo de la
economía colaborativa, por otra parte, tienen también su
pertenencia al sistema capitalista de la ecuación del exceso. En un
momento de este presente-futuro
hay que preguntarse por los valores, conceptos abstractos que suelen
mantenerse en una capa invisible de
la economía colaborativa y de esos gigantes concretamente. Es aquí
donde Matthieu da finalmente respuesta a la pregunta de este
artículo ¿Economía colaborativa? Sí, pero desde el
cooperativismo.
Otra
vez un recorrido histórico en el tiempo, desde sus orígenes hasta
hoy, con sus luces y sus sombras nos muestra en perspectiva,
los valores
subyacentes de las cooperativas sobre justicia, solidaridad, bienes
comunes, con las personas en el centro del proceso…
etc. Como apunta Matthieu, las cooperativas podrían ser esa
institución híbrida entre el Estado y el mercado para gestionar la
sociedad ya que como antes había comentado en el libro, parece
evidente que el Estado y el Mercado no
desaparecerán.
Todas
las cooperativas están basadas desde esa época sobre siete
principios fundamentales:
1)
Adhesión voluntaria y abierta a todos.
2)
Cada miembro tiene un voto.
3)
Participación económica de sus miembros.
4)
Autonomía y dependencia.
5)
Educación, formación e información.
6)
Cooperación entre cooperativas.
7) Compromiso
con respecto a la comunidad.
Evidentemente
sobre el papel hay muchas luces, pero el
desarrollo de las cooperativas también tiene sus sombras y
aquí menciona la locura de grandeza de algunas como la cooperativa
de consumo Migros el gigante naranja de Suiza que tiene 2 millones
de miembros y que controla el 40% de la alimentación suiza. El
proyecto original surgido antes de la segunda guerra mundial en un
cierto contexto y con unos ciertos valores se ha transformado
principalmente en la búsqueda de ganar más como objetivo. Otro
caso de grandeza es el de Fagor y el grupo Mondragón en España,
con unos valores originales que han ido cambiando según el
contexto. Quizás debamos volver a la cita y obra de E. F
Schumacher, “Lo
pequeño es hermoso”.
De
hecho, en Europa según se indica en el libro, existen más de
160.000 cooperativas que emplean 5,5 millones de personas y que
están sostenidas por 123 millones de cooperativistas. Esos casos de
grandeza, que llaman la atención es quizás un efecto
paradójico de lo fácil que es ver lo que se tiene delante, lo más
grande que
además se suele recoger en los grandes medios, pero
la realidad, las sombras y lo que no se ve es mucho más extensa y
diversa.
En
el último apartado, en el de la conclusión del libro, el autor va
contestando diversas críticas sobre la economía colaborativa donde
su objetivo no es mostrar el mejor lado de esta nueva economía a
cualquier precio sino remarcar
el potencial y analizar los distintos medios por el cual esta
economía tenga sentido.
Una de esas críticas va al tema ético. Como nuestro foco va
dirigido a lo que conocemos, a lo que vemos, el debate de las
grandes start-up de la economía colaborativa se encuentra enmarcado
en Uber, Blablacar, Airbnb… y se dirige a su ética, al dinero que
amasan, el tema de los impuestos etc. Como indica un estudio
de Valérie Peugeot mencionado en el libro, estos empresarios apenas
tienen acercamiento a la economía social y solidaria. De
sesenta empresas del sector de iguales (peer-to-peer) apenas había
alguna que había elegido un estatuto de cooperativa o de
asociación. De hecho, las pocas que lo habían hecho ya lo
cambiaron hacia un estatuto de empresa. Por ese lado parece que no
innovaron en absoluto.
Mattieu
aboga por la creación
de alternativas,
una especie de CoopBnB, BlaBla-Coop… algo que si
es posible ya que la tecnología, que ya está disponible, permite
crear este nuevo tipo de plataformas.
Además, estas
deben pertenecer a aquellos que las utilizan y no a los inversores.
Finalmente,
Mathieu concluye:
“sería
ingenuo creer que la economía colaborativa tomará de forma
automática la dirección hacia una sociedad más ética, en
sintonía con su medio ambiente y teniendo como objetivo la
preservación de los bienes comunes. La historia nos enseña que no
hay otro “happy end” que aquel por el que lucharon nuestros
antepasados y hemos luchado nosotros. Si hubiera una conclusión a
la que llegar de mi trabajo de investigador universitario sobre el
lobbying europeo, sería que el mundo de las empresas
multinacionales invierte un tiempo enorme en la creación de
alianzas ideológicas con el fin de transformar sus ideas en
políticas concretas. Al operar de manera transversal, en diferentes
niveles y utilizando diferentes tácticas, estas empresas han
desarrollado una estrategia extremadamente eficaz en nombre de la
maximización de sus beneficios y del productivismo.
Estos
últimos años, sin embargo, el viento ha comenzado a virar y su
sistema nos muestra sus límites todos los días. La cuestión que
necesitamos plantearnos es la de saber cómo podríamos organizarnos
para vehicular otras ideas, y para que, también, nosotros podamos
transformarlas en políticas concretas.”
La
exhortación de Michel Bauwens “¡Iguales
de todos los países, uníos!” es
un excelente comienzo para que un movimiento el “Cooperativismo
de Plataforma”
empiece a dar sus frutos hacia un bienvivir.
5) Conclusión
personal y posibles caminos de cambio
“Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.” El Principito, Antoine de Saint Exupèry
Aunque
he ido comentando el libro “Cooperans 2.0” a lo largo del texto,
quisiera cerrarlo con una conclusión personal compuesta por la
triada de marcos o metáforas que empleé para su análisis.
Primeramente, la línea del tiempo pasado-presente-futuro, que desde
la perspectiva que he empleado tiene forma de línea recta y es muy
adecuado para trazar una cierta narrativa.
Aunque si pudiéramos alejarnos lo suficiente en la distancia,
quizás esa parte de la línea geométrica pertenece, más bien, a
un círculo o una espiral donde pasado-presente-futuro se
entremezclan (véase temas de antropología
del tiempo, física
cuántica y el tiempo o
novelas,ensayos y películas con
esa paradójica idea). Por otra parte, también he examinado el
libro desde el punto de vista, nunca mejor dicho, de una triada
visual con sus luces, sombras y partes invisibles. Todo ello ha
confluido en esa batalla
por los bienes comunes que
se está dando en este presente-futuro y cuyo
resultado es impredecible o más bien invisible a nuestros ojos.
Una de las ideas más claras que ha servido de unión en el libro
entre sus tres partes viene dada por la fórmula del exceso.
Crecimiento
ilimitado = (consumismo x híper-individualismo) publicidad
Y
sobre ese exceso ha puesto el foco su mirada Richard Heinberg,
colaborador del Post-Carbon Institute, en un artículo o manifiesto
que realmente merece la pena ser leído (de momento sólo en
inglés). En él nos ilustra, doblemente, sobre los marcos
comunicacionales con
sus luces y sus sombras. Primeramente, por el titular del artículo
ya que el original se publicó en Ecowatch y a los pocos días lo
hizo en el blog del Post Carbon Institute con idéntico contenido
pero distinto marco. En
el primer caso el título “Systemic
change driven by moral awakening is our only hope” (El
cambio sistémico impulsado por el despertar moral es nuestra única
esperanza).
En
el segundo caso, el titular que ya ha sido replicado por otros
medios lleva el título “Why
climate change isn’t our biggest environmental problem, and why
technology won’t save us” (¿Por
qué el cambio climático no es nuestro mayor problema ambiental, y
por qué la tecnología no nos salvará?)
En un juego de luces y sombras, Heinberg, muestra la luz que nos
puede cegar, ese foco en el cambio climático y las
sombras donde hay que buscar las soluciones, pensamiento sistémico
y despertar ético. Para
aquellos que quieran saber por qué el cambio climático no es
nuestro principal problema, Heinberg manifesta que el
cambio climático es un síntoma y la fuente o causa es cómo bien
afirmaba Matthieu, el exceso (overshoot).
Nos
hemos excedido en muchos frentes y esto atenta contra la capacidad
de carga de nuestro planeta. Este año el
día que marca la sobrecapacidad del planeta,
aquel en el que los humanos ya hemos consumido lo que la Tierra
puede regenerar en un año, ha pasado a ser el 2
de agosto. Si
seguimos una línea temporal desde el primer año en el que se
estableció que era 1987 nos encontramos que en aquel año el día
era el 19 de diciembre. En 1990 era el 7 de diciembre, en el año
2000 el 1 de noviembre, en el año 2010, el 21 de agosto y siguiendo
este camino de excesos, en el año 2018 posiblemente sea ya un día
de julio.
Respecto
al tema tecnológico, aquí ya hemos escrito diferentes artículos
como este, del mito
de la tecnología o
este de la
tecnosfera.
En el caso del ensayo de Heinberg, este afirma que sólo se dirige a
paliar los síntomas y no la enfermedad y nos deja este video de la
campaña “No
hay App para esto”.
En este video, una antropormización de la tecnología, nos cuenta a
lo largo del tiempo su vínculo con los humanos, pero dados sus
excesos de los últimos años pide que no se le explote más.
La
fórmula del exceso con esos cuatro factores, que yo personalmente
llamaría la “fórmula
del malvivir”,
pudiera tener su alter
ego en una “fórmula del bienvivir”.
Concretamente el modelo que planeaba para la sostenibilidad estaba
marcado por cuatro elementos. Si los extrapolo a la ecuación del
exceso podría quedar así:
Medio
Ambiente = (Bienestar Responsable x Derechos Globales) Ética
Global
Transformado
en esos valores, que no están a la vista, sino que se palpan en la
cultura y que serían el alter ego de esa metáfora del apocalipsis,
Muerte
= (Victoria x Guerra) Hambre
se
obtendría otra posible perspectiva de la fórmula
del bienvivir:
Existencia
= (Realización Humana x Convivencia) Consciencia
El
lema del bienvivir que hemos adoptado en esta asociación “Seres
humanos más felices, en sociedades más equilibradas, y en armonía
con su entorno” se
ve reflejado en esa fórmula. Nuestra
existencia depende del Medio Ambiente (Planeta) y
para ello se
requiere una convivencia entre todas las culturas y entre todo tipo
organizaciones (globales y locales) que
en él se dan y que viene marcada
por unos derechos Globales.
Así como existen derechos, existe su alter-ego las
responsabilidades. A nivel individual se deberían conjugar éstas
con el desarrollo
de las necesidades y capacidades de cada individuo. Finalmente, la
principal palanca de apoyo que
en pensamiento dinámico viene a ser el lugar donde el mínimo
esfuerzo da la mejora más significativa y sostenible para el
sistema, sería como dice Heinberg, el despertar moral. Es decir, en
la fórmula anterior, la
consciencia o la ética Global.
Finalmente,
si se quiere profundizar en los detalles de ese despertar ético, el
modelo que planteé y en el cual sigo trabajando, tiene también sus
cuatro factores éticos. Además, expongo la que creo yo que es la
principal palanca de apoyo (exponencial), el diálogo ético.
Ética
Medioambiental = (Ética de las virtudes x Ética de la
Solidaridad) Ética
dialógica
Planteado
ya este problema en
el artículo de la metáfora del elefante y los ciegos,
el ser humano no puede conocer la totalidad de la realidad. En
pensamiento sistémico, quizás, la primera regla, es conocer la
gran perspectiva (big picture) del sistema. Pero esto, por
definición, por nuestra pequeñez, es un imposible, por ello se
requiere de la cooperación, del diálogo de los diferentes
responsables para entenderse, reflexionar, ver los puntos ciegos
propios que otros si los pueden ver cuando nos enseñan su
perspectiva…. en el fondo un diálogo ético del Homo Cooperans.
6) Epílogo
Además
de que el mapa no es el territorio, Korzybski
nos decía que
el nombre no es la cosa nombrada.
He estado hablando de “economía” pero esta palabra tiene
diferentes connotaciones según el contexto o los valores de las
personas que la definen. Personalmente su significado para mí está
muy relacionado, principalmente, con el contexto del primer y cuarto
postulados de Max
Neef sobre la economía: “La
economía está para servir a las personas y no las personas para
servir a la economía” y “No
hay economía que sea posible en la ausencia de servicios de
ecosistema”.
Por
otra parte, el apellido de economía en este caso “colaborativa”
tiene también su contexto según la perspectiva de cada uno. Para
algunos, la economía colaborativa de Uber y Airbnb no es la misma
economía colaborativa que la de una cooperativa que, por ejemplo,
se dedicase a la alimentación ecológica. Tenemos que diferenciarla
y como bien dice el dicho, para gustos los colores.
En
el primer foro de Economía alternativas (NESI) del cual ya hemos
hablado aquí se
juntaron a dialogar diferentes aproximaciones a la economía. Quizás
tenían un apellido diferente, bien común, azul, solidaria… etc.
pero en el fondo el nombre se dirigía a ese contexto propuesto por
Max-Neef. De hecho, ese grupo de economías con diferentes apellidos
colaboraron para la elaboración de la “Carta
NESI” cuyo objetivo
es servir a las personas y al planeta.
Para aquellos que quieran conocer ese arco iris de colores de la
nueva economía, Guy Dauncey al final de su ensayo “A
new cooperative economy” (Una
nueva economía cooperativa)
que obtuvo uno de los premios de “The
Next System Project” nos
ofrece un apéndice con un listado de casi 70 modelos de nueva
economía.
Apéndice: Listado de diferentes iniciativas para explorar e inspirarse
Apéndice: Listado de diferentes iniciativas para explorar e inspirarse
Caminante,
son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio
Machado
Esta
es una recopilación que he realizado con las diferentes
alternativas, algunas ya conocidas como Wikipedia,
Libreoffice, Firefox y Linux,
que va describiendo Matthieu Lietaert en su libro Homo Cooperans 2.0
para que si alguien está interesado pueda explorar e inspirarse:
Bajo
el asfalto está la huerta (BAH!), colectivo
dedicado a la agroecología que propone un modelo alternativo de
producción, distribución y consumo agrícola. Este modelo se basa
en la autogestión, sustentado en una estructura asamblearia y un
funcionamiento horizontal que hace posible la relación directa
productor/a - consumidor/a, implicando la participación tanto del
colectivo de trabajadores/as como de los diferentes grupos de
consumo de distintos barrios, localidades y colectivos…
La
colmena que dice sí,
compra alimentos de calidad a los productores y elaboradores
locales. Participa en la familia de productores y vecinos de tu
barrio.
Park
Slope Food Coop, (EEUU), buena
comida a bajos precios para miembros trabajadores a través de una
cooperativa desde 1973. Parecido BEES
Coop en
Bélgica y La
Louve en
Francia.
Fab
Lab es
el proyecto de extensión educativa del CBA (Center for Bits and
Atoms) del MIT, una extensión de su investigación sobre
fabricación y computación digital. Un Fab Lab es una plataforma de
prototipado técnico para la innovación y la invención, que
proporciona estímulo para el emprendimiento local. Un Fab Lab es
también una plataforma para el aprendizaje y la innovación: un
lugar para jugar, para crear, para aprender, para enseñar y para
inventar.
Fabcity,
es un nuevo modelo urbano para ciudades autosuficientes, localmente
productivas y conectadas globalmente.
Cooperativa
Integral Catalana,
iniciativa de transición desde abajo, mediante la autogestión, la
autoorganización y el trabajo en red.
Faircoin,
criptomoneda del ecosistema Faircoop que
es una cooperativa abierta de ámbito mundial que se autoorganiza a
través de internet fuera de los límites y controles de los estados
nación.
Consorcio
de cooperativismo de plataforma, es
un movimiento en auge que construye un futuro del trabajo más
justo. Una serie de autónomos, unos miembros de cooperativas y un
amplio abanico de usuarios de Internet han creado una alternativa
concreta y a corto plazo a la “economía colaborativa”
extractiva.
Carpling,
la red social para ahorrar tiempo y dinero en tus desplazamientos a
diario y en algunas cosas más... al tiempo que contribuyes a cuidar
el único planeta que tienes.
Drupal es
un software de gestión de contenidos. Se utiliza para hacer muchos
de los sitios web y las aplicaciones que utilizamos todos los días.
El proyecto Drupal es software de código abierto. Cualquiera puede
descargar, usar, trabajar y compartirlo con otros. Se basa en
principios como la colaboración, el globalismo y la innovación. Se
distribuye bajo los términos de la GNU General Public License
(GPL). No hay nunca cargos por licencias. Drupal siempre será
gratis.
La
fábrica de la transición,
proyecto que planea ofrecer uno de los lugares de vida y de
experimentación más progresistas de Europa. Un centro donde la
teoría se encuentra con la práctica, donde se crean soluciones a
los problemas y donde éstos pueden ser replicados en otros pueblos
y ciudades.
Open
Source Ecology (OSE).
Una economía de código abierto y libre es una economía eficiente
que aumenta mediante la colaboración abierta. Para llegar allí,
OSE está desarrollando actualmente un conjunto de planos de código
abierto, set
de construcción de la aldea global (GVCS), un
conjunto de las 50 máquinas más importantes que se necesita para
que exista la vida moderna - desde un tractor hasta un horno, hasta
una máquina de hacer circuitos eléctricos.
Ouishare,
cuya misión es crear y promover una sociedad colaborativa justa,
abierta y de confianza conectando personas, organizaciones e ideas.
Es un think and do tank.
Guifi.net,
es un proyecto tecnológico, social y económico impulsado
desde la ciudadanía que tiene por objetivo la creación de una red
de telecomunicaciones abierta, libre y neutral basada
en un modelo de procomún. El desarrollo de esta
infraestructura mancomunada facilita el acceso a las
telecomunicaciones en general y a la conexión a Internet de
banda ancha en
particular, de calidad, a un precio justo y para todo el mundo.
Además, genera un modelo de actividad económica colaborativa,
sostenible y de proximidad.
Parecido
pero en telefonía se encuentra la Phone
Liberation Network
Freecycle,
es un movimiento popular y sin fines de lucro de personas que están
dando (y recibiendo) cosas gratis en sus propios pueblos y barrios.
Se trata de reutilizar y mantener las cosas buenas fuera de los
vertederos.
Además
sugerencias sobre Monedas
locales, Banca
Ética, Cooperativas
de energía renovables
Cooperativa
de viviendas,
y red
de ciudades que desde lo local cambian el mundo.
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