PÀGINES MONOGRÀFIQUES

23/5/17

Trabajar por los intereses comunes nos beneficia más que hacerlo por los propios

EL COLAPSO DE LAS SOCIEDADES

El decrecimiento como imposición geológica

El decrecimiento es una imposición geológica, ahí nadie ha pedido nuestra opinión, y entre un colapso de guerras y hambrunas, o un decrecimiento geológico ordenado y satisfactorio, hay una clave fundamental: un reparto equitativo de la riqueza. Las generaciones futuras que asumirán los costes de nuestras tecnologías iatrogénicas no pueden intervenir en las decisiones que les afectarán.

¿Cómo y por qué colapsan las sociedades? Con precedentes tan claros ¿por qué hemos elegido la senda de tirarnos por un precipicio? Jared Diamond explica que cuando hay conflicto de intereses (son los intereses a corto plazo de las élites que tienen un coste social y medioambiental que la Biosfera y la sociedad que la habitamos no puedemos asumir, tales como la contaminación de los acuíferos, el calentamiento global, la invasión de especies, la deforestación...), de manera que son buenos para ellos y malos para la sociedad, finalmente el colapso es el resultado en el 100% de los casos analizados.

La decadencia y caída de la civilización industrial-tecnológica se está desarrollando de manera normal, más o menos a un ritmo previsible. Los fundamentos puramente físicos, termodinámicos, explican infaliblemente el declive. En primer lugar, como las reservas de combustibles fósiles baratos abundantes se agotaron y la brecha ha tenido que ser llenada con muy costosas y mucho menos abundantes sustituciones, reduciendo así la energía neta, la economía se fue tras ella.


A medida que más y más riqueza real (es decir, física, como huevos, leche, arroz, trigo, patatas, petróleo, carbón..., y no sus imágenes abstractas compradas y vendidas hasta 150 veces en los mercados como en 2014, que se compró y vendió todo ello como si existiese de 50 a 150 veces...) tuvo que ser retirada de todas las demás actividades económicas para mantener la ya carísima extracción, suministro y transporte de energía de manera más o menos constante (así que esta vez el milagro se llamó ‪fracking‬, arenas bituminosas como en Petronor Múskiz-Vizcaya, carbón subvencionado...) hasta la destrucción de la demanda que finalmente se desvaneció e hizo que fuese necesario un esfuerzo cada vez más frenético para poder mantener el andamio, una mayor factura social y medioambiental y recortes en la jerarquía social.

Ahora la herencia se la dejamos a las generaciones futuras, que asumirán los costes de nuestras tecnologías iatrogénicas porque no pueden intervenir en las decisiones que les afectarán.
La superestructura política y militar global, que creció y fue posible gracias a la era de los combustibles fósiles abundantes y baratos, se desmorona con el andamio, porque la dependencia de aquellas circunstancias que ya no existen, fue tal, que ahora, al no existir, están atacando al mismísimo engranaje de las férreas costuras que la hicieron nacer: el andamio se está cayendo delante de nuestras narices...

Desde los mayas a los escandinavos del siglo XV hasta la isla de Pascua, numerosos ejemplos e idéntico itinerario, y ya en 2003 Jared Diamond avanza el mal camino elegido por nosotros... ¿Estaremos a tiempo esta vez, con un mínimo de inteligencia, de comprender que trabajar por los intereses comunes nos beneficia más que hacerlo por los propios?

Son muchos los expertos que nos dan la clave: el decrecimiento es una imposición geológica, ahí nadie ha pedido nuestra opinión, y entre un colapso de guerras y hambrunas, o un decrecimiento geológico ordenado y satisfactorio, hay un factor fundamental: un reparto equitativo de la riqueza. Quien lea esto y tenga un mínimo de capacidad de observación y sensatez, será consciente de que de momento, el camino que hemos tomado es el primero...


Antonio Aretxabala
http://www.decrecimiento.info/2017/05/el-colapso-de-las-sociedades-el.html

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