VIVIR FUERA DEL MATRIX
Cuando
uno ve la exitosa película “Matrix” no puede sino encontrar
paralelismos con nuestra realidad actual. Como sabemos, allí se
describe un mundo en el que los humanos están conectados a máquinas
las cuales les hacen vivir una vida ficticia, una vida que no es
suya. Los humanos crecen y viven en una realidad construida desde el
exterior aunque habrá un grupo de personas que conseguirán
averiguar qué está pasando y salir fuera del Matrix. Esta trama es
una historia de ciencia ficción pero no dista tanto de lo que es la
realidad porque la realidad no es otra que una gran parte de la
población vive conectada a un programa diseñado desde el exterior,
diseñado desde los poderes fácticos.
Ya
desde la tierna infancia se nos adoctrina desde el poder político y
económico -el poder fáctico-, ya desde bien pronto se nos intenta
transmitir una ideología concreta que la persona va a asimilando e
incorporando y que finalmente hace suya. Esta ideología inculcada
pero más aún, esta manera de ver la vida y las relaciones humanas
determinará la manera de pensar y de actuar de las personas creyendo
sin embargo estas que su pensamiento es autónomo, que nace en ellos
mismos, pero la realidad es
que no es un pensamiento propio en tanto que ha sido “introducido”
por varios mecanismos al igual que a los habitantes del Matrix se
les hace creer que están viviendo unas vidas que son suyas.
Los
mecanismos mediante los cuales se produciría el intento de instaurar
un pensamiento único con la consiguiente eliminación y el bloqueo
de todo pensamiento autónomo serían principalmente los medios de
comunicación convencionales y al servicio del poder, pero también a
través de un sistema educativo diseñado por las élites y orientado
no a hacer volar al pensamiento sino más bien a cortarle las alas. Y
es que en última instancia lo que se pretende es erradicar el
pensamiento crítico y la reflexión para a cambio lograr la total
aceptación de sus postulados.
Porque
de lo que se trata en el fondo es de la construcción de un tipo de
ser humano, de la construcción de un ser humano irreflexivo y
servil, alguien que crea todo lo que se le dice sin que ni siquiera
formule dos preguntas básicas: ¿por qué? ¿y caben otras
alternativas?
Un ser humano irreflexivo pero a la par insensible ante los problemas
sociales, En definitiva un ser puramente materialista y egoísta.
Este
tipo de humano que tanto abunda en las distintas sociedades del mundo
es el que estaría conectado a la “incubadora” sin ser consciente
de ello, sin ser consciente de que sus pensamientos no son suyos sino
que sencillamente se está repitiendo la ideología o pensamientos
que le han sido programados, amén de haberse convertido en un sujeto
superficial e insensible ante los problemas que puedan afectar a los
demás o mismamente ante el padecimiento ajeno.
Pero
así como en el Matrix había un grupo que consiguió “despertar”
y desconectarse en nuestra realidad ocurre
lo mismo, y a pesar de que un gran número de personas siguen
conectadas a la incubadora por desconocimiento –y algunas por
interés–, otras muchas si se van cuestionando y cuestionan las
cosas y se preguntan: personas, colectivos y medios de comunicación
alternativos: ¿Por qué? ¿Por qué las cosas deben ser así? ¿Es
que no caben otras maneras de organizarnos?
La
pregunta pues es la clave, el cuestionarse lo que hay es la puerta
que abre la posibilidad de movilizar al pensamiento y
por tanto la posibilidad de plantear otros caminos de justicia y
solidaridad, y es por esto que nada hay que moleste más a los que
han diseñado el sistema actual que las personas en particular y la
sociedad en general se pregunte, se cuestione, en una palabra:
piense.
Lo
que está en juego por tanto es la construcción de un ser humano: si
se vive conectado a la incubadora uno será un puro autómata
sin pensamiento original
y sin sensibilidad no siendo posible por tanto alternativas a
lo fáctico; pero si en lugar de esto se vive desconectado del
programa, como afortunadamente cada vez más gente vive, uno podrá
ir haciéndose, podrá ir construyéndose a sí mismo mediante el
pensamiento, el cuestionamiento y la reflexión.
Y sí, hay
esperanza fuera de los medios convencionales, fuera de las
herramientas al servicio del poder. Hay motivos para creer que la
sociedad en general irá gradualmente desconectándose del dogmatismo
ideológico al que ha sido y es sometida pero no para reconectarse a
ninguna idea en concreto que alguien pueda imponer, sino para
conectarse concretamente con su sensibilidad social, con su reflexión
y con su propio pensamiento.
Ecoportal.net
Alainet
- http://www.alainet.org/
Me alegra que mi texto haya sido compartido.
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