RITO DE PASO
A LA EDAD ADULTA O EXTINCIÓN:
Los dos únicos caminos para la Humanidad
"Parece que tengamos tanto que perder (mientras sigamos pudiendo
externalizar los malditos costes) que hablar de absorber el golpe, de actuar
para protegernos a nosotros mismos y a la red de vida de este planeta, asusta al
común de los mortales lejos de nosotros ¿Recibir el impacto? No puedo recibir
el impacto; Recién acabo de comprarme estos vaqueros! ¿Luchar? Me meterían en
la cárcel! Allí no tendría cobertura!
Prepararse para el colapso parece, para
aquellos privilegiados, trabajo físico duro, aprender a cocinar gachas y pelo
grasiento, y no más viajes al caribe. Luchar parecen titulares embarazosos y
una cita con un salido bestia en las duchas de una prisión. Con engrudo de
gachas y comida de cárcel en el menú, la “cesta de la Extinción” con patatas
fritas y “coka-kola” empieza a parecer una opción atractiva.
Anestesiados y de compras, parece que hay consenso en todas
partes en que la última cosa que los seres humanos de la civilización
industrial patriarcal van a hacer es rebelarse y tomar de nuevo en sus manos
sus vidas. Desde una perspectiva objetiva, esto es probablemente cierto, al
menos hasta que hayamos perdido nuestros juguetes tecnológicos.
Pero, mientras
las masas no parece que estén cambiando sus mentes en ningún tipo de escala de
tiempo que nos sea útil llegados a este punto, mentes individuales pueden
y de hecho están cambiando. Las personas pueden salir de la negación, y unirse
a respuestas reales y efectivas. Tu puedes. Si, de verdad. Por eso me tomo la
molestia de sentarme a traducir este texto. Porque hay personas ahí fuera que
están preparadas para mirar hacia donde apunto. Quizás tu seas una de esas
personas.
Podemos recibir el impacto (tampoco tenemos otra opción). E igual, con algo de suerte, sobrevivir. Podemos empezar por encontrar nuestro lugar y nuestra gente. Podemos comenzar plantando un bosque comestible, limpiando barriles y depósitos y habilitándolos para captación de aguas. Podemos salir a la calle y conocer a todos nuestros vecinos, y juntarnos para una comida compartida, y hablar de lo que está sucediendo y de lo que vendrá. Podemos encontrar una persona o personas que actúen como facilitadoras, y nos ayuden con el trabajo emocional que necesitamos hacer, avanzando a través de la tristeza y desesperanza, el miedo, la ira, nadando con ellas y más allá de ellas, avanzando juntas, hombro con hombro, mano a mano, corazón con corazón, descubriendo que somos suficientemente fuertes para soportar impactos duros, que estamos todavía lo suficientemente enteros como para no tirar la toalla, dándonos cuenta de ello en comunidad, podemos permanecer de pie frente a los faros que avanzan hacia nosotras a toda velocidad, podemos permanecer en pie y sostenernos los unos a los otros durante la embestida del camión, viendo, quizás, solo quizás, que algunas personas todavía seguirán vivas tras el impacto. Algunas personas necesitaremos hacer este trabajo, por que la mayoría se negará a asumir esa responsabilidad. Negarse a sentir el miedo ahora, se están condenando a sentirlo durante y tras el choque, cuando el trauma será mayor, y las pérdidas más difíciles de soportar. Necesitarán nuestra ayuda.
Podemos recibir el impacto (tampoco tenemos otra opción). E igual, con algo de suerte, sobrevivir. Podemos empezar por encontrar nuestro lugar y nuestra gente. Podemos comenzar plantando un bosque comestible, limpiando barriles y depósitos y habilitándolos para captación de aguas. Podemos salir a la calle y conocer a todos nuestros vecinos, y juntarnos para una comida compartida, y hablar de lo que está sucediendo y de lo que vendrá. Podemos encontrar una persona o personas que actúen como facilitadoras, y nos ayuden con el trabajo emocional que necesitamos hacer, avanzando a través de la tristeza y desesperanza, el miedo, la ira, nadando con ellas y más allá de ellas, avanzando juntas, hombro con hombro, mano a mano, corazón con corazón, descubriendo que somos suficientemente fuertes para soportar impactos duros, que estamos todavía lo suficientemente enteros como para no tirar la toalla, dándonos cuenta de ello en comunidad, podemos permanecer de pie frente a los faros que avanzan hacia nosotras a toda velocidad, podemos permanecer en pie y sostenernos los unos a los otros durante la embestida del camión, viendo, quizás, solo quizás, que algunas personas todavía seguirán vivas tras el impacto. Algunas personas necesitaremos hacer este trabajo, por que la mayoría se negará a asumir esa responsabilidad. Negarse a sentir el miedo ahora, se están condenando a sentirlo durante y tras el choque, cuando el trauma será mayor, y las pérdidas más difíciles de soportar. Necesitarán nuestra ayuda.
Y podemos actuar para protegernos a nosotros mismos (un
nosotros más grande, que incluya a cualquier ser vivo). No tenemos ninguna idea
real de como pequeños grupos de nosotros podemos hacer frente a ese camión, si
permanecemos firmes y con determinación ante su embestida, pero podemos
contemplar la posibilidad de que el camión acabe volcado en la cuneta,
escacharrado más allá de cualquier arreglo, no pudiendo arrancar nunca más,
mientras nos retiramos del pavimento a lamer nuestras heridas. Podría pasar, y
como es posible encontrar algún camino de empujar el camión a la cuneta que
pueda “funcionar” (con “funcionar” definido como “de alguna manera evitar
nuestra caída a plomo hacia un evento de extinción masiva global), entonces
merece la pena responder y actuar, intentar, ser y hacer. Las cosas se van a
volver un poco “locas”. Las reglas van a cambiar, todas. Permaneced despiertos.
Permaneced conscientes. Permaneced alerta, con determinación. Todo parecerá más
claro.
La gente que veo comprometida en respuestas efectivas, todas
se han “sentado”, mascado y mirado cara a cara a sus miedos. Esto no significa
que ya no tengan miedo. Significa que han enfrentado sus miedos, y encontrado
un sentido a este momento. Significa que han encontrado su poder para responder
incluso cuando están asustadas, lo cual no es más que la definición de
coraje. Todavía están de pie frente a los faros y no tienen un lugar
donde esconderse, pero no están petrificados. Se están preparando para el
golpe, como venga y cuando venga, respondiendo momento a momento,
intuitivamente, racionalmente, irracionalmente, y con una consciencia elevada.
Y se están preparando para jugar su rol en el intento de provocar que el camión
vuelque en la cuneta.
Parece justo, de alguna manera, que alguien absorba el
golpe. No necesariamente a nivel individual, por supuesto. Hay muchas, muchas
víctimas en esta historia. Todos hemos nacido en esta situación. No discutiré
que cualquiera de nosotros en particular tiene una deuda que pagar. Eso es algo
que cada corazón debe saber.
Pero a nivel colectivo, a nivel de civilización, de cultura,
hay cierta justicia que se puede sentir profunda y claramente. Esta tropa
particular de simios resabidos ha actuado de forma abominable. Como
disfuncionales miembros de la comunidad de la vida. Quizás sintiendo el miedo
que hemos engendrado, el dolor que hemos causado, la pena que hemos creado, la
irá provocada, la culpa que hemos ganado y la clara y emergente
alegría a la que podemos acceder en cualquier momento, quizás sintiendo
profundamente generamos un sentido, una forma de seguir caminando. Sintiendo.
Yendo a una respuesta defensiva y protectora que pudiera “funcionar” realmente.
Es un tipo de encrucijada “cósmica”, tu-rompes-tu-pagas los daños, asumes la
responsabilidad. Nosotros hemos creado esto, nosotros los “civilizados”. Hemos
roto las leyes de la vida. El resultado nos pertenece. ¿Quién vamos a ser ante
esto?
Sé mi camino. Voy a acabar de crecer, de madurar, de asumir responsabilidad plena. Voy a hacer lo posible para reunirme como un ser humano adulto con la comunidad de la vida. Rechazar sentir el miedo de uno mismo es solo un disfraz de adolescente indestructible, solo otra faceta de una civilización que ha durado milenios (civilización patriarcal dominadora). A la mierda esto. Es momento de crecer. Estoy preparado.
Sé mi camino. Voy a acabar de crecer, de madurar, de asumir responsabilidad plena. Voy a hacer lo posible para reunirme como un ser humano adulto con la comunidad de la vida. Rechazar sentir el miedo de uno mismo es solo un disfraz de adolescente indestructible, solo otra faceta de una civilización que ha durado milenios (civilización patriarcal dominadora). A la mierda esto. Es momento de crecer. Estoy preparado.
Siento mi parte justa en el miedo, la tristeza, la ira, la
vergüenza y la alegría, y la sensación de estar vivo en un tiempo excepcional.
Encontraré y me encontraré con esas pocas personas que ven el camión
aproximarse, y se sentarán en círculo y compartirán mi corazón, mis lágrimas, y
todas permanecemos juntas de pie y miraremos fijamente el camión mientras se
aproxima. Usaré ese miedo para mantenerme alineado, firme en modo respuesta, de
forma real.
Usaré el miedo en vez de rechazarlo. Lo usaré para
mantenerme despierto, vivo y en acción. Lo usaré como un antídoto a la cultura
que siempre busca la forma de mantenerme dormido, anestesiado y atontado. Lo usaré
para ayudar a poner fin a esa cultura.
Joder, que bien
me siento. Que venga el maldito camión!"
Traducción adaptada de un texto de Tim Bennet "Bambi vs. el colapso
de la civilización", director del documental "What a way to go",
extraído del libro de Clinton Callahan "Directing the power of conscious feelings":
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