PÀGINES MONOGRÀFIQUES

1/4/15

No se trata de estar acompañado de cualquiera, sino más bien de que cualquiera pueda estar acompañado


JOYNERS: COMPARTIR ES VIVIR... UNA SEGUNDA JUVENTUD

Joyners entra en el consumo colaborativo destinado a la tercera edad presentando una plataforma que ofrece compartir casa y servicios con el valor añadido de la compañía mutua ¿Quién dijo que el consumo colaborativo era solo para jóvenes?

“Constantemente nacen empresas cuyo objetivo es conectar a gente joven, que se centran en moda o tecnología, pero…¿qué pasa con el segmento senior?”

Con esta frase reivindican en Joyners este sector como un perfil de usuario hasta ahora ignorado por parte de las nuevas plataformas que han ido surgiendo en los últimos años, dedicadas a compartir bienes y servicios entre particulares con un perfil más enfocado al público joven, formado y nativo digital.
Para ello han creado una plataforma que une a personas mayores que prefieren vivir de manera alternativa a los tradicionales hogares para la tercera edad. Buscan perfiles afines que quieren compartir vida y gastos y, además, ofrecen la oportunidad de agregar servicios extras que se pueden permitir gracias a que el coste es compartido.

Hay que tener en cuenta que este sector está creciendo de manera exponencial con el envejecimiento de la población, sumado además a la pérdida de poder adquisitivo debido al bajo crecimiento de las pensiones en comparación con el coste de la vida. Se presenta pues como una solución a ambos problemas que encara la sociedad actual.
 “Apostamos por la creación de hogares compartidos, aprovechando los recursos existentes, y con multitud de servicios adicionales.” 


Un test de afinidad a través de un algoritmo propio basado en los criterios de la asistencia social se encarga de encontrar a la compañía más adecuada para comenzar una nueva vida, bien acompañado y compartiendo todos los gastos que se generan.
, eliminando así uno de los principales problemas al llegar a la etapa madura. Como podéis ver en este reportaje, se trata de una idea que está teniendo una buena acogida.

“En Joyners proponemos algo nuevo centrado en la etapa adulta. Proponemos vitalidad. Proponemos cero soledad. Proponemos disfrutar de las atenciones necesarias sin tener que apretarse el cinturón. Proponemos compañía y aumento de renta por gastos compartidos.”

Tras siete semanas de andadura cuentan ya con 150 usuarios y, según ellos, con una acogida excepcional en forma de apoyo y cariño. Según dicen, hay mucha gente que se ofrece a ser embajadora de la iniciativa, e incluso un usuario les ha llegado a decir que le están estructurando un sueño que ha tenido durante mucho tiempo: jubilarse con y entre amigos

MODELOS QUE UNEN A DIFERENTES GENERACIONES

Joyners es un buen ejemplo pero no el único que demuestra que el consumo colaborativo no es sólo para gente joven y que además puede ser una herramienta para la cohesión intergeneracional:
§        Siemprevivo. Fundada a mediados de 2013, es una empresa social y nace con el objetivo de potenciar la creatividad y la experiencia y vivencias de las personas mayores de 50 años. Esta plataforma permite a este segmento de población compartir sus experiencias enseñando (artesanía, cocina, fotografía, etc.) y ganar algo de dinero mientras lo hacen. Desde cualquier persona puede acceder a este aprendizaje presencial de mano de un senior.

§        TheAmazings, en Reino Unido, fue otra iniciativa similar destinada al aprendizaje online por parte de los más mayores. Sin embargo, tras dos años de andadura, cambiaron su modelo y lo abrieron a la enseñanza sin importar la edad.

§        Vincles es un proyecto en fase piloto que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Barcelona. Se pretende crear a través de la tecnología – en este caso una aplicación para tabletas – una red de confianza y mitigar de este modo la soledad. En este enlace podéis ver un vídeo explicativo. Este proyecto fue galardonado el pasado año con el premio Mayor’s Challenge 2014 de la fundación Bloomberg Philantropies, dotado con cinco millones de euros.

§        También he conocido recientemente una bonita iniciativa intergeneracional en la provincia de Valladolid, aún en fase de desarrollo, en la cual, haciendo uso de los terrenos de una residencia para la tercera edad, en palabras de Esperanza, una de sus impulsoras “se crean huertos compartidos donde ancianos y gente de todas las edades de la zona – entre ellos jóvenes y niños -,intercambian conocimientos - no sólo de agricultura, sino la sabiduría tradicional -, tiempo y valores, en la que se hacen compañía, y crecen no sólo hortalizas, sino sentimientos de valor, aprecio y apoyo de una gran familia.” ¿Podría ser ésta una oportunidad para el intercambio de conocimientos? Esta idea es fácilmente replicable y sería muy beneficiosa para todas las partes que de ella participen

La brecha digital en cuanto a uso de las tecnologías parece no ser tal cuando hay buenos motivos para aprender. Al igual que nuestros padres están conociendo Skype y Whatsapp para poder comunicarse con sus hijos en el extranjero, nuestros abuelos parece ser que empiezan a moverse como pez en el agua por las redes.
Desde Joyners nos cuentan que no tienen ningún problema para llegar a personas de entre 50 y 65 años, principalmente a través de las redes sociales, y que con las personas más mayores cuentan con sus hijos como prescriptores, que en su mayoría son quienes se preocupan por una solución hogar digna, autónoma y vital para sus padres.

Quizás y con suerte, haciendo uso de estas nuevas herramientas y proyectos, el futuro de nuestros ancianos esté cada vez más cerca de nuestros jóvenes. Y quizás, el futuro de nuestros jóvenes se vea enriquecido gracias a estos proyectos que pueden unir generaciones en beneficios de todos.

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