PÀGINES MONOGRÀFIQUES

9/4/15

La energía ha sido siempre la base de la complejidad cultural

LA MÁS TONTA DE TODAS

La especie humana se puede ver como aquella que ha evolucionado al servicio de la entropía, y no debe esperarse que sobreviva a las densas acumulaciones de energía que han contribuido a definir su nicho. A los seres humanos les gusta creer que son dueños de su destino, pero cuando la historia de la vida sobre la Tierra se ve en perspectiva, la evolución del Homo sapiens es un simple episodio transitorio que actúa modificando el equilibrio energético del planeta.
David Price.[1]

La energía ha sido siempre la base de la complejidad cultural y siempre lo será… el pasado aclara los caminos potenciales hacia el futuro. Una vía frecuentemente discutida es la simplicidad cultural y económica y los menores costos energéticos. Esto podría llegar con el “crash” que muchos temen, un verdadero colapso a lo largo de un período de una o dos generaciones, con mucha violencia, hambruna y pérdida de población. La alternativa es el “aterrizaje suave” que mucha gente está esperando: un cambio voluntario a la energía solar y a los combustibles verdes, a las tecnologías de conservación de la energía y un menor consumo conjunto. Esta es una alternativa utópica que, como se sugiere arriba, sólo se dará si un empeoramiento prolongado y severo en las naciones industriales lo llega a hacer atractivo, y si el crecimiento económico y el consumismo se pueden apartar de la esfera ideológica.
Joseph A. Tainter[2]

Cuando utilizo en este documento la palabra “política” o “político”, quiero decir, simplemente, “alguien que coarta a otro” en el sentido más amplio. “Coartar” es obligar a alguien a actuar en una determinada dirección, bien sea mediante recompensa o castigo.

En 1977, el miembro del “lobby” chino Johnny Chung observó: “Veo a la Casa Blanca como un metro; uno tiene que meter monedas para abrir las puertas”.[3]Millones de americanos han hecho la misma observación: la política estadounidense se basa en el dinero; un dólar un voto. ¿Por qué se basa en el dinero? La sorprendente respuesta es: porque los Padres Fundadores así lo quisieron.

Todos hemos escuchado que los economistas recitan innumerables argumentos para la política de laissez faire (“dejar hacer”), que son, esencialmente argumentos de una “política basada en el dinero”. Pero en este documento, señalaré los argumentos ocultos de la política que se basa en el dinero, resaltaré los “límites al crecimiento” que son inherentes al capitalismo; anticiparé el colapso social en las primeras décadas del siglo que viene y propondré una nueva sociedad para mitigar en algo la pesadilla que se cierne.

La sociedad de la avaricia

En los numerosos tratados sobre las pasiones que aparecieron en el siglo XVII, no se encuentra división de opiniones a la hora de considerar a la avaricia como “la más tonta de todas” o de tenerla como el más mortífero de los pecados capitales que había llegado a ocupar hacia el final de la Edad Media.
Albert O. Hirschman[4]

Todos aquellos que escriben sobre asuntos cívicos muestran, como toda la historia prueba con multitud de ejemplos, que quien quiera que organice un Estado y establezca sus leyes tiene que asumir que todos los hombres son malvados y actuarán perversamente siempre que tengan la oportunidad de hacerlo. Tiene también que asumir que siempre que su maldad permanezca oculta durante un tiempo hay una razón oculta por la cual permanece inadvertida a la espera de una ocasión para manifestarse. Pero el tiempo, que es llamado el padre de toda verdad, lo desvela.
Nicolás Maquiavelo. Discursos.

Nicolás Maquiavelo (1469-1527) puede ser considerado el fundador de la política moderna basada en el dinero. Maquiavelo escribió El príncipe cuando Italia estaba saliendo de un estado de anarquía rampante. Su obra maestra fue diseñada como una guía para un solo y poderoso líder que pudiera eventualmente unir el país.

Maquiavelo abogaba por el “interés” racional (el cálculo)[5], en vez de la “pasión” irracional (por ejemplo, el odio o la honestidad) en asuntos relacionados con la política pública:

Ni un príncipe careció jamás de razones legítimas con las que colorear su
mala fe. Se podría citar una pila de buenos ejemplos y listar los muchos
tratados de paz, las muchas promesas que fueron anuladas e invalidadas por
príncipes que traicionaron su fe, yendo la ventaja para aquellos que mejor
sabían despistar. Pero uno debe saber cómo enmascarar hábilmente su
naturaleza y ser un gran disgregador. Los hombres son tan simples y tan
inclinados a obedecer las necesidades inmediatas, que a un impostor jamás le
faltarán víctimas para sus fraudes.
Nicolás Maquiavelo. El Principe.

No es sorprendente que los hombres prácticos se guíen todavía por sus ideas durante las crisis sociales, ya que Maquiavelo creía que “el fin justifica los medios”.

Una persona valiosa puede hablar a una multitud corrupta y desordenada y
así llevar a ésta por el camino deseado, pero a un mal príncipe no se le puede
decir nada, y el único remedio en este caso es el frío acero.
Nicolás Maquiavelo. Discursos.

En el Renacimiento creció un sentimiento –que cristalizó en el siglo XVII- de que ya no se podía confiar en la moral y la doctrina religiosa para contener las pasiones destructivas del hombre.[6] Tenía que buscarse un nuevo medio de control.

La solución más obvia era la represión y la coerción. La represión había sido elegida por San Agustín ya en el siglo V y por Calvino en el siglo XVI. Pero la solución represiva quedaba dificultada por un problema aparentemente insuperable: ¿quis custodiet ipsos custodes? (¿quién vigilará a los vigilantes?) Supongamos que el soberano se hizo excesivamente indulgente, cruel o tuvo cualquier otro defecto. ¿Qué pasará entonces?

Bernard Mandeville (1670?-1733) rechazó la represión y sugirió que una sociedad basada en el más mortífero de los siete pecados capitales[7] -la avaricia– crearía unos intereses maquiavélicos comunes y suprimiría las pasiones irracionales. La sociedad ideal de Mandeville era aquella en que la cooperación inconsciente de individuos, cada uno de los cuales trabajase por su propio interés, daría como resultado el mayor de los beneficios a una sociedad en libertad. Mandeville anticipó la teoría económica del laissez-faire, que promovía el interés personal, la competencia y muy poca interferencia gubernamental en los trabajos de la economía.

Pseudo democracia

La democracia se define como el “gobierno del pueblo”. Pero nuestros Padres Fundadores (N. del Editor: se refiere a los Founding Fathers: los 55 delegados que crearon la constitución estadounidense de 1788) jamás pretendieron que el “pueblo” se gobernase a sí mismo; el gobierno estaba reservado para la clase adinerada. Dos politólogos tuvieron gran influencia en el encuadre y la creación de la Constitución. John Locke (1632-1704) tuvo el mayor impacto a través de su “Segundo Tratado de Gobierno”. Locke fue pionero en las ideas de los derechos naturales y la propiedad privada, así como en el concepto de la “separación de poderes” para evitar que cualquier
sector del gobierno obtuviese demasiado poder. El escritor francés Barón de Montesquieu (1689-1755), el segundo intelectual más influyente de la Constitución, desarrolló aún más el concepto de la separación de poderes y pensaba que “la riqueza invisible que pueda ser enviada a cualquier parte” forzaría a los gobiernos a gobernar con mayor “sabiduría”. En otras palabras, aquí se encuentra el argumento político del libre comercio:

… y a través de estos medios el comercio podría eludir la violencia y mantenerse a sí mismo en cualquier sitio; el más rico comerciante tendría solo una riqueza invisible que se podría enviar a cualquier parte sin dejar rastro… de esta forma debemos… a la avaricia de los dirigentes el establecimiento de una estratagema que libera, de alguna forma, al comercio de sus ataduras.

Desde entonces, los dirigentes, han sido empujados a gobernar con mayor prudencia de la que ellos mismos hubieran deseado; por lo que, debido a esos
sucesos, los mayores y más repentinos actos del soberano (los grandes golpes
de autoridad) han demostrado ser ineficaces y… sólo el buen gobierno trae
prosperidad [al príncipe].[8]

Adam Smith (1723-1790), al igual que muchos otros en su época, creía que el libre tráfico y comercio conducían al buen gobierno y a la paz. En La riqueza de las Naciones, Smith estableció poderosos argumentos económicos para el laissez-faire, pero el lector atento puede encontrar también los argumentos políticos ocultos:

… el comercio y la fabricación introdujeron gradualmente orden y buen gobierno, y con ellos, la libertad y la seguridad de los individuos, entre los habitantes del país, que antes habían vivido en un estado de guerra casi continuo con sus vecinos, y de servil dependencia respecto de sus superiores. [9]

James Madison (1751-1836), el “padre de la constitución de los EE UU”[10] nació en una  comunidad de “Virginianos de Locke” hechos a sí mismos, para quienes los derechos de propiedad eran tanto naturales como civiles. Madison estudió a Smith cuidadosamente, confiando en descubrir “los verdaderos principios de la economía política que se necesitan por doquier… más aún en nuestro joven país que en algunos países antiguos”.[11]

La principal preocupación política de Madison se centró en el mantenimiento de la estabilidad social mediante el control político y social de las facciones rivales; el control del gobierno en sí era una consideración secundaria. Los diseñadores esbozaron un sistema político elaborado:

· Donde el “primer objetivo del gobierno” (su mayor prioridad) fuera “la facultad” de adquirir propiedad.[12]

· Donde la lucha de clases y pasiones (p.e. los conflictos religiosos) fueran reemplazados por la lucha de intereses en el ámbito económico.

· Donde el sistema político fuera extremadamente resistente al cambio.

· Donde el poder político quedaba reservado a una minoría blanca, mientras se proyectaba la ilusión de autogobierno de la mayoría. El alumno de Madison, Richard K. Matthews explica:

Mediante la negación deliberada de cualquier papel en la estructura
gubernamental a prácticamente todos los ciudadanos, excepto a un puñado de ellos, (estructura que) estaba diseñada para ser dirigida por una elite de capacidades superiores (que, no obstante tendrían que estar controlándose y vigilándose unos a otros), Madison implantó la lucha económica como la principal búsqueda de sentido para la Humanidad.[13]

Madison llegó incluso a resaltar que “la verdadera distinción” entre los regímenes anteriores y el experimento de gobierno propuesto “consistía en la exclusión total de la gente de su capacidad colectiva”[14] Matthews continúa:
Esos pasajes anticipan también muy hábilmente la concepción de ciudadanía de Madison: no dar ningún poder a “la gente” cuando se reúnen; permitir a algunos hombres blancos, que actúen de forma aislada, la fugaz participación de votar por sus representantes y restringir el derecho tanto como sea políticamente posible a una sección del legislativo. Más allá de esta aproximación mínima a la política, preguntar poco más a la gente, a no ser que sea en condiciones extraordinarias[15].

Esa es la teoría, y así es cómo funciona:

En 1884, uno de los hombres más ricos de su tiempo, Henry B. Payne, quería llegar a ser el siguiente senador de los EE UU por Ohio. El hijo de Payne, Oliver, tesorero de la Standard Oil hizo lo que pudo para ayudar. Justo antes de las elecciones para el escaño de Ohio “se sentó en un despacho de un hotel de Columbus con una pila de billetes enfrente suyo, para pagar los votos de los legisladores del Estado” que entonces elegían a los senadores de los EE UU.[16]

Sueños elaborados
Los americanos nunca han tenido una democracia, y los políticos no son otra cosa que señuelos elaborados. Como para el gran Mago de Oz, manejando los monigotes tras las bambalinas, el secretismo y el anonimato son esenciales para mantener el poder. No importa el esfuerzo que Joe Six-pack (N. del Editor: denominación cololoquial del prototipo de americano medio al que le encanta sentarse frente al televisor con una caja de seis cervezas) haga para influenciar al gobierno elegido, pues el gobierno en la sombra –la clase adinerada- siempre manejará los resortes del poder: un dólar, un voto.

Nuestra estructura social general es algo como esto (no es un “modelo”, es “heurístico”):

La minoría rica determina la “lógica del beneficio”: Las leyes estadounidenses y los acuerdos
comerciales regulan los trabajos generales de la sociedad al mayor nivel de agregación posible. (Los ricos dirigen a los pobres, en virtud de las Enmiendas Primera y Quinta.)

Las grandes corporaciones: Las grandes corporaciones son estructuras técnicamente autónomas (máquinas) que siguen la "lógica del beneficio" inherente a su diseño. Aquella que no lo son, son eliminadas por bancarrota.

Los Medios: Las corporaciones alquilan a los medios para programar a los "consumidores".

Consumidores: Los consumidores hacen aquello para lo que han sido programados: consumen sus propios sistemas vitales y eligen a los "traidores".

Traidores electos: Los traidores hacen aquello para lo que fueron elegidos: venden el bien común a las Corporaciones para su beneficio personal. Aquellos que no lo hacen, son eliminados mediante campañas mediáticas.

Como se ve, el gobierno americano fue diseñado para ser corrupto, ¡porque se pensó que la clase adinerada era más racional (calculadora) que los funcionarios electos o que el público en general!. Por ello, la “Sociedad de la Avaricia” fue concebida como un medio para mantener a los gobiernos y a los hombres “interesados en lo suyo” (racionales). El capital fluiría hacia los gobiernos y los hombres que abrazaran el maquiavélico “interés propio” (calculadores y racionales) y quedaría lejos de aquellos que fuesen “apasionados” (irracionales).

¿Por qué los Padres Fundadores no eligieron la democracia? Porque sabían que era intrínsecamente inestable: la selección natural y el desarrollo genético crearon una tendencia humana al dominio, a la sumisión, a la jerarquía y la obediencia, opuestas a la igualdad y la democracia. Como dijo recientemente un politólogo:

Los científicos evolucionistas Somit y Peterson ofrecen una cuenta informativa de las bases evolucionistas para nuestra oposición histórica (y actual) a la democracia. Para muchos este no será un mensaje bienvenido, como cuando te dicen que tienes la bragueta desabrochada. Aunque después del breve momento de cólera, se tiende a agradecer al mensajero por evitarnos más vergüenza.[17]

El señor cabeza de patata y los "Límites del crecimiento"

Su mente se deslizó hacia el laberíntico mundo del doblepensar. Saber y no saber, ser consciente de la verdad en su plenitud, mientras se están diciendo cuidadosamente mentiras construidas, para mantener simultáneamente dos
opiniones que se oponen entre sí, sabiendo que son contradictorias y creyendo ambas, usar la lógica contra la lógica, repudiar la moralidad mientras se reclama, creer que la democracia era imposible y que el partido era el guardián de la democracia, para olvidar aquello que era necesario olvidar, y entonces volverlo a traer a la memoria de nuevo en el momento oportuno, y de nuevo olvidarlo de repente otra vez, y sobre todo, aplicar el mismo proceso al proceso en sí, lo que era la sutileza final: introducir conscientemente la inconsciencia y después quedarte inconsciente en el acto de hipnosis que uno mismo había realizado. Incluso entender la palabra “doblepensar” implicaba el uso del doblepensar.
George Orwell. 1984.

Una vez que uno le coge el truco, entonces aparece como algo evidente que la teoría (económica) neoclásica del siglo XX se asemeja bastante al juego infantil del Sr. Cabeza de Patata, en el que lo divertido está en mezclar y juntar componentes sin mucha o sin ninguna preocupación por el resultado final.
Philip Mirowski.[18]

La teoría económica neoclásica moderna no tiene nada que ver con la ciencia. Es política disfrazada.[19] Los estudiantes de economía se programan (utilizando modernas técnicas de “doblepensar”) para que crean que no hay “límites al crecimiento”.[20] Una vez se gradúan, los economistas sirven como dispositivos robotizados de difusión que repiten mentiras elaboradas diseñadas para ocultar a “la gente” la naturaleza política de la economía. Su misión es simplemente proteger a la clase adinerada del examen público.

La mayoría de las creencias doblepensantes de los economistas son simples estupideces. Por ejemplo, los economistas creen que el capitalismo está movido por el dinero. Pero los científicos ya señalaron, hace unos cien años, que el capitalismo está movido por la energía:

El destino de hecho de todos los tipos de energía potencial (de posición) es ser convertidos en energía cinética (de movimiento). El primero puede compararse con el dinero o el capital en un banco y el segundo con el dinero que se encuentra en el momento de ser gastado… Si seguimos un paso más con esta analogía, veremos que se respeta al gran capitalista porque tiene a su disposición una gran cantidad de energía, y que tanto si es un noble como un soberano, o un general al mando, es poderoso sólo porque dispone de algo que le permite hacer uso de los servicios de otros. Cuando un hombre rico paga a un trabajador para que trabaje para él, en realidad está convirtiendo esa energía de posición en energía real…

El mundo de los mecanismos no es una fábrica en la que se crea la energía, sino más bien un mercado al cual se puede llevar energía de un tipo y cambiarla o comerciar para obtener energía de otro tipo, que venga mejor. Pero si llegamos sin nada en las manos, sin nada saldremos, muy probablemente.
[Balfour Stewart 1833, pags. 26-7;34][21]

Señores economistas, tomen nota, por favor, de la fecha y del profundo giro metafórico de la producción a la circulación. ¡El libro de Stewart había llegado a la sexta edición en 1883! Pero más de cien años después, premios Nobel de Economía como Milton Friedman todavía creían que la energía disponible es una función del precio del dinero. He aquí parte de una entrevista con el premio Nobel (merece la pena citarlo en extensión, dada su colosal estupidez):

Ravaioli: Pero hay muchos otros problemas ambientales...

Premio Nobel Friedman: Desde luego. Tome el petróleo, por ejemplo. Todo el mundo dice que es una fuente limitada: físicamente puede que lo sea, pero económicamente, no lo sabemos. Económicamente hoy hay más petróleo que el que había hace cien años. Cuando estaba todavía bajo tierra y nadie sabía que estaba allí, no era económicamente viable. Cuando los recursos están realmente limitados, los precios suben, pero el precio de petróleo ha ido bajando una y otra vez. Supongamos que el petróleo escaseara: el precio subiría y la gente comenzaría a usar otras fuentes de energía. En un sistema adecuado de precios, el mercado puede hacerse cargo del problema.

Ravaioli: Pero ahora sabemos que lleva millones de años que un pozo de petróleo se cree y que no se puede reproducir. Descansar sobre el petróleo significa vivir de nuestro capital y no de los intereses, que sería el rumbo adecuado ¿no cree?

Premio Nobel Friedman: Si viviésemos del capital, el precio de mercado subiría. El precio de los recursos realmente limitados aumentará con el tiempo. El precio del petróleo no ha subido, por tanto no estamos viviendo de nuestro capital. Cuando esto deje de ser cierto, el sistema de precios dará una señal y los precios subirán. Como sucede siempre con un recurso realmente limitado.

Ravaioli: Claro que el descubrimiento de nuevos pozos de petróleo ha dado
la ilusión de petróleo ilimitado…

Premio Nobel Friedman: ¿Por qué una ilusión?

Ravaioli: Porque ahora sabemos que es un recurso limitado.

Premio Nobel Friedman: Disculpe, pero no está limitado, desde un punto de vista económico. Tiene usted que separar los puntos de vista físico y económico. Muchos de los errores que tiene la gente provienen de esto. Como las estúpidas predicciones del Club de Roma: utilizaron una visión puramente física, sin tener en cuenta los precios. Hay muchos diferentes tipos de energía, algunos de los cuales son demasiado caros para ser explotados ahora. Pero el mercado, que afortunadamente es capaz de registrar y utilizar conocimiento muy disperso y la información de la gente de todo el mundo, tendrá en cuenta estos cambios.[22]

(¡Nota! Ninguna de las predicciones del Club de Roma ha fallado. Sospecho que Friedman no se preocupó de hacer su propia investigación y sencillamente confió en la desinformación liberal)

(Nota del Editor: para una defensa del Club de Roma y su informe "Los límites al crecimiento", ver Revisiting The Limits to Growth: Could The Club of Rome Have Been Correct, After All?, fichero PDF, 522 Kb, de Matthew R. Simmons).)

Incluso economistas, como el profesor Adelman, de renombre mundial, que dedicó su vida a la energía, están equivocados respecto a ésta:

El petróleo es un recurso renovable con un valor intrínseco que no va más allá de su coste marginal… No existe una reserva primigenia o almacenamiento de riqueza que deba distribuirse con algún criterio especial… Los mercados de capital están equipados para manejar (el agotamiento de petróleo).[23]

Las leyes

Aunque los textos económicos actuales ignoran las leyes de la Termodinámica [24] toda la materia y la energía del universo está sujeta a estas leyes. La Primera Ley (la Ley de la Conservación) dice que no puede haber creación de materia-energía, sólo transformaciones de materia-energía de una forma a otra. La Segunda Ley (la ley de la entropía) dice que los procesos espontáneos incrementarán el desorden (o entropía) de un sistema; las concentraciones de materia tienden a dispersarse, la estructura tiende a desaparecer y el orden se convierte en desorden. Es más, todos los procesos físicos reducen la energía total disponible.

Miles de millones de años de entradas de energía solar crearon una materia de baja entropía (concentrada) aquí en la Tierra. La materia de baja entropía es el prerrequisito para la vida humana. Los seres humanos utilizan la energía para alimentarse de materia de baja energía (y excretan materia de alta entropía, como deshecho). Cuando los seres humanos se quedan sin energía, mueren.

La línea de la evolución humana existe desde hace unos 5.000.000 de años; los seres humanos biológicamente modernos aparecieron hace unos 120.000 años y los seres humanos con comportamientos modernos aparecieron en algún momento entre los 120.000 y los 40.000 años. Durante millones de años, los seres humanos evolucionaron para “adaptarse” a un medio ambiente con miles de millones de años de antigüedad.

Energía neta

La clave para entender los asuntos de la energía es fijarse en el “precio energético” de la energía. Por definición, una “fuente” de energía tiene que producir más energía que la que consume; de lo contrario se denominan “sumideros”. Esta ley termodinámica es aplicable sin importar cuán alto sea el “precio monetario” de la energía.

Utilizamos o “gastamos” energía en sistemas que proporcionan energía, tal como las centrales térmicas que queman petróleo. Cuando se explora en busca de petróleo se gasta energía, construyéndose maquinaria para perforar en busca de éste. Cuando se perfora, se construye una central térmica o se construyen las líneas de alta tensión para transmitir la energía, cuando se cierra una planta y así sucesivamente, se consume energía. La diferencia entre la cantidad de energía generada y la cantidad de energía consumida, se conoce como “energía neta”.

El capitalismo quema “energía neta” para ganar dinero y no hay sustituto para la energía. Aunque los economistas están entrenados para tratar a la energía como cualquier recurso, no es como cualquier otro recurso. La energía neta es la precondición para todos los demás recursos.

Los "límites al crecimiento" inherentes al capitalismo

Uno de los aspectos más importantes de la energía es su “calidad”. Los diferentes tipos de combustible tienen calidades diferentes. Por ejemplo, el carbón contiene más energía por unidad de peso que la madera, lo que hace al carbón más eficiente que la madera para el almacenamiento y el transporte. El petróleo tiene un mayor contenido energético por unidad de peso y arde a mayor temperatura que el carbón; es más fácil de transportar y puede utilizarse en motores de combustión interna. Una locomotora diesel utiliza solo un quinto de la energía de una locomotora de vapor para tirar del mismo tren. El petróleo ofrece de 1,3 a 2,45 veces más valor económico por kilocaloría que el carbón, entre otras muchas ventajas.[25]

El petróleo es la energía de mayor calidad que usamos, y representa más del 38 % del suministro energético mundial. Ninguna otra fuente de energía iguala las cualidades intrínsecas del petróleo de capacidad de extracción, transportabilidad, versatilidad y coste. Las cualidades que permitieron al petróleo imponerse al carbón como principal energía en el mundo industrializado a mitad del siglo XX, son hoy tan vigentes como lo fueron entonces.

Este próximo siglo la energía neta (de origen) fósil (el petróleo, el gas y el carbón) pasará a ser negativa según se vayan agotando los recursos naturales (se espera que la producción mundial de petróleo llegue a su cenit hacia el 2005[26]) Es básicamente imposible proporcionar una nivel constante de energía neta, mientras la calidad de la energía agregada decae. Mantener la producción de bienes y servicios al nivel actual requerirá más energía que la que ahora generamos. Tener más energía en el futuro significa que la energía tiene que ser desviada de los sectores no generadores de energía a una economía de generación energética.

Los economistas son entrenados para creer que lo que es teóricamente posible desde el punto de vista económico, es también físicamente posible. Pero esto se les vuelve en contra: algo ha de ser físicamente posible antes de que sea económicamente posible. Es físicamente imposible (y por tanto, económicamente imposible) mantener la energía neta (por tanto el crecimiento económico no energético) una vez que la producción global alcanza su cenit.[27]

Conclusión lógica

¿Cuál es el resultado del exceso de la vida humana? Pues primero, la destrucción por infanticidio, como entre los chinos y los lacedemonios; segundo, el ahogamiento o la hambruna, como entre otras naciones cuya población es enorme respecto de sus alimentos; tercero, se consume en guerras y en enfermedades endémicas; y cuarto, se desborda, por emigración, a lugares en los que se puede obtener un exceso de alimento. James Madison[28]

Hoy, las enfermedades infecciosas causan aproximadamente el 37% de todas las muertes en el mundo. Es más, hemos calculado que aproximadamente un 40% de las muertes mundiales se pueden atribuir a factores ambientales varios, especialmente a los contaminantes orgánicos y químicos. Además, más de 3.000 millones de seres humanos sufren malnutrición y 4 millones de bebés y niños mueren anualmente de diarrea, que es causada principalmente por agua y alimentos contaminados.
David Pimentel[29]

El capitalismo puede ser visto como un proceso organizado para ingerir sistemas naturales vivientes (incluyendo a las personas) por un lado, y que excreta residuos y desechos muertos no naturales (incluida la gente) por el otro. Los mayores cambios en nuestro ambiente lo hacen inadecuado para nosotros (dejamos de “encajar”). De esta forma, la avaricia llevada a su lógica conclusión ha hecho buena su reputación como el más mortal de los siete pecados capitales, y miles de millones de personas morirán de una muerte horrible este siglo:

Finalmente, la inversión no puede ir al ritmo de la depreciación (es la inversión y la depreciación física, no la monetaria). La economía no puede dejar de poner su capital en la agricultura y en sectores básicos; si lo hiciese, la escasez de alimentos, materiales y combustibles restringiría aún más la producción. Así, el capital de la planta industrial comienza a declinar, llevándose consigo a los sectores de servicios y a la agricultura, que se han hecho dependientes de las entradas industriales. Durante un corto espacio de tiempo, la situación se volverá especialmente seria, porque la población seguirá creciendo debido a la inercia de la pirámide de población y al proceso de ajuste social. Finalmente, también la población comenzará a disminuir, a medida que la tasa de mortalidad se dispare por la falta de alimentos y servicios de salud.[30]

El colapso: un problema de ingeniería de sistemas

Tú ves las cosas; y dices: “¿Por qué?”. Pero yo sueño las que nunca fueron y
digo: “¿Por qué no?”
George Bernard Shaw

El “colapso” se define como la rápida transformación a un grado de menor complejidad, que implica generalmente una significativa menor cantidad de energía.[31] Las sociedades se “colapsan” cuando se hacen demasiado complejas para la energía base (de la que disponen). Por ello, el colapso del capitalismo es inevitable, debido a que el capitalismo tiene que crecer para sobrevivir; tiene que hacerse más y más complejo y consumir más y más energía.

Pero un “colapso planificado” –una simplificación planificada- no sólo mitigaría en gran parte el sufrimiento humano, sino que podría conducir a una nueva era dorada de ocio, música, artes y oficios; una sociedad más simple, más humana, más espiritual. Es más que obvio que el Sr. Cabeza de Patata no tiene respuestas, por lo que tenemos que ver el “colapso planificado”, como un problema de “ingeniería de sistemas”, no como un problema económico (es decir que simplemente “ajuste los precios”).

Se puede pensar de forma que si la única herramienta que existe es un martillo, entonces todo parece como un clavo. ¿Qué otra solución puede recomendar un economista al problema de un crecimiento económico desmesurado, excepto más crecimiento económico? Así que ¡envíen a los economistas a jubilarse y llamen a los científicos, ingenieros y gente de sistemas!

Puesto que la verdadera democracia es intrínsicamente inestable, el significado más obvio para “ingeniero” en nuestra nueva y sencilla sociedad es represión y coerción. Y ¿qué hay de aquel aparentemente insuperable problema del quis custodiet ipsos custodes? En el siglo XVII, los hombres no podrían imaginar una autoridad deus ex machina. Cuatrocientos años después, tenemos el ordenador digital. Los ordenadores podrían vigilar a la gente y otros ordenadores vigilar a los primeros. De hecho, se podría diseñar un sistema deus ex machina para proteger la integridad. De hecho, en órdenes de magnitud, este sistema sería más íntegro que el que se puede lograr de los humanos.

¿Qué se puede hacer para mitigar la pesadilla en ciernes? Propongo que retiremos la “avaricia” como nuestro principio central de organización y reemplazarlo con un pecado capital menos mortal: la “pereza”. Creo que la “Sociedad de la Pereza” sería un reemplazo espléndido a la Sociedad de la Avaricia.

La sociedad de la pereza

Para que el cuerpo social no quede en puro formulismo, se incluye tácitamente la garantía que por sí misma da sentido al resto, de forma que cualquiera que rehuse obedecer las normas generales, será obligado a hacerlo por el conjunto del cuerpo social. Esto no quiere decir otra cosa que se le forzará a ser libre; porque es la condición por la cual, al entregar a cada ciudadano a su país, se le asegura contra toda dependencia personal. Esta es la clave en la que se basa el trabajo de la maquinaria política; esto legitima por sí solo los compromisos civiles, los cuales, sin ello, serían absurdos, tiránicos y estarían sujetos a los más espantosos abusos.
Juan Jacobo Rousseau, 1762

Mis definiciones clave

(Lo que sigue no pretende ser una descripción coherente de una nueva sociedad; solo presenta algunas ideas conceptuales a consideración)

  • Problemática global: (Después del Club de Roma, 1972) La tragedia global del bien común, debido a que las personas están genéticamente programadas para reproducirse en exceso y hacer el mejor uso de su ambiente.

  • Bien común: El bien común es cualquier recurso que se trata como si perteneciese a todos. Cuando alguien reclama un recurso, sobre la base de que desea o necesita usarlo, uno dispone de un bien común. [32]

  • Necesidades: Las “necesidades” humanas tienen una base científica definida por la biología humana. Hace 35.000 años, tres millones de cazadores-recolectores “necesitaban” comunidad, abrigo, salud, agua y aire limpio, y unas 3.000 calorías diarias de alimentos nutritivos. Hoy, las personas siguen “necesitando” las mismas cosas que los cazadores-recolectores “necesitaban” entonces (excepto algunas calorías menos).

  • eMergía:[33] La eMergía (con una “M”) es la energía solar utilizada directa o indirectamente para realizar un servicio o hacer un producto. En otras palabras, la eMergía es el “coste” de un producto o servicio en unidades de energía solar.

¿Por qué eMergía? En realidad, la economía no es otra cosa que una monstruosa máquina (Rube Goldberg) de engullir energía para entregar “necesidades” a la gente. Pero cada uno de aquellos tres millones de cazadores-recolectores era un consumidor de energía equivalente al delfín común, mientras que cada uno de los 280 millones de estadounidenses equivale energéticamente a un cachalote. Obviamente, la economía es tremendamente ineficaz, cuando trata de satisfacer las “necesidades” de las personas.
           
No cabe duda de que mi afirmación golpeará en la línea de flotación de los economistas, porque, después de todo, ¿no es de eficacia de lo que trata la economía? El problema de la “eficacia económica” es que el “dinero” no es una medida de nada en el mundo real (como, por ejemplo las BTU’s). El dinero es poder porque el dinero da a las personas la capacidad de comprar y hacer las cosas que deseamos, incluyendo la compra y creación de otras personas (política). Por tanto, la “eficacia económica” se ve, adecuadamente, como un concepto “político” que fue diseñado para mantener el poder político de aquellos que ya lo tienen.

Durante un siglo, los teóricos han estado buscando formas de integrar la contabilidad económica y ambiental, utilizando frecuentemente la energía como una medida común. Pero estos esfuerzos han tenido un éxito limitado porque los diferentes tipos de energía disponible no son equivalentes. La medida de “eMergía” nos permite comparar los bienes de consumo, los servicios y el trabajo ambiental de diferentes tipos. La “transformidad” – la eMergía por unidad de energía -, nos permite comparar los diferentes tipos de energía disponible.

Por tanto, debemos desmantelar totalmente el sistema económico actual y reemplazarlo por otro nuevo que intente disminuir los costes de eMergía (no los costes monetarios) y que pueda ofrecer las necesidades básicas (no unos Cadillacs) a todo el mundo de una forma sostenible.

  • Desarrollo sostenible: El desarrollo sostenible mejora la calidad de vida y mantiene una continuidad con las condiciones físicas; exige que los sistemas sociales sean equitativos y los sistemas físicos circulares (las salidas industriales se convierten en entradas industriales).

  • Autoridad: Las metas (o ideales) no se producen por un consenso de los gobernados, sino más bien por una autoridad cualificada. Por ejemplo, las metas físicas del desarrollo sostenible tienen que provenir de las autoridades “científicas”, porque nadie más sabe cuáles tienen que ser. Todos los sistemas políticos contemporáneos son “autoritarios”, con una clase adinerada dirigiendo las pseudo democracias.

  • Coerción (en política): “Coartar” es obligar a alguien a actuar de una cierta forma, sea ésta mediante una promesa de recompensa o la amenaza de un castigo. Dos ejemplos obvios de coerción son nuestro sistema legislativo y los salarios.

  • La sola única solución humana: La “coerción mutua, acordada de forma mutua”[34]. Un sistema global de coerción (leyes, policía, castigos y recompensas). En principio, los bienes comunes globales sólo pueden ser gestionados a un nivel global, por personas que entiendan los sistemas físicos que están implicados: los científicos. La coerción global puede verse en las reacciones a nivel mundial sobre la desaparición de la capa de ozono y el calentamiento global. Es de resaltar que incluso los economistas entienden que la coerción autoritaria les puede mejorar:

Un grupo de economistas se había reunido en mi casa a cenar. Mientras esperábamos la comida que se estaba terminando de cocinar en el horno, traje un gran cuenco de nueces garrapiñadas al cuarto de estar donde el grupo estaba tomando unas bebidas. En pocos minutos habían vaciado la mitad del cuenco y me di cuenta de que se nos iba a ir el apetito. Tomé rápidamente el cuenco de nueces y
lo llevé de nuevo a la cocina (comiéndome algunas nueces en el camino, por supuesto). Cuando volví, mis colegas economistas en general, aplaudieron mi acción, pero entonces seguimos nuestra natural inclinación que consistía en
intentar analizar la situación hasta el final. La cuestión candente fue: ¿cómo nos
puede beneficiar la eliminación de una opción? Porque después de todo, si
hubiésemos querido dejar de comer nueces, podríamos haberlo hecho en cualquier
momento.[35]

Además de las leyes y los salarios, la coerción puede tomar muchas otras formas:

No resulta necesario construir una teoría del control cultural intencionado. En realidad, la fuerza de los procesos de control reside en su aparente ausencia. El resultado deseado del sistema se alcanza generalmente con un sistema institucional holgado, pero efectivo. Utiliza la educación de los periodistas y otros profesionales de los medios, con penalizaciones implícitas y recompensas por hacer lo que se espera de ellos, las normas que se presentan como reglas objetivas, e intrusiones, tan directas como infrecuentes, desde el exterior. La principal palanca es la
internacionalización de los valores.[36]

El primer paso sería establecer un gobierno global de algún tipo con la autoridad para proteger el bien común –nuestro sistema de soporte de la vida- así como la protección universal de los derechos humanos. Este gobierno debería también supervisar la fabricación “limpia” de dispositivos y sistemas de transporte “reparables”, “reutilizables” y energéticamente eficientes. Debería también asegurar la producción sostenible de alimentos básicos como el trigo, arroz, avena y pescado.

¿Parece represivo o restrictivo este nuevo tipo de gobierno global? En absoluto. Se puede lograr un amplio grado de libertad; de hecho, mucho más del que ahora tenemos.

Certificados de eMergía

El segundo paso consistiría en reemplazar el principio organizativo de la “avaricia” por el principio de la “pereza”; hacer estallar la trampa mortal del dinero-mercado-publicidad-consumo. La Sociedad de la Pereza no estaría basada en el dinero porque este es intrínsicamente insostenible. A cambio se basaría en “Certificados de eMergía.[37]

El gobierno global determinaría las “necesidades” de lo público, fijaría la producción industrial en línea con ellas y calcularía la cantidad de eMergía usada para satisfacer esas necesidades. El gobierno distribuiría entonces el poder de compra en forma de certificados de eMergía, siendo la cantidad emitida para cada persona el equivalente al reparto prorrateado de coste de la eMergía de los bienes de consumo y los servicios.

Los certificados de eMergía llevarían la identificación de la persona a la que se asignan y no serían negociables. Serían como un cheque bancario nominativo, pero en el momento de gastarlo. Se entregarían contra la compra de bienes o servicios en cualquier centro de distribución y se cancelarían automáticamente en un sistema contable uniforme. Al no ser negociables no se pueden perder, robar, jugar o entregar porque serían no válidos en las manos de cualquier otra persona que no fuese el destinatario.

Los certificados de eMergía perdidos podrían ser reemplazados fácilmente. Son como un cheque bancario sin denominación, presentándose tras ser gastados. Se entregan tras la adquisición de los bienes o servicios en cualquier centro de distribución y son cancelados de forma permanente, convirtiéndose en entradas en un sistema financiero uniforme. Al no ser negociables, no se pueden perder, robarse, apostarse o regalarse porque son inválidos en las manos de una persona distinta a aquella a la que fueron facilitados.

Si se pierde un certificado de eMergía se reemplaza fácilmente. Los certificados no pueden ahorrarse porque se declararían inválidos al final del período de dos años con cuya validez se emiten. Sólo pueden ser gastados.

La inseguridad de la vieja era quedaría abolida y, por tanto, el ahorro y los seguros resultarían innecesarios e imposibles. Los certificados de eMergía pondrían límites absolutos al consumo y darían a la gente un flujo garantizado de “necesidades” para vivir.

Con la moderna tecnología, quizá menos del 5% de la población podría producir todos los bienes que realmente “necesitamos”. Un determinado número de “productores” podrían ser asignados y entrenados por la sociedad para producir durante dos años. El resto puede quedarse en casa y dormir, cantar, bailar, pintar, leer, escribir, rezar, hacer pequeñas reparaciones, trabajar en el jardín y practicar el control de natalidad.

Autodeterminación

Cualquier comunidad cultural, étnica o religiosa podría establecerse por votación popular. Las comunidades religiosas podrían tener un predicador público en sus escuelas, prohibir el alcohol, no permitir la televisión que pueda corromper a sus niños, llevar uniformes o lo que quisieran. Las comunidades de escritores o pintores podrían establecer que el mal gusto fuese ilegal. Las comunidades étnicas podrían establecerse para preservar el lenguaje y las costumbres. Si a alguien no le gustan las reglas de una comunidad particular, podrían cambiarse a otra comunidad religiosa, cultural o étnica de su elección.

En resumen, la gran libertad que los individuos tendrían que sacrificar sería la libertad de destruir el bien común (en el sentido más amplio), la libertad para matar. Y a cambio, se les garantizaría un ingreso de por vida y libertad para vivir prácticamente de la forma que les apeteciese.

Juzgue por usted mismo quien tiene razón

La parábola de Dostoyeski se sitúa en la Sevilla del siglo XVI en la época de la Inquisición. El día posterior a una hoguera magnífica en la que cerca de un centenar de herejes fueron quemados vivos, Jesús desciende y es inmediatamente reconocido. El cardenal –que es el gran Inquisidor- le arresta al instante y lo envía a prisión. Esa tarde, la celda de Jesús se abre y el asceta y viejo Inquisidor entra a enfrentarlo. Durante unos pocos minutos hay un silencio y después el Inquisidor arranca el más terrible y profundo ataque contra la Cristiandad.

El Inquisidor acusa a Jesús de traición a la Humanidad, por rechazar deliberadamente los únicos caminos por los que los hombres podían haber sido felices. Este singular momento ocurrió cuando “el sabio y terrible espíritu de la autodestrucción y de la no-existencia” tentó a Jesús en el desierto, haciéndole tres preguntas.

En primer lugar, el espíritu pidió a Jesús que convirtiese las piedras en pan. Jesús lo rechazó porque deseaba que la humanidad fuese libre y ¿qué valor tendría la obediencia si pudiera ser comprada con pan?. Con ello, Él negó a los hombres su deseo más profundo: encontrar a alguien que les pueda descargar de la tremenda carga de la libertad.

Después, el espíritu pidió a Jesús que se arrojase desde lo alto del Templo “porque está escrito que los ángeles le tomarían antes de caer”. Jesús rechazó de nuevo hacer milagros, porque Él deseaba que la fe se diera libremente. Pero el Inquisidor explica que el hombre no puede vivir sin milagros, puesto que si se le priva de ellos, crea inmediatamente otros. El hombre es, por naturaleza, más débil y más elemental de lo que Jesús creía. “Al mostrarle tanto respeto, Usted… ciertamente dejó de sentir por él…”

La última tentación de Jesús fue dirigir el mundo para unir a toda la Humanidad “en un hormiguero unánime y armonioso, ya que el ansia de la unidad universal es la tercera y última angustia del hombre…”Él rechazó una vez más una de las formas por las que los hombres podrían haber sido felices.

El Inquisidor explica “No estamos (trabajando) con Usted, sino con él (el espíritu)… Hemos tomado la espada del César y al tomarla, desde luego le hemos rechazado a Usted y le seguimos a él. ¡Oh!, tienen que venir todavía tiempos de confusión del pensamiento libre, de su ciencia y canibalismo… Pero hemos corregido tu obra y la hemos fundado sobre el milagro, el misterio y la autoridad. Y los hombres se alegraron de ser de nuevo conducidos como corderos y que el terrible regalo que tanto sufrimiento les había acarreado, fuese al final, removido de sus corazones… Y todos serán felices, todos los millones de criaturas excepto los pocos centenares de miles que los dirigen. Sólo para los que guardamos el misterio habrá infelicidad… Ellos morirán pacíficamente, y pacíficamente expirarán en Su nombre, y más allá de la tumba no encontrarán otra cosa que la muerte”.

“Y sólo nosotros los alimentaremos…” continúa el Inquisidor, “¡Oh, nunca jamás se podrán alimentar por sí mismos sin nosotros! No habrá ciencia par darles pan, en tanto permanezcan libres. Al final arrojarán su libertad a nuestros pies y nos dirán: ‘hacednos vuestros esclavos, pero dadnos de comer’”

Feliz año 2K1
Jay

REFERENCIAS

[1]ENERGY AND HUMAN EVOLUTION, by David Price, 1995; http://dieoff.com/page137.htm (ENERGÍA Y EVOLUCIÓN HUMANA)

[2] COMPLEXITY, PROBLEM SOLVING, AND SUSTAINABLE SOCIETIES, by Joseph A. Tainter, 1996; http://dieoff.com/page134.htm(COMPLEJIDAD, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS Y SOCIEDADES SOSTENIBLES).

[3] DONOR REPORTEDLY CONTRADICTS WHITE HOUSE, Reuters, 07/27/97. (DONANTE CONTRADICE A LA CASA BLANCA)

[4] p. 41, THE PASSIONS AND THE INTERESTS, Albert O. Hirschman & Amartya Sen;Princeton,1997;http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0691015988/brainfood.a (LAS PASIONES Y LOS INTERESES, pág. 41)

[5] p. 33, Hirschman, 1997.

[6] pp. 14-15, Hirschman, 1997. Ver también Huppert:

Las rebeliones campesinas no eran sucesos excepcionales. Surgieron muy frecuentemente en el curso de aquellos cuatro siglos que se puede decir que fueron tan comunes en las sociedades agrícolas como las huelgas fabriles lo fueron en el mundo industrial. Sólo en el suroeste francés hubo unas 450 rebeliones entre 1590 y 1715. No había región en toda Europa occidental que quedase exenta de este patrón de violencia
crónica. El temor a la sedición estaba siempre presente en las mentes de aquellos que gobernaban. Era un miedo correctivo y saludable, pues sólo el temor a la insurreción podía actuar como un seguro contra las exacciones ilimitadas. [ p 80, AFTER THE BLACK DEATH, George Huppert; Indiana Univ. Pr.,1998; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0253211808/brainfood.a ] (DESPUÉS DE LA MUERTE NEGRA, pág. 80)

[7] Los siete pecados capitales eran orgullo, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Estos siete pecados no se escogieron por ser todos ellos pecados graves o por su severidad, sino porque son la fuente inevitable de otros pecados.

[8] Montesquieu citado por Hirschman, 1997 en pag. 72.
[9] Smith, citado en pág. 100 por Hirschman, 1997.

[10]James Madison fue el cuarto presidente de los EE UU (1809-1817). Miembro del Congreso Continental (1780-1783) y de la Convención Constitucional (1878), apoyó fervientemente la ratificación de la Constitución y contribuyó a los Ensayos Federalistas (1787-1788) que argumentaban la efectividad de la constitución propuesta. Madison ha sido descrito por el historiador político Richard K. Matthews como el “príncipe maquiavélico ideal”, el “padre de la constitución”, el “padre de la Carta de los derechos”, el “padre de los partidos políticos” y el “padre de las libertades privilegiadas”.

[11] Madison citó en p. 86, IF MEN WERE ANGELS: James Madison & the Heartless Empire of Reason, Richard K. Matthews; Kansas, 1995; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0700608079/brainfood.a (SI LOS HOMBRES FUESEN ÁNGELES)

[12] p. 79, Matthews, 1995.

[13] p. 84, Matthews, 1995.

[14] Madison citadoen p. 67, Matthews, 1995.

[15] Ibid

[16] p. 12, THE MAXIMUM WAGE, Sam Pizzigati; Apex,
1992; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0945257457/brainfood.a (EL SALARIO MÁXIMO)

[17] Robert E. Lane, Profesor Emérito de Ciencia Política, Universidad de Yale, y antiguo presidente, Asociación Americana de Ciencias Políticas, comentando sobre DARWINISM, DOMINANCE, AND DEMOCRACY: The Biological Bases of Authoritarianism, (DARWINISMO, DOMINIO Y DEMOCRACIA: Las bases biológicas del autoritarismo) de Albert Somit y Steven A. Peterson; revisado y a la venta en http://info.greenwood.com/books/0275958/0275958175.html ; O en http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0275958175/brainfood.a ¡Nota!Los antropólogos utilizan los términos jerarquía, dominio, etc., de forma diferente a los psicólogos evolucionistas, y hacen más caso al igualitarismo, a la cooperación y al reparto. Así que uno tiene que leer el material para saber qué significan exactamente esos términos. Esta gran página web ayudará a hacerlo: http://mitpress.mit.edu/MITECS/culture.html

[18] p. 294, MORE HEAT THAN LIGHT, Philip Mirowski; Cambridge, 1989; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0521426898/brainfood.a(MÁS CALOR QUE LUZ)

[19] Ver, por ejemplo, mi LUNATIC POLITICS en http://dieoff.com/page141.htm (POLÍITCA DE LUNÁTICOS).

Sobre la última palabra en metodología (económica) neoclásica dice Keita:

La mayor parte de este texto se dedicó a elevar las reclamaciones de la teoría económica neoclásica a un estadio científico. Dadas las ideas contemporáneas sobre la naturaleza de la teoría científica, examiné la teoría económica neoclásica tanto desde las perspectivas de sus fases históricas como contemporáneas. Demostré que la teoría cardinal de la utilidad que formó las bases de la primera teoría neoclásica, se hizo sobre la base de su incapacidad para medir la utilidad en ninguna forma aceptable por el método científico. Su sustituto, la teoría ordinal de la utilidad, se mostró igualmente inaceptable. Las pretensiones científicas de la teoría de la utilidad ordinal y su correlación, la teoría de la preferencia revelada, se veían comprometidas por la estructura normativa del postulado fundacional de la racionalidad. La naturaleza acientífica de la teoría de la utilidad ordinal salió más adelante reforzada por el papel de aislamiento que jugó la condición ceteris paribus.

Esta crítica general se extendió no sólo a la teoría neoclásica de la elección de agente individual, sino también a la teoría general del equilibrio y a la teoría económica neoclásica del bienestar. Dada la insatisfacción general con la teoría neoclásica, se han propuesto algunas teorías alternativas, pero el problema con las últimas es que, con muy pocas excepciones, se basan sobre la premisa de que es posible una ciencia económica objetiva a pesar de los fallos actuales. Resalté las deficiencias de aquellas teorías y argumenté que no se podía hacer un análisis que fuese científico sobre la naturaleza humana del proceso humano de decisión, en la forma en que las ciencias naturales se consideran científicas. Los estados mentales a los que hay que invocar para explicar el comportamiento no pueden ser sujetos de análisis empíricos. Los intentos de los teóricos de establecer teorías explicativas apelando a conceptos heurísticos tales como la racionalidad fueron insatisfactorios. El asunto es que la “racionalidad” juega un papel normativo similar al de la “deidad” en la teoría ética.

Los sociólogos pueden registrar de hecho el comportamiento de animales en forma de normas culturales, como “bondad”, “maldad”, “desviación” y similares, pero deben reconocer que las teorías del comportamiento basadas en esos conceptos son necesariamente normativas. Igualmente, los teóricos neoclásicos que abrazan una particular noción de racionalidad y basando sus teorías en tales formulaciones están indudablemente formulando una teoría normativa. Mi análisis mostró que los teóricos neoclásicos del comportamiento económico se enfrentan al dilema de restringir su análisis a una taxonomía caso a caso de selección individual de agentes, dada la inaccesiblidad a los estados mentales, o basar sus teorías explicativas en la normativa heurística de la elección racional. Ninguna alternativa produce resultados científicos. [ pp.150 SCIENCE,RATIONALITY,AND NEOCLASSICAL ECONOMICS,LD. Keita Delaware1992.http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0874134102/brainfood.a

(CIENCIA, RACIONALIDAD Y ECONOMÍA NEOCLÁSICA)

[20] Parece que incluso (o especialmente) los economistas de mucho fuste, como William Nordhaus, Robert Solow, Milton Friedman y M. A. Adelman no son capaces de entender… ¡ni siquiera de lo que trata el debate! Como respaldo, he aquí un extracto de LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO:

Nuestro Modelo* global se diseñó específicamente para investigar las cinco mayores tendencias de la preocupación global: la industrialización acelerada, el rápido crecimiento de población, la generalización de la malnutrición, el agotamiento de los recursos no renovables y el deterioro del medio ambiente. Esas tendencias están todas interconectadas de muchas formas y su desarrollo se mide en décadas o siglos, más
que en meses o en años. Con el modelo buscamos entender las causas de esas tendencias, sus interrelaciones y sus implicaciones hasta con un siglo de perspectiva en el futuro.

El modelo que hemos construido es, como cualquier otro modelo, imperfecto, muy simplificado e inacabado. Somos muy conscientes de estas limitaciones, pero creemos que es el mejor modelo disponible hoy día para tratar los problemas a largo plazo en el gráfico espacio-temporal. A nuestro juicio es el único modelo formal existente que verdaderamente es de alcance global, que tiene un horizonte mayor de 30 años y que incluye importantes variables, tales como población, producción de alimentos y contaminación, no como entidades independientes, sino como elementos dinámicamente interactivos, como lo son en el mundo real.

Puesto que el nuestro es un modelo formal o matemático, tiene también dos importantes ventajas sobre los modelos mentales. Primero, cada supuesto que hacemos se escribe de forma precisa, de forma que está abierto a la inspección y a la crítica para cualquiera. Segundo, después de que los supuestos han sido supervisados, discutidos y revisados para que concuerde con nuestro mejor conocimiento actual, sus implicaciones sobre el comportamiento futuro del sistema mundial, pueden ser trazados sin error por un
ordenador, sin importar lo complicados que puedan ser.

Intuimos que las ventajas señaladas anteriormente, hacen este modelo único entre los modelos matemáticos y mentales globales de los que hoy disponemos. Pero no hay razón para quedarnos satisfechos con su estado actual. Intentamos alterarlo, expandirlo y mejorarlo, según nuestro propio conocimiento y las bases de datos mundiales vayan mejorando gradualmente.

A pesar del estado preliminar de nuestro trabajo, creemos que es importante publicar ahora el modelo y nuestros descubrimientos. Se toman cada día decisiones, en cada parte del mundo, que afectarán a las condiciones físicas, económicas y sociales de sistema mundial en las próximas décadas. Esas decisiones no pueden esperar a modelos perfectos y al conocimiento completo. Se tomarán sobre la base de algunos modelos, escritos o mentales, en cualquier caso. Creemos que el modelo aquí descrito está ya lo
suficientemente desarrollado para ser de utilidad a los que toman las decisiones. Es más, los modos básicos de comportamiento que ya hemos observado en este modelo parecen ser tan fundamentales y generales que no esperamos que nuestras primeras conclusiones puedan ser alteradas significativamente por revisiones posteriores. Este libro no tiene el propósito de ofrecer una descripción completa y científica de todos los datos y ecuaciones matemáticas que se incluyen en el modelo mundial. Esa descripción se puede encontrar en el informe técnico final de nuestro proyecto. Más bien, en Los Límites del Crecimiento resumimos las principales características del modelo y nuestros descubrimientos en una forma breve, no técnica. No se pretende hacer énfasis en las ecuaciones o en lo intrincado del modelo, sino en lo que nos dice sobre el mundo. Hemos utilizado el ordenador como una herramienta para ayudarnos a entender las causas y
consecuencias de las tendencias aceleradas que caracterizan el mundo moderno, pero no es necesaria la familiaridad con los ordenadores para comprender o discutir nuestras conclusiones. Las implicaciones de esas aceleradas tendencias arrojan aspectos que van más allá del propio dominio de un documento puramente científico. Tienen que ser debatidas por una comunidad más amplia que la de los científicos. Nuestro propósito aquí es abrir ese debate.

De nuestro trabajo han surgido las siguientes conclusiones. No somos, desde luego, el primer grupo que las ha establecido. En las últimas décadas, personas que han mirado el mundo desde una perspectiva global y a largo plazo, han llegado a conclusiones similares. No obstante, la inmensa mayoría de los políticas parecen estar persiguiendo activamente metas que son contradictorias con esos resultados.

Nuestras conclusiones son

1. Si las tendencias de crecimiento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción alimentaria y el agotamiento de los recursos siguen inalterables, se llegará al límite de crecimiento en este planeta en algún momento de los próximos cien años. El resultado más probable será un declive repentino e incontrolable, tanto de la población como de la capacidad industrial.

2. Es posible alterar esas tendencias de crecimiento y establecer una condición de estabilidad ecológica y económica que se pueda sostener hacia el futuro. El estado de equilibrio global se podría diseñar de forma que las necesidades básicas de cada persona sobre la Tierra fuesen satisfechas y que cada persona tuviese una oportunidad igual de realizar su potencial humano individual.

3. Si los pueblos del mundo deciden luchar por este segundo objetivo, antes que por el primero, cuanto antes comiencen a trabajar por obtenerlo, mayor será la posibilidad de éxito.

Esas conclusiones están tan lejos de alcanzarse y suscitan tantas preguntas que estamos francamente desbordados por la enormidad del trabajo que debe hacerse. Esperamos que este libro sea de interés a otras personas, en muchos campos de estudio y en muchos países del mundo, para crear los horizontes de espacio y tiempo de sus preocupaciones y para que se unan a nosotros en el entendimiento y preparación de este período de gran transición, la transición desde el crecimiento al equilibrio global. [pp. 21-24, LIMITS TO
GROWTH, by Meadows et. al, Universe, 1972] (LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO)

*El modelo del prototipo en que hemos basado nuestro trabajo fue diseñado por el profesor Jay W. Forrester del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Una descripción de este modelo se ha publicado en su libro World Dynamics (Cambridge, Mass.: Wright-Allen Press, 1971).

En MODELO LETAL 2: Los límites del crecimiento revisados, [ECONOMIC ACTIVITY #2, Brookings, 1992]

William Nordhaus interpretó mal el objeto central de “Los límites del crecimiento”. Aunque estos modelos proyectaban una “industrialización acelerada, un rápido crecimiento de la población, una generalización de la malnutrición, el agotamiento de los recursos y el deterioro del medio ambiente” (ver arriba), Nordhaus creyó que el libro trataba sobre el “crecimiento económico”: Hace dos décadas surgió un furioso debate sobre lo posible y deseable del futuro crecimiento económico. La imaginación popular fue cautivada por un estudio de la economía mundial titulado Los Límites de
Crecimiento. Este trabajo, patrocinado por el misterioso nombre de El Club de Roma, convenció a muchos de que un crecimiento económico sin trabas tenía que tener un fin y que el mundo estaba entrando en la “era de los límites”.

El surgimiento de la escuela de los anti-crecimiento fue la cúspide de un largo ciclo intelectual de pesimismo sobre el crecimiento económico que comenzó con el reverendo T. R. Malthus a principios del siglo XIX. Pero tales preocupaciones se disiparon de la conciencia pública en los 70 y a principios de los 80, con la inmediatez de los precios disparados del petróleo, de una creciente crisis de deuda internacional, desequilibrios fiscales emergentes y una desaceleración de la productividad y de los salarios reales, que
desplazó las preocupaciones más vagas y a largo plazo sobre los disminución de los recursos y la creciente entropía. [pag.1]

Al malinterpretar a Malthus y todo el debate sobre Los Límites de Crecimiento, Nordhaus no encuentra límites “teóricos” al crecimiento económico, y mira hacia el crecimiento económico del pasado como una evidencia empírica:

Finalmente, pues, el debate sobre el futuro del crecimiento económico es empírico, y la solución del debate exigirá que los analistas examinen los principales parámetros estructurales de la economía. Hay que examinar algunos aspectos críticos. ¿Cuan extensos son los drenajes de los recursos naturales y de la tierra? ¿Cuál es la relación cualitativa entre el cambio tecnológico y el drenado de los recursos de la tierra? ¿Cómo se comporta el crecimiento de la población según aumentan los ingresos? ¿Cuánto es posible sustituir de trabajo y capital, por un lado, y los escasos recursos naturales, la tierra y la reducción de la contaminación por el otro? Estas son cuestiones empíricas que no puede resolverse únicamente con la teoría. [pag. 16]

Nordhaus cree que si existen “límites al crecimiento”, deberíamos encontrarlos en el declive de “la productividad y los niveles de vida”. De hecho, descubre que hay límites, y que representan una caída de “un cuarto de punto porcentual por año” en productividad laboral.

El período desde 1973 no ha sido un tiempo feliz para la mayoría de los países industriales avanzados. Las estimaciones de Angus Maddison sugieren que la producción per capita ha crecido un 1,6% por año durante la época “capitalista”, desde 1820 a la actualidad. Pero, como es bien conocido, el crecimiento de la productividad y de los niveles de vida se ha ralentizado de forma importante en las dos últimas décadas en
los países industrializados. La tabla 1 muestra los datos sobre productividad laboral en la economía privada, en la economía privada no agrícola y en la fabricación, desde el año 1870 hasta el último pico de la crisis en los negocios en 1989. Los resultados de las dos últimas décadas han estado muy por debajo de cualquier subperíodo, tanto de la economía privada total como de la privada no agrícola. En fabricación, los recientes
resultados han estado cerca del crecimiento nulo, aunque los datos de la última década están parcialmente alentados por el uso de índices hedónicos (particularmente los ordenadores), que no eran aplicados a similares mejoras de la calidad de los productos en años anteriores.

¿Son estas alarmas signos de una desaceleración del crecimiento por la limitación de los recursos? Las estimaciones de la desaceleración de la productividad en los EE UU, atribuyen parte de ello al “agotamiento” generalizado. En estudios sobre la desaceleración de la productividad, hay dos fuentes específicas de la desaceleración que parecen estar relacionadas con el agotamiento de los recursos por los límites del
crecimiento. Primero está el agotamiento literal de petróleo de alta calidad, del gas y otros recursos naturales (aunque este agotamiento queda a veces contrarrestado por nuevos descubrimientos y por el cambio tecnológico). A medida que los países se vean forzados a moverse hacia fuentes de energía de mayor coste o a sustituir otros ingresos de combustibles de bajo coste, la producción neta de la economía caerá. Una segunda fuente del declive es la necesidad de desviar parte de la capacidad productiva de la economía a
reducir la contaminación o a limpiar los deshechos de contaminaciones pasadas.

Junto con Edward Denison, John Kendrick, Martin Neil Baily, Robert J. Gordon, Charles L. Schultze y otros economistas, he intentado estimar el motivo del enfriamiento de la productividad en los EE UU. En la actualidad, los economistas creen que hay una gran cantidad de factores implicados. Los estudios sugieren que el “agotamiento” es responsable de aproximadamente un cuarto de punto porcentual por año del 1,5% de caída en la productividad laboral desde 1948-73 a 1973-1980. No existen estimaciones para el período más reciente, pero el papel del agotamiento parece ser considerablemente menor, dado el declive de los precios de la energía y el menor crecimiento en gastos de control de contaminación [pags. 20-22]

…una economía gestionada de forma eficaz no debe temer encallar en los arrecifes del agotamiento o del colapso medioambiental, lo que deja la responsabilidad de una sabia conducción de nuestra economía en nuestras propias manos. El peligro no reside en las estrellas, sino en nosotros mismos. [pag. 43]

¡¡Desde luego!! Considérese la desinformación deliberadamente publicada enPLENTY OF GLOOM, 12/02/97http://www.economist.com/editorial/freeforall/20-12-97/xm0002.html (MUCHA TENEBROSIDAD)

Para ver lo que dice actualmente Los límites del Crecimiento: http://www.dieoff.org/LimitsToGrowht.htm

[21] p. 132, Mirowski, 1989.

[22] Milton Friedman citadoen p. 33, ECONOMISTS AND THE ENVIRONMENT, Carla Ravaioli; Zed, 1995; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/1856492788/brainfood.a (ECONOMISTAS Y MEDIO AMBIENTE)

[23] p. 34, 328, THE GENIE OUT OF THE BOTTLE: World Oil Since 1970, M. A. Adelman; MIT, 1995; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0262011514/brainfood.a (EL GENIO FUERA DE LA BOTELLA) Profesor de Economía, el profesor emérito Adelman ha sido uno de los economistas más famosos del mundo en energía y recursos y un analista prominente de los mercados internacionales de petróleo y gas. Ha trabajado como editor del Journal of Industrial Economics y en el consejo editorial de The Energy Journal, Energy Economics, Energy Policy, y Resources and Energy. El profesor Adelman ha
trabajado también enAmerican Petroleum Institute's, en el Comité Coordinador de Estadísticas y Economía, El Comité Ejecutivo Asesor de la Comisión Federal de Energía, elGas Research Institute's, en consejo asesor de American Economic Association's El Comité Asesor de la Oficina del Censo y en el Panel de la National Academy of Science's sobre estadísticas de gas natural. Ha recibido el reconocimiento del American Institute of Mining, Metallurgical and Petroleum Engineers y de la International Association of Energy Economists (IAEE), y ha trabajado como Presidente de la IAEE. ¡Pero está equivocado respecto de la energía!

[24] Los físicos incorporaron la Termodinámica (se cambió de “producción” a “circulación”) hace unos 100 años. ¡Pero los modernos textos económicos, tales como McConnell&Brue, 1999 y Samuelson&Nordhaus, 1988 aún no discuten sobre la Termodinámica o la entropía!

Una respuesta puede residir en el hecho de que la economía no es más que una creencia mecanicista (aunque defendida con un vigor fanático) que mediante el intercambio de bienes por dinero, puede hacer mejorar a los países. Es cierto que al comprar de otro país podemos evitar el agotamiento de los recursos y la degradación ambiental en el nuestro, pero la degradación se transfiere al país suministrador. Si el país que nos vende esos bienes, nos compra los materiales, evita su propio agotamiento de recursos y de destrucción ambiental y nos transfiere el impacto de vuelta. Así, mientras estemos todos implicados ( y utilicemos la ventaja económica de los demás), no vamos a impedir el daño medioambiental comerciando con otros, y ello no puede ofrecer beneficios ambientales perpetuos, como si de una máquina de movimiento perpetuo se tratase. De hecho, si funcionase así podríamos alcanzar la integridad ambiental absoluta simplemente vendiendo nuestros productos a los demás y comprándolos de nuevo de ellos. Esa proposición es claramente absurda. Veremos que no existen ventajas globales medioambientales que se puedan obtener del comercio internacional y se pierde mucho capital medioambiental mientras muchos activos interesantes quedan destruidos en el proceso.

Desafortunadamente, existe una ley física, que es la ley de la entropía, que no permite que el movimiento perpetuo tenga lugar y una ley técnica, el límite de Carnot de la eficiencia máxima, que no permite que se utilice ninguna materia o energía sin generar alguna pérdida. Esto significa que es imposible convertir el 100% de la energía y la materia en un producto útil. Las máquinas de calor, en el mundo real, no pueden exceder de una eficiencia teórica del 60%, mientras que la mayoría de los procesos de producción tienen eficiencias de entre el 25 y el 0%. La última cifra es para todos los medios de transporte, que son una pérdida total en términos físicos. El transporte no añade nada al valor real de un producto. Sólo en la evaluación económica, algo puede tener más valor en un sitio que en otro, pero lo que es el producto, sólo puede deteriorarse en ese proceso.

Por tanto, los procesos económicos no son posibles sin algún tipo de degradación de planeta [pgs. 59-60 TOES Proceedings 1995, Gerhard Weissmann ]

[25] p. 87, BEYOND OIL, Gever et al., Univ. Pr of Colorado, 1991; http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0870812424/brainfood.a (MÁS ALLÁ DEL
PETRÓLEO)

[26] THE END OF CHEAP OIL, by Campbell and Jean H. Laherrère; Scientific American, March, 1998; http://dieoff.com/page140.htm (EL FIN DEL PETRÓLEO BARATO. Investigación y Ciencia. Marzo de 1998)

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Por Jay Hanson
Versión original en http://dieoff.org/page168.htm
1er. Trimestre de 1999.
Permiso para copiar expresamente garantizado
Traducido por Pedro A. Prieto y revisado por Ricardo Jiménez Gómez



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