TOCA
DECRECIMIENTO ¿Ordenado o Desordenado?
Que lo que ya está llegando es la fase
de Decrecimiento es algo difícil de discutir, ya que
salvo que aparezca de repente una fuente de energía que pueda suplir el vacío
que irá dejando el petróleo y sus derivados (lo cual sería Cisne
Negro positivo de unas
magnitudes colosales, que obviamente la mayoría de la gente no concebimos a día
de hoy), lo cual no parece demasiado probable, por lo que no debemos albergar
demasiadas esperanzas tecno-optimistas. Que se recurra a petróleos no
convencionales, con bajas TRE de
difícil obtención y procesado es prueba de que no hay "plan B", al
menos por el momento.
Desde los gobiernos e instituciones de
la mayoría de países, se está empleando un maquillaje contable para disfrazar
nimias recuperaciones, manipulando datos macroeconómicos, modificando la forma
clásica de calcularlos (por ejemplo, incluyendo la prostitución y el tráfico de
drogas en España), con el objetivo de vender mediáticamente una supuesta salida
de la crisis y una vuelta a la senda del crecimiento económico. En muchos
casos, se disfraza el fenómeno económico "Rebote del
Gato Muerto", como si de una recuperación firme y estable se
tratara, siempre ayudándose de los Medios de Comunicación de Masas (MSM),
fieles lacayos de quien les "apoye" económica e institucionalmente.
Tanto los gobiernos, como la población que los sustenta (por acción o inacción) en la poltrona de poder, tendríamos que elegir la forma de Decrecimiento que queramos aplicar desde este mismo momento, pero me temo, que ni se nos va a preguntar, ni estamos muy mentalizados de que la "solución" menos dolorosa pasaría por un Decrecimiento Ordenado (DO). Por lo general, se sigue enarbolando la bandera del crecimiento como si de la tierra prometida se tratase, ignorando las muchas señales que nos indican justo lo contrario.
Esta ceguera, esta negación, de momento, nos lleva hacia el escenario de Decrecimiento Desordenado (DD), al no intentar cambiar y adaptarse a la situación venidera, lo cual requiere años, esfuerzo y por que negarlo, algo de sufrimiento al tener que cambiar hábitos muy arraigados en la sociedad. Lo que pica cura, una especie de hormesis a nivel sociológico sería muy deseable, pero de momento, no parece haber una masa crítica en pro del DO.
Por contra, parece que el DD si cuenta con más adeptos, sea de forma voluntaria o inconsciente, o desde una posición de poder o de ciudadano raso, se ven muchas actitudes que nos abocan a este desorden, colapso o shock, que traerá a la fuerza los cambios que nos hayamos negado a llevar por la vía voluntaria. Aquí podemos aseverar que, cuanto más nos demoremos en empezar una transición de modelo, más probable será un Colapso y más traumáticas sus consecuencias, al ser menor el tiempo de adaptación al cambio o más grave la situación a la que deberemos adaptarnos.
Como ya hemos hablado, la opinión mayoritaria y la sostenida por los MSM, es que la solución es crecer más, y el ímpetu de nuestro sistema para perpetuar ya sea a base de degradar el bienestar social o el medio ambiente, o a base de falsear los datos macro, solo nos adentra en un futuro escenario más adverso, al haber procrastinado hasta el límite. Es lo que tiene, que solo tengan altavoz mediático suficiente los economistas "gurús"del crecimiento, que basan sus análisis y predicciones en base a lo que les conviene, atendiendo solo a intereses personales. Al pensar en las previsiones y escenarios de estos "Econolistos", me viene a la mente el ejemplo que menciona Nicolas Nassim Taleb en su "Cisne Negro" y "Antifrágil" del pavo, que como desde pequeño ha sido alimentado y tratado como si fuese una mascota, no se espera el día de Acción de Gracias, y su sacrificio es una sorpresa para el, ya que nunca se había enfrentado antes a esa situación, por lo tanto, no entraba dentro de sus planes futuribles:
Luego, hay otro tipo de
opiniones, que aun conociendo la situación actual, y aceptando las premisas de
que sí toca decrecer, prefieren continuar como siempre (BAU),
dando por inevitable el colapso en ciernes, manteniendo una postura que
podríamos bautizar como "atomarporculismo", muy arraigada en el
pensamiento dominante en Españistan; recordemos el mantra de la Burbuja
Inmobiliaria, de los llamados "nunca-bajistas", que decían, con otras
palabras algo como "Antes de malvenderlo [el pisito] lo quemo". Un
ejemplo de esta tendencia de opinión, que entiendo, pero por supuesto, no
comparto, la podemos ver en un texto de Javier Pérez, que pudimos leer en The Oil
Crash recientemente.
Todos tenemos días en los que se
pierde la esperanza, pero caer en esta posición en el momento actual nos lleva
a nihilismo peligroso, que reniega siquiera de intentar paliar o redistribuir
las cargas del cambio de paradigma de forma más justa y equitativa, y
simplemente dejarse llevar a la deriva por los acontecimientos. El conocimiento
es poder, al menos poder de influencia en nuestros círculos cercanos, por lo
que debería ser nuestro deber moral el divulgar y tratar de concienciar al
menos a quienes nos rodean. Aunque he de admitir, que a veces es harto
complicado mantener esperanzas y ganas de seguir remando a contracorriente,
entonces es cuando la misantropía puede apoderarse de nosotros.
Todavía hay posturas que abogan por un DD más duro y traumático, los warmongers, gente que desde posiciones de cierta influencia (política, periodismo) aboga por la guerra y por la destrucción, imagino que con visos de disminuir la demanda energética y el consumo, allá donde se genera el conflicto, o simple y llanamente por defender los intereses de aquellos que tienen la intención de apropiarse de los recursos energéticos del país en cuestión. Vemos que viene siendo tónica habitual la generación de estados fallidos y desestructurados, en los que el consumo disminuye; tenemos como ejemplo a Irak, Libia, Egipto o la misma Ucrania, que de alguna u otra forma tienen tintes energéticos detrás.
Todavía hay posturas que abogan por un DD más duro y traumático, los warmongers, gente que desde posiciones de cierta influencia (política, periodismo) aboga por la guerra y por la destrucción, imagino que con visos de disminuir la demanda energética y el consumo, allá donde se genera el conflicto, o simple y llanamente por defender los intereses de aquellos que tienen la intención de apropiarse de los recursos energéticos del país en cuestión. Vemos que viene siendo tónica habitual la generación de estados fallidos y desestructurados, en los que el consumo disminuye; tenemos como ejemplo a Irak, Libia, Egipto o la misma Ucrania, que de alguna u otra forma tienen tintes energéticos detrás.
Detrás de todo esto, además de
los intereses económicos, hay una gestión de riesgos nula y un cortoplacismo
patológico bastante preocupante. En Ucrania hemos visto como el hijo del vicepresidente Joseph Biden ha tomado la batuta de
la principal empresa gasística del
país, con intenciones de explotar vía Fracking recursos en la zona. La verdad
que asusta de lo que son capaces algunos por asegurarse "su futuro",
como si no fuese éste ligado al del resto de la humanidad.
Mientras, en el otro lado, los grupos que abogan por un DO, son ignorados o ninguneados, al carecer de altavoz mediático necesario o simplemente por la "incomodidad" para muchos del mensaje decrecentista. La cuestión, es que ignorar los problemas no los hace desaparecer.
Mientras, en el otro lado, los grupos que abogan por un DO, son ignorados o ninguneados, al carecer de altavoz mediático necesario o simplemente por la "incomodidad" para muchos del mensaje decrecentista. La cuestión, es que ignorar los problemas no los hace desaparecer.
Por último, dar un mensaje de animo, y agradecimiento, a todas aquellas
personas que desinteresadamente dedican su tiempo y esfuerzo a luchar por un
cambio, si no a mejor, al menos que palie y minimice el trauma en estos
momentos de confusión sistémica. Pese a que se nos pueda llamar agoreros,
pesimistas, amargados o incluso "conspiranoicos" (si, me han llegado
a llamar así), no hay que desistir, al menos hay que seguir diciendo lo que de
momento no tiene su espacio en los principales medios de comunicación.
Un saludo.
Un saludo.
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