El
pasado 22 de marzo tuvo lugar en el Prat de Llobregat (Barcelona) la asamblea
constituyente de Eticom-Som Connexió, una cooperativa de consumo sin ánimo de
lucro, cuyo objetivo es crecer y consolidarse como proveedora de servicios de
conexión a internet y de telefonía fija y móvil desde parámetros éticos,
sociales y colaborativos; así como de aglutinar una base social con la que
avanzar “hacia la soberanía de las infraestructuras y las telecomunicaciones y
promover un modelo económico basado en la justicia social, la sostenibilidad
ambiental y la construcción comunitaria”. Se trata de la primera cooperativa a
nivel estatal que busca penetrar en el mercado de las telecomunicaciones, y lo
hace siguiendo el exitoso modelo de la cooperativa de energías renovables, Som
Energia, u otras iniciativas de economía solidaria como Fiare o Coop57.
La
nueva cooperativa pretende darse de forma colectiva una alternativa de consumo
también en este sector, tal y como ya ocurre en la energía, la banca, los
seguros o la alimentación, entre otros. Surge de la necesidad de disponer de
alternativas éticas y sociales de consumo en sectores estratégicos, que se han
convertido en una necesidad vital para el desarrollo social de las personas y
las colectividades.
La
iniciativa cristaliza gracias a la confluencia de intereses de dos colectivos,
hasta ahora independientes: Eticom (creada desde el laboratorio-incubadora de
proyectos Gats de El Prat) y Som Connexió (plataforma surgida en Rubí). Un tuit
fortuito, con menciones a ambas entidades, les descubrió sus similitudes. Y
decidieron fusionarse. Para ello pasaron por intensas reuniones para afianzar
los valores compartidos, su hoja de ruta y objetivos en este camino hacia la
soberanía de las telecomunicaciones desde una perspectiva social, ética y de
sostenibilidad.
Autonomía en la gestión, preservar derechos
fundamentales
Los
motivos que han originado la creación de esta cooperativa son diversos. En
primer lugar, consideran que las telecomunicaciones juegan un papel crucial a
la hora de ejercer derechos fundamentales y, por tanto, que es importante
centrarse en alcanzar la autonomía en la gestión de las herramientas informáticas
y telefónicas. Entre otros, señalan el derecho a la información, el derecho a
aprender, a desarrollarse, el derecho a la participación activa y a la
organización colectiva.
Del
mismo modo, explican que es necesario reducir los impactos ambientales y
sociales que genera el sector de las telecomunicaciones. Este impacto social
está relacionado con el alto índice de quejas entre los usuarios o el alto
grado de insatisfacción que generan las promociones fraudulentas, la mala
calidad del servicio y el precio que cobran las operadoras en España, uno de
los más altos de Europa.
Orientada al bien común
Som
Connexió surge, en palabras de sus creadores, “orientada a los valores de la
economía del bien común, como proyecto colectivo y de participación democrática
que se organiza desde el territorio” y persigue que sus asociados puedan pagar
“los costes reales del servicio que se necesita y que se usa”, mediante una
política de responsabilidad en las retribuciones y las prioridades sociales de
la cooperativa. Su premisa fundamental es ofrecer el servicio al mejor precio,
“sin que por ello se produzcan injusticias en la cadena de valor”.
Actualmente
están realizando una gira de presentaciones centrada fundamentalmente en
Cataluña, aunque el proyecto tiene vocación estatal: ya tiene socios fundadores
en Galicia, Euskadi o Madrid. La cooperativa reúne estos meses capital humano y
capital económico. Se articula en comisiones de trabajo y territoriales, y para
participar como socio fundador y como socio consumidor es necesario abonar la
cuota mínima de participación de 100 euros.
Compartir pequeños riesgos para sociabilizar
beneficios
Óscar
Rando, socio impulsor del proyecto Eticom-Som Connexió, explica que su
filosofía es "compartir pequeños riesgos -como estos 100 euros- para poder
sociabilizar beneficios. Es decir, la suma de pequeños esfuerzos económicos
puede crear grandes cosas".
La
cooperativa ofrecerá, a precios de mercado, conexión a internet y fijo, así
como telefonía móvil a través del arrendamiento de las infraestructuras de
Orange. "Crear nuestra propia infraestructura para móviles no es viable
económicamente, pero tampoco creemos que sea ético desde un punto de vista
ecológico, paisajístico y de sostenibilidad. No queremos poner más antenas en
la naturaleza, existiendo una red como la que existe. Es más, uno de nuestros
retos es reivindicar una red pública, como existe en Reino Unido. De hecho, las
infraestructuras telefónicas en España han sido pagadas con dinero público por
Telefónica y ahora está en manos privadas", denuncia Rando.
Un primer reto de 450.000 euros
En
una primera fase, hasta alcanzar los 450.000 euros de presupuesto inicial que
precisan para cubrir los costes de infraestructuras, el servicio lo proveerá
una PYME que se ha convertido en socio tecnológico del proyecto. El colectivo
aspira a largo plazo a unir también personas de fuera del Estado español:
"crear una red cooperativa europea. Así podríamos luchar también contra
los abusos de las compañías en servicios como el roaming".
Som
connexió se une así a las cada vez mayores y mejor preparadas iniciativas que
surgen de la sociedad civil altamente formada, y que van más allá de proveerse
de un servicio y satisfacer una necesidad, para constituirse también en
plataforma de cambio social en beneficio de la justicia, la democracia y el
bienestar.
Flyer en Catalán y Castellano
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