VOLVER AL CAMPO: Una opción a valorar
“El
retorno a los pueblos cada vez es una opción más real. Los urbanitas
se mudan, pero no sólo para arar las tierras de sus padres o abuelos, sino
también para poner en marcha sus propios negocios y mejorar su calidad de vida. Con este renacido RETORNO
A LO LENTO Y NATURAL, los núcleos rurales se están transformando para ofrecer
servicios que dan cabida a toda clase de iniciativas.
Los
nerorrurales son personas que desean cambiar su vida y dejar atrás el consumismo y el
estrés. Rodeados de naturaleza, y con el deseo de ser autosuficientes, se mudan
a pequeños pueblos que les ofrecen acceso a la vivienda y una existencia
asequible y tranquila. En el caso de aquellos que conservan sus raíces, cuentan
además con el apoyo familiar de los que nunca se marcharon de estos espacios
donde la vida sigue su curso natural”
Reportajes aparecidos en los medios de comunicación sobre el aumento del
neo-ruralismo:
- Vuelta al campo: Revista FHM, noviembre 2012
- Me voy al pueblo: El País, 9 diciembre 2012
Según un informe de Randstand, la
crisis ha hecho que el 71% de parados esté dispuesto a dejar su ciudad para
encontrar trabajo, ya que ven en este cambio un modo de reencontrar la
seguridad que han perdido y, paralelamente, “algunas profesiones creativas como
artistas, diseñadores, programadores, así como de muchas otras ocupaciones que
no exigen estar en medio de la jungla de asfalto se están desplazando al
pueblecito de su infancia con unos costes fijos mucho más bajos,
han podido desarrollar su vocación, reconectar con la naturaleza y dar un giro
de 180 grados a sus vidas”
Comentan también que en
las ciudades parece que hoy en día se han agotado las oportunidades, pero
en muchos pueblos aún se buscan panaderos, electricistas, carpinteros,
farmacéuticos… “Sólo es necesario tener el valor de renunciar a las promesas de
la ciudad y regresar a la naturaleza, ya que los pueblos se nutren hoy en día
de toda clase de profesiones y proyectos”. Pero
recordamos, como se aclaró en el reportaje anterior, que “en los pueblos nadie regala
nada y hay que llegar con un proyecto de negocio bien definido y pensando qué aportar a ese
pueblo y no al revés”.
El artículo de Integral cita
a Red Ibérica de
Ecoaldeas, que conecta estos núcleos sociales con las personas
interesadas, la Asociación de Vida Natural La Osa, la cual cuenta con más de
400 aldeas sostenibles repartidas por todo España, y Abraza la Tierra,
una organización que nació en el 2004 y ofrece asesoramiento para encontrar
vivienda, analizando nuevos proyectos y revitalizando el medio rural.
Los experimentos sociales
tipo ermitaños de Henry Thoreau a
finales del XIX y el joven Christopher
McCandless que se fue a vivir a Alaska en los 90 y murió por
“imprudencia y temeridad”, según los nativos, se describen en detalle para que
cada uno valore pros y contras y reflexione sobre el tipo de vida que espera,
quiere y se construye en el campo.
“Volver al campo” se puede LEER EN ESTE PDF y a continuación adjuntamos el texto
sobre Ecoaldeas, una de las opciones en aumento y mejor valoradas:
ECOALDEAS
Robert Gilman era un astrofísico que se convirtió en
antropólogo antes de impulsar el movimiento de los asentamientos sostenibles
o Ecoaldeas, una filosofía de sociedad alternativa que respeta el medio
ambiente guiándose por sus principios ecológicos y de cooperación. El movimiento
se inició en los años ochenta en Centroeuropa, extendiéndose después por
América, África, Europa y Oceanía.
Según palabras de su propio fundador, las ecoaldeas
son «comunidades humanas que incluyen todos los aspectos importantes de la
vida, integrándolos respetuosamente en el entorno natural, apoyando
formas saludables de desarrollo y que pueden persistir
indefinidamente».
En estas comunidades no existen las
hipotecas, ni las facturas del gas o la luz. Se organizan de forma
comunitaria, trabajan en cooperativas y rehabilitan casas de aldeas abandonadas
para repoblarlas. Sus miembros aprovechan los recursos naturales y cooperan
para garantizar una actividad económica que asegure la estabilidad de todos,
contribuyendo en los gastos y compartiendo tareas.
Viven de la agricultura ecológica, con una alimentación sana y una salud basada en lo natural y alternativo. Abogan por la bioconstrucción, el reciclaje y las energías renovables.
Viven de la agricultura ecológica, con una alimentación sana y una salud basada en lo natural y alternativo. Abogan por la bioconstrucción, el reciclaje y las energías renovables.
Los primeros pueblos ecológicos en España se
instalaron en los Pirineos catalanes durante los años noventa. Actualmente
podemos encontrar un gran número de asentamientos de este tipo en Castilla
y León, y algunos más en Andalucía, Cantabria y Asturias. Visto el rumbo
actual de nuestra economía, es de prever que las ecoaldeas logren aún una mayor
implantación en todos los pueblos de España
Sitio oficial: revista Integral 393
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El Blog Alternativo: otras historias de neorrurales
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