DROPIS: La
moneda para los intercambios
En un mundo sacudido por una
crisis sistémica surgen nuevos modelos de valor. En este mundo, la moneda que usamos todos los días ya no funciona bien:
tiene intereses incorporados, está hipercontrolada y es escasa por
definición. Día tras día nos damos cuenta que necesitamos una nueva moneda: una
que no sea más que un idioma. Necesitamos
una moneda que ayude a todo al mundo a compartir.
Con esta entradilla empieza el post “Why You cannot spend Trust as a Currency” en el blog de Dropis que he encontrado sumamente interesante. Aprovecho la ocasión para presentar brevemente a Dropis y añado la traducción de parte del artículo con permiso de los autores.
Con esta entradilla empieza el post “Why You cannot spend Trust as a Currency” en el blog de Dropis que he encontrado sumamente interesante. Aprovecho la ocasión para presentar brevemente a Dropis y añado la traducción de parte del artículo con permiso de los autores.
Dropis
es una startup de origen italiano que propone un crédito online
(“dropis”) que no puedes comprar: sólo lo puedes conseguir en la medida que
compartas cosas con otros. Es una
moneda para el intercambio, una nueva manera de comprar y vender sin usar
dinero.
Todos los que estáis familiarizados con las monedas sociales diréis: y ¿qué hay
de nuevo en todo esto? La novedad que
introduce Dropis es que lo proponen como una herramienta universal para los websites que se
basen en compartir, intercambiar, trueque, alquiler, etc. En Italia ya ha llegado a acuerdos con varias
empresas para empezar a desplegar Dropis. A ver si podemos ayudar a que ocurra
algo similar en España.
En
el post se argumenta que la llamada Economía
de la Colaboración está empezando a ser vista por muchos como “next big thing” y está creciendo por todas partes: la crisis
monetaria y la aparición de sistemas alternativos no monetizados, la crisis de
consumo, la necesidad de cooperar en vez de competir. Todos ellos son elementos
a tener en cuenta y han creado un terreno fértil para que la economía
colaborativa y del compartir esté prosperando tanto.
Con todo, la economía del compartir tiene una clara
limitación, y que a la vez se podría considerar su ventaja principal: está
formada por muchas comunidades distintas (formadas por personas que comparten
una razón común) y no se trata de un bloque social monolítico.
Conectando
las comunidades mediante una moneda
Para dar algunos ejemplos:
los que participan en la comunidad Couchsurfing
comparten la pasión para descubrir el mundo a través de la gente local; los
usuarios de coche compartido comparten su necesidad de viajar de manera más
económica. Resulta fácil ver que el
tamaño de la tribu es el tamaño de la economía de la colaboración: permitir que
esas tribus se comuniquen, interaccionen y compartan a una escala global es el
objetivo del proyecto.
Varias voces defienden que
las herramientas para unificar estas comunidades serán la reputación y la confianza. En un artículo reciente en Wired, Rachel Botsman (autora del libro sobre consumo
colaborativo “What’s mine is yours”) dice:
Fragmentos de datos que hasta el momento habían existidos de manera
aislada estarán disponibles en un sólo lugar. Las respuestas en Quora, las
críticas en TripAdvisor, los comentarios en Amazon, las opiniones en Airbnb,
los vídeos subidos a YouTube, los grupos sociales a los que perteneces o tus
presentaciones en SlideShare; y también un histórico y un flujo en tiempo real
acerca de quién ha confiado en ti, cuándo, dónde y porqué. Todo el conjunto se
agregará en tu tablero de reputación personal, dibujando tus intenciones,
capacidades y valores de manera comprensible y definitiva.”
Aunque Dropis está de
acuerdo en que la confianza es un indicador muy creíble para el crédito social,
no están del todo convencidos de que pueda usarse como una moneda y por lo
tanto que se “pueda gastar”.
Juho de Sharetribe
escribió hace unos meses en Shareable un artículo muy interesante y recomendable de leer. Hay una
lista interminable de preguntas que indican de manera clara porqué la confianza puede no ser la herramienta
adecuada para conseguir la federación e integración de distintas
comunidades. Juho indica por ejemplo que valores arbitrarios – como por ejemplo
la puntuación en Klout – no tiene “ningún sentido para la mayoría de la gente”.
Aún cuando la confianza y la
reputación se refieren a la calidad de la experiencia, lo que incide sobre la
disponibilidad y el acceso es la moneda. En otras palabras, la moneda es el
habilitador del intercambio y la reputación entra en juego en el momento de elegir.
Si no hay moneda, ser una persona en la que se confía mucho no va a resolver el
problema del acceso. En palabras más técnicas, la confianza permite almacenar valor a la vez que la moneda debería ser
sólo un mecanismo de intercambio.
Necesidad de una infraestructura de moneda
alternativa, sin fricciones para los intercambios
Así hay una necesidad social
bien identificada para una moneda que:
- Se haya diseñado para que los intercambios de valor con sentido tengan lugar
- Que no se pueda mezclar con la moneda de uso corriente (€) para que no se diluya el valor con el que se ha generado (nota: los Dropis no se pueden vender ni comprar)
- Sin fricciones de manera que aquellos que quieran usarla la puedan adoptar de inmediato
Un sistema de pagos y
crédito simple, potente y fácil de integrar. Esta es la propuesta de Dropis y yo la he encontrado muy
interesante.
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