MANOS A LA TIERRA
Cultivar campos abandonados a cambio de ceder parte de la cosecha
Eso es precisamente lo que hacen unos jóvenes desempleados de Elda y Petrer (Alicante)…cultivar unos campos abandonados a cambio de ceder una pequeña parte de la cosecha a sus propietarios. Alguien podría pensar que se trata de una vuelta a algún tipo de servidumbre medieval, pero los tiros van por otro lado. Lo que resulta de este proyecto es, por un lado, un grupo de familias cuyo objetivo es conseguir la autosuficiencia, y que funciona como una escuela de agricultura ecológica abierta a todo el mundo, y por otro lado, unos propietarios (personas mayores) que disfrutan de la compañía de estos jóvenes, y que ven cómo sus huertos vuelven a cobrar vida. En suma, un trueque en el que se benefician ambas partes.
Un grupo de jóvenes parados cultivan campos abandonados que sus dueños les ceden para llenar la despensa
Autosuficiencia. Un grupo de jóvenes parados de Elda y Petrer ha comenzado a cultivar campos abandonados que sus propietarios les ceden gratuitamente a cambio de una pequeña parte de la cosecha. El proyecto es pionero en la comarca y quienes se han embarcado en él sólo quieren recuperar el contacto con la naturaleza y hacer un uso responsable de la tierra para lograr la autosuficiencia sin recibir ayudas ni firmar contratos.
Comenzaron en verano contando sólo con su ilusión y su trabajo. No quieren subvenciones ni se inscriben en listas oficiales. Les basta con la generosidad de la gente y sus manos para "mimar" las plantas con métodos de agricultura ecológica y tradicional. Obtienen a cambio un tesoro verde formado por una amplia y rica variedad de legumbres, hortalizas, frutas y cereales que se reparten, de forma equitativa, para llenar las despensas de sus casas en busca de la ansiada autosuficiencia.
"Ese es nuestro objetivo, conseguir la autosuficiencia y favorecer una riqueza sostenible conservando la sabiduría ancestral y protegiendo la biodiversidad. Por eso funcionamos como una escuela de agricultura completamente libre a la que puede venir quien quiera, el tiempo que quiera, con la única atadura que conlleva su compromiso personal y afectivo", explica Mateo Lajara que, junto a Francisco Espí, es el promotor de una iniciativa única en el Medio Vinalopó.
En el huerto de verano, una pequeña parcela de 100 metros cuadrados situada en el paraje Campo Alto de Elda que estaba en completo desuso, plantaron tomate, calabacín, garbanzos, ajos, lechuga, pimientos, espinacas, acelgas, maíz y perejil. Con los melones no obtuvieron el resultado deseado por falta de agua pero con el resto consiguieron una cosecha de "primera calidad" con la que se alimentaron ocho familias.
Entonces eran veinte y ahora son siete y están al cuidado del huerto de invierno. Una finca de 12.000 metros situada en Petrer donde están cultivando coles, lechugas, guisantes, cebollas, nabos, zanahorias, habas, brocolís y rábanos. Los propietarios están encantados. "Estos chicos son muy agradables, nos hacen compañía, mantienen la huerta viva y encima nos dan parte de su cosecha que, por cierto, está muy buena. Así que hoy les vamos a invitar a una paella para celebrar la Navidad ", anunciaban Mercedes y Vicente López haciendo que los jóvenes dejaran por un momento las azadas para darles una improvisada ovación.
Mateo jovenmatius@gmail.com dice que el proyecto funciona. Sí que debe funcionar a juzgar por los últimos ofrecimientos que han recibido desde Sax, Aspe y Pinoso.
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